Unos pececillos dorados y el bolso de una joven seductora y codiciosa, lo que vulgarmente se llama una vampiresa, juegan el papel principal en la trama de la narración. El indispensable asesinato que sirve de base a la novela, aparece esta vez tan embrollado e indescifrable, que se necesita toda la eficacia dialéctica y todo el simpático dinamismo del abogado Perry Mason para llegar a una conclusión lógica y terminante. Como en otras obras del mismo autor, el infatigable Mason, con la eficiente ayuda de su secretaria, ha de vencer muchos obstáculos y enfrentarse tenazmente con el policía Tragg. Pero esta vez el interesante y conocido personaje consigue uno de sus más espectaculares triunfos.
El señor Shelby intenta entregar los pagos atrasados de una concesión petrolífera a Jane Keller mientras se encontraba en la fila de un banco. La hermana mayor de Jane, Marta le acompaña a visitar y pedir consejo legal a Perry Mason. Al no encontrarse Perry Mason en el despacho, su ayudante Jackson se encarga de un primer estudio de la documentación de la concesión petrolífera. El señor Shelby quiere luchar por sus derechos y así conseguir un importante porcentaje sobre la venta de la isla en la que se encuentra la concesión. Para conseguir desbloquear esta situación Parker Benton el millonario interesado en la compra, invita a los implicados en un viaje en su yate hacia en la isla disputada. En el yate de Benton los ánimos están tensos. Los pasajeros proyectan un negocio en común; pero cada vez que se suscita el tema, las discusiones son acaloradas y violentas. Hasta que un disparo, una zambullida y el grito de «Hombre al agua» rasgan la espesa niebla. Y Perry Mason interviene en el caso.
Perry Mason, abogado criminalista, no acepta un cliente hasta que su sexto sentido le dice que es inocente. Y no importa que el caso le ponga contra las cuerdas; conseguirá la absolución. En el último instante, su brillante exposición de los hechos sacará a la luz detalles, aparentemente sin importancia, que delatarán al verdadero culpable. En los años sesenta, el actor Raymond Burr popularizó en televisión al peculiar investigador.
Todo comienza con el «traje» de una bailarina de abanicos («fan-dancer») o lo que queda de él. Cuando Perry Mason, tras un accidente de tráfico, se tropieza con unos abanicos de plumas y unos zapatos de una bailarina exótica, pretende hacer una buena obra publicando un anuncio para localizar a su propietaria. La buena acción del abogado consigue atraer a dos despampanantes bailarinas que afirman ser la misma artista. Y pegados a sus faldas aparecen un ex marido y un novio celosos. Pero la propiedad desaparecida que reclaman los cuatro no son abanicos de plumas ni zapatos ¡¡es un caballo!! Y cuando el ex marido es brutalmente asesinado, Mason encuentra que puede estar peligrosamente cerca de un criminal…
Cuando Perry Mason recibe dos cheques misteriosos de Lola Allred, una mujer de la que nunca ha oído hablar, se huele problemas. El misterio aumenta cuando el banco decide que uno de los cheques ha sido falsificado. Una visita del marido de Lola revela que ella se ha escapado con el novio de su hija, un testigo clave en un juicio en curso.
Un cliente encarga a Mason que identifique quien puso un anuncio personal bastante sospechoso. La anunciante resulta ser Marilyn Marlow, una joven que, al morir su madre, heredó el dinero que le había dejado un rico anciano al que cuidaba. Pero antes de que se haga el reparto de los bienes, los familiares del anciano intentan impugnar el testamento. Cuando Rose Keeling, la testigo clave en la impugnación del testamento muere, Marilyn es acusada, y Mason se encarga de su defensa.
El foco de la linterna de Mason iluminaba el camino a lo largo del corredor. Mason se detuvo frente a la tercera puerta. Dudó un momento, después sacó un pañuelo de su bolsillo y, con él en la mano, hizo girar el picaporte. La puerta se abrió hacia dentro. Percibieron un olor de muerte. El foco de la linterna mostró una figura tumbada en el suelo con la cara hacia arriba, un ojo cerrado, y el otro abierto, contemplando el techo del cuarto con mirada vidriosa. Addison retrocedió rápidamente, como si Mason le hubiera dado un golpe en el estómago. Mason no se volvió hacia atrás. Dijo: Eche una mirada por encima de mi hombro. No toque nada. ¿Quién es el muerto?
