Del autor de misterio, #1 en ventas, Blake Pierce viene una nueva obra maestra de suspenso psicológico.
En UN RASTRO DE CRIMEN (Libro #4 en la serie de misterio Keri Locke), Keri Locke, Detective de Personas Desaparecidas de la División de Homicidios del Departamento de Policía de Los Ángeles, sigue una nueva pista sobre su hija secuestrada. Ella se abre paso a través de un submundo pervertido, y paso a paso, se acerca al hallazgo de su hija.
Pero carece de tiempo. A Keri se le asigna un nuevo caso: un padre llama desde una comunidad acaudalada y reporta que su hija adolescente ha desaparecido regresando a casa desde la escuela.
Poco después, llegan notas de rescate. Retorcidas, llenas de acertijos, dejan en claro que queda poco tiempo para salvar a la chica. También dejan en claro que esta es la obra de un diabólico asesino que está jugando con ellos.
Keri y la policía deben descifrarlos para encontrar al secuestrador, entender sus demandas, decodificar las cartas, y por encima de todo, ganarle en astucia. Pero en esta partida de ajedrez, Keri puede encontrarse ante un enemigo que no puede comprender, y para la chica desaparecida —y su propia hija— ella puede llegar demasiado tarde.
Un oscuro thriller psicológico con un suspenso que acelerará tus latidos, UN RASTRO DE CRIMEN es el libro #4 en una nueva serie que atrapa al lector —y un nuevo y adorable personaje— que te dejará leyendo hasta altas horas de la noche.
“¡Una obra maestra de suspenso y misterio! El autor hizo un trabajo magnífico desarrollando personajes con un lado psicológico tan bien descrito que percibimos el interior de sus mentes, seguimos sus miedos y aplaudimos sus éxitos. La trama es muy inteligente y te mantendrá entretenido a lo largo del libro. Lleno de giros, este libro te mantendrá despierto hasta llegar a la última página”.
\--Libros and Movie Reviews, Roberto Mattos (en torno a “Una Vez Ido”)
En un RASTRO DE ESPERANZA (Libro #5 en la serie de misterio Keri Locke), Keri Locke, Detective de Personas Desaparecidas en la División de Homicidios del Departamento de Policía de Los Ángeles, está más cerca de lo que nunca ha estado de encontrar a su hija. Finalmente, ha conseguido una pista de reciente data —y esta vez, hará todo lo que sea necesario para recuperarla viva.
Al mismo tiempo, un caso urgente es asignado a Keri: una chica de dieciocho años ha desaparecido después de ser hostigada a modo de iniciación por su fraternidad. En su carrera para hallarla, Keri se introduce a fondo en el mundo de los intachables campus universitarios, y termina dándose cuenta de que no todo es lo que parece.
Un oscuro thriller psicológico con un suspenso que acelerará tus latidos, UN RASTRO DE ESPERANZA es el libro #5 en una nueva serie que atrapa al lector —con un nuevo y adorable personaje— que te dejará leyendo hasta altas horas de la noche.
“¡Una obra maestra de suspenso y misterio! El autor hizo un trabajo magnífico desarrollando personajes con un lado psicológico tan bien descrito que percibimos el interior de sus mentes, seguimos sus miedos y aplaudimos sus éxitos. La trama es muy inteligente y te mantendrá entretenido a lo largo del libro. Lleno de giros, este libro te mantendrá despierto hasta llegar a la última página”.
\--Libros and Movie Reviews, Roberto Mattos (en torno a “Una Vez Ido”)
«Todos los asesinos en serie quieren ser atrapados. Por eso dejan mensajes. Su objetivo no es escapar sin ser descubiertos. Su meta es jugar con la policía todo el tiempo que les sea posible. A más tiempo, mayor es la fama alcanzada y más cerca estará el asesino de convertirse en leyenda». ¿Conseguirá «Killer Cards» su objetivo? Killer Cards, nombre con el que bautiza la prensa a quien va dejando a su paso cadáveres de personalidades de la sociedad con un as de la baraja de póker en la ropa, tiene un plan trazado con meticulosidad para burlar a los investigadores. El caso se convertirá en un fenómeno mediático que mantendrá en vilo a todos los televidentes del país. Killer Cards «guarda un as en la manga». ¿Conseguirán atrapar a Killer Cards antes de que complete su póker de asesinatos? Ager Aguirre alcanzó el puesto de finalista del Premio Literario Amazon 2018 con esta novela de entre más de tres mil obras presentadas.
