Durante el duro período de la guerra civil española y los primeros años de la desoladora posguerra, muchas personas desconocidas, españoles pero también extranjeros, escribieron cartas cuyo destinatario último era Francisco Franco. Las razones que propiciaron estos textos epistolares fueron muy diversas, pero todos ellos poseen un rasgo común: reflejan el clima de miseria moral y material que asoló España durante el conflicto bélico y la época inmediatamente posterior. Una obra reveladora que no solo ofrece al público general una serie de valiosos documentos históricos a los que habitualmente solo tienen acceso los investigadores, sino que además capta de forma muy vívida el panorama social y humano existente en España durante una etapa clave de su historia reciente.
Las cartas que aparecen en este libro son, sobre todas las cosas, un monumento a la camaradería y la amistad sincera y duradera. Luego de perder a su padre a los seis años, James Agee se mudó con su madre a Knoxville, Tennesse, donde se matriculó en un internado episcopaliano. Allí trabó amistad con uno de sus maestros, el pastor James Harold Flye, con quien mantendría una larga e íntima relación epistolar desde los quince años hasta el día en que lo sorprendió una muerte prematura. Estas cartas ofrecen un magnífico retrato de este gran escritor estadounidense, de su riquísima vida interior y de su tumultuosa trayectoria vital. Son un manual de instrucciones y sacrificios para escritores noveles, son una crónica social y política de treinta años convulsos de la historia de los Estados Unidos, son un notable documento de crítica literaria y cinematográfica, una recopilación de sueños y ambiciones de juventud, el amargo reconocimiento de un fracaso y una reconciliación tardía con el arte como empresa común, solidaria y esencialmente anónima.
Las Cartas a un amigo despliegan un ritual iniciatorio que empieza por afrontar la pérdida de la madre del autor y terminan por un episodio de fascinación ante una mujer virtuosa. Echevarría relata estos sucesos en unas epístolas que prefiguran el estilo exhaltado de su obra La cautiva.
Criticado por unos, ensalzado como un gran héroe por otros, Hernán Cortés sigue siendo, a pesar de las opiniones más o menos subjetivas, uno de los grandes protagonistas del descubrimiento y exploración de América. Si bien es cierto que cruzó el Atlántico movido más por la ambición que por los ideales, y que fue para el pueblo azteca un guerrero sangriento y despiadado, también lo es que su gesta permitió a la Europa del siglo XVI conocer una cultura diferente, unas tierras desconocidas hasta entonces, riquezas insospechadas y tradiciones milenarias. Fruto de sus andanzas por tierras americanas son las Cartas enviadas por él a sus reyes, en las que relataba —lógicamente desde su punto de vista, parcial y subjetivo— sus aventuras en tierra azteca. Escritas con un estilo fácil y vivaz, que le convierte en uno de los principales cronistas de la epopeya americana, resultan decisivas para conocer paso a paso su llegada al Nuevo Mundo y su descubrimiento de una nueva civilización, tan fascinante, rica y diferente a la europea como la egipcia o la inca: la azteca. Además de para conocer la aventura de Cortés, la obra cuenta con un estimable valor literario.
Se han reunido en este libro cientos diez carteles políticos creados durante nuestra guerra civil, que son, además de una completa muestra del arte de aquel tiempo, un complemento perfecto para entender aquella época.
Cada cartel va acompañado de un comentario crítico que lo sitúa en su momento político y en sus coordenadas estilísticas, y que esboza, allí donde la firma es reconocible, una pequeña biografía del autor. Como complemento imprescindible a todo lo anterior, estos pequeños comentarios concluyen con una descripción de las medidas exactas del cartel y con la referencia del partido, sindicato u organización que financió su publicación y la imprenta donde fue editado.
