Las tres historias de política ficción del presente volumen asumen desde el tiempo contemporáneo, con el tema presente y obsesivo del «golpe de estado» a la española, hasta la memoria política como desencadenante de temas actuales, a manera de bomba de explosión retardada que siempre amenaza a los corresponsables de una misma memoria.
Hay sordidez en la historia fundamental de este libro, Asesinato en Prado del Rey; mejor dicho, sordideces agarradas a distintos niveles culturales y sociales, como si cada cual tuviera que llevar a cuestas sus propias garrapatas. Otras tres historias van de sórdidas por este libro y por la vida. La una hace referencia a los altos y bajos de una sala de fiestas de alto standing, que no por serlo se ve libre del acecho de la sordidez, ese SIDA estético que se filtra en las mejores estancias. Otra demuestra las venturas y desventuras de un sociólogo sexual y está inspirada en un personaje real que conocí en aquella Barcelona tan llena de mayistas parafranceses, franceses o posfranceses y en la que coexistía el extraño ménage á trois entre Marat, Sade y el general Franco. Finalmente el libro se cierra con la sordidez de un trío y un degüello: un pobre hombre, una pobre mujer y un pobre perro. No exagero. Cosas así he visto y se han visto.
Porque habéis usurpado la función de los dioses que en otro tiempo guiaron la conducta de los hombres, sin aportar consuelos sobrenaturales, sino simplemente la terapia del grito más irracional: el delantero centro será asesinado al atardecer. Porque vuestro delantero centro es el instrumento que utilizáis para sentiros dioses gestores de victorias y derrotas, desde la cómoda poltrona de césares menores: el delantero centro será asesinado al atardecer. Porque el atardecer es la hora baja en la que descienden los biorritmos del entusiasmo y el degüello y el estertor resuenan con una música tan truculenta como melancólica: el delantero centro será asesinado al atardecer. (Anónimo recibido en las oficinas del club de fútbol más rico del mundo.)
Pepe Carvalho, investigador privado, recibe de una extraña pareja francesa, Claire y Lebrun, el encargo de hallar el paradero de Alekos, el marido griego de Claire, un griego fugitivo del amor de la muerte. Mientras recorren los antiguos barrios industriales de la Barcelona preolímpica en busca del oscuro personaje, el corazón de Carvalho sucumbirá ante la belleza inalcanzable de Claire. Paralelamente otras dos mujeres también buscan al hombre de su vida, y una de ellas, Charo, acaba convirtiéndose en el principal personaje, aunque ausente, de una novela dedicada a la irracionalidad del amor.
Una operación de desestabilización política internacional está en marcha y todo puede ocurrir en los Juegos Olímpicos de Barcelona. El detective Carvalho deberá desenmascarar a los villanos antes de que Estados Unidos lance sus misiles, porque su vicepresidente, que no está familiarizado con la geopolítica, cree que Bagdad está al lado de Barcelona.
La principal víctima de la corrupción es el propio corrupto, sobre todo si ha traicionado los ideales de honestidad de toda una vida. Es el caso de El hermano pequeño, una historia habitual en la España y la Europa de las corrupciones que Carvalho investiga con su talante de siempre, con su capacidad de descubrir el desorden que se esconde detrás de toda apariencia de orden. Un libro -compuesto por otros relatos- en el que el humor, el sarcasmo y la melancolía resucitan al Carvalho más esencial y su universo de personajes imprevisibles, como un loco enamorado de Marylin Monroe y un usurpador de la personalidad de Pepe Carvalho.
Pepe Carvalho se enfrentó también a uno de los enigmas más inquietantes de la España democrática: el de Luis Roldán, director de la Guardia Civil, fugitivo de la justicia y durante un tiempo tal vez vivo o tal vez muerto, tal vez oculto aquí u oculto allá, nadie lo sabía. Todo un desafío para la habitual perspicacia de Carvalho, que Vázquez Montalbán cuenta al lector con su habitual sentido del humor, en un tema novelesco brindado como nunca por la realidad.
Es un relato que fue publicado como una serie de entregas entre el 3 y el 30 de agosto de 1997 por EL PAÍS. Nació como guión para la serie televisiva sobre Carvalho que iba a producir la televisión argentina bajo la dirección de Luis Baroné y con Juan Diego en el papel de Carvalho. La acción se desarrolla en Barcelona pero sirve de introducción a Quinteto de Buenos Aires.
Un «ingeniero» de las finanzas esta contra las cuerdas y quiere limpiar su imagen promoviendo el premio mejor dotado de la literatura universal. La fiesta de concesión del Premio Venice-Lázaro Conesal congrega a una confusa turba de escritores, críticos, editores, financieros, políticos y todo tipo de arribistas y trepadores atraídos por la combinación de «dinero y literatura». Pero Lázaro Conesal será asesinado esa misma noche, y el lector asistirá a una indagación destinada a descubrir qué colectivo tiene el alma más asesina: el de los escritores, el de los críticos, el de los financieros o el de los políticos, aunque sea a costa de un cadáver nada exquisito que ha cumplido uno por uno todos los requisitos para ser asesinado. Carvalho se sumerge en este mar de tiburones, viajando en un jet privado y bebiendo las mejores marcas de whisky del mundo mientras traza la línea que cierra el círculo y da título a la novela que no llegó a ganar el premio: «Ouroboros».
