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Bolsilibros - Oeste Legendario 787. Un director novato, de M. L. Estefanía

Relato, Aventuras

Las obras en el Tendido de Trenton avanzan muy despacio, llevan 10 semanas de retraso. Parece que hay interés en que vaya lento, por eso el director de la compañía quiere poner al mando a su sobrino Nick Endicott. Pero no será tan fácil para Nick, el «director novato» como le empiezan a llamar en la cantina, ganarle el terreno a Brady y Norman, si es que consigue llegar…


Bolsilibros - Pistolero 68. Con un as en la manga, de Burt Winning

Relato, Aventuras

—¡Atentos, amigos! ¡Atentos todos…! ¡Va a comenzar el gran sorteo del Golden Saloon! Las caras de todos los clientes se volvieron hacia el teatrillo, en cuyo escenario estaba voceando la espectacular Lizzie Barton, luciendo uno de sus más cortos y escotados vestidos. Segura de haber atraído la atención de la concurrencia, la hermosa y sugestiva mujer, dio unos pasos por el pequeño escenario, repitiendo sus palabras de antes. El ambiente del saloon podía cortarse con un cuchillo. El humo había formado una especie de masa que desdibujaba las figuras y caras de cuantos se encontraban allí.


Bolsilibros - Punto Rojo 69. A cambio, muerte, de Burton Hare

Relato, Policial

Abrí la puerta y entré. Dejándola abierta, quedé inmóvil, mirando lo que, hasta la noche de ese día, era todavía mi oficina. ¿Quién vendría a instalarse en ella cuando yo me hubiera ido? Todo seguía igual. Las revistas atrasadas sobre la mesilla de centro, las sillas esparcidas por la sala de espera, la mesa abierta por abajo para que los hipotéticos clientes pudieran admirar las rodillas de mi secretaria, Sheila… ¿Qué estaría haciendo ella ahora, en su nuevo empleo?Sacudí la cabeza y dejé de pensar en todo esto. Atravesé la sala de espera y entré en lo que había sido, o era todavía, mi oficina privada. Lo que había venido a buscar estaba allí.


Bolsilibros - Punto Rojo 282. Esto es la ley, de Frank Caudett

Relato, Policial

Debí leer en alguna parte lo que ha dado título a esta novela. Y quizá, al recordar hoy lo que leí entonces he pensado en que se ha escrito mucho sobre las tres letras, las siglas que resumen a una de las organizaciones policíacas más eficientes del mundo. Al decir se ha escrito, me refiero a que se ha… permíteme que así lo diga, a que se ha abusado mucho de la abreviatura F.B.I. Incluso se ha dicho: «Esto es F.B.I.», para no decir nada, para no explicar nada concreto acerca del F.B.I.


Bolsilibros - Punto Rojo 292. El caso de los crímenes incomprensibles, de Frank Caudett

Relato, Policial

Caudett nos lleva en esta divertidísima novela a través de una serie de asesinatos que, a priori, solo tienen como conexión un bizarrísimo 'modus operandi' y el hecho de todos son realizados en circunstancias casi imposibles. Estamos ante un 'noir' un poco diferente a lo habitual, en el sentido de que retiene la estética y manierismos de las obras de Chandler y Hammet (detective sardónico en oficina con secretaria a la que acosa de forma encantadora, tirante pero cordial relación con la policía, diálogos cortantes llenos de ironía y mala baba), pero en este caso la trama es más propia de Arthur Conan Doyle y Agatha Christie. En el caso del primero tenemos la ya mencionada serie de asesinatos, tan inverosímiles y casi sobrenaturales en su ejecución que parecen uno de las clásicos misterios absurdos en los que Holmes se suele ver envuelto –además de que todas las víctimas recibieron una carta con una esmeralda justo antes de morir, cosa que me retrotrajo un poco a casos como 'El Signo de los Cuatro', 'Las cinco semillas de naranja', etc…) – y por otro lado tenemos una investigación muy 'christiana', con lista de sospechosos, falsas coartadas, pruebas encontradas en los lugares más insospechados, ecos del pasado, etc… En resumen, un goce para los sentidos. Hay que pasar un poco la mano con las habilidades detectivescas del ex-agente del FBI que protagoniza la historia, porque despliega a veces tan sobrenatural poder de deducción con los más nimios elementos que parece que tenga habilidades telepáticas. Aparte de esto, entretenimiento absoluto.


Bolsilibros - Punto Rojo 323. Subconsciente, de Frank Caudett

Relato, Policial

Cuando conocí a Bernard Anslinger, todavía era el surintendent Grantley. Anslinger se había doctorado en siquiatría recientemente. Su carácter distaba mucho de atender a esa flema británica con cielo brumoso de que estamos aureolados los ingleses en todas las partes del mundo. Era un muchacho joven, de edad pareja a la mía, activo, dinámico, excesivamente influenciado por las teorías asimiladas durante varios años de estudio, que demostraba una enorme ilusión, unos deseos arrolladores de convencer y constatar que con sus teorías podía cambiar y revolucionar el complejo y misterioso mundo de la mente humana.