Hasta hace bien poco, los relatos de historia marginaban por completo a la mujer, como si ese pasado fuera obra exclusiva de los hombres, salvo en aquellos contados casos en que el protagonismo de la mujer era tan notorio que no podía dejarse de lado: tal era el de Isabel la Católica, el de Santa Teresa, el de la princesa de Éboli. Pero por lo demás, la mujer quedaba en la sombra, como si no hubiera existido. Manuel Fernández Álvarez saca ahora a la mujer española del Renacimiento de ese olvido. Ha querido verla en su vivir cotidiano, en los distintos papeles que le había tocado asumir, lo mismo los más honorables, como el de esposa o el de monja, como en aquellos otros más oscuros y dudosos, bordeando el desprecio social, cuando no al margen de la ley. Así van desfilando en la obra aquellas otras pobres mujeres marginadas, ya fuese por la pobreza, por la raza, por su profesión: madres solteras, criadas, esclavas, conversas, moriscas y gitanas, e incluso las rameras y, por supuesto, las malditas, las más temidas y aborrecidas: las mismas brujas. Este volumen es un compendio de retratos de los distintos tipos de mujeres que coexistieron en una época de la que el autor es especialista: el Renacimiento, los siglos XV y XVI y especialmente este último. Distintos grupos sociales que determinaron la formación de la sociedad del momento y, en cierta medida, de la actual.
La madrugada del 12 de enero de 1977 un grupo de paramilitares irrumpió durante la madrugada en la casa que Victorio Cerutti, abuelo de la autora, había heredado de su padre, el italiano Manuel Cerutti. La Casa Grande, como le decían en familia a la propiedad, no sólo era la Casa sino también incluía las casas de los jornaleros y contratistas como la finca de casi treinta hectáreas de viñedos y frutales. Esa misma madrugada otro grupo de paramilitares también asaltó la casa, siempre dentro de la finca de Victorio Cerutti, donde Malou, hija de Victorio, vivía con su marido Omar Masera Pincolini y sus tres hijos. A Omar también lo secuestraron. Ninguno de los dos, ni Omar ni Victorio volvieron a casa. Los dos integran la lista de los 30 mil desaparecidos de la dictadura. A los tres meses del secuestro, la finca apareció con otros dueños que siguieron con el proyecto que había empezado Victorio con su sociedad Cerro Largo SA de hacer un barrio cerrado. A las calles que Victorio pensaba poner el nombre de Italia, Manuel Cerutti, etc. les pusieron los nombres de Honor, Caridad, Amor, etc. El barrio se llamó Will-Ri, que reproducía las primeras sílabas de los nombres de Federico Williams por Francis William Whamond, torturador de la Escuela de Mécanica de la Armada y de Jorge Radice, también militar torturador de la ESMA.
La nueva edición de Casi unas memorias, preparada por Jordi Amat, pone al alcance del público, treinta años después, una de las obras fundamentales sobre la historia cultural y política de la España contemporánea. Con una prosa precisa para la descripción de ambientes y una madurez analítica excepcional para la caracterización psicológica, Dionisio Ridruejo retrata algunos de los grandes hombres del siglo XX español, realiza un atrevido ejercicio crítico de revisión de su propia trayectoria vital y detalla el complejo proceso de formación de su conciencia en tiempos de oscuridad. Estas nuevas Casi unas memorias, que incluyen capítulos hasta ahora inéditos y presentan a Ridruejo como un escritor de primer orden, descubren a uno de los grandes memorialistas de las literatura española. El libro lo protagoniza un niño asombrado de la burguesía provinciana, el joven poeta falangista que brujulea en la corte literaria de José Antonio durante la II República, un espectador privilegiado de la formación del estado franquista en plena guerra civil, el intelectual desencantado que se convierte en demócrata al descubrir la vaciedad moral y material del bando vencedor con el que había luchado con el fusil y la palabra. Diversos paisajes y distintos rostros de un personaje clave para conocer los cimientos profundos de nuestra democracia.
