Compilación de nueve cuentos cortos que relatan diversas situaciones: desde la de un joven que tomó medidas drásticas con tal de no mentir, hasta la de un poeta en la antigua Grecia.
En una ocasión, Leopoldo Alas «Clarín» afirmó que Emilia Pardo Bazán era «uno de los españoles que más saben y mejor entienden lo que ven, piensan y sienten. Tratar con ella es aprender mucho». La crítica suele estar de acuerdo en afirmar que donde mejor se recoge su habilidad como escritora es, precisamente, en sus cuentos —valientes, modernos, de impecable factura—. Leer estas piezas supone una grata sorpresa. Emilia Pardo Bazán es sin duda una de las cuentistas más fecundas que ha producido la literatura de todos los tiempos. Notables por su número, los cuentos de Emilia Pardo Bazán, lo son también por la diversidad de sus temas y motivos.
Abraham Valdelomar (1888-1919) es un caso excepcional dentro de la literatura peruana. Elogiado y atacado en vida como ningún otro escritor de su país, estuvo decidido a triunfar en su medio para lo cual no dudó en adoptar posturas desafiantes y escandalosas a la manera de Oscar Wilde, a quien seguramente quiso imitar. Sin embargo, detrás del decadentismo que solía mostrar en público y su apego a las frases brillantes e irónicas, se descubre un auténtico temperamento artístico, lleno de sentimiento y nostalgia, que se manifiesta en sus mejores poemas y relatos. Este volumen de ‘Cuentos completos’ mantiene la clasificación, establecida por el mismo autor, en «Criollos», «Incaicos», «Fantásticos», «Cinematográficos», «Chinos», etc. De estas categorías, Valdelomar trabajó especialmente la primera y la segunda, con relatos que reunió bajo los títulos de ‘La aldea encantada’ (1914, no llegó a publicarse; aparecieron luego en ‘El Caballero Carmelo’, 1918) y ‘Los hijos del Sol’ (póstumo, 1921), respectivamente.
Los cuentos que agrupa esta edición completa de la obra breve del escritor peruano Alfredo Bryce Echenique incluyen desde los de su primer libro, Huerto cerrado, hasta algunos más recientes e inéditos. Sus cuentos tienen la ventaja de ser muy variados en su temática, muy sencillos en su historia (no en su construcción) y llenos de humor. A menudo son narrados desde el subconsciente de sus personajes, una técnica que recuerda al «flujo de conciencia» utilizado por James Joyce. «Dados a contarnos los unos a los otros, el mundo sería una novela de Bryce Echenique, una biografía sin pérdida. Todo comienza en los cuentos». JULIO ORTEGA
Una de las autoras de relatos más importantes de la actualidad. Amy Hempel es la maestra del relato. Este volumen reúne su obra completa: cuatro libros de cuentos que nos hablan de matrimonios, de desastres y de momentos de revelación, todo ello narrado de manera sorprendente. Con su inimitable sentido de la compasión y del ingenio, Hempel nos presenta a personajes que deciden hacer elecciones que parecen inevitables y cuyas nostalgias y dudas nos remiten a unas vivencias humanas imperecederas. Ningún lector al que le guste la gran escritura debería pasar por alto este libro. «Cuentos completos» ganó el Ambassor Book Award de 2007 al mejor libro de ficción, el premio inaugural United States Artists Fellowship y fue finalista del PEN/Faulkner Award en 2006.
Hija de un padre anarquista y una madre católica, la escritora Armonía Somers (1914-1994) es una de las propuestas más estimulantes del siglo XX literario en Latinoamérica. Una escritura que se expande y se libera de ataduras para subvertir las tradiciones, desmoronar mitos, fracturar estereotipos, trascender los recursos expresivos o explorar una imaginación sin límites. Una narrativa en la que aflora siempre el coraje para cuestionar prejuicios sobre la homosexualidad, el aborto, la violencia de género, las maternidades, la identidad y la fe. Una escritura que no requiere más explicación: «El cuento, y también la novela deben llegar vírgenes al lector. A quien no capte hay que dejarlo en su penumbra mental. Yo tengo muchos de esos con la candileja a media luz».