Cada muerte tiene un secreto. Cada secreto, un principio. En la oscuridad de la noche cinco figuras se turnan para cavar una tumba, un hoyo pequeño en el que entierran los restos de una vida inocente. Nadie dice nada, les une un pacto de sangre que no romperán… Años más tarde, Teresa Wyatt es brutalmente asesinada en la bañera de su casa, y tras ella se suceden más muertes violentas. Todas las víctimas tienen algo en común, y la detective al frente del caso, Kim Stone, pronto se da cuenta de que la clave para detener al asesino que está sembrando el pánico en la ciudad es resolver un crimen del pasado. Está claro que alguien esconde un secreto y está dispuesto a todo para que no salga a la luz.
Cuando un violador aparece mutilado tras un ataque brutal, se exige que la detective Kim Stone y su equipo resuelvan el caso de inmediato. Pero salen a la luz más y más asesinatos por venganza, y eso hace evidente que, detrás de esos trabajos, hay alguien muy siniestro. La investigación cobra impulso rápidamente y, de pronto, Kim se encuentra expuesta a un terrible peligro. Está en la mira de un individuo dispuesto a emprender su propio y muy retorcido experimento. Ante un psicópata que parece conocer todas sus debilidades, no hay un solo movimiento de la detective Stone que no lleve una carga mortífera. La cuenta de los cadáveres sigue en aumento. Kim tendrá que ir más profundo que nunca para detener al asesino. Y esta vez… es personal.
Dos niñas han desaparecido. Solo regresará una. Los padres que ofrezcan la mayor cantidad recuperarán a su hija; la pareja perdedora, no. No se equivoquen. Una niña morirá. Con la desaparición de dos niñas de nueve años —Charlie y su mejor amiga, Amy—, las familias se sumergen en una pesadilla viviente. Un mensaje de texto confirma lo inconcebible: las niñas han sido víctimas de un secuestro aterrador. Y cuando un nuevo mensaje de texto pone a las familias a competir entre sí por la vida de sus hijas, el reloj comienza a correr para la detective Kim Stone y su equipo. Aparentemente burlada en cada giro, mientras va descubriendo un rastro de cadáveres, Stone se da cuenta de que estos despiadados asesinos podrían ser los más mortíferos a los que se haya enfrentado. Las posibilidades de recuperar vivas a las niñas se van reduciendo minuto a minuto… Una de las claves para resolver este caso consiste en desenredar el pasado de las familias y sus oscuras redes de secretos. Pero ¿podrá Kim sobrevivir lo suficiente para conseguirlo? ¿Alguna de las hijas pagará el precio final?
Los muertos no cuentan sus secretos…, hasta que los escuchas.
La chica con el rostro destrozado y la boca llena de tierra se ha quedado viendo, sin mirarlo, el cielo azul. Cientos de moscas revolotean sobre sus restos sanguinolentos.
El centro de investigación Westerley no es para pusilánimes. Como la «granja de cadáveres» que es, se dedica a investigar la descomposición del cuerpo humano; así que sus huéspedes son despojos en diversos estados de putrefacción. Pero, cuando la detective Kim Stone y su equipo descubren el cadáver reciente de una joven, todo parece indicar que un asesino ha encontrado el lugar perfecto para sepultar sus crímenes.
Entonces aparece una segunda chica. La han dado por muerta después de atacarla. La han drogado y tiene la boca llena de tierra. Para Kim Stone y su equipo, está claro que hay un asesino en serie; pero, ¿cuántos cuerpos llegarán a descubrir? ¿Quién será la siguiente?
La reportera local Tracy Frost desaparece. Las apuestas se elevan. El pasado parece ser la clave que abrirá los secretos del asesino, pero ¿podrá Kim descubrir la verdadera historia antes de que una mente dañada y retorcida se cobre otra víctima?