Bolsilibros - Punto Rojo 433. ¿Quién mató a Norma Bibbs?, de Clark Carrados

Relato, Policial

—Caballeros, con relación al asesinato de Norma Bibbs tengo que hacerles una sensacional revelación. Weddon Erksdale, fiscal de Sealake, paseó la mirada por entre la nutrida concurrencia de periodistas no sólo locales, sino también forasteros, que habían acudido a la ciudad para informar a sus lectores de un asesinato que prometía dar mucho trabajo a las prensas. Varios micrófonos se tendieron hacia el fiscal, con objeto de grabar hasta el menor de sus suspiros. Consciente de ser el centro de la atención general, Erksdale sonrió satisfecho. Era un hombre próximo a la cuarentena, alto, moderadamente fornido, de sienes ligeramente grises y sonrisa atractiva. Erksdale tenía todo el aspecto de un galán de cine que inicia su madurez en el mayor de los éxitos y lo sabía. —Todo el mundo sabe que Norma Bibbs murió destrozada a consecuencia de la explosión de una bomba de relojería que alguien colocó en el despacho de su residencia —continuó el fiscal—. Bien, eso es cierto. La bomba explotó y… Pero la autopsia ha demostrado que antes de que la bomba llegase a estallar, tres personas más habían estado en el despacho de Norma y las tres con la intención de matarla.


Bolsilibros - Punto Rojo 470. Doce estrellas de sangre, de Clark Carrados

Relato, Policial

El silencio era absoluto. Mavis Effory, después de un día de intenso trabajo, se sentía fatigada, más de mente que de cuerpo. Una vez se hubo desvestido y puesto un camisón, se metió en la cama, disponiéndose a pasar la noche en un sueño. Apagó la luz y contempló durante unos momentos el paisaje que se veía a través de la ventana, iluminado por la luz de la luna. Los objetos tomaban contornos fantásticos, a veces, sobre todo, el gigantesco álamo que crecía frente a la casa, un poco desviado de la perpendicular correspondiente a la puerta delantera. Mavis pensó que era una noche ideal para las salidas de los vampiros y demás entes fantasmagóricos, creados por la fantasía popular. Luego se rió de sí misma y de sus ligeras aprensiones. En Farndone no podía haber vampiros, fantasmas ni cosa que se le pareciese. Aunque tal vez, en aquella residencia que había alquilado para una temporada de tres meses…


Bolsilibros - Punto Rojo 535. La noche en que fui muerto, de Curtis Garland

Relato, Policial

Fui muerto en aquel instante. Creo que lo supe un segundo o dos antes de suceder. Quise evitarlo. Y no pude. Sucedió súbitamente. Como ocurren siempre esas cosas. Después… ocurrió. A pesar de intuirlo, no pude evitar que ocurriese. Y fui muerto. Fui muerto sin saber quizá por qué. Ni por quién.


Bolsilibros - Punto Rojo 574. Negro es el odio, de Burton Hare

Relato, Policial

Era una cabaña que nadie recordaba a quién perteneciera. En el lindero del bosque, al pie del lago y a un tiro de piedra de las últimas casas de la población, se mantenía en pie de milagro porque el tiempo y el abandono habían causado estragos en su estructura de troncos. La mitad del porche estaba hundido, la puerta no encajaba y las ventanas eran negros ojos vacíos por los que penetraban el viento, el susurro del lago y los pájaros. Pero era «su» refugio. El lugar donde se daban cita todos los días del año. Allí, cuando ellos entraban, ya no había ruinas, ni ojos vacíos y negros ni sombras fantasmales deslizándose entre los troncos carcomidos. Cuando ellos entraban era un palacio. Simplemente se amaban y su amor transformaba el mundo sórdido en un paraíso de luz. Se habían amado siempre, desde que se conocieron, desde que Jennie peinaba largas trenzas color de miel y Steve lucía pantalones cortos y balanceaba en las manos los libros atados con una correa.


Bolsilibros - Punto Rojo 590. Regreso a las tinieblas, de Curtis Garland

Relato, Policial

Volver a la vida. Volver a casa. Volver a todo lo que uno dejó atrás una vez pensando que sería para siempre, para una eternidad hecha de años, de esperas, de amarguras y decaimientos, para un tiempo que nunca terminaría.


