La inquietud creadora de Manuel Arce le ha llevado a iniciar otra experiencia literaria: la novelística. La prueba más brillante de esta faceta, hasta hoy inédita, del gran escritor la encontramos en Testamento en la montaña. Esta novela, que obtuvo el Premio Concha Espina 1955, patrocinado por el Ayuntamiento de Torrelavega, constituye una magnífica lección de instinto narrativo. Con gran simplicidad de elementos crea las situaciones dramáticas y mantiene un ritmo narrativo inmenso sin necesidad de recurrir a recursos efectistas. Maneja el diálogo con una maestría que denota unas grandes dotes de observación y un estudio profundo de los caracteres.
Héctor Vázquez-Azpiri nació en Oviedo, en el año 1931. Se trata, pues, de uno de los más jóvenes escritores con que cuentan hoy las letras españolas. Estudió el bachillerato en Gijón, y con posterioridad pasó a la Facultad de Filosofía y Letras, primero en Oviedo y luego en Madrid. Ha hecho crítica de arte y ha vivido una insólita experiencia: la de ser secuestrado, durante el verano de 1951, en Llanes. La aparición de Héctor Vázquez-Azpiri como novelista tiene un carácter resonante al llegar a finalista en el Premio Eugenio Nadal 1955, con su novela Víbora. Se advierte en seguida que se trata de una auténtica revelación literaria, pues es una obra que posee una marcada personalidad. Víbora centra el relato en unos tipos humanos de extraordinaria fuerza, y mantiene la tensión narrativa en forma admirable, a través de un estilo de gran modernidad y plástico atractivo. Obra dura, de situaciones violentas y personajes crueles, cuya acción se localiza en Méjico y en España.
Margaret Kennedy, la gran escritora inglesa, nació en Londres y se educó en el Cheltenham Ladies College y en el Sommerville College de Oxford. Sus primeras obras fueron A Century of Revolution y The Ladies of Lyndon. Pero es a partir del año 1924, con la aparición de su famosísima obra La ninfa constante , cuando su celebridad se impone ya definitivamente. A este éxito siguen nuevos libros, como el apasionante relato Cuenta nueva , publicado en esta misma Colección.
Los oráculos es una extensa novela muy representativa de Margaret Kennedy, pero al mismo tiempo profundamente original. Con su estilo luminoso, entre tierno y brillante, Margaret Kennedy construye en «Los oráculos» un maravilloso retablo de la vida cotidiana en una pequeña localidad, cuya ambientación y clima ha sido perfectamente construido y perfilado. La palpitación humana de cada personaje está descrita con una inimitable ironía, y en la mezcla de todos los elementos del relato la autora acredita su magistral habilidad.
Pablo Marín vive estrechamente en un cuartucho de su mísero salario de funcionario de Correos. Pablo hace castillos en el aire sobre posibles subsidios y subidas de sueldo que le permitan salir de tanta miseria. Su mujer, Teresa, hundida en el tedio y la rutina, también fantasea con los tiempos en los que podría haber conseguido un marido mejor. Pero los cosas empeoran. Tienen que abandonar la habitación que —con la carestía de los años 50— ya no pueden pagar. Se instalan, al fin, en otra igual de mísera, pero un día, al volver del trabajo, Pedro descubre que las cosas todavía pueden ir a peor…Uno de los aciertos de Funcionario público radica en que esta trama vulgar —la carestía de la vida y de la vivienda, en particular, en la España de los 50— se convierte en el eje del relato. Los personajes viven un proceso de desilusión y escepticismo ante el que se limitan a estar, maniatados por la pasividad. Padecen y son víctimas de unas circunstancias fuera de su control.Funcionario público fue la primera novela escrita por una mujer que se ajusta a los procedimientos teóricos del Realismo Social. La técnica narrativa se basa en un narrador omnisciente, en tercera persona, que crea la ilusión de objetividad, incluyendo, entre otras fórmulas, retazos de artículos de los periódicos de la época. La enunciación de los pensamientos, ideas y preocupaciones de los personajes, los que no comunican a los demás y tienen en ocasiones un tono irónico, amargo y mordaz, los expresa ese narrador en un monólogo —que tipográficamente aparece entre paréntesis— que refleja el proceso mental de la conciencia individual.