Tras un rápido divorcio mexicano, de dudosa legalidad, Ed Garvin vuelve a casarse. Su primera mujer intentará colocarle en un apuro financiero, pero todo se complica cuando es asesinada.
Mason, representa a un joven que resultó herido en un accidente de coche en el que el conductor que se dio a la fuga. Siguiendo instrucciones de Mason, Paul Drake pone un anuncio en el periódico pidiendo testigos del atropello. El caso se complica cuando dos conductores distintos se responsabilizan del accidente.
Mientras Perry Mason está “disfrutando” de un paseo nocturno a la luz de la Luna en una canoa alquilada, a lo lejos divisa a una joven con cuerpo de ninfa y desnuda que sale del agua, se viste con un traje de noche y echa a andar. Una bella escena nocturna para recordar, si no fuera porque al poco tiempo la joven volvió corriendo al agua seguida por un perro de presa, ante lo cual se echó de nuevo al agua y se puso rápidamente a nadar. Y quien mejor que Perry Mason para rescatar a la joven en el momento justo. La joven le cuenta que únicamente ha cogido una botella con una carta dentro en la que se acusa a alguien de asesinato. Finalmente Mason copia la carta y deja marchar a la muchacha sin conocer su identidad. Posteriormente la joven es acusada de robar joyas en la finca que visitó a la luz de la luna y por ello contrata a Perry Mason para que la defienda. Las cosas se complican cuando el acusador es encontrado muerto y aparentemente asesinado por la joven, que además de robo, será acusada de asesinato. Hay muchos misterios en la trama de la novela. Perry Mason no sólo está defendiendo a la muchacha, la cual no sigue sus instrucciones al pie de la letra, sino que además también debe evitar que la joven revele que fue él quien la ayudo a escapar. Una novela y caso de misterio que se encuentra entre las mejores historias de Perry Mason. Una historia en la que nunca se da por vencido ante situaciones complicadas y en la que sabe encontrar la solución al caso de una forma inverosímil e inesperada.
Perry Mason está cenando tranquilamente en el café Golden Goose cuando recibe una misteriosa llamada telefónica. La mujer que está al otro extremo de la línea está desesperada por contratar los servicios de Mason, pero de repente desaparece tras la breve conversación telefónica. Mason deberá hacerse cargo del asunto pese a ignorar la identidad de su cliente. Las únicas pistas: un recorte de periódico sobre un caso de chantaje, y la combinación con una caja fuerte garabateada en un papel.
La enfermera de noche Nellie Conway termina contratando los servicios del abogado Perry Mason por solo un dólar. Afirma que Nathan Bain le ha pedido que le dé unas píldoras envenenadas a su segunda esposa, Elizabeth Bain, a quien ella cuida por la noche debido a que se había roto la espalda en un accidente de coche y se hallaba confinada en la cama de su habitación. Pero la cosa no termina aquí, fiel a sus sentimientos y siguiendo las instrucciones de Perry Mason, Nellie llama a Mason la siguiente noche para decirle que Nathan Bain la está arrestando por robo y que Nathan tiene pruebas de que ella ha robado una valiosa pieza de la caja de joyas de su esposa. Naturalmente, será Mason quien se ocupe de defenderla. Sin embargo, sus contactos con Nellie y Nathan no terminan ahí. En torno a ellos ocurre un asesinato y surgen nuevas pistas a investigar, y, para mayor sorpresa, Mason se tendrá que ocupar de la defensa de una tercera persona. Las complicaciones iniciales del caso harán que Perry Mason se sienta algo irritado y no pare de dar vueltas al caso. Solo con la confianza y la ayuda de sus socios, Della Street y Paul Drake, desentrañará el misterio y, resolverá el asesinato. La frustración del acusador oficial, el fiscal Hamilton Burger, mientras intenta ganar el juicio, es patente. Pero las tácticas de Perry Mason harán que se muerda la lengua y se ponga aún más nervioso, lo cual provoca las risas del público.
