La Cruzada Sombría se propaga a través de Ultramar, con la 34.ª Compañía de los Portadores de la Palabra cayendo sobre el aislado mundo de Percepton Primus. Mientras los combates degeneran en un programa de exterminio, el amargado comandante Sor Talgron comienza a cuestionarse su papel en el gran esquema de Lorgar; para alguien que estuvo al lado de los primarcas y altos señores en los grandes salones del Palacio Imperial, ¿qué gloria puede haber ahora en castigar a los advenedizos hijos de Guilliman? Pero el precio de la duda se conoce demasiado bien y si los Portadores de la Palabra nunca podrán volver triunfantes a Terra, entonces deberán purgar los últimos vestigios de tal incredulidad de la faz de la galaxia…
En la Franja Este, el reino de Ultramar resiste en solitario. Tras sufrir el ataque de los Word Bearers en Calth y la subsiguiente Cruzada de las Sombras contra los Quinientos Mundos, el primarca de los Ultramarines, Roboute Guilliman, llama a todas las fuerzas leales a Macragge con la visión de un nuevo futuro para la humanidad. La creciente llegada de fugitivos de la guerra que ya ha envuelto al resto de la galaxia hace imposible distinguir entre amigos y enemigos. Aislado de Terra por temibles tormentas disformes, ¿planea Guilliman llevar a cabo un pulso de poder para rivalizar incluso con el Señor de la Guerra renegado Horus?
De todas las Legiones Astartes, los White Scars de Jaghatai Khan siguen siendo los más enigmáticos y escurridizos. Nacidos en una civilización que premia el honor, la velocidad y una lealtad absoluta, sigue sin estar claro de qué lado se decantan a pesar de que la galaxia está siendo destruida por la traición de Horus y de que ambos bandos cuentan con ellos entre sus potenciales aliados en la guerra que está por venir. Sin embargo, cuando la Alpha Legion lance un ataque simultáneo e inexplicable contra los White Scars y los Space Wolves, Khan deberá decidir de una vez por todas si apoyará al emperador, al señor de la guerra… o a ninguno de ellos.
Tras el desastre de la Masacre del Desembarco de Isstvan V, un ejército maltrecho y menguado de Iron Hands, Raven Guard y Salamanders se reagrupa en un mundo muerto aparentemente insignificante. Mientras rechazan los ataques de toda clase de criaturas monstruosas, estos aliados a regañadientes hallan la esperanza en los refugiados humanos que huyen de la creciente guerra y han quedado a la deriva en las mareas de la disformidad. Pero mientras los Space Marines crean un refugio en las junglas de Pythos, aparece una oscuridad que amenaza con consumirlos a todos…
Durante mucho tiempo, la V Legión se extendió por todo el imperio, ignorando la rebelión del Señor de la Guerra y la contienda que inevitablemente siguió. Cuando su primarca, Jaghatai Khan, se había asegurado de que la senda ante ellos era justa y verdadera, los White Scars eligieron un bando, llevando la lucha a los traidores en todos los frentes. Pero, cuatro años después, el espíritu desenfrenado de la Legión se ha visto interrumpido por una implacable guerra contra la Guardia de la Muerte y los Hijos del Emperador: los Cazadores de tormentas del Khan deben encontrar una ruta clara hacia Terra si quieren participar en la apocalíptica batalla final.
Con los Dark Angels esparcidos por un centenar de sistemas, el primarca Lion El’Jonson se alza como señor protector de Ultramar… aunque sus verdaderos motivos solo los conocen unos pocos, y las viejas rivalidades de su mundo natal amenazan con partir la legión en dos. Sin embargo, cuando reciben noticias del ataque de los Night Lords a Sotha, los brutales actos del León sitúan el Imperium Secundus de nuevo al borde de la guerra civil. Ni siquiera los guerreros más temibles de la compañía de la Deathwing, ni tampoco los secretos arcanos de la Orden, pueden garantizar la victoria si él mismo se opone a sus hermanos leales. Varios relatos bélicos y de acción en la lucha contra las fuerzas de la oscuridad componen la trigésimo séptima octava de esta saga legendaria.
