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Bolsilibros - Coral 318. Déjame adorarte, Isabel, de Corín Tellado

Romántico, Novela

Arturo Sanromán se agitó en el asiento. El tren iba a marchar y se llevaría a Isabel por tres meses hacia una tierra desconocida... Y él la amaba. Él no era hombre que diera al cariño un nombre falso. Quería a Isabel para casarse con ella. Y la invitaba a quedarse en la Sierra con su hermana, entretanto sus alumnos de invierno disfrutaban del verano y retornaban a su vida madrileña y a las clases con la profesora particular. Pero Isabel, orgullosa y terca, siempre dueña de sí, y tan celosa de valerse por sí misma, desdeñaba aquella invitación. Con suavidad, pero la desdeñaba.


Bolsilibros - Coral 319. Aventura inesperada, de Corín Tellado

Romántico, Novela

Anne siente que tiene el mundo bajo sus pies. Vive ajena a los sufrimientos de quienes la rodean, y no muestra ni una pizca de sensibilidad. No hay nada que se le ponga por delante y siempre consigue lo que quiere, ante la preocupada mirada de sus padres, que no saben qué hacer con esa chica altiva y orgullosa. Algo inesperado cambia su vida bruscamente...Esta historia se desarrolla en una familia rica y aristocrática, en un ambiente de lujo y poder, a caballo entre Londres y Nueva York.


Bolsilibros - Coral 320. Déjame vivir, de Corín Tellado

Romántico, Novela

César Martínez es un médico vocacional que vive dedicado a sus pacientes en una consulta que atienden él y su enfermera Ana María, una mujer dispuesta y muy joven que observa cada día la crispación y el cansancio de su jefe por la incomprensión de Maruja, su mujer, una persona frívola y ambiciosa que tiene abandonado a su marido y a su hija, y que sólo vive para las fiestas en sociedad.


Bolsilibros - Coral 321. Los gemelos, de Corín Tellado

Romántico, Novela

César Santamarina de la Fuente tiene que hacerse pasar por su hermano gemelo para desencantar a una muchacha que inicia su carrera de modelo y que está saliendo con Eduardo, su hermano. Esto se debe a que, sus padres, acomodados en la alta sociedad de Cádiz, buscan para sus hijos unos matrimonios acorde con su estatus social. Esto provoca que Marta Rita, ajena a los tejemanejes de los padres de su pretendiente, se sienta confusa con la manera de actuar de Eduardo, efusivo y divertido en ocasiones, parco y serio en otras, lo cual no evita que se enamore profundamente de él. Lo que no cuenta César es que, al engañar a Marta Rita, lo va a llevar a enamorarse locamente de ella a pesar de las disposiciones de sus padres.


Bolsilibros - Coral 322. Esperaba por ti, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Señor cura…—No terminé. Tienes treinta y siete años. Tu vida no acabó, empieza ahora. O al menos debe empezar.—Padre…, ¿qué le parece si dejamos esto? —se puso en pie—. No me vaya a salir usted con el cuento de las dos viejas solteronas.—No creas —rio el sacerdote acompañándolo hasta la puerta—. A veces pienso que esas dos solteronas son lo bastante inteligentes para ver lo que yo veo y lo que ven todos en el pueblo. Tu gran soledad pese a estar tan acompañado.—Escuche, padre —dijo ya llegando al quicio de la puerta—. Tengo más de lo que un hombre puede ambicionar. Tengo una hija, un hijo, una hacienda rica, criados a mi servicio, salud y fortaleza. No creo que se pueda pedir más.—¿Y amor?


Bolsilibros - Coral 324. Siempre fue así, de Corín Tellado

Romántico, Novela

La muerte de su madre le lleva a abandonar la casa donde vivía. Siempre había estado bajo su yugo y ahora quería libertad. Daniel se define como un pobre ser errante que huye de la soga, por eso, rehúye la invitación de Titi de quedarse con ella y su madre, una decisión que no le convence del todo.