Aventuras bélicas del sargento Asch, que se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial, transcurre en un doble escenario. Por un lado el frente, un frente curiosamente tranquilo, donde las escenas de combate son escasísimas, pero el frente de todos modos. El sargento Asch tiene que compartir su triste alojamiento con el capitán, y ocuparse de los servicios de retaguardia, pues de ello se trata mayormente: organizarse para combatir lo menos posible y mantenerse lo más a retaguardia que se pueda. Todo esto vendrá a trastocarlo, por supuesto, uno de los personajes clásicos de Kirst: el oficial prusiano que quiere distinguirse. El otro escenario de la novela es el cuartel, donde el sargento hará todo lo posible para convencer a todo el mundo de su habilidad como instructor y de que el artillero Vierbein se ha convertido en el soldado perfecto gracias a él.
Enrique Nácher nació en Las Palmas. Cursó la carrera de Medicina, y durante sus estudios fundó y dirigió un periódico de humor titulado El Búho Vivo. Estrenó también entonces dos revistas teatrales: Vampiresas 1933 y The Buho Vivo Revue. Después se dedicó a sus tareas profesionales, hasta que presenta tres novelas al Premio Nadal del año 1949, siendo dos citadas con mérito hasta quedar Buhardilla clasificada en tercer lugar.
En Guanche , Enrique Nácher logra una sugestiva interpretación de los tipos raciales de las Islas Afortunadas, hombres y mujeres canarios moviéndose ante un exuberante fondo de plataneras, viviendo y moviendo sin traicionar su peculiar idiosincrasia. Transcurren por estas páginas personajes de recia contextura psicológica, y arrancando de un episodio trágico, el argumento se remonta, fluctúa entre lo amable y lo áspero y se cierra en un final que acredita las dotes del novelista. Esta obra se hizo acreedora del Premio Pérez Galdós otorgado por la Casa de Colón en Las Palmas de Gran Canaria.
Verás el cielo abierto es una bella historia en la que una niña, desamparada física y espiritualmente, quiere convertirse en heroínas de una nueva aparición de la Virgen y la finge en connivencia con otros dos pequeños en una presa en construcción. Tema que le ofrece la posibilidad de conjugar el más acendrado lirismo con la injusticia social y el desamparo obrero.
Recopilación de algunas novelas, historias y narraciones escritas entre 1953 y 1956. Publicadas también durante estos cuatro años, creo, sin embargo, que resultarán nuevas para los lectores de este libro.
Entre visillos se desarrolla en una ciudad de provincias durante los años cincuenta. A través de las conversaciones entre varias mujeres, Martín Gaite, una de las voces más importantes de la llamada generación de la posguerra, retrata las actitudes conservadoras y de hipocresía imperantes en aquella época, cuando se vivía todo de puertas para dentro. Una existencia rutinaria imprime un tempo lento a esos eternos días grises, faltos de imaginación.La escritora, que recibió por esta obra el Premio Nadal en 1957, denuncia la situación femenina con claro inconformismo e ironía pero, a la vez, con ternura y cierta nostalgia.
Pintado sobre el vacío supone el segundo triunfo de Manuel Arce. En esta novela, ganadora del Premio Estanislao Abarca, desarrolla el caso de conciencia que se plantea un escritor ante la muerte de su mujer, a la que no era enteramente fiel, a causa de un accidente que se ignora si ha sido fortuito o deliberado. El relato, merced a una prosa dúctil y expresiva, posee una fuerza sugestiva, asentada en el original desarrollo y enfoque, a la que es imposible sustraerse.
Manuel V. Peña nació en Santiago de Compostela, en cuya Universidad se licenció en Medicina. Premiado varias veces por sus trabajos de investigación, algunos de gran resonancia. Ha vivido, durante unos años en distintos países de Hispanoamérica. Publicó La vida entre la muerte y la tumba (Germen, Portugal), primer ensayo de cierta envergadura. Su Semblanza apasionada de Galicia fue reproducida por numerosas publicaciones de España y América. Sus ensayos sobre arte y artículos han visto la luz en distintos países y pasan del centenar. Ahora vive en La Coruña, a la que describe en La ruta , relato que quedó brillantemente clasificado en el Premio Eugenio Nadal 1957. Nada se ha escrito en España sobre la vida de los puertos pesqueros que tenga un interés tan apasionante como La ruta. Manuel V. Peña ha compuesto un brillante retablo en el cual, los tipos que por él desfilan, el ambiente que los envuelve y el brillante colorido, otorgan a esta novela sobre la gente que vive dedicada al negocio del pescado, singulares calidades literarias.