Prologado por la especialista María Cristina Dalmagro, el presente volumen reúne su narrativa breve completa constituida por El derrumbamiento (1953), La calle del viento norte y otros cuentos (1963), Todos los cuentos (1967), Muerte por alacrán (1978), Tríptico darwiniano (1982), La rebelión de la flor (1988) y El hacedor de girasoles (1994). Como bonus track una miscelánea de diversos textos que profundizan en la reflexión y el análisis de la escritora sobre las luces y las sombras de su escritura y su lectura, destacando la inclusión del inédito guion cinematográfico de su reconocido cuento Muerte por alacrán.
Forjador de uno de los mitos contemporáneos que más han influido en la cultura popular —el vampiro conocido como Drácula—, el irlandés Bram Stoker (1847-1912) está lejos de ser el autor de una sola obra: junto a más de diez novelas, poemas, adaptaciones teatrales, crónicas y artículos, Stoker cultivó de manera exquisita y afortunada la narrativa breve, aunque quedase sepultada por su mayor éxito. Publicó en vida dos colecciones de cuentos —«El país bajo el ocaso» (1881) y «Atrapados en la nieve» (1908)—, y su viuda dio a la imprenta una tercera, «El invitado de Drácula y otros relatos inquietantes» (1914), dos años después de su muerte. Pero, además, quedaron dispersos o sin publicar casi una treintena de cuentos que ahora se reúnen por primera vez en este volumen, y que vienen a mostrar la diversidad temática y estilística —desde lo fantástico a lo autorreferencial; desde las estampas más realistas a la estructura de relatos engarzados— de un autor fundamental en las letras anglosajonas. Esta edición —rigurosamente preparada por Antonio Sanz Egea y con las nuevas traducciones del escritor Jon Bilbao— no solo es la ocasión para reivindicar facetas desconocidas de un gran creador, sino una oportunidad única para conocer toda la producción cuentista de Stoker de manera ordenada y con numerosa información, porque, a día de hoy, ni siquiera en su lengua original se han reunido todos sus cuentos de esta forma.
Este volumen reúne todos los relatos que Doctorow publicó en distintas antologías, obras imprescindibles para descubrir a uno de los autores que mejor supo reflejar la historia de los Estados Unidos. En su faceta como cuentista, Doctorow desarrolló un registro más íntimo, más próximo a la pequeña existencia de los personajes que a la gran historia global que imponen las culturas y los países. Nuestra edición será la primera (no existe otra en ningún país) en recoger todos los relatos de Doctorow en un solo volumen y este hecho ya la convierte en singular. La idea surgió del propio autor, que se implicó directamente en la edición. Lamentablemente, Doctorow murió mientras se corregían las pruebas de este volumen y ya no podrá recibirlo. Es un libro que valorarán especialmente los amantes de la buena literatura, pero que merecería ampliar al máximo su círculo de lectores, sobre todo porque su propuesta literaria no es en absoluto elitista. Al contrario, Doctorow se ocupa de temas y situaciones donde se reconoce el común de los mortales. «El cuento es más pequeño en escala de modo que puedes ver el final más fácilmente. El viaje no es tan largo aunque sigue siendo un viaje, una forma de descubrir lo que quieres contar camino a su final. Ni el cuento ni la novela tienen reglas. Y si las tienen, están ahí para ser rotas.» E. L. Doctorow
La obra de Elena Garro es fundamental para las letras mexicanas e hispanoamericanas: su narrativa introdujo nuevas maneras de concebir el tiempo dentro del relato, sus historias, tan fantásticas como verosímiles, introdujeron en la literatura la cosmovisión de los pueblos de provincia y del imaginario campesino e indígena.
Este volumen compila la narrativa cuentística completa de Elena Garro, incluyendo dos piezas inéditas, con prólogo de Geney Beltrán.
Radiografía social y psicológica de Colombia, en particular del opresivo entorno urbano, los cuentos de Evelio Rosero nos hablan, bajo una nueva luz, del paso del tiempo, del amor y la muerte, pero también dan rienda suelta a la más pura fantasía y la lujuria. Pueden incluso adoptar la forma de un sueño, ese que se transmuta en pesadilla y persigue al que duerme hasta enervarlo. A menudo, sus protagonistas, seres marginales incapaces de integrarse en la comunidad, son como un puñetazo en el estómago del lector. Y es que Rosero aplica su mirada aguda —desencantada algunas veces— al retratar los hábitos de una sociedad corrompida y destinada a desaparecer, en ocasiones despiadadamente violenta, o hace volar la imaginación cuando la poesía toma la página y lleva de la mano al lector, que no puede sino asombrarse y zambullirse en el mundo palpitante que este libro nos propone.