El tío de América que nunca faltaba en las familias españolas le encarga a Carvalho que vaya a Buenos Aires a buscar a un primo que ha querido desaparecer después de haberse salvado en los tiempos de la dictadura militar. Carvalho percibe en Buenos Aires el espectáculo de después de una batalla, la reconstrucción de la razón colectiva y personal en tiempos de sustitución de la épica y la crueldad por el cinismo superviviente. La búsqueda del fugitivo bonaerense le permite a Carvalho atravesar con su mirada extranjera, vertical y horizontalmente, una de las sociedades más urbanas, más complejas, fascinantes y contradictorias del mundo, metáfora misma del universo mestizo del fin de milenio. De aventura en aventura, a los acordes del quinteto humano y musical de Buenos Aires, Carvalho contribuye al sexteto como mirón de una relación vida-historia que no puede entender del todo. (El autor se ha permitido la osadía de escribir varios tangos que forman parte de la trama-intriga de la novela).
A pocos meses del final del milenio, Carvalho vive una historia de amor, sectas, espionaje y muerte. Convocado para seguir un curso de espía y reclamado por una extraña mujer que le envía faxes, primero enigmáticos, luego enamorados, Carvalho convive con la sospecha de que ha sido elegido para una finalidad que no puede controlar. Bajo el peso del eterno diseñador del mundo, el poder del dinero, el detective hace suya la ansiedad de Beckett: «Esto no es moverse, esto es ser movido» y, por primera vez en su ya larga vida literaria asume su condición de instrumento para la tragedia. Tres años después de sus andanzas en Quinteto de Buenos Aires, vuelve Carvalho. Y también vuelve Charo con la intención de orientar el futuro del detective.
Mientras en un alto despacho Pepe Carvalho es acusado de asesinato, él y su inseparable Biscuter viajan en ferry rumbo a Génova bajo nombres falsos, los literarios Bouvard y Pécuchet. Junto a ellos navega una tal Madame Lissieux, con la que Biscuter parece entenderse muy bien, pero que desaparece al pisar suelo italiano, y un poco antes de que se estropeen los frenos del coche que conducía a los dos socios…, quienes, pese a todo, superan este primer escollo y prosiguen su periplo hacia Grecia, decididos a dar la vuelta al mundo. Pero alguien no cree que sean dos inofensivos turistas, y el viaje se irá convirtiendo más bien en una huida, en una persecución. A través de Israel, de Turquía, rumbo a Kabul, donde les espera una insospechada misión, y donde esta aventura podría haber concluido.
Carvalho y Biscuter, cual don Quijote y Sancho, cual Phileas Fogg y Picatoste, han dejado atrás el avispero afgano y, en su huida, han llegado a Bangkok, lugar mítico del pasado del detective, pero ni siquiera en Bali van a hallar descanso; etapa a etapa, se han ganado demasiados enemigos… Y a partir de su escala en Australia van a contar con un sorprendente compañero de viaje, un etarra excárcelado en cuyo velero deben atravesar el océano, rumbo a Suramérica. Pero mientras Biscuter se crece ante la adversidad y tienta a Carvalho con una gran sorpresa para el final del viaje, a éste le puede la melancolía: el mundo se ha vuelto un lugar detestable, y encima su ayudante ha empezado a actuar por su cuenta.
Han pasado 7 años desde que el detective José María Arregui y el entonces Rey de España, Juan Carlos I, compartieran una aventura delirante atravesando una España mucho más profunda la que muestra cualquier telediario. No han vuelto a verse desde entonces y cada uno sobrelleva el paso del tiempo como puede. La agencia de investigaciones que preside Arregui va viento en popa, pero algo se ha frenado dentro del detective. Quiere y teme atreverse a sentir. En cuanto al rey, ya jubilado, presiente que se acaba su tiempo de ser un niño viejo y se agota la indulgencia con la que todo un país lo trató durante décadas. Quiere vivir, quizá s su última aventura. De modo que le pide trabajo a su "amigo" Arregui, que se niega. Pero dos casos sin conexión lo harán cambiar de idea. Dos asesinatos diferentes que nadie tiene verdadero interés en esclarecer, salvo él. Y para hacerlo, necesitará de las influencias menguantes del Rey, a cambio de tenerlo como un estrambótico y disfrazado ayudante. El hombre más odiado de España, vinculado a la mayoría de los casos de corrupción durante los últimos 30 años, se ha suicidado. O no. Estaba a punto de declarar en varias causas y se temía que “tirase de la manta”. También ha muerto una muchacha estrafalaria y tierna, llevaba el pelo teñido de verde, mezclaba el canto tirolés con el claqué y las canciones de Leonard Cohen y creía en la bondad de todos los seres vivos. A nadie interesa investigar a fondo su muerte, en una zona de Madrid que quiso ser lujosamente residencial y se quedó a mitad de camino por la crisis. Ambas investigaciones no están conectadas, pero para el detective representan la importancia de conocer la verdad en un mundo que cada día le resulta más irreal. Y en esa búsqueda lo asiste un rey anciano que responde al nombre de Johnny Bourbon y le indica el camino un GPS con la voz de su novia muerta hace años. Al final,está la muerte. O una gatita bebé llamada Patty. La duda es saber a cuál de las dos llegarán antes.