Bolsilibros - Coral 325. El destino no perdona, de Corín Tellado

Romántico, Novela

La joven pensó que no, que no estaba dispuesta a casarse con un desconocido, sólo porque su padre lo ordenara así. Además, hacía varios días que estaba decidida a dejar aquel palacio. La verdad, se había cansado, en efecto, de que la sociedad la halagara sólo por ser hija de un millonario. Necesitaba conocer una vida de trabajo y sacrificio, como las demás personas. Tenerlo todo no producía ninguna satisfacción, aunque su padre pensara lo contrario.—Sheila, salimos para San Francisco mañana mismo.—¿A conocer a mi futuro esposo?—Exactamente.


Bolsilibros - Coral 326. Cree en mí, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Pero, muchacho, muchacho, no es posible.—Carraspeó—. La verdad es que no te comprendo. Me lo adviertes ahora. ¿Por qué no lo hiciste al iniciar las gestiones? Es absurdo que lo decidas así —miró a su esposa—. ¿Tú qué dices, Gracia? —No esperó respuesta—. Estudiar una carrera, hacer las prácticas en el extranjero, para esto... La verdad, muchacho, créeme que es absurdo.—Lo he decidido así, papá —adujo Ignacio sin inmutarse.El doctor Lavandera se mordió los labios. Evidentemente le costaba mantenerse sereno. De súbito sé puso en pie, dejó el comedor y su esposa e hijo lo siguieron en silencio. Doña Gracia asió el brazo de su hijo y susurró:—¿Estás decidido?—Completamente decidido, mamá. —Diré como tu padre: no te comprendo.


Bolsilibros - Coral 328. Olvídalo, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—No pareces muy feliz, Mika.Ésta alzándose de hombros, hizo un gesto vago, y algo que parecía una sonrisa afloró a sus labios.—Siempre lo dije —siguió murmurando la anciana—. Tú no eres mujer para ése.—Vamos, Florentina.Esta removió el contenido de la cacerola con su parsimonia habitual. Tenía unos setenta y cinco años. Mika recordaba haberla visto allí, en aquella choza del bosque, desde que tuvo uso de razón. Evocó sus tiempos de niña. Al regreso de la escuela, todas las compañeras al pasar frente a la choza de la vieja solitaria, azotaban sus cristales con ramas secas. Ella no. La llamaban bruja. Florentina corría tras ellas, las amenazaba. Al día siguiente volvían a azotar sus ventanas. Ella siempre sintió una profunda piedad por aquella pobre mujer solitaria que vivía de la leche de su cabra y del pan de los vecinos. Muchas veces, al pasar para la escuela, le dejaba en la puerta una cesta de comida. Florentina le sonreía.


Bolsilibros - Coral 329. Berta, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Buenas tardes, abuelita.—Hola, muchacho. ¿Cómo van esos estudios?Pedro besó a la dama, se sentó frente a ella y suspiró.—Espero aprobar.Tenía dieciséis años, pero nadie lo diría. Por su aspecto y por su modo de pensar, parecía un hombre de veintitrés. La abuela se sentía orgullosa de él. Era uno de sus nietos preferidos. Claro que los demás estaban muy lejos, pero aun así, encontraba en Pedro cualidades estimables que no halló en ningún otro nieto, cuando éstos, en sus vacaciones, pasaban por la ciudad costera a hacerle una visita. Pedro era, como ya había dicho, un hombre en miniatura. Llegaría a ser un buen médico, como lo fue su abuelo, como lo eran sus tíos y como lo fue su padre.


Bolsilibros - Coral 331. Aléjate de mí, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Buenos días, Marta.La contempló quietamente. Esbelta, fina, femenina cien por cien. ¿Vulgar? No, no tenía nada de vulgar. Para un hombre como Fernando, que se deslumbraba sólo con la luz de una vela, ver aquella esbelta y personal mujer carecía de encanto, pero para cualquier hombre sensato y viril, Marta era el ideal perfecto. Se mordió los labios. A él no le gustaba mucho ir allí, porque siempre pensaba igual, y sentía coraje porque Dios no debía dar tales tesoros a quien no sabía conservarlos. Sí, él sentía una cosa especial ante la esposa de su amigo, y eso jamás quiso confesárselo ni ante sí mismo. Él era un hombre leal y pensar en traicionar a Fernando no cabía en su cerebro. Claro que aunque le diera cabida, Marta no era de las que pecan ni por despecho ni por placer.—Buenos días, Juan. Mucho has madrugado.