Después de Isstvan, después de «Deliverance», la Raven Guard todavía resiste. Su primarca, Corvus Corax, ha reunido a incontables guerreros bajo su estandarte y contraataca a las fuerzas del Señor de la Guerra en todos los frentes: de los degenerados hereteks del Mechanicum a los crueles legionarios de los Sons of Horus, nadie escapará de su ira. Sin embargo, aunque Corax ha logrado detener la corrupción física de sus Space Marines, ¿qué hay de sus almas? ¿Qué siniestro final aguardará a aquellos que caminen para siempre en la oscuridad? Esta antología contiene todos los relatos de Gav Thorpe de la Raven Guard de la Herejía de Horus: las novelas cortas «Forja de almas» y «Señor de los cuervos» y los relatos cortos «Los amos de las sombras», «El valor del miedo» y «Raptor». También incluye la novela corta «Weregeld», completamente nueva, que lleva la leyenda de Corax a su siniestra conclusión.
Mientras la rebelión de Horus ruge por toda la galaxia, se libra una guerra muy distinta entre los muros del Palacio Imperial. La Guardia Custodia de los «Diez Mil», junto a las Hermanas del Silencio y las fuerzas del Mechanicum del fabricador general Kane, lucha por el control de los puntos de nexo de la ancestral telaraña eldar más cercanos a la Tierra, infestados de entidades demoníacas después de la intrusión de Magnus el Rojo. Pero ahora que se cuentan legionarios traidores y titanes de combate entre las fuerzas del Caos, el cerco al Mundo del Trono se cierra y solo el mismísimo Emperador podría tener esperanzas de prevalecer. Por fin, se revelarán los secretos del proyecto del Emperador debajo de Palacio, y verás al Emperador más de cerca que nunca.
Imperium Secundus. Incitados por esta noticia, Sanguinius, Guilliman y Lion El’Jonson se comprometen a defender al Emperador y expiar sus pecados. Pero la Tormenta de Ruina, un torbellino del Caos de proporciones astronómicas, oculta a los primarcas el camino hacia el Mundo del Trono. Ahora, las flotas de las tres legiones parten de Ultramar, y los primarcas no piensan detenerse ante nada para cumplir su misión, alcanzar la redención y proteger el destino mismo de la galaxia. No obstante, un pérfido enemigo observa cada uno de sus movimientos y conspira contra los puntos débiles de los hijos descarriados del Emperador.
Cuarenta mil años en el futuro, el Imperio humano lucha por sobrevivir contra sus implacables enemigos. El inquisidor Jaq Draco descubre un complot que amenaza el futuro psíquico de la humanidad. ¿Podrá desentrañar el rastro de la conspiración antes de que él mismo sea destruido por sus mortales garras?Deslumbrante y frenética, esta primera entrega de la trilogía «Guerra de la Inquisición» de Ian Watson presenta una visión única del universo de Warhammer 40000.
En un tiempo siniestro y oscuro, la Inquisición protege a la humanidad de sus muchos enemigos, tanto de los demonios como de los alienígenas. Sin embargo, ¿quién protegerá a la humanidad si la Inquisición se corrompe?Agentes secretos al servicio de entidades oscuras y otras figuras misteriosas están planeando infligir esclavitud mental a la raza humana en un intento de crear un arma psíquica del fin del mundo. Pero si el arma falla, la esencia de la realidad podría destruirse para siempre. El renegado Jaq Draco y su variopinto grupo se encuentran atrapados en una guerra en la que nadie puede vencer… A no ser que él acceda de algún modo a los secretos ocultos en la legendaria Biblioteca Negra.
En la galaxia desgarrada por la guerra del cuadragésimo primer milenio, la sagrada Inquisición libra una lucha interminable para proteger a la humanidad de la corrupción de los Poderes Oscuros. Desolado por la muerte de su aliada más cercana, el inquisidor renegado Jaq Draco se prepara para entregar su alma a los dioses del Caos y así lograr descubrir el lugar mítico donde el tiempo vuelve atrás y los muertos pueden alzarse de nuevo. Sólo mediante la renuncia a su fe inquebrantable en el Dios Emperador puede lograr ese objetivo…¡y una eternidad de condenación!