El pez sigue flotando es una novela social; narra unos meses de la vida de los inquilinos de una casa de vecindad en el Madrid de finales de los cincuenta. Los seres ficticios, representantes de la clase media, intentan comportarse acordes con la etiqueta de esta sociedad. Sin embargo, no siempre resulta fácil renunciar a los propios deseos, amoldarse sin manifestar un mínimo signo de voluntad propia. Los apuros internos que sufren remiten directamente a la sociedad real, franquista, de grandes contrastes y conflictos y donde, sin embargo, en el fondo nunca cambia nada.Esta novela tiene una estructura muy original para la época: una obra que se compone de varias historias autónomas pero interdependientes, intercaladas en una novela dentro de la narración marco. Lena Rivero, álter ego de Dolores Medio, no sólo observa a sus vecinos y los convierte en personajes de la novela que está escribiendo, sino que denuncia anomalías de la sociedad, como la envidia, la preocupación por el qué dirá la gente y la hipocresía.
Alfred Andersch nació en 1914 en Munich. Pronto abandonó la tradición burguesa y, a los dieciocho años, era ya un directivo de la juventud comunista. Después del fracaso del Partido en 1933, en Alemania, fue internado en Dachau y no tardó en romper su relación con el comunismo. Luego de trabajar como empleado en una industria, en 1944 escapó a Italia buscando mayor libertad. Hecho prisionero por los americanos, a su regreso empezó una magnífica carrera literaria, de la cual Zanzíbar o la última razón es una pieza insuperable.
Esta dramática y delicada novela es un canto emocionante a la libertad. Los protagonistas son Gregorio, instructor del Partido, Knudsen, pescador, Judit, una muchacha judía, Helander, sacerdote, y un muchacho. Pero es indudable que siempre habrá hombres que tendrán que huir y esta inolvidable novela será para todos una fuente inagotable de deleite y esperanza, que cautivará por la dureza de su dramatismo y por la fuerza de su poesía.
El malestar se extiende desde Polonia hasta Berlín. Aunque los políticos y militares del Este y del Oeste intentan controlar el levantamiento, se ven abrumados por los acontecimientos. En seis días, Europa se hunde en una caída que nadie quería. Los que prepararon la guerra perecen en ella. Los que no la querían también pagaron con su vida. Todo terminará en veinticuatro horas…
En su informe sobre los últimos días de Europa, Hans Hellmut Kirst describe un acontecimiento que no ocurrió pero que podría sucedernos cualquier día: la Tercera Guerra Mundial, un gigantesco ataque nuclear que arrasa con todo lo que el hombre ha creado a lo largo de los siglos. Kirst no confió sólo en su imaginación. La descripción del proceso político-militar y de la catástrofe nuclear se realizó con la colaboración de reconocidos expertos.
En un país latinoamericano imaginario triunfa una revolución. Su cabecilla, héroe popular, llega al poder tras asesinar al tirano. Instalado en él, en un paralelismo trágico y grotesco, reproduce el mismo ciclo histórico que su antecesor: tiranía, crímenes, intrigas de sus colaboradores, conatos de sublevación... y, por último, la muerte a manos del pueblo en una salvaje acción incontrolable. Con «El carnaval de los gigantes», Claudio Bassols, cuya producción literaria se había limitado hasta el momento a colaboraciones con la radio, mostró la verdadera medida de sus posibilidades narrativas. El ritmo de esta novela, una mezcla de realismo y fantasía que quedó finalista en el Premio Nadal de 1958, cautivará y atraerá la atención del lector desde las primeras páginas.