Bolsilibros - Punto Rojo 606. El asesino idiota, de Clark Carrados

Relato, Policial

La víctima tenía que pasar por allí ineludiblemente. Era un viaje que realizaba con muchísima frecuencia y el asesino lo sabía. La víspera había aguardado en vano. Payne Roberts, sin embargo, no dejaba transcurrir dos días sin pasar por aquel lugar. El asesino lo había planeado todo con deliberada astucia. Era un punto solitario y poco concurrido. Podía fallar, tal vez por la inoportuna presencia de alguien en las inmediaciones, pero al día siguiente, o al otro o al otro, el lugar volvería a estar desierto. Y entonces moriría Payne Roberts, si no moría aquella misma tarde.


Bolsilibros - Punto Rojo 612. El asesino ríe a carcajadas, de Ada Coretti

Relato, Policial

Dan Brolley poseía una espléndida casa a una milla de la ciudad de Groney City, en el distrito más residencial. El jardín era amplio, extenso, muy arbolado, rodeado por una alta verja. Un largo sendero de grava llevaba desde la puerta de hierro hasta la entrada de la casa. Más allá, la piscina y el campo de tenis. En la fachada, grandes ventanales y amplísimas terrazas. No parecía faltar nada.


Bolsilibros - Punto Rojo 639. Elegí el infierno, de Burton Hare

Relato, Policial

Era una verdadera rubia color de miel, y no creo que ni el esteticista más exigente hubiera podido encontrar el menor reparo en su anatomía. Por descontado, tenía unas piernas largas y de trazo suave y lleno, con unas caderas que seguramente daban las medidas justas del baremo con que deben medirse estas cosas, si es que existe ese condenado baremo...


Bolsilibros - Punto Rojo 642. La helada voz de los muertos, de Curtis Garland

Relato, Policial

Creo que aquel día empezó todo. Trivialmente, de un modo insospechado, como empiezan siempre todas las cosas, trascendentes o no. Yo no lo sospeché en ningún momento. Entre mis dotes, no se encuentra la premonición. Tengo corazonadas, presentimientos de vez en cuando, pero eso es todo. Hubiera hecho falta algo más que una corazonada o un vulgar presentimiento para anticiparse a lo que iba a ocurrir...


Bolsilibros - Punto Rojo 651. Todos querían matar, de Burton Hare

Relato, Policial

El Princess navegaba bajo un sol espléndido después de una travesía como pocas recordaba su capitán. Un viaje plácido procedente de Oriente, sin un solo día desagradable, sin vientos que hubieran alterado el oleaje. Por una vez, el Pacífico había hecho honor a su nombre. Acodado en el puente, el capitán saboreaba su pipa contemplando desde su elevada posición los juegos, diversiones y paseos del elegante pasaje. Al día siguiente atracarían en los muelles de Los Ángeles y toda aquella gente volvería a sus prisas, sus inquietudes habituales.


Bolsilibros - Punto Rojo 655. Rosas para la muerte, de Burton Hare

Relato, Policial

Sin duda era de noche porque la habitación estaba sumida en penumbras. Un hombre dormía atravesado sobre el lecho. Un hombre vestido solamente con unos pantalones grises y cuyo torso desnudo subía y bajaba a impulsos de la extraña y agitada respiración. Aquella respiración no era normal, pensó ella, sobrecogida por la proximidad del hombre al que debía matar. Algo le sucedía a él, no cabía duda.


Bolsilibros - Punto Rojo 694. Impar, rojo, muerte…, de Adam Surray

Relato, Policial

El auto era un viejo modelo de la Ford. Un «Mustang» del año 1970 que, pese al tiempo en rodaje, conservaba en perfectas condiciones sus cualidades esenciales. Techo deportivo, aerodinámica línea, transmisión manual a cuatro velocidades… Un magnífico vehículo, aunque lo normal hubiera sido reemplazarlo por un nuevo modelo. Pero su propietario no podía permitirse ese lujo.


Bolsilibros - Punto Rojo 709. Profesional del crimen, de Adam Surray

Relato, Policial

La azafata anunció el inmediato aterrizaje en las pistas del aeropuerto internacional John F. Kennedy, rogando a los pasajeros iniciaran las obligadas normas de rigor. George Davenport, en clase Presidente Especial, apagó el cigarrillo procediendo a ajustarse el cinturón de seguridad. Ahogó un bostezo. Mientras que la mayoría de los pasajeros se asomaban a las ventanillas con la vana esperanza de divisar la estatua de la Libertad, Davenport se reclinaba en el asiento cerrando los ojos.


Bolsilibros - Punto Rojo 722. Sonata en rojo mayor, de Burton Hare

Relato, Policial

El cuchillo estaba allí, frente a sus ojos, sobre la alfombra. El cuchillo parecía haber sido sumergido en una fuente de pintura roja. La pintura roja brillaba en él, y había manchado la alfombra alrededor. Parpadeó porque aquello no tenía sentido. Caídas en el suelo, esparcidas, vio una colección de fotografías obscenas. Horribles y que le dieron náuseas. Estaban tan cerca de sus ojos que distinguía hasta los menores detalles de unas escenas nauseabundas.