Aquel hombre al que llamaban el Ciego, no era fácil de encontrar, pero el señor Takanawa debía hacerlo, aunque fuera bajando a las profundidades del infierno.
Llevaba consigo una obra única, la última de una época dorada y desconocida, poseedora de un encantamiento que hacía enloquecer a todo aquel que le diera uso, pero eso no le importaba, ya que su precio era incalculable y sabía que ese hombre siniestro estaría encantado de poseerla… De nuevo.
Un violín, un magnífico violín hecho por un lutier al que nadie recuerda. Un japonés llamado Takeshi que traicionó a su Emperador y repudió sus tradiciones, provocando su sentencia a muerte y la de todos sus seres queridos. Un hombre maduro que dejó atrás a su familia por cumplir un sueño, sin importarle las consecuencias, huyendo por siempre del maldito Capitán Aritomo, un loco desquiciado con sed de sangre, alrededor del mundo, en un viaje sin fin y consecuencias terribles.
La muerte le persigue y le rodea, sin embargo eso nunca le importó, solamente creía en alcanzar el infinito, la perfección, algo inconcebible que ningún otro hombre había soñado siquiera, ni por supuesto, logrado….
Ahora, mientras observa esa última creación, el Ciego recuerda cuándo lo conoció y a cambio de qué le otorgó ese don.
La locura, el sexo, el desamor, las frustraciones, la violencia y, por supuesto, la enfermedad, son el velo que cubre las vidas de los personajes de estos relatos. Con su prosa, Augusto Rodríguez abre ligeramente la persiana para que podamos asomarnos a la soledad con la que pervertidos, desahuciados, amas de casa y escritores, entre otros, se consumen en su cotidianidad.
En El hombre que amaba los hospitales, el trance hipnótico de la repetición maquinal de la rutina contamina todo: el tiempo, las acciones, el lenguaje, la vida misma, y nos obliga a pensar en la manera en que la monotonía nos invade y lo difícil que es escapar de ella.
«El mundo es un hospital. El hospital es el mundo», nos dice el autor para que reflexionemos sobre cómo llegamos a este pabellón de enfermedades. Y aunque las respuestas son varias —los sentidos afectados, la fealdad, el hastío, la rutina—, lo que permanece es la literatura: el acto de escribir parece ser lo único que nos puede redimir, ya sea para escapar, para comprender, para embellecer o para curar. Al final, somos enfermos que escriben desde la cama de un hospital en espera de un veredicto.
«Pesaría sus ocho arrobas, dicen. Y un día entero se le iba en entrar en la botella y otro en salirse, afirman. Totalmente en cueros, según cuentan, se pringaba de aceite por completo, desde la barba de los huevos al envés de los párpados. Cuando le resbalaban hasta las ideas se arrimaba al toro. Siempre arrancaba por la pierna izquierda, por el dedo gordo. Eso era lo primero que enfilaba en el botellín.»
¿Queréis saber más?
El hombre que cabía en una botella de anís del mono es, sin la menor duda, una de las más chocantes recopilaciones de relatos que el lector puede echarse al coleto: compuesta de viñetas breves, impactantes, en ella Antonio Romero se adentra con decisión en un extraño territorio que podríamos calificar de «costumbrismo surrealista» para mostrarnos un paisaje extraño y retorcido que, sin embargo, no se aparta nunca de la cotidianidad.
La odisea de Heinz Salinger en los campos de concentración de la Alemania nazi
Casi un siglo después de los acontecimientos, el autor recupera la historia de su abuelo en los centros de exterminio, una experiencia tan traumática de la que nunca quiso hablar con sus cercanos.
A pesar de haber sobrevivido a Terezín, Auschwitz y Meuselwitz, Heinz Salinger nunca pudo superar el horror de lo allí vivido. Este relato de coraje y supervivencia nos lleva desde los días de acoso y discriminación sufridos por los judíos en Checoslovaquia hasta la milagrosa huida y la liberación, después de la cual emigró a Chile. Y aunque acá formó una familia y trató de rehacer su vida, los fantasmas de los que no pudieron escapar lo perseguirían por siempre.
Un libro por un nieto que nos invita a honrar a las víctimas y recuperar su memoria.
La guerra serbocroata marcará a toda una generación en el país adriático. Devastado, se reconstruye lentamente gracias al turismo masivo y al turismo de lujo. Coinciden, una turista que quiere aprender y un guía que quiere enseñar. El amor como camino de aprendizajes. El final da que pensar. Sabemos, o no, que Stephane cree verdaderamente lo que se plantea como cierto. Podría ser abierta una encuesta policial.
Hay metáforas tan potentes que pueden transformarse en ideas; ideas tan locas que pueden cambiar la vida de un ser humano, y hombres tan inusitadamente creadores que pueden ser ellos mismos una metáfora. Es lo que le ocurre a Mateo Mateluna en un día cualquiera de su existencia.
Un solitario en París cae bajo las redes de una extraña sociedad cuyos inicios se pierden en la oscuridad del tiempo. Un amor imposible con una japonesa cuyos padres son parte de una leyenda asentada en las rutas donde los templarios escondieron gran parte de su riqueza. Una librería que sólo admite como clientes a personajes muertos. Un catálogo de libros imposibles. Y una fábrica de clones bajo el desierto libio.
Una novela que da las claves de un mundo que se nos viene encima.
El hombre selvático es una comedia con ritmo de balada sobre la Navarra actual, la de principios del siglo XXI. Es un musical épico que se desarrolla en el contexto de una sociedad industrial y arcaica a la vez, y que cuenta las andanzas de dos héroes de nuestro tiempo.
El primero, Sebastián Falces, es un operario que trabaja a turnos en una fábrica y que se dedica a ir al monte en sus horas libres. En una tómbola de verano gana un paquete de libros y la lectura de uno de ellos le cambiará hasta el punto de que ya no será la misma persona desde entonces.
El segundo, Andreas Albin, es un antropólogo alemán que estudia los modos de vida de las tribus primitivas, y a quien el destino llevará a pasar una temporada en Navarra.
Siempre bajo la premisa estética de la búsqueda de nuevas formas de expresión en el lenguaje y en la estructura narrativa, la última novela de Ignacio Lloret toca asuntos tan esenciales como el amor por la Naturaleza, el poder mágico de los libros, los caminos intelectual e intuitivo hacia el conocimiento o la importancia de cada ser humano.
Apasiónate con la belleza de este material, descubre los árboles y los secretos de esta artesanía tradicional. Este libro te dará indicaciones para trabajar la madera como un artesano, desde la concepción de las herramientas que emplearás hasta su decoración para que te sientas como un verdadero experto en este arte. Adéntrate en los diversos tipos de carpintería: para construir casas, objetos de madera cotidianos, aperos de labranza, medios de transporte, recipientes y mucho más.