Eugenio Martíenz lo deja muy claro ya en el índice de este libro revelador: Banesto fue intervenido el día de los Santos Inocentes de 1993, y el Banco de España (BdE) nombró para dirigirlo a Alfredo Sáenz, un alto ejecutivo de la competencia. A la hora de su venta, resultó que la plica ganadora, del Banco Santander, estaba sin firma, de modo que Luis Ángel Rojo, gobernador del Bde, se apresuró a enviar un mensajero para que Emilio Botín, el amo del Santander, cumpliera el trámite. Después vinieron las recompensas: Sáenz recibió 10 000 millones de pesetas en acciones de Banesto y Rojo fue nombrado consejero del Santander hasta su muerte. Roma sí pago a traidores. Esto son hechos. Evidencias de una operación que, por encima de los errores de gestión imputables a Mario Conde, fue una operación política como la copa de un pino: la decisión de las élites políticas del bipartidismo de fumigar las aspiraciones de un tipo que amenazaba con volver del revés el statu quo de la Transición. Conde se había convertido en un peligro para el Sistema. Casi 22 años después, ya hemos visto en qué ha acabado ese Sistema: en corrupción pura y dura. Ocurre, sin embargo, que los sucios manejos de la política suelen tener un alto coste en términos de sufrimiento personal para quienes, haciendo honestamente su trabajo, resultan arrollados por acontecimientos que no controlan. Sufrimiento y dolor. Es el caso de Eugenio Martínez, cuyo libro no solo reivindica su buen nombre, sino que resulta un documento imprescindible para comprender en pocas páginas la que quizá fue la operación más vergonzante de las emprendidas por el felipismo, adobada con el visto bueno del aznarismo consentidor. Un caso donde en verdad la justicia y la política se entrecruzan en una madeja inextricable. Un gran relato construido sobre la sillería incontrovertible de los hechos.
El fiscal Felipe Acedo Colunga tuvo un papel principal en la depuración de todos los colectivos fieles a la República durante la guerra civil y el franquismo: ideó las medidas propagandísticas y penales de la posguerra, y elaboró un plan sobre cómo debía llevarse a cabo la depuración de todos los colectivos rojos sin olvidar ninguno. Y, desde los clásicos postulados tradicionalistas, ultracatólicos y totalitarios fue inflexible con los defensores de la Constitución republicana.A través del estudio de esta figura y de sus propias memorias se desempolvan también otros temas: la idea vigente durante el franquismo, entre los vencedores, de que la batalla contra «el enemigo» seguía siendo necesaria; la necesidad de continuar defendiendo la memoria histórica; la remanencia en la legislación española de fundamentos crueles y fascistas; las huellas del odio; y la propaganda realizada por el régimen franquista.
Una gran novela histórica de la vida de la hija de los Reyes Católicos y mujer de Enrique VIII de Inglaterra. La vida de esta infanta de España, hija de los Reyes Católicos, reina de Inglaterra por su matrimonio con Enrique VIII y madre de la reina María, está inmersa en uno de los momentos clave de la historia europea y constituye, al mismo tiempo, una epopeya humana de extraordinaria riqueza. Garret Mattingly nos relata esa epopeya en un libro rigurosamente histórico en torno a la biografía de esta extraordinaria mujer que provoca irresistible admiración y simpatía. Esta obra está reconocida como la más completa y básica de todas las que se han escrito sobre esta reina de Inglaterra, que si no fue correspondida en su amor por el rey Enrique, sí ha contado siempre con el amor y el reconocimiento del pueblo inglés. Para todos los que anhelan una mayor participación de la mujer en la vida política y social, Catalina de Aragón es un importante precedente histórico. Su vasta cultura, su mecenazgo de humanistas y universidades, su labor como estadista y como embajadora -se la puede considerar la primera embajadora en la historia europea- y los encendidos elogios que despertó en los grandes humanistas de su tiempo, Erasmo, Tomás Moro, Luis Vives, lo certifican. El lector, además de conocer la apasionante vida de Catalina, profundizará en momentos cruciales de la historia de Europa que han tenido consecuencias hasta nuestros días.