Bolsilibros - Coral 332. Las dos familias, de Corín Tellado

Romántico, Novela

Los padres de cada uno de ellos han decido este matrimonio, ellos solo se conocen de niños y se han visto por fotos.Se casan por poderes y ella viaja a México donde él vive desde hace 10 años.¿Se podrán enamorar después de haberse casado? ¿Se aman? ¿Serán felices?


Bolsilibros - Coral 333. Obligada esclavitud, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Bien —gruñó—. Lo admito. Una vez más, te digo, procura eludir esa cuestión. Betty hará lo posible por obligarte a que invites a su hija a pasar una temporada entre nosotros.—¿Y por qué no quieres que venga, Ted?—Porque soy un hombre cortés, y me obligarla mi cortesía a acompañarla. Y yo no puedo hacer eso. No tendré tiempo. No deseo obligaciones de esa índole.—Cálmate.—Es que me descompone que Betty se salga con la suya.—¿Con respecto a tu boda con su hija? —se burló la dama.—Con respecto a… ¡Oh, no! Claro que no, Con respecto, quiero decir, a que pase con nosotros una temporada.—Pobre chica.—Pero si tiene allí cuanto puede apetecer.—Menos hombres.—Mamá…


Bolsilibros - Coral 334. Entre marido y mujer, de Corín Tellado

Romántico, Novela

Diego Martin llevó el pitillo a la boca y fumó despacio, cerró un ojo a causa de la espiral ascendente y pidió:—Cartas, Pedro.—Arrastro.—¿Cómo?—Lo dicho.Diego lanzó los naipes sobre la mesa y rezongó:—Cada día estoy más desafortunado —se repantigó en la butaca. Era un muchacho de unos veintiocho años, alto, delgado, cerrado de barba, negro el pelo y negros sus ojos centelleantes. Tenía la boca grande, con el labio inferior ligeramente caído, denotando su sensualidad—. ¿Qué hacemos?Pedro Rubiera se alzó de hombros. Podían hacerse muchas cosas, pero ignoraba por cuál empezar. Fernando lanzó un silbido.


Bolsilibros - Coral 335. Eres el mismo, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Quítate de la cabeza esa locura de ser torero, Andrés, hijo mío. Tienes que prometérmelo.Andrés aspiró hondo. Era un joven de mediana estatura, moreno, con el pelo negrísimo, enmarañado, los ojos de un negro azabache, de expresión profunda y vivaz. Bajó los ojos mansamente y murmuró:—Pídame lo que quiera, la vida si lo prefiere. Pero no me pida que olvide mis aspiraciones. Yo seré torero.Don Agapito fue incorporándose en la cama y quedó mirando al joven con desaliento. Cayó de nuevo hacia atrás, y murmuró:—Ya veo que acabarás como tu padre. Puede ser que no llegues siquiera a la plaza. Te matará un becerro en la dehesa.—Yo tengo más afición que mi difunto padre.


Bolsilibros - Coral 336. La prometida de Clint, de Corín Tellado

Romántico, Novela

Él era un hombre de unos treinta y dos años, pero por su aspecto grave y retraído, se diría que tenía cuarenta. Hablaba poco, casi nunca sonreía y sus facciones un tanto duras, le daban aspecto de hombre poco sociable Pero lo era. Elegante, de pelo negro, ojos grises como el acero, aspecto franco. Muy alto, muy delgado, vestía con elegancia y tenía lo que se dice distinción innata. Un digno hijo de sus muy ilustres antepasados. Llevaba su título de lord Baker con absoluta dignidad y era muy estimado y apreciado en el mundo de las finanzas. Millonario y mundano, inteligente y culto, Lawrence Baker suponía en el mundo elegante de Nueva York un partido envidiable, por el que suspiraban todas las mamás que pretendían casar bien a sus hijas.