Las diez mil cosas es una novela que puede leerse como una antología de relatos.En la primera mitad del siglo XX, en una isla del archipiélago de las Molucas, se conservan ya pocos de los antiguos jardines de especias, en uno de ellos vive Felicia «la dama del Pequeño Jardín», última descendiente de una familia holandesa propietaria de plantaciones de nuez moscada. Toda su familia ha muerto hace ya tiempo, y aunque en apariencia no le queda nada, Felicia vive rodeada por la presencia de un sinfín de cosas: su casa, el bosque, el mar, los aromas de la isla, sus recuerdos y fantasías… Leyendas e historias reales que terminan trágicamente se entrecruzan en un lugar donde la pena y el dolor no logran alterar el equilibrio natural de la existencia, y donde el pasado tiene tanta fuerza como el presente.Publicada por primera vez en Holanda en 1955, Las diez mil cosas fue reconocida inmediatamente como una obra mágica sin parangón en la literatura occidental. Una visión arrebatada de un mundo tan real e íntimo como exótico; un libro que es, a la vez, un lamento y un canto a la naturaleza y a la vida.
Lahistoria que nos cuenta La piqueta esvulgar, casi trivial, pero esconde un hondo dramatismo: una familia deinmigrantes que vive en un desolado descampado del extrarradio de Madrid,recibe la noticia de que su vivienda, una chabola construida ilegalmente, va aser derribada por orden municipal. Sobre los personajes, todos pertenecientes—aunque en la novela no se dice— a la casta de los vencidos en la Guerra Civil,se cierne la irracionalidad de una dictadura a la que no podía nombrarse. Lamisma piqueta alcanza una dimensión simbólica como instrumento de la represiónde sus víctimas, seres perpetuamente humillados que ni siquiera tienen lacapacidad de rebelarse o de oponer resistencia al desahucio. Escrita con unlenguaje deliberadamente desnudo y tenso en el que se introducen giros del hablapopular de la época, esta novela, la primera que publicó su autor, señaló unnuevo camino a la narrativa española de su tiempo.
Manfred Gregor nació en Tailfingen en 1929, trasladándose a la Alta Baviera, donde en 1945, en el último mes de la guerra y contando dieciséis años, fue incorporado a la lucha. Luego trabajó para costearse los estudios, y desde 1954 dirige la sección extranjera de un periódico.
El puente es su primera y afortunadísima novela, pues ha sido traducida ya a todos los idiomas y llevada al cine. El tema es apasionante: en mayo de 1945 siete muchachos movilizados reciben la orden de defender un puente durante unas horas para frenar el avance americano. Muere el sargento que los mandaba, que estaba resuelto a enviarlos a sus casas, y cada muchacho queda a solas con su destino. Gregor cuenta con una fuerza insuperable la historia dramática de esa juventud engañada, de la cual es él mismo un portavoz autorizado, y no es de extrañar, por tanto el éxito mundial de esta tierna y áspera novela.
Joaquín, un joven jornalero granadino, se ve obligado a emigrar para trabajar en las minas. El amo de su pueblo se niega a arrendarle tierras para trabajarlas, y los jornales de peón agrícola no alcanzan para vivir.El trabajo de minero es duro, inhumano, y las medidas de seguridad, escasas, pero el sueldo y los destajos le permiten a Joaquín alquilar una casa, y empezar a soñar con volver a su pueblo y comprar unas tierras para trabajarlas.Narrada con un estilo preciso, periodístico, La mina tiene una fuerza extraordinaria. Los problemas de sus protagonistas y sus esperanzas, que cada uno expresa a su manera, adquieren en esta novela un relieve grandioso. Los personajes se integran fuertemente en su contexto social e histórico que, en definitiva, es lo que les da una explicación. Aunque se ha adscrito esta novela a la corriente literaria del «realismo social», quizá sería más correcto considerarla como «realismo histórico» en el sentido marxista del término.La mina resultó finalista del Premio Nadal de 1959.
Temperamentales está protagonizada por un grupo de enfermos reunidos al azar en la fonda de un pueblo de alta montaña. Al tiempo que intentan recobrar la salud se exacerban en ellos las pasiones amorosas y eróticas. La mojigatería y el puritanismo externo de la época (la posguerra española), son una traba constante para los escarceos de estos temperamentales. Su misma moralidad les llena de contradicciones y falsas soluciones. Una endemoniada partida de damas con que distraen el tedio, concede un original e inesperado final al relato.Temperamentales es una novela llena de lirismo y desgarro. El estrecho pero hirviente mundo descrito en ella era bien conocido por Candel, que había estado en un lugar parecido recobrándose de una tuberculosis, enfermedad por entonces mortal en muchos casos. Candel lo describe con causticidad y agudo sentido de la observación, no exento de ternura y humanismo.