La dramática figura de Catalina de Aragón merecía una biografía como ésta. Hija de los Reyes Católicos, embarcó a los quince años para Inglaterra, para ser, sucesivamente, esposa de Arturo, príncipe de Gales, y de su hermano, que en 1509 se convirtió en Enrique VIII, rey de Inglaterra. Catalina compartió el trono durante veinticuatro años y gobernó el reino mientras su marido hacía la guerra en Francia. Hasta que Enrique, al que no había conseguido dar un heredero varón, hizo anular el matrimonio, enfrentándose para ello a la Iglesia de Roma, de la que separó a Inglaterra, con el fin de casarse con Ana Bolena. Marginada de la turbulenta corte de los Tudor, Catalina mantuvo una actitud digna y firme hasta su muerte. Giles Tremlett ha realizado un meritorio trabajo de investigación para ofrecernos, como ha dicho Kathryn Hugues, “una biografía documentada pero accesible”, donde trata, ante todo, de descifrar la verdad humana de un personaje atormentado y complejo.
Oriol Conill i Pi, funcionario de la Generalitat y destacado dirigente de Òmnium Cultural, dicta al taxista andaluz, y por tanto charnego, Cucufato Redrojo García 47 lecciones para que pueda convertirse, como desea, en un buen catalán. Con buenas dosis de cinismo, este catalán de pura cepa le cuenta al converso todos los tópicos, invenciones y ensoñaciones históricas en las que se basa el movimiento secesionista. El resultado es una crítica vehemente que levantará ampollas porque cuenta hechos y usa argumentos que son considerados tabú en el mundo nacionalista y su entorno, y que tampoco suelen desplegar sus opuestos por timidez o prudencia.
Un relato vertiginoso y sorprendente contará punto por punto qué ocurrió los tres días previos a la fallida declaración unilateral de independencia del 27-O y lo que aconteció en las horas inmediatamente posteriores. Por medio de distintas fuentes del autor, sabremos, por vez primera, sucesos que no han trascendido a la opinión pública y que ayudarán a entender la gran mentira que se ocultaba y que se oculta tras el plan soberanista. Como gran experto en tribunales, Ernesto Ekaizer ha seguido todo el proceso judicial e incorpora en el libro la sentencia de los políticos presos. Un libro fundamental para entender un proceso político que a punto estuvo de derrumbar nuestro estado de Derecho.
¿Sabía que la primera capital de la España unificada por los godos fue Barcelona? ¿O que la Marca hispánica ya reunía condados navarros, aragoneses y catalanes, prefigurando la reunificación de España? ¿Conocía que la Barcelona de 1714 estuvo defendida también por un Tercio de castellanos y que Felipe V, tras la Guerra de sucesión, constituyó un cuerpo para su protección personal dirigido por catalanes? ¿Sabía que en Barcelona, cuando nadie conocía la sardana, el baile más popular era el de San Isidro, en memoria del patrono madrileño? ¿O que hasta la llegada del catalanismo, a ningún catalán se le ocurrió poner el nombre de Jordi a sus hijos? ¿Y que el Monasterio de Montserrat tuvo monjes castellanos durante cuatro siglos y dependía de la comunidad benedictina de Valladolid? ¿Alguien le habló de cuando el Himno de España sí tuvo letra oficial y que fue compuesta por un catalán? ¿Y que el origen de los “Castellers” no fue catalán sino valenciano? ¿O que en el diccionario de lengua española hay más de mil vocablos de origen catalán? ¿Sabía que los catalanes participaron en todas las grandes gestas militares del imperio español, como en la crucial batalla de Lepanto? Este libro descubre infinidad de historias que demuestran la verdadera esencia hispánica de Cataluña y desvela la mitología y las miserias intelectuales del nacionalismo catalanista. El nacionalismo ha sido el verdadero “descatalanizador” de Cataluña queriendo privarle violentamente de su naturaleza hispana. Sin Hispanidad no existiría Cataluña, sin Cataluña no podrá existir la Hispanidad.