Cuando Horus cayó, sus hijos cayeron con él. Con una legión rota, acosada por las rivalidades y perseguida por sus antiguos aliados, los antiguos Lobos Lunares se han dispersado a través del reino torturado del Ojo del Terror. Y nada se ha oído de Abaddon, el más grande de los seguidores del Señor de la Guerra, desde hace muchos años. Pero cuando el cuerpo de Horus es arrebatado de su sepultura, una confederación de legionarios buscar al antiguo primer capitán para convencerlo de aceptar su destino y continuar lo que Horus empezó.
La aparición del demonio Ghargatuloth pone en peligro a todo el universo. Es necesario vencerlo antes de que caos se apodere de la realidad. Los Caballeros Grises, legendarios cazadores de demonios, son el Capítulo designado para enfrentarse a él. La acción está segurada. ¿Podrán conseguirlo antes de que sea demasiado tarde?
La secuela de la afamada novela de Ben Coutner, Los Caballeros Grises, lleva al Juez Alaric y a sus hermanos de batalla a una nueva aventura. Los Caballeros Grises son enviados a Chaeroneia, un planeta que se había esfumado hace cien años y que ha reaparecido misteriosamente, para investigar si ha sido corrompido por el Caos. Lo que encuentran es más siniestro que sus peores pesadillas. Marcada por la acción y por un ritmo trepidante, El Adeptus oscuro enfrenta cara a cara a los Caballeros Grises con los Sirvientes de la Oscuridad y sus monstruosas máquinas poseídas.
Después de que las fuerzas imperiales sufrieran una aplastante derrota a manos del Caos, Alaric, el caballero gris, es capturado y llevado a un mundo demoníaco en el Ojo del Terror. Desprovisto de su armadura y de sus armas, se ve obligado a luchar como gladiador para sus señores, quienes adoran al dios Khorne.Solo podrá escapar si encuentra un arma legendaria con el poder suficiente como para destruir a las fuerzas del Caos que lo mantienen prisionero. Obligado a someterse a la voluntad del Dios de la Sangre y a convertirse en un verdadero monstruo, deberá combatir mutantes, xenos, guerreros del Caos y al terrible Duque Venalitor para poder liberarse del yugo de sus captores.
Un grupo de guerreros llamados los Ángeles Sangrientos libran una lucha sin esperanzas en el remoto mundo de Cybele contra sus peores enemigos, las fuerzas del Caos. Cuando uno de ellos encabeza un contraataque glorioso que obliga al enemigo a retroceder, corre el rumor de que se trata de una señal divina. Sin embargo, los acontecimientos no tardan en escapar del control de todos cuando las fuerzas del Caos revelan un plan terrorífico.
Los marines espaciales Ángeles Sangrientos están a punto de verse desgarrados por un cisma religioso. El hermano Arkio proclama ser la reencarnación de Sanguinius, el padre físico y espiritual de los Ángeles Sangrientos, y ha establecido una regla muy simple: obedéceme o muere.Rafen, el hermano de Arkio, tiene sus dudas, pero todos los que cuestionan la autoridad de Arkio son silenciados para siempre. Mientras tanto, y debido a las maquinaciones siniestras del inquisidor Stele, el escenario para lo que podría ser la destrucción y la condenación de todo el capítulo de los Ángeles Sangrientos está preparado.
La fuerza del Capítulo de los Ángeles Sangrientos se ha visto muy mermada tras los trágicos acontecimientos que llevaron a sus miembros al borde de la guerra civil. Los Ángeles Sangrientos deben actuar, y hacerlo con rapidez, antes de que sus enemigos se percaten de su debilidad y les ataquen. Con los ánimos encendidos, y con su planeta natal repleto de mutantes, ¿podrán los Ángeles Sangrientos y sus Capítulos sucesores dejar a un lado sus rivalidades y reconstruir sus fuerzas antes de que sea demasiado tarde?
Esta vez, los Ángeles Sangrientos se enfrentan a los feroces Demonios de la Sangre, tras haberles impedido arrasar su planeta de origen, Baal.Al mismo tiempo, salen en búsqueda de quien casi destruye a su Capítulo: Fabius Bilis. Pero cuando localizan al traidor Marine del Caos en su base secreta de Dynikas IV, un planeta asediado por tiránidos, descubren un horror aún más terrible que sus peores pesadillas. Tendrán que recuperar la muestra de sangre que ha sido robada a su primarca antes de que Fabius Bilis lleve a cabo sus siniestros planes. ¿Podrán conseguirlo?