La víctima ha recibido una sola puñalada, precisa, en el vientre; y, a primera vista, cualquiera diría que ha sido un robo frustrado. Una trabajadora social, madre cariñosa, se ha perdido en un acto de violencia sin sentido. Pero, para la detective Kim Stone, las cuentas no cuadran. Cuando una drogadicta local aparece asesinada con una herida idéntica, Kim intuye que se enfrenta al mismo homicida. Ahora bien, no hay nada que relacione a las víctimas, salvo la fría y calculada naturaleza de sus muertes; así que este podría ser su caso más difícil hasta la fecha. Mientras busca desesperadamente al retorcido autor, Kim recibe una escalofriante carta que pondrá bajo amenaza su concentración en el caso. La doctora Alex Thorne, la sociópata a quien puso tras las rejas, está decidida a golpearla donde más le duele. La pondrá cara a cara con la mujer responsable de la muerte de su hermano: su propia madre. Mientras crece la cuenta de los cadáveres, Kim y su equipo dejan al descubierto una red de oscuros secretos que los acercan cada vez más al asesino. Y un miembro de su equipo podría estar en peligro de muerte; pero, esta vez, a Kim quizás no le queden fuerzas para salvarlo…
La verdad estaba muerta y enterrada… Hasta ahora.
Con la aparición de un conjunto de huesos humanos, desenterrados durante una excavación arqueológica de rutina, un campo de Black Country se convierte, de pronto, en una compleja escena criminal para la detective Kim Stone.
A medida que los huesos son clasificados, se hace evidente que la tumba contiene más de una víctima. En esos esqueletos, los agujeros de bala y las marcas de trampas para animales insinúan un horror inimaginable.
Obligada a trabajar junto al detective Travis, con quien comparte un pasado tormentoso, Kim empieza a descubrir una relación secreta y oscura entre las familias que poseen las tierras donde se encontraron los restos.
Pero, mientras Kim está sumergida en una de las investigaciones más complicadas que ha dirigido nunca, su equipo se ve atrapado entre un brote de repugnantes crímenes de odio. Kim, que está cerca de revelar la verdad detrás de los asesinatos, de pronto descubre que uno de los suyos está en peligro. Y el tiempo se agota.
¿Podrá resolver el caso y salvar a esta persona de ese grave peligro? ¿Podrá hacer algo antes de que sea demasiado tarde?
Pensaban que estaban a salvo. Se equivocaron.
Para la detective Kim Stone, el homicidio de una joven prostituta y la aparición de un bebé abandonado en la misma noche de invierno señalan el comienzo de una inquietante investigación, una que la pondrá frente a frente con alguien de su horrenda infancia.
Cuando otras trabajadoras sexuales del Black Country son asesinadas en rápida sucesión y de maneras cada vez más violentas, Kim y su equipo se dan cuenta de que el crimen inicial no ha sido un aislado ataque frenético, sino la obra de un retorcido asesino en serie que se está aprovechando de las más vulnerables.
Paralelamente, se busca a la mujer que ha dejado a su hijo recién nacido en la comisaría. Pero lo que a primera vista parece un abandono trágico y desesperado pronto empieza a tomar un cariz aún más siniestro.
Cuando otra chica joven desaparece, la detective Kim Stone y su equipo se adentran cada vez más en un mundo oculto y horrible (mejor esta palabra que horrífico, que se usa más en poesía), donde un enfrentamiento pone en peligro la vida de la propia detective y amenaza con sacar a la luz secretos de su pasado.
Mientras Kim lucha contra sus propios demonios, ¿conseguirá detener al asesino antes de que se cobre otra vida?
¿Cuán lejos estás dispuesto a ir para proteger tus secretos más siniestros?
«Suicidio», dicen todos cuando encuentran a la adolescente Sadie Winters muerta en un lado del edificio. Este parece haber sido el devastador acto final de una niña cargada de problemas. Pero, cuando en la misma escuela aparece el cuerpo maltrecho de otro chico, se hace evidente, para la detective Kim Stone, que estas muertes no han sido accidentes trágicos.