Recopilación de once artículos escritos por Azaña en 1939, publicados por primera vez en España en 1986 en los que explica con gran lucidez y objetividad el fin de la Segunda República española. Al leerlos con la perspectiva que da el tiempo, uno no sabe qué admirar más: si la honestidad de un hombre que, en la amargura de la derrota, no hace el más mínimo intento por presentar los hechos de modo que le favorezcan, o la extraordinaria lucidez con que explica y razona el fin de la Segunda República española. Para el presidente Azaña, «del hecho de la guerra, por su monstruoso desarrollo, y su impensada duración, únicamente podían venirle a España males infinitos, sin compensación posible»; «¿por qué tanta desventura?». Prólogo de Gabriel Jackson.
Tras un silencio de más de medio siglo, la realidad de lo que significó el sistema represivo franquista se ha ido desvelando en estos últimos años. «Cautivos» significa un importante avance en este proceso, puesto que se trata del primer estudio global sobre el universo de los campos de concentración franquistas, sobre sus métodos de trabajo y sobre las experiencias vivida en ellos desde 1936, cuando se instalaron los primeros centros de detención preventivos, hasta 1947, cuando el campo de Miranda de Ebro, que acogía fugitivos de la segunda guerra mundial, incluyendo dirigentes nazis, cerró definitivamente. Entre estas dos fechas discurre esta historia de cientos de miles de cautivos que trabajaron en condiciones cercanas a las de la esclavitud y que sufrieron hambre, miseria, y un trato brutal y humillante, como parte de un proceso de «reeducación» que les preparaba para integrarse en el Nuevo Estado.
¿Qué grandes hitos de la historia antigua conocemos? ¿Cuánto del pasado ha trascendido al mundo contemporáneo? Fueron muchos los pueblos poderosos que alcanzaron la gloria y se desplomaron. ¿Qué sabemos de ellos? Cavernas, pirámides, imperios es una apasionante crónica de nuestro pasado, que concede voz a los más relevantes legisladores, políticos, militares, a los gigantes de la cultura y el pensamiento. También a los individuos anónimos, a nuestros ancestros, cuyos hábitos, invenciones, creencias y valores han ido conformando, a través de los siglos, el mundo actual: el fuego, la pintura, la rueda, la escritura, la lengua, el sexo, la espiritualidad, los metales, el caballo, el carro de guerra o la moneda. David Solar recorre aquellos milenios de la Prehistoria y de la Historia Antigua con amenidad, rigor y siempre con humor, enriqueciendo el relato con el inacabable anecdotario generado por los seres humanos.
Durante siglos, miles de personas, en su mayoría mujeres, fueron juzgadas torturadas y ejecutadas acusadas de brujería.
Consideradas popularmente como una amenaza de primer orden, las cacerías de brujas se extendieron por casi todos los territorios. Al frente de esta persecución, los cazadores de brujas se convirtieron en poderosos jueces de la verdad.
El origen de la brujería, como parte de la magia, la evolución y desarrollo de la inquisición y la aparición de los cazadores de brujas retrata una sociedad y una realidad de nuestra historia que debería quedar grabada a fuego en nuestro imaginario colectivo, no ya como algo que no debería volver a suceder sino como muestra de la maldad que puede poseer al ser humano. Una historia de poder, codicia y manipulación que se nutrió de las supersticiones y de la creencia de que el mal y el bien y sobre todo la magia para acercarse a ambos, existe.
A la hora de ganar una guerra o de establecer los grandes movimientos y tacticas en el campo de batalla, los francotiradores son algo irrelevante, pero en el combate diario, probablemente sean los soldados mas valiosos. Su poder psicologico magnifica enormemente el efecto de su actuacion. Lo cierto es que puede parecer espeluznante la forma en que acechaban a sus victimas, estudiaban sus habitos y, luego, les quitaban la vida sin piedad, pero a pesar de ello nunca fueron asesinos sin sentido, sino profesionales encargados, como tantos otros, de cumplir una mision determinada. Este libro profundiza en su personalidad, sus tacticas y sus armas. Desde sus primeras acciones en el siglo XIX, hasta los contemporaneos conflictos del siglo XXI en que participan los que hoy se denominan tiradores de precision.