Después de casarse con Rhoda, Greg Moxley cogió su dinero y desapareció en un accidente de avión. Años más tarde, Rhoda se casa de nuevo con Carl Montaine, el hijo de un millonario. Pero ahora Moxley ha aparecido vivo y le pide más dinero. Desesperada por proteger el buen nombre de Montaine, Rhoda pide ayuda a Perry Mason, pero todo se complica cuando Greg Moxley aparece muerto en su casa.
Hartley Bassett, un rico hombre de negocios, aparece muerto junto a una nota de suicidio escrita a máquina y tres armas de fuego. Para Perry Mason el suicidio es demasiado evidente. Su mujer quería ser libre, su hijastro le odiaba, un estafador no podía devolverle el dinero, y no hay que olvidar al hombre con un ojo de cristal que había contratado a Mason y cuyo ojo perdido apareció en las manos de la víctima.
En su testamento, Peter Laxter dispuso que su fiel guardián podría seguir viviendo y trabajando en la mansión de por vida. Pero Sam, el nieto de Laxter, dice que el acuerdo no incluye al gato del portero y que éste deberá deshacerse de él. En contra de los consejos de su asistente y su secretaria Della Street, Perry Mason decide llevar el caso. Lo que está en juego no es sólo si un gato puede quedarse en una casa, hay más: un millón de dólares en efectivo y algunos diamantes. Mason se ve envuelto en una red de codicia y traición entre los herederos, y tiene que hacer frente a las maniobras de un abogado sin escrúpulos.
La hermosa sobrina de Peter B. Kent influye en su tío para que visite a Perry Mason y le pida ayuda para evitar los intentos manejos de su ex esposa y de su socio de negocios y poder casarse de nuevo. Kent es sonámbulo y está preocupado porque anda de noche llevando un cuchillo de trinchar en las manos. Perry Mason organiza todo para que Kent pueda divorciarse definitivamente y casarse de nuevo, pero el plan se ve frustrado cuando el hermanastro de Kent muere apuñalado y el cuchillo ensangrentado aparece bajo la almohada de Kent.
Cuando un obispo tartamudo recurre a Perry Mason en busca de ayuda, Mason se ve envuelto en una batalla por los bienes de Renwold Bronwley. La muerte de éste y las sospechas de que su nieta y principal heredera no lo sea realmente, complican el asunto. La clave del enigma reside en el obispo que, por desgracia, ha desaparecido.
Un gran camión, propiedad de la Skinner Hills Karakul Company, que transportaba algunas ovejas «karakul», detuvo repentinamente su marcha. El conductor no hizo señal alguna. Un automóvil conducido por Arthur Bickler, embistió la parte trasera del camión y sufrió averías de bastante importancia. Así comienza un nuevo caso de este famoso abogado. Bickler acude a Perry Mason para que, en su nombre, pida una indemnización a la compañía. Antes de poder iniciar los trámites, reciben una llamada ofreciéndoles mucho más dinero del que pensaban pedir. Esto, despierta el instinto de Mason y pone a Drake a investigar. Esta compañía esta comprando numerosas tierras para, en teoría, la cría de ovejas. Perry Mason sospecha que hay algo más y decide entrevistarse con su representante, Fred Midfield. Mientras está en su casa, hablando con su esposa, el teniente Tragg del departamento de homicidios le comunica que su marido ha sido asesinado en un barco. El caso se vuelve muy enredado, con pistas que llevan a diferentes direcciones (la posición del cuerpo, una vela torcida, el flujo de las mareas... y que solo una mente tan brillante como Mason puede resolver.
Un accidente de automóvil, una historia de amor, un canario cojo y la señora Fisgona. ¿Qué puede haber mejor para suscitar la curiosidad de Perry Mason? Por eso decide aceptar el caso de divorcio de la hermana de la señorita Swaine, a pesar de ser abogado criminalista. Pero cuando Walter Prescott, es asesinado en su casa, el simple caso de divorcio se convierte en un rompecabezas.