Una mañana de verano, en un bosque que rodea la urbanización de Sparrowswick Heath (donde cada casita tiene su nombre: El Barco, El Refugio, Caos…), un niño de cuatro años encuentra el cadáver de un hombre. Al contrario de lo que sucede en las novelas policíacas, no se trata aquí de encontrar, entre una serie de sospechosos, quién es el asesino: más bien al contrario, aquí hay toda una serie de personas que confiesan haber matado a la pobre víctima... con lo que ciertamente se hace difícil determinar quién lo hizo en realidad. Entretanto, ante tal profusión de 'culpables', el cadáver es enterrado y desenterrado no menos de tres veces.
Elmore Leonard, el gran maestro de la novela negra norteamericana, junta en Perros callejeros a tres personajes emblemáticos de algunas de sus novelas anteriores: Jack Foley, el atracador de bancos más famoso de Estados Unidos; Cundo Rey, el “marielito” cubano convertido en magnate del hampa gracias al tráfico de drogas y la “especulación” financiera e inmobiliaria; y su amante, la vidente Dawn Navarro, una auténtica mujer fatal. Jack y Cundo están en la cárcel. Cuando Jack queda en libertad, dos semanas antes que Cundo, éste le pide que lo espere en su mansión de Venice Beach, una de las zonas más exclusivas de California, hasta donde le va a seguir el agente del FBI Lou Adams, quien, a través de un soplón, aguarda el menor descuido de Foley para devolverle a la cárcel. Allí les espera Dawn Navarro con intenciones ocultas. Dawn cree haber encontrado en Jack al socio perfecto para sus planes. ¿Confía Cundo en Foley? ¿Se fían ambos de Dawn?
Un thriller de ambiente sofocante y adictivo que confirma a Hervé Le Corre como uno de los grandes maestros del crimen europeo. UN HOMBRE DESORIENTADO Franck sale de la cárcel tras cumplir condena, no quiso delatar a su cómplice en un atraco: Fabien, su hermano mayor. Lo acoge en su casa Jessica, la novia de Fabien; esperan su regreso de España, adonde ha ido para cerrar un negocio. Pero el lugar al que llega Franck es una asfixiante vivienda que debe compartir con la familia de Jessica y un perro amenazador. EN UN AMBIENTE HOSTIL Entre los pinos de las Landas de Gascuña, el verano trae un calor denso, húmedo y malsano que despierta los más bajos instintos. Además, una banda violenta hostiga a Jessica y a su familia. Cuando salgan a la luz los motivos reales de la ausencia de su hermano, Franck abandonará de una vez por todas su disfraz de perro dócil y se convertirá en un lobo despiadado. SE VOLVERÁ SALVAJE En Perros y lobos se mezclan la urgencia del thriller, el tono sombrío de la novela negra y un singular calado psicológico. Hervé Le Corre se revela como un escritor capaz de aunar extremos: el lirismo del paisaje agreste con la más cruda violencia humana.
Una joven de carácter irascible acude al despacho del abogado Perry Mason en busca de ayuda diciéndole que debe leer el testamento de su padre, del que su tío es albacea, porque desea casarse y existe una clausula en la que toda su cuantiosa fortuna pasará a beneficencia si ella contrae matrimonio antes de los veinticinco años y no quiere esperar los dos que le faltan. Desea que el abogado investigue la forma de cambiarla clausula. El abogado le aconseja que hable con su tío, pero la joven se enfada y está apunto de abandonar el despacho. Perry Mason comprende que más allá de las palabras de la clienta, existe un problema que no tardará en aflorar. Efectivamente, el tío es asesinado y ella será acusada del crimen. El abogado lleva la defensa de tal forma, que confunde a su clienta, al tribunal e incluso los periódicos, pero al final la estrategia del brillante abogado dará el fin esperado.
Frank Patton se dedica a estafar a los comerciantes de varios pueblos mediante un concurso cuidadosamente planeado, en que la chica con las piernas más hermosas gana un contrato con una cinematográfica de Los Angeles. Cuando la ganadora llega a Los Angeles, el contrato queda en nada, y por miedo al ridículo que hará si vuelve a su pueblo, decide ganarse la vida en la gran ciudad. Perry Mason es contratado para desenmascarar a Patton y acusarle de estafa ante los tribunales, pero el caso se complica cuando Patton es asesinado en su casa.