Mientras Kim y su equipo comienzan a desentrañar la siniestra red de secretos, una de las profesoras parece tener la clave de la verdad; pero, cuando está a punto de romper el silencio, muere en circunstancias sospechosas. Con más vidas de niños en peligro, la detective tiene que arrostrar lo impensable: la posibilidad de que un alumno pudiera ser el culpable de los asesinatos. Sus intentos por profundizar en la psicología de los niños asesinos la ponen en contacto con su antigua adversaria, la doctora Alex Thorne, una peligrosa sociópata que tiene por vocación destruir a Kim.
Desesperada por atrapar al asesino, la detective descubre un vínculo entre los homicidios recientes y las novatadas de hace algunos decenios. Pero la salvación de esas vidas inocentes tiene un costo… Y, en el equipo de Kim, alguien tendrá que pagar el precio más alto.
¡Pito, pito, gorgorito! Yo decido si tu vida quito… Cuando se descubre el cuerpo de un médico brutalmente asesinado en un bosque local, la detective Kim Stone se sorprende al descubrir que la víctima es Gordon Cordell, un hombre vinculado a un caso anterior en el que murió una joven colegiala. Gordon tiene un pasado accidentado, pero ¿quién querría que muriera? A medida que avanza la investigación, el hijo de Gordon se ve involucrado en un horrible accidente automovilístico que lo deja luchando por su vida. Y Kim está segura de que no fue un accidente. Cuando una mujer es encontrada muerta en circunstancias sospechosas, Kim establece un vínculo inquietante entre las víctimas y el Hospital Russells Hall, el mismo donde trabajaba Gordon. Con Kim y su equipo todavía de luto por la pérdida de uno de los suyos, están en su momento más débil y se enfrentan a uno de los asesinos en serie más peligrosos que jamás hayan encontrado. Todo está en juego. ¿Podrá Kim mantener unido a su equipo y encontrar al asesino antes de que se cobre su próxima víctima? El asesino está matando a sus víctimas a un ritmo aterrador, y aún no ha terminado.
Ella les arruinó la vida. Ahora quieren destruir la suya. «Alguien está recreando cada punto traumático de tu vida. Lo hace para provocarte sufrimiento, para hacerte daño, y el único final posible es la muerte. Tu muerte». En la cuarta planta del edificio Chaucer, dos adolescentes aparecen encadenados a un radiador. El chico está muerto, pero la chica está viva. Para la detective Kim Stone, cada detalle de la escena es un reflejo de su propia experiencia aterradora con su hermano Mikey, cuando vivían en el mismo edificio, treinta años atrás. En un coche calcinado aparecen los cadáveres de una pareja de mediana edad y Kim no puede dejar de notar la escalofriante similitud con la muerte de Erica y Keith, los únicos padres cariñosos que conoció. Se enfrenta, por lo visto, a un asesino que está recreando sucesos traumáticos de su pasado, por lo que tendrá que encarar una brutal verdad: alguien quiere hacerle daño de la peor manera posible. Desesperada por seguir en el caso, se verá obligada a trabajar con Alison Lowe, una experta en perfiles criminales a quien han llamado para observar a la detective y vigilar su comportamiento. Kim lleva años atrapando a delincuentes peligrosos y protegiendo a inocentes; pero, ahora que hay un asesino firmemente decidido a destruirla, ¿conseguirá resolver este complejo caso y salvar su propia vida? ¿O se convertirá en la víctima final?
Por fin jugamos a algo. Un juego que yo he elegido. Doy un último empujón al carrusel y retrocedo. — Deberías haber jugado conmigo —vuelvo a decirle, aunque sé que ya no me oye. A última hora de una tarde de verano, la detective Kim Stone llega al parque Haden Hill, escenario de un crimen espantoso: ha aparecido una mujer de unos sesenta años atada a un columpio con alambre de espino y con una equis grabada en la nuca. La víctima es Belinda Evans, una recién jubilada profesora universitaria de Psicología Infantil. En un registro de la casa de Belinda, Kim y su equipo encuentran una bolsa de viaje ya lista. A partir de ahí, empiezan a desentrañar una compleja relación entre la víctima y su hermana. Pero aparecen otros dos cadáveres con las mismas marcas distintivas. Kim cae en la cuenta de que está a la caza de un asesino en serie de comportamiento ritualista. Relaciona las víctimas y descubre que las dos habían sido antiguas participantes en torneos anuales para niños superdotados y que se preparaban para viajar al siguiente encuentro. El equipo ya está trabajando al límite de su capacidad y, aun así, Kim Stone se ve obligada a ceder a otra comisaría al sargento detective Penn, quien tendrá que ocuparse de revisar otro asesinato. No es el mejor momento para enfrentarse a uno de los asesinos más despiadados con los que se han topado. Tendrán que investigar a todos los niños que han asistido a esos torneos desde hace décadas, pues ahí están las pistas. Enfrentada a cientos de indicios y a una doliente hermana que se niega a hablar, ¿podrá Kim meterse en la mente del homicida y detener el siguiente crimen antes de que sea demasiado tarde?