Cuando Arthur Cushing, un notorio playboy, es asesinado, Belle Adrian sospecha que su hija, Carlota, es quien lo ha asesinado, y Carlotta sospecha que su madre cometió el crimen. Mason se hará cargo de la defensa de Belle.
El propietario de un restaurante de carne, Marty Alburg, le pide a Perry Mason y a su secretaria Della Street que oculten el abrigo de visón apolillado que se dejó la nueva camarera Dixie Dayton al marcharse apresuradamente. La policía quiere interrogar a Dixie ya que su novio es el principal sospechoso de matar a un policía.
El caso comienza cuando Mason llega a su oficina con una caja que ha adquirido en una subasta. Cuando Della, su secretaria, le pregunta qué hay en ella, él le dice que no lo sabe, y al abrirla descubren que contenía los diarios y algunos libros que pertenecían a Helen Cadmus, secretaria de Benjamin Addicks, un millonario que está llevando a cabo experimentos para ver si los gorilas pueden ser hipnotizados y convertirse en maníacos homicidas.
Perry Mason fue contratado para proteger los intereses de la familia Bain, que estaban siendo chantajeados con una cinta de audio amañada. Mason logra borrar la grabación, pero Hattie Bain es acusada de asesinato, y Mason se hace cargo de su defensa. Mason logrará poner contra las cuerdas a los testigos del Ministerio Fiscal.
Janet Morris, cliente de Perry Mason, es acusada de envenenar a su marido, el Dr. Morris, que habías fallecido en un accidente de avión. Pero en realidad, no había fallecido, sino que había fingido su muerte para poder escapar a México con su amante. El fallecido en el accidente de avión es Kirby David, y ahora Janet Morris es acusada de la muerte del señor David.
En este caso... La clienta de Perry Mason es una mujer joven, callada e introvertida, una ratita. Acompañada de su tía llega al despacho de Mason solicitando su ayuda, pero es la tía, una mujer peculiar, una gata con garras, quien realmente habla y explica todo, siendo la joven esposa la que firma. Es la parlanchina y cariñosa tía, la que pide a Perry Mason que resuelva a su sobrina un problema muy grave, una acusación de posible asesinato que podría causarle problemas. Perry Mason tendrá que resolver un caso muy peculiar: Un cadáver que presuntamente ha muerto dos veces y que sale corriendo alegremente después de saltar por una ventana.
Evelyn Bagby es una joven con ambiciones, mala suerte y un bonito pelo rojo. Pero cuando es atrapada con diamantes robados, su caso parece un caso cerrado, pero... Perry Mason intuye que todo ha sido una estratagema bien creada y urdida. Pasado un tiempo, cuando ocurre un crimen, Mason cree que su clienta, a pesar de ser anteriormente absuelta, ahora será acusada de asesinato.Las cosas se mueven rápidamente en la sala de los tribunales. Perry Mason muestra realmente su habilidad resolviendo sus casos y, en este caso, mostrando sus tácticas a un joven abogado de provincias.Perry Mason, como siempre, tiene que defender a sus clientes, ya sea porque siguen al pie de la letra sus instrucciones de mantener la boca cerrada o porque el cliente habla mucho y cuenta a la policía y a los reporteros todo lo que sabe, como en este caso.Mason andará por el filo de la navaja, navegará una y otra vez a favor o en contra del viento ante las evidencias, olvidos, errores de él o sus clientes, incluso la posible fabricación o desaparición de huellas o pruebas. Un continuo juego del ratón y el gato entre abogados y policías, una serie de trucos de magia donde las cosas pueden o no pueden existir y las pruebas pueden ser creadas o descubiertas antes de que ocurrieran los hechos.
—¡Salga! —gritó la joven al ver entrar en su habitación a Perry Mason—. ¡Salga o…! —¿Llamará a la policía? —preguntó Mason. Una pistola relució en la mano de la joven. —Haré algo más eficaz que eso, señor Mason. —Y entonces, ¿qué le dirá a la policía? —Le diré que usted intentó atacarme, y me mantendré firme en mi declