«Es evidente que, de no haberme puesto a escribir este libro a los veintiún años, me hubiese suicidado. En el estado en que me hallaba en esa época, sólo podía escribir un libro excesivo y que en cierto momento raya en el delirio. El título es pomposo y trivial a la vez. La expresión se utilizaba con mucha frecuencia en la rúbrica necrológica de los periódicos de entonces: a propósito del menor suicidio, se evocaban las “cimas de la desesperación”. Yo tenía varios títulos, pero no acababa de decidirme por ninguno de ellos. Un día, en el café al que acudía todas las tardes, pregunté al camarero: “De estos títulos, ¿cuál prefiere?”. Me quedé con el que más le gustó a él. A casi todos los lectores de este libro les ha llamado la atención algo que me parece exacto: que contiene todos los temas —o, más precisamente, todas las obsesiones— que han dominado mi vida y que, afortunada o desgraciadamente, continúan haciéndolo». (E. M. Cioran).
Hubo un tiempo en el que la filosofía no era una profesión, ni una actividad literaria, ni siquiera un «corpus» de conocimientos vinculado a unos temas considerados filosóficos. Era simplemente un arte de vivir. El objetivo al practicarla no era obtener un grado académico o unos ingresos por enseñarla, era una forma de llegar a ser más justo, más sensato, más razonable, más sereno, más sincero, más respetuoso, más magnánimo, más libre. Era una forma de conseguir, como se diría ahora (salvando las enormes distancias de calidad y profundidad) un «crecimiento personal». El «Enquiridión» o «Manual de Epicteto» hay que encuadrarlo en esta visión ética de la filosofía. Se trata de una pequeña recopilación o resumen de las «Disertaciones según Arriano», disertaciones que son una transcripción casi taquigráfica de las enseñanzas de Epicteto hecha por su discípulo Lucio Flavio Arriano, también conocido como Arriano de Nicomedia.
Gustavo Bueno ofreció unas lecciones, en el XI Curso de Filosofía de la Universidad de La Rioja, dedicado a Filosofía del Deporte. El deporte en las sociedades del tercer milenio (Santo Domingo de la Calzada, julio de 2014), que tituló «Ensayo de una definición filosófica de la Idea de Deporte» y «Deporte, Naturaleza, Cultura y Educación». Este libro ofrece la reelaboración de aquellas lecciones. En su introducción trata sobre el alcance de la expresión filosofía del deporte en el conjunto histórico de la filosofía. Una primera parte analiza las definiciones en general (filosóficas y no filosóficas) del deporte. La segunda parte trata de las definiciones no filosóficas (positivas y pseudofilosóficas) del deporte. En una tercera parte se ensaya la composición de una definición filosófica del deporte. Y dedica un final a las reflexiones (filosóficas, no sistemáticas) en torno al deporte. «Desde la perspectiva del materialismo filosófico puede concluirse que sólo regresando a escala de ideas filosóficas tales como la de Homo sapiens, Cultura, Libertad, Derechos Humanos, es posible encontrar un criterio de discriminación entre lo que pueda ser deportivo y lo que no lo sea.»
«Essays or Counsels Civil and Moral». Colección de 28 ensayos o «consejos políticos y morales» de Francis Bacon (1561-1626), publicados los diez primeros en 1597, aumentados hasta 38 en la edición de 1612 y luego hasta 58 en la edición impresa en Londres. En 1638 se publicó una traducción latina, debida toda o en parte al propio Bacon, con el titulo «Sermones fideles sive interiora rerum». Independientemente de su valor específico les «Ensayos» imprimieron un sello indeleble en la literatura inglesa, en la cual, la tradición ensayista se perpetúa hasta hoy; influyeron por su tendencia a la sencillez que casi se convierte en sequedad, a la frase breve y densa de sentido, a las imágenes escultóricas y raras. Junto a estas dotes estilísticas, se nota en ellos la influencia (casi antitética) de su época de eufuísmo, de poesía «metafísica», imaginativa con cierta tendencia a la extravagancia. En sus «Ensayos» Bacon sigue los textos y las tesis autorizadas con cómoda sabiduría, que tiene cuenta de la experiencia de la vida; y por ser él, hombre de mundo ávido de honores y de triunfo social, sus ensayos son «consejos civiles y morales» con un fin utilitario: enseñar a comportarse para medrar en esta vida, y a pesar de su tono elevado y su originalidad verbal, están inspirados en un maquiavelismo inferior sin impulsos generosos, sin dudas ni luchas interiores. Es característico a este respecto el «Ensayo sobre la unidad en la religión». En una época trastornada por violentas luchas religiosas, Bacon no se plantea el problema religioso: acepta servilmente la religión de Estado, condenando genéricamente toda forma de herejía, de fe individual y toda discusión que ahonde en ello. No ve la urgencia ni la utilidad de hacer lo contrario: lo que importa es la paz en la Iglesia, que según Bacon trae la paz de la conciencia. Primer deber, la calma; Dios no es un ideal, sino una blanda cotidianidad.