Todo parecía tan sencillo... Entrar, conseguir la información, salir. Pero ahora se estaban metiendo en su mente, y no sabía cómo detenerlos... Han llamado a Kim Stone para que acuda a casa de Samantha Brown. La joven ha aparecido tendida en la cama, degollada y con un cuchillo en la mano. Nadie parece haber forzado la entrada, no hay signos de lucha. Kim dictamina que la muerte ha sido un trágico suicidio. Pero una visita a los padres de Samantha hace saltar las alarmas: hay algo que no le están contando. Entonces, Kim descubre una pista en una fotografía. Se da cuenta de que ha cometido un grave error: lo de Samantha no ha sido un suicidio, ha sido un asesinato. Poco después, en un lago local, aparece el cadáver de un joven. Y, aunque no parece haber ninguna relación con Samantha, los detectives pronto averiguan que también ha sido degollado. Ambos chicos habían pasado algún tiempo en la Granja de la Unidad, un retiro para personas que buscan un modo de vida alternativo. Kim y su equipo descubren que, bajo la acogedora fachada de ese refugio, existe una siniestra comunidad, un lugar que se aprovecha de personas emocionalmente vulnerables. Kim es consciente de que enviar a uno de los suyos de incógnito a la Granja de la Unidad supone un alto riesgo, pero, en su empeño por atrapar al criminal, sabe que no tiene alternativa. Está convencida de que las víctimas conocían a su homicida y confiaban en él. Con Bryant distraído por la reactivación de un desgarrador caso —algo muy cercano a su corazón— y una agente encubierta pesando sobre sus hombros, la cordura de Kim está más comprometida que nunca. ¿Podrá proteger a sus seres más queridos antes de que el asesino se cobre otra vida?
Tiene que evitar que le haga daño a alguien más. No quiero hacer estas cosas tan terribles. Ayúdeme, antes de que me vea obligado a hacerlo otra vez. Y volveré a hacerlo, porque no tengo alternativa. Nunca la he tenido. En un ajetreado hipermercado, una niña se abraza sola a un osito de peluche. Horas después, el cadáver de su madre aparece en un solar abandonado. A la detective Kim Stone le da la impresión de haber sido un asesinato rápido y funcional. Pero sus instintos le dicen que, en este crimen sin sentido aparente, hay más de lo que puede descubrirse a simple vista. ¿Por qué matar a una joven madre que solo había salido de compras con su hija? Poco después, en un parque de la localidad, aparece una segunda víctima con el cuello roto. Su hijo, de seis años, ha desaparecido. Cuando al escritorio de Kim llega una carta manuscrita en la que el asesino le pide ayuda, le suplica que lo detenga y le ruega que impida que siga haciendo lo que hace, Kim sabe que se le acaba el tiempo para rescatar al niño sano y salvo. Con la ayuda de un grafólogo y una criminóloga, la detective y su equipo se adentran en la mente del asesino hasta descubrir algo estremecedor. Algunas de las víctimas tienen arañazos en las muñecas. Pero no son marcas al azar. El asesino está usando ese medio para comunicarse con alguien. Las preguntas son: ¿Qué dicen?, ¿con quién se comunica? Kim tiene que resolverlo deprisa, o muy pronto otra alma inocente morirá.