«Imagino que la extraordinaria calidad de estos cuentos es lo que explica su lugar secundario —y casi invisible— en la narrativa argentina actual. Son demasiado buenos y por eso no encuentran su lugar. Historias de un pesimismo puro, tienen un aire trágico que las aleja de la poética lúdica y exhibicionista que domina nuestra literatura desde Borges y Cortázar. En medio de estos relatos, a la vez realistas y desmesurados, brilla un humor cáustico, un sarcasmo que fortalece su efecto perturbador. Quizás el hecho de no percibir el elemento cómico que hay en la tragedia fue lo que afectó la recepción de estos cuentos, cuyo humor destructivo y siniestro, nunca explicitado, es un fuego fatuo, una luz mala en el campo, que ilumina al lector y le promete la inminencia de una revelación. Sus epifanías negativas titilan debajo de la densa materia narrativa y hacen de sus cuentos pequeñas obras maestras líricas e inolvidables» (Del prólogo de Ricardo Piglia).
El genio lúcido, doloroso y atormentado de Flannery O’Connor alcanza sus más altas cimas en el cuento, género que cultivó ininterrumpidamente desde sus años de estudiante hasta su prematura y trágica muerte. En este volumen se reúnen todos sus relatos, tanto los que publicó en vida como los que dejó inéditos, muchos de los cuales nunca se habían traducido al castellano. Las historias de este libro hiriente y sobrecogedor tienen como escenario los pueblos y las tierras del sur de Estados Unidos, especialmente su Georgia natal, un mundo decrépito y en ruinas cuyo secular abandono y pobreza ancestral aparecen marcados por la violencia y el odio. Pero más allá de la sordidez, los conflictos raciales, el asfixiante peso de la religión y la frustrada lucha por la libertad, hay siempre en los cuentos de Flannery O’Connor una extraña belleza, una íntima exposición moral de la condición humana que trasciende la anécdota. Comparada a menudo con William Faulkner o Carson McCullers, con quienes forjó lo que se ha llamado el «gótico sureño», Flannery O’Connor está unánimemente considerada como la gran narradora norteamericana del siglo XX.
En este volumen figuran casi todos los cuentos de Fogwill. Quedaron afuera los que considera descartables. En algún reportaje el autor declaró humildemente que creía contarse entre los mejores treinta narradores de la Argentina. Y es cierto: planteada una buena antología de treinta cuentos argentinos, que incluyera las mejores piezas, compilada por un imparcial juez de cuentos, libre de amiguismos y compromisos, allí, en el primer escalón, Fogwill estaría compartiendo espacio con Borges, con Arlt, con Roberto Fontanarrosa. Esta es una antología de media docena de autores muy distintos que tienen un solo nombre de marca: Fogwill. Y que permite la entrada por cualquier extensión, por cualquier tono, por cualquier estructura, escondiendo bajo su eficiente capacidad de entretener, de fascinar, e incluso de asustar, que contiene seis o siete de los mejores cuentos de la literatura argentina.
Guy de Maupassant está considerado uno de los más importantes escritores de la escuela naturalista. Su prosa tiene la virtud de ser sencilla pero directa, sin artificios. Sus historias, variopintas, transmiten con una fidelidad absoluta la sociedad de su época. Pero lo que más lo caracteriza es lo impersonal de su narración; jamás se involucra en la historia y se manifiesta como un ser omnisciente que se limita a describir con pelos y señales sus observaciones. No en vano, Maupassant está considerado como uno de los mayores cuentistas de la historia de la literatura.
Ignacio era un narrador de raza. Para él, contar historias era una manera de vivir. Contarlas del modo más eficaz y con el lenguaje más bello y expresivo, la meta a la que le conducían su talento, su esfuerzo y su voluntad apasionada de perfección.