Ensayo, Crítica y teoría literaria, Espiritualidad, Filosofía
Lo reunido en este volumen son todos los ensayos de un autor que no cultivó el ensayo como género, pero que nos dejó en sus papeles testimonios de su reflexión sobre su propia labor poética en trabajos como «Sobre los diferentes modos de poesía», «Sobre el modo de proceder del espíritu poético», etc. En otros textos, Hölderlin se enfrenta con la obra de los clásicos: «Notas sobre Edipo y Antígona», «Fragmentos de Píndaro», o con temas diversos. Así: «Sobre la religión», «El devenir en el perecer» y otros. Se incluye igualmente el «Proyecto», que suele subtitularse «el más antiguo programa de sistema del idealismo alemán», que, aunque redactado materialmente por Schelling, parece haberlo sido bajo la inspiración directa de Hölderlin en 1795, y fue copiado por Hegel en 1796.
Es poco probable que en los últimos dos siglos haya existido un autor en lengua alemana tan influyente como Heinrich Heine. No sólo tuvo justa fama como poeta, crítico y ensayista exquisito, sino que el rastro de su pensamiento y su obra puede encontrarse en todas las grandes figuras de la Alemania del siglo XIX: Marx y Engels le citan como un visionario por sus opiniones filosóficas y religiosas; Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche acreditan su influencia en sus textos, y Richard Wagner, entre otros, empleó temas heinianos para dos de sus óperas. Es justo decir que Heine, con su ingenio, su agudeza y su fino sentido de la sátira, fue una de las grandes luminarias del Romanticismo y, a pesar de ello, también su verdugo. En este volumen se publican tres de las obras narrativas más ácidas e íntimas de este genio singular. De las memorias del señor de Schnabelewopski ; Noches florentinas ; El rabino de Bacherach
Este volumen de ensayos filosóficos, reúne varios escritos sobre la ética, la historia y la verdad, de los que revisten singular interés los trabajos dedicados a la exposición y análisis de las concepciones acerca de la verdad y falsedad, tal como fueron expuestas por William James, y a la crítica general del pragmatismo.(El libro contiene notas del autor y del traductor)
Este es el caso de E. M. Cioran, pensador rumano que ha llegado a ser uno de los mejores prosistas franceses del siglo. Toda su obra, que este libro estudia, es un vertiginoso despeñarse por el abismo de la clarividencia. Como él mismo dijo, «el auténtico vértigo es la ausencia de locura». Su pensamiento explora los límites del escepticismo, la experiencia de una filosofía «de momentos únicos», las consecuencias de la creación del mal, el politeísmo, la imposibilidad de la historia, la condición del amor o del suicidio... Esta es una sabiduría que se padece, que nos pone en peligro. En cada momento plantea el hondo secreto de una escritura que confina con el silencio.
Kant publicó en febrero de 1764 este pequeño ensayo sobre las «enfermedades de la cabeza» en una revista local y de forma anónima. La ocasión: la presencia de un hombre de mediana edad, con un comportamiento extravagante, al que acompañaba un niño en estado semisalvaje. En la polémica suscitada medió Kant con este Ensayo, en el que plantea con una profundidad atravesada por el humor y la ironía el interés que ofrece el salvaje a quien se proponga investigar la naturaleza que subyace al hombre.