Sentada en una habitación sin ventanas, se le revuelve el estómago. El tipo le ha quitado el teléfono y lo ha destrozado con el tacón del zapato. Ahora baja la cara y se la pone a pocos centímetros. Para ella, ya no hay vuelta atrás. Su vida, tal y como la conocía, se ha acabado. La detective Kim Stone acude a un establecimiento de la localidad y lo que ve la deja atónita. Del hombre que tiene delante ha quedado muy poco como para identificarlo con la foto del carné de conducir. Ahora sabe que se enfrenta al asesino más enfermo con el que se haya topado nunca. Pero, mientras comunica la devastadora noticia a Diane Phipps, la esposa de la víctima, Kim nota que algo no encaja en la reacción de la mujer. Veinticuatro horas más tarde, Diane se ha esfumado con toda su familia. Aparece un segundo cadáver. En una reserva natural de la localidad, han clavado a un hombre al suelo. Desesperados por encontrar una rápida solución, Kim y su equipo desentrañan una pista vital, un secreto ferozmente guardado que no solo vincula a ambas víctimas, sino que podría costar aún más vidas. Y es un secreto que también protegen algunos policías. Enfrentada a las mentiras de aquellos en quienes debería confiar, así como de familiares que no quieren revelar nada, Kim navega en las aguas más profundas de su carrera. Y, por si eso fuera poco, Tracy Frost, la reportera local, abre la caja de Pandora en el caso de una mujer asesinada por su marido un año antes. ¿Qué motiva a este homicida sanguinario, que se ensaña con sus víctimas de una manera tan metódica? Para atraparlo, Kim debe ahondar en sus motivaciones. Pero ¿conseguirá desvelar la terrible verdad y detenerlo antes de que ataque de nuevo?
Sólo ha pasado un día tras la muerte de su joven esposa, pero el policía finlandés Kimmo Joentaa, incapaz de asumirlo, quiere volver al trabajo cuanto antes. No puede soportar quedarse ni un segundo más en su casa, situada frente a un lago de belleza inquietante, en un solitario paraje a las afueras de Torku. En la comisaría, su jefe, el antipático Ketola, acepta asignarle un nuevo caso: una mujer ha aparecido muerta en su casa, asfixiada en la cama con una almohada.
La puerta no ha sido forzada, no ha habido robo, no hay móvil. Joentaa no tardará en descubrir que se enfrenta a un escurridizo asesino en serie que se gana la confianza de sus víctimas y se obsesionará con la investigación. La angustia que ambos sienten acabará creando una extraña empatía entre el criminal y su perseguidor.
Nadie sabe mejor que Kimmo Joentaa lo que significa perder para siempre a un ser querido; lo que se siente cuando al miedo le sucede el convencimiento íntimo de que un ser querido nunca volverá, pues no ha podido rehacerse todavía de la muerte de su esposa. Eso explica también que el comisario de Turku, en Finlandia, se niegue a arrebatar la esperanza de los padres de Sinikka Vehkasalo, quienes confían en que su hija, desaparecida sin dejar rastro, siga aún con vida. Aunque él lo sabe, no le queda otro remedio que callar. Pero el paralelismo es demasiado evidente. En el mismo lugar, hace treinta y tres años, se cometió el asesinato, nunca esclarecido, de una muchacha mientras paseaba en bicicleta. Y Kimmo no es el único que ha llegado a esa conclusión, sino también su viejo colega Ketola, retirado desde hace pocos meses, pero que llevado por la esperanza de hallar por fin respuesta a las incógnitas de antaño, se lanzará a investigar de nuevo el viejo caso todavía pendiente.
Un frío día de Navidad el médico forense Patrik Laukkane aparece apuñalado en el bosque. Sus compañeros de la policía de Turku, entre ellos el agente Kimmo Joentaa, empiezan a investigar su entorno, convencidos de que su muerte está relacionada con su trabajo policial. Pero cuando, pocas horas después, aparece asesinado un modelador de muñecos anatómicos que participó en un programa de televisión en el que también tomó parte Laukkane, todas las pesquisas se centran en la polémica emisión, sobre todo tras descubrirse que el presentador que los entrevistó ha escapado a duras penas de sufrir la misma suerte que ellos. Joentaa no tarda en intuir que las muertes están relacionadas con los casos que se trataron durante el programa, pero no consigue descubrir la conexión: ¿encontrará la verdad a tiempo de impedir que el asesino complete su venganza presentándose personalmente en el programa?