Perry Mason conoce a la señora Newberry en un crucero de vacaciones. Ella y su marido no escatiman en gastos para ayudar a su hijastra Belle a entrar en los círculos de la alta sociedad. Sin embargo la señora Newberry sospecha que las repentinas ganancias de su marido provienen de un desfalco en la empresa en que trabajaba y pide ayuda a Mason. Durante la travesía un testigo presencia como empujan al señor Newberry por la borda, y la policía detiene a su mujer como autora del homicidio al encontrarle todo el dinero. Perry Mason se hará cargo de su defensa.
Después de que su acomodada tía Sarah sea sorprendida robando en unos almacenes, Virginia Trent está convencida de que tiene que buscar ayuda psiquiátrica para la cleptomanía. ¿Por qué recurre entonces Virginia al abogado Perry Mason? A causa de la desaparición de unos diamantes que su tía Sarah tenía en custodia. Virginia piensa que tía Sarah puede acabar en prisión por el robo de las piedras, pero el traficante en joyas Austin Cullens piensa de manera diferente. De hecho, él está dispuesto a perdonar y olvidar, hasta que aparece misteriosamente asesinado y tía Sarah es atropellada cerca de la escena del crimen. Ahora parece que la señora de dedos ligeros puede tener sangre en las manos.
¿Puede un loro actuar como testigo ante un tribunal? Fremont Sabin excéntrico millonario, aparece asesinado en su cabaña del bosque, adonde había acudido para pescar. Un loro ha sido testigo presencial del crimen. Pero, curiosamente, este no es el loro que pertenece a Sabin. Alguien lo ha sustituido. A la primera lista de sospechosos, parientes, herederos, se añade uno más: la mujer que tiene en su poder el loro del millonario. El animalito repite con insistencia una frase comprometedora. Todas las pruebas circunstanciales acusan a esta mujer, pero quizás las cosas no sean tan fáciles como a primera vista parece. Perry Mason, con su perspicacia habitual, consigue desenredar el ovillo que conduce hacia el sorprendente final.
Robert Peltham llama a Mason a medianoche y le ofrece 2000 dólares si se persona en su despacho para consultarle un asunto. Peltham acude a la cita acompañado de una misteriosa mujer disfrazada de pies a cabeza y con una máscara para que no se la pueda reconocer. Peltham le ofrece otros 10.000 dólares por defender a la misteriosa mujer, y para ello le entrega la mitad de un billete de 10.000, de tal manera que cuando ella necesite la ayuda de Mason, le mostrará la otra mitad del billete. Mientras tanto Mason se vé limitado, al no saber a cual de las distintas mujeres que aparecen en el caso debe defender.
Mildred Faulkner tiene varias tiendas de flores. De repente se entera que Harry Peavis un competidor en el negocio de las flores ha comprado en secreto acciones en su pequeña empresa, de propiedad familiar. Para evitar que Peavis se haga con el control de su propia compañía, Mildred va a Perry Mason. Antes de que Perry pueda verse con Mildred, la testigo de ésta es envenenada y quien tenía las acciones es asesinado.
La aspirante a actriz Stephane Claire sólo quiere aparecer en el cine. Para llegar a Hollywood hará autostop y acabará implicada en un accidente automovilístico con un coche robado a un famoso guionista de cine. Perry Mason deberá encontrar la verdad que esconde el guionista y magnate del cine. En el camino, un ama de casa engañada y un marido muerto.
La aparición de una lata vacía entre las conservas de la señora Florencia Gentrie será la pista para resolver el asesinato ocurrido en la vivienda contigua. Mason es contratado por el vecino de arriba, Elston A. Karr, para ayudar a la policía a descubrir donde está el cadáver y quien fue el asesino y poder seguir así con sus misteriosos negocios.