La vocación de Antonio Alatorre por el estudio —riguroso— de la palabra y la literatura, ha fructificado en incontables ensayos y conferencias, ampliamente reconocidos por su profundidad y amena erudición. Alatorre sabe mucho y bien de lo que habla o escribe. Ese es el valor que tiene «Ensayos sobre crítica literaria». Desde hace años y en repetidas ocasiones el escritor jalisciense fue sido «instado» a reunir en un libro sus escritos dispersos en revistas. Siempre se resistió. No quería contribuir al problema de «los demasiados libros». Así fue, hasta que recibió una petición más concreta y precisa: «armar un librito con lo que he publicado sobre crítica literaria». El volumen recoge artículos suyos publicados entre 1955 y 1987.
Estos tres ensayos de Hans Magnus Enzensberger, escritos entre 1992 y 2006 y acompañados por una coda en forma de parábola escrita en 2015, nos ofrecen una clarificadora perspectiva sobre nuestra época a partir del recuento de la compleja experiencia alemana con las migraciones y la xenofobia; la constatación de que las esperanzas depositadas en los «dividendos de la paz» al final de la Guerra Fría eran vanas; el análisis de las características de un nuevo terrorismo megalómano, vengativo y adorador de la muerte, y el repaso de las brutales guerras civiles que han asolado la historia contemporánea. ¿Por qué actualizar unos textos ya publicados y reunirlos en un solo volumen? La razón es bien sencilla: los conflictos de los que tratan se han acentuado tanto a lo largo de los últimos veinticinco años que cualquier intento de minimizarlos o negarlos se ha revelado irresponsable. Es de todo punto necesario seguir hablando de estas cuestiones. Con optimismo, pero sin negar las evidencias. Hans Magnus Enzensberger inauguró con Detalles la colección Argumentos. Cuarenta y siete años después, llegamos al número 500 con este ensayo ejemplar, insoslayable, del mismo autor; cuatro textos brillantes desde el punto de vista del análisis y del pronóstico a cargo de uno de los pensadores indispensables de nuestro tiempo.
En la introducción, Gustavo Varela comenta sobre Friedrich Nietzsche: «La música, la lucha, la política, el lugar de la filosofía: Nietzsche comienza su derrotero con los pies en la Grecia antigua. Grecia no es un refugio académico sino la necesidad de abrir las branquias de una época, su época, atravesada por una modernidad que se despliega con impulso, que hace de la razón un modo único de desciframiento del mundo». En Ensayos sobre los griegos, una faceta menos conocida de la filosofía de Nietzsche es presentada: los cuatro ensayos reunidos giran en torno a la cultura griega. La música, la poesía de Homero y cuestiones relacionadas con su escritura, son algunos de los temas que se desarrollan en las páginas del libro. Friedrich Nietzsche, autor de Así habló Zaratustra, Más allá del bien y del mal, Ecce homo y Cómo se filosofa a martillazos, entre otros, aparece, en Ensayos sobre los griegos, como un filósofo rindiendo tributo a la fuente de sus pensamientos: la civilización griega.
Los artículos publicados por Herbert Marcuse entre 1929 y 1931, inéditos hasta el momento en castellano, constituyen un momento de gran originalidad en la filosofía del siglo XX. En ellos puso en diálogo ideas procedentes de la hermenéutica (Dilthey y el primer Heidegger) y del pensamiento crítico (Marx, Korsch y Lukács). El objetivo de Marcuse en esta original y arriesgada empresa fue repensar las bases filosóficas de la teoría social de matriz marxista, para devolverle un alcance crítico devaluado por el marxismo ortodoxo y por los diversos revisionismos dominantes en su época. El resultado es una aportación a la teoría social que anticipa importantes aspectos de la teoría crítica de la sociedad desarrollada por Horkheimer y por el propio Marcuse en Nueva York en los años 30. Pero, al mismo tiempo, estos textos escritos por el que fue asistente de M. Heidegger en Friburgo, testifican la permanencia de los problemas heideggerianos como las tensiones que provocaron en su proyecto de renovación crítica de la teoría de la sociedad. José Manuel Romero Cuevas es investigador del Programa Ramón y Cajal en la Universidad de Alcalá. Entre otros libros, es autor de Crítica e historicidad (2010) y editor de H. Marcuse y los orígenes de la teoría crítica (2010). Este libro se enmarca en el Proyecto de Investigación «Las bases filosófico-normativas de la crítica en un marco global y plural» del Ministerio de Ciencias e Innovación.