El padre del cuento. Un punto de partida para la literatura. Antón Pávlovich Chéjov y su universo. Por primera vez en español cuidados volúmenes reunirán toda la narrativa breve del maestro ruso universal. Una selecta traducción realizada por los mejores traductores y una rigurosa edición a cargo de Paul Viejo, que servirá para conocer de principio a fin y cronológicamente la obra del autor de «La dama del perrito». Un primer volumen donde confluyen sus cuentos iniciales, humorísticos y paródicos, junto a obras maestras como «El camaleón, Se fue» o «Flores tardías». El camino se abre aquí a una obra de referencia para la modernidad. El camino de Chéjov. Chéjov completo.
En esta segunda entrega, los dos años más fecundos y ricos, fundamentales en su obra. De miniaturas impecables como «Fracaso» a relatos extensísimos como «Un drama de caza», pasando, por supuesto, por cuentos que ya son clásicos de la literatura universal: «La broma, En el camino, Agafia» o «Vanka». 1885 y 1886, donde su estilo, su capacidad para la sugerencia y la elipsis, sus estructuras y su arriesgada modernidad, se modificaron para dejar un legado heredado universalmente. El camino continúa hacia una obra de referencia. El camino de Chéjov. Chéjov completo.
Con esta tercera entrega, que cubre el periodo 1887-1893, llegamos al momento de mayor esplendor en la trayectoria de Chéjov: los años de relatos tan importantes como «El duelo, La estepa» o «La sala número seis», de clásicos como «Luces» o «El beso» y cuentos algo menos conocidos pero inolvidables de la talla de «El encuentro, En Moscú» o «Ganas de dormir». Un periodo que significa su explosión como autor, el reconocimiento unánime por críticos, académicos y lectores y, sobre todo, la celebración de un autor que estaba a un paso de convertirse en una leyenda. El camino continúa hacia una obra de referencia. El camino de Chéjov. Chéjov completo.
Con esta cuarta y última entrega, que cubre el periodo 1894-1903, hasta la muerte de Chéjov, llegamos al final de una de las obras más importantes de la literatura en la que se concentran cuentos inolvidables como «Del amor, Las grosellas» o «El obispo» que, junto a un amplio apéndice con textos de diversa índole y a relatos extensos y apasionantes como «Mi vida, Tres años» o «En el barranco», serán el colofón perfecto para llegar a «La novia», el último de los que publicó. La mejor manera de despedir al maestro, de concluir un recorrido sin igual. El camino se cierra aquí, dejando una obra de referencia. El camino de Chéjov. Chéjov completo.
Todos tenemos cuentos en nuestra cabeza. La única diferencia es que hay personas que acaban contándolos y otras que siempre se los callan. Callarse los cuentos no es bueno: están ahí, rondando, pidiendo permiso para salir. Pero muchas veces nos avergonzamos de ellos (¡y muchas veces con razón!) por lo que acabamos dejándolos en nuestra cabeza. Estoy seguro de que eso no es bueno. Durante toda mi vida usé los juegos de rol para evitar que quedaran en mi cabeza pero ahora se empiezan a apelotonar y necesito un poco más de espacio.
Así que yo pongo aquí mis cuentos. Mis cuentos contados. Contados porque quiero compartirlos, contados porque no son muchos, sólo algunos. Los pongo aquí para que salgan de mi cabeza y se den un paseo por otras cabezas, por otras miradas. Yo ya los tengo un poco aburridos.
De joven quería ser escritor. De joven era osado y creía que el mundo era mío. Luego el mundo me llevó de cañas y me explicó que las cosas no funcionan como los jóvenes quieren. Los jóvenes pasamos demasiado tiempo siendo jóvenes y cuando nos damos cuenta los niños nos piden la hora llamándonos ‘señor’. Y entonces el mundo viene, te invita a esas cañas, y te dice: ‘mira que te avisé, que se te acaba el tiempo’.
No quería ser escritor por la fama, ni por la gloria, ni por el dinero… bueno, igual sí. Perdonadme por ello: era joven. Pero la verdad es que quería ser escritor para compartir mis cuentos. Y mira tú por donde ahora me siento en mi sillón de señor, me bebo mi cerveza de señor y le digo al mundo: ‘pues te jodes que me he salido con la mía’. Oh… vale, no soy escritor. Nunca he sido bueno siendo nada, ni siquiera siendo señor. Pero alguien va a leer esto. ¿No era lo que quería de joven? Pues eso: qué fácil es ser feliz.