Bolsilibros - Coral 337. Mi adorada pueblerina, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Cambiar de…Y se le quedó mirando boquiabierto.—Sí, sí, de ambiente. Tómate unas vacaciones antes de que Queta se entere de que eso de pobre diablo es un mito. Cuando sepa que le has mentido para probarla, saliendo asesinada de la prueba, no cejará hasta conquistarte de nuevo, y tú, que eres un sentimental… te dejarás atrapar, y más tarde, cuando la fuga del amor haya pasado y la posesión y todo eso… renegarás de ti mismo y cometerás un disparate. Y lo peor es que te echarás una amiga y adiós esposa.—Jamás podrá conquistarme de nuevo —gritó Ignacio exasperado, como si en realidad temiera lo que su amigo decía.


Bolsilibros - Coral 340. Sin piedad, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Señor —susurró a media voz—. Esto…Japp lanzó una breve mirada sobre “aquello”. Primero, vio un montón de trapos húmedos. Después, unos pies pequeños; luego, una cabeza rubia. Se diría que lo esperaba, mas no era así en realidad. Sus ojos apenas si se movieron dentro de las órbitas.—¿De dónde lo has sacado? —preguntó indiferente.—De las rocas. Estaba entre dos piedras enormes de cara a la arena. Es una mujer, señor.Japp ya lo sabía. Aquel pelo y aquellos pies…—¿Vive? —preguntó con la misma simplicidad.—Le hice… la respiración artificial. Vive, señor.—No necesitamos una mujer, Iván —gruñó—. ¿Por qué no la has dejado entre las rocas?


Bolsilibros - Coral 341. No permitas que te ofenda, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—Pensábamos casarnos. Yo... quedé embarazada. Un día él hizo un viaje, tuvo un accidente y murió... Los señores, al saber mi estado, me echaron de casa. Yo... trabajé como pude hasta el día crítico. Me llevaron a un hospital. Al conocer mi situación, los médicos decidieron quitarme a la niña. Yo... hui aquella misma noche, aprovechando un descuido de la enfermera. Cogí a mi hija y salí corriendo. Llegué a la estación y subí...—¿Y qué piensa hacer ahora?—No... No... lo sé.'Vaya problema', pensó Rita, alarmada. '¿Qué puedo hacer yo para librar a esta mujer del tremendo peligro que está corriendo y a la vez de conservarle a su hija?'.—Oiga... Oiga...La mujer no se movía. La niña lloraba desgarradoramente. Rita extendió la mano. La mantuvo quieta en el aire, como si no se atreviera a tocar a la enferma.—Oiga... La mujer tenía la cabeza ladeada y los ojos cerrados. —Oiga... La tocó al fin. Un escalofrío la recorrió de pies a cabeza. —¡Cielos! — Exclamó poniéndose en pie—. ¡Cielos! Sacudió a la mujer. No se movía. —¡Dios de los cielos, está muerta!


Bolsilibros - Coral 342. Por compasión, no, de Corín Tellado

Romántico, Novela

—¡Rafael!—Mamá, seamos sinceros. Estamos solos, ¿no? Nadie nos oye. Tú y yo jamás hemos tenido secretos el uno para el otro. Conozco a Diana, la conocemos los dos, sabemos lo mucho que vale, lo buena que es, lo bella que es… lo… apasionada que es. Por tanto no puede, sólo por agradecimiento, casarse con un hombre al que, si bien debemos mucho, jamás pudo inspirarle amor.—No son unas relaciones de dos días…—Por eso mismo. Diana tiene ahora veinte años. ¡Dios del cielo! Veinte años y amarrada a un ciego por agradecimiento. Félix siempre fue un hombre inteligente…