Ningún otro filósofo de la Antigüedad ha sido tan maltratado y trivializado por una tradición exegética hostil como Epicuro (ca. 341-270 a. C.). El presente estudio de Carlos García Gual, que recoge los escasos textos del filósofo que han llegado hasta nosotros, revisa críticamente el hedonismo epicúreo, filosofía postaristotélica que contempla el desconcierto ante los grandes ideales heredados, propone un nuevo sistema cuya coherencia importa más que la originalidad, sustituye la metafísica idealista por el materialismo y sienta las bases para una ética individualista. El epicureísmo representa, junto al escepticismo y el estoicismo, la madurez del pensamiento sistemático griego, cuya crítica del pensamiento de Aristóteles y del atomismo democriteo es compatible con la aceptación de aspectos fundamentales de ambos, de forma tal que la innovación se inscribe dentro de la continuidad de la historia del pensamiento griego.
De la experiencia histórica de su momento, él supo extraer una consecuencia crítica sobre el existir personal, una visión del mundo que tal vez algunos puedan calificar de pesimista, la de que no hay un sentido natural ni trascendente en el universo ni en la vida humana, y de que la sociedad con su estructura de poder amenaza el único bien auténtico del individuo: su libertad personal. El materialismo filosófico, que se relaciona con una física atomista y una teoría empirista del conocimiento, concluye en una ética individual que sitúa el fin de la vida en la felicidad de los placeres serenos de este mundo, negando cualquier providencia trascendente con sus efectos de temores y esperanzas. Es ésta una respuesta al problema del vivir humano cuya radicalidad no puede ser ignorada. Una solución demasiado humana y terrestre para el sentir de algunos, lo que ha producido santas y venerables indignaciones contra los epicúreos.
El Banquete de Platón es considerado una de las cumbres no sólo del pensamiento filosófico griego sino de la literatura universal. A partir de una enigmática sentencia del gran negador de Platón que es Nietzsche («todo aquello que es profundo ama la máscara»), Reale avanza una sugestiva interpretación de este gran texto y liga su lectura a sus estudios sobre las doctrinas no escritas de Platón.
El libro se abre con una referencia a Nietzsche y su metáfora de la «máscara» para caracterizar las distintas formas de acceso a la verdad. Para Nietzsche, la máscara esconde y al mismo tiempo revela lo más profundo y se puede considerar que los mitos en los diálogos platónicos tienen esa función de máscara, revelando siempre a medias las verdades a los que las comprenden y escondiéndolas a los que no son iniciados.
En este libro, de deliciosa lectura, Reale logra mantener un fino equilibrio entre la narración de lo que ocurre en el diálogo y la disciplina de la precisión erudita, que siempre se ciñe a las formulaciones originales de Platón.
Eros y civilización parte de la tesis sustentada por Freud —particularmente en El malestar en la cultura— de que la civilización necesita una rígida restricción del “principio del placer”. Pero a la luz de la propia teoría freudiana, y basándose en las posibilidades de la civilización llegada a madurez, Herbert Marcuse aduce que la existencia misma de ésta depende de la abolición gradual de todo lo que constriña las tendencias instintivas del hombre, del fortalecimiento de los instintos rivales y de las liberaciones del poder constructivo de Eros. Piensa Marcuse que los logros alcanzados por las culturas occidentales han creado ya los prerrequisitos para el surgimiento de una civilización no represiva, y señala las tendencias sociológicas y psicológicas que actúan en ese sentido. Esto le lleva a un replanteamiento de la teoría freudiana en pugna con las escuelas neofreudianas (Eric Fromm, Karen Horney, Harry Stack Sullivan), que, en su opinión, han abandonado algunos de los descubrimientos más decisivos de la teoría psicoanalítica. Eros y civilización, no nos saca de la utopía. Utopía de una civilización no represiva, de una sexualidad transformada en Eros creador. El asunto que quizá en último término Herbert Marcuse plantea, es el de que, no obstante ser las utopías imposibles, no nos resulta fácil imaginar el mundo sin esta su peculiar clase de imposibilidad.