El acaudalado John L. Witherspoon contrata a Perry Mason para que investigue un caso de asesinato de hace veinte años, con el fin de demostrar que el joven que quiere casarse con su hija tiene impulsos homicidas en sus genes. Un hombre muerto en la cocina, los vapores de gas que impregnan toda la casa, un pato parece estar ahogándose en la pecera, pero que no murió. Tal vez este hecho tuvo algo que ver con el asesinato?
Cuando está a punto de cumplirse el aniversario de la desaparición del tío Franklin, Helen, su sobrina, recibe una llamada telefónica supuestamente realizada por el desaparecido. El ensimismamiento de Helen se rompe cuando su gato, Ojos Ambarinos, salta para alcanzar una pelota y le propina un arañazo en la muñeca. Ese mismo día, discute con la ceñuda tía Matilda a propósito de un novio, da vueltas al asunto de un testamento y el encargo de ver a Perry Mason, abogado criminalista. Para colmo, ha de visitar al veterinario.
Cuando las pruebas sobre el asesinato de un estafador apuntan a la esposa de la víctima, su padre decide llamar a Perry Mason para pedir ayuda. Es entonces cuando el águila legendaria jurídica tiene que desentrañar el misterio más desconcertante del caso: un reloj enterrado en la escena del crimen. Pero cuando el tiempo escasea, el tic-tac del reloj suena cada vez más y más como el ruido de los esqueletos de la familia que todo el mundo quiere silenciar.
El arsénico y un certero disparo dan comienzo al drama. El escenario lo constituyen unas minas de oro en las que halla incentivo la ambición humana. Y el personaje misterioso es un mosquito que parece tener sueño. ¿Quién mató? ¿El envenenador o el que hizo el disparo? Un nuevo caso para el abogado Perry Mason.
Un gran camión, propiedad de la Skinner Hills Karakul Company, que transportaba algunas ovejas «karakul», detuvo repentinamente su marcha. El conductor no hizo señal alguna. Un automóvil conducido por Arthur Bickler, embistió la parte trasera del camión y sufrió averías de bastante importancia. Así comienza un nuevo caso de este famoso abogado. Bickler acude a Perry Mason para que, en su nombre, pida una indemnización a la compañía. Antes de poder iniciar los trámites, reciben una llamada ofreciéndoles mucho más dinero del que pensaban pedir. Esto, despierta el instinto de Mason y pone a Drake a investigar. Esta compañía está comprando numerosas tierras para, en teoría, la cría de ovejas. Perry Mason sospecha que hay algo más y decide entrevistarse con su representante, Fred Milfield. Mientras está en su casa, hablando con su esposa, el teniente Tragg del departamento de homicidios le comunica que su marido ha sido asesinado en un barco. El caso se vuelve muy enredado, con pistas que llevan a diferentes direcciones (la posición del cuerpo, una vela torcida, el flujo de las mareas…) y que solo una mente tan brillante como Mason puede resolver.
Diana era una guapa rubia que llegó muy alterada al despacho de Perry Mason. Quería que Mason tomara medidas contra el hijastro de su patrón, un joven particularmente desagradable que la había atacado cuando ella se resistió a sus avances. Perry se puso en acción de inmediato y consiguió $ 1 500 para Diana y una cuota de $ 500 para sus honorarios. Caso cerrado. Pero a la noche siguiente, la chica que compartía el apartamento de Diana fue hallada asesinada. En la escena del crimen, la policía encontró dos pistas vitales: el arma del asesinato, una pistola cubierta con las huellas dactilares de Diana, y su bolso que contenía un recibo por sus honorarios de los servicios realizados, firmado «Della Street, por Perry Mason». & una rubia golpeada por el hijo de su jefe. & un petimetre y su madre. & un cadáver de mujer empapado por la lluvia. & un irascible sargento de Policía. & y, naturalmente, el abogado Perry Mason y su secretaria Della Street.