En los años noventa se instalaron, a una velocidad de vértigo, los grandes cambios culturales y urbanos de lo que se llamó “posmodernidad”, que entonces tenía el atractivo de la novedad y ahora es parte de un paisaje conocido, incluso familiar: los shoppings como modelo de consumo y de ocio, los cuerpos transformados por las cirugías para ajustarse al nuevo ideal de belleza, marcado por la primacía de la juventud; el pasaje hacia el mundo de las pantallas en los locales de videogames y en los hogares, el fast food televisivo y las posibilidades de libertad del zapping. Escenas de la vida posmoderna es el libro que supo ver y describir prácticas, escenarios y objetos en el momento en que tomaban forma y generaban desconcierto, rechazo o fascinación. Y supo abrir el debate sin caer en el optimismo banal ni en el pesimismo nostálgico. Ya entrado el siglo XXI, cuando todos repetimos que se vive en un mundo globalizado, las preguntas que plantea Beatriz Sarlo en este libro, 20 años después de la primera edición, siguen siendo cruciales para entender la cultura argentina: ¿qué consecuencias tiene en las culturas populares la generalización de las posibilidades tecnológicas? ¿Qué queda de esas culturas, atravesadas por los medios masivos de comunicación? ¿Cuál es el lugar de los artistas y los intelectuales? ¿Qué tipo de crítica pueden ejercer sin caer en la soberbia y el aislamiento? Con un tono marcado por el asombro y a la vez por una capacidad reflexiva siempre en movimiento, Beatriz Sarlo explora sin preconceptos los albores de la globalización en un país que se modernizaba y se precarizaba al mismo tiempo. En el prólogo que abre esta nueva edición, traza el arco que conecta este libro con el presente y explica el itinerario que siguió para indagar las transformaciones tecnológicas y estéticas de las últimas décadas. La potencia de sus análisis y de sus hallazgos tienen el mérito de ayudarnos a descorrer el velo de la costumbre, de lo que damos por sentado, para volver a pensar cómo se articula el tejido social, cultural y político en la Argentina contemporánea.
«Por lo general, no recordamos que, al fin y al cabo, siempre es la primera persona la que habla. No hablaría tanto de mí mismo si hubiera otra persona a quien conociera tan bien. Por desgracia, estoy limitado a este asunto por la pobreza de mi experiencia. Además, por mi parte, exijo de todo escritor, antes o después, un relato sencillo y sincero de su propia vida, y no sólo lo que ha oído de las vidas de otros hombres; un relato como el que enviaría a sus parientes desde una tierra lejana, porque si ha vivido sinceramente, tiene que haber sido en una tierra lejana para mí». H. D. Thoreau.El Diario de Thoreau era la materia prima de la que extraería sus textos acabados, pero es probable que a su autor le satisficiera especialmente esa huella reciente, o arte en bruto, de la que hemos extraído en su mayor parte, como si fueran gemas, los fragmentos que componen la antología de Escribir. Éstos son, literal y figuradamente, los reflejos de un esfuerzo permanente por registrar los «momentos sinceros» de su vida y su pensamiento, y forman, por así decirlo, un yacimiento de lo más precioso de cuanto Thoreau quiso decir: algo capaz de despertar en el lector la conciencia de lo que significa ser una criatura adyacente a la naturaleza y la lengua.
Muchas son las cartas de Hume que contienen breves ensayos acerca de la variadísima gama de asuntos que ocuparon su atención. Son textos que ofrecen puntos importantes de doctrina o rasgos biográficos reveladores. Esta selección, traducida y comentada por Carlos Mellizo, estudioso de Hume y autor de numerosos trabajos sobre su obra, nos presenta a un Hume de profundo sentido moral, agudo ingenio, curiosidad universal y un cierto grado de inseguridad y timidez, entremezcladas con la vanidad y satisfacción explicables en un escritor de éxito. Como Apéndice a la antología se han incluido amplios resúmenes de la correspondencia mantenida por el filósofo con Rousseau y Mme. de Boufflers, los dos grandes personajes que tuvieron muy especial importancia en su vida y a quienes Hume estuvo ligado en intensa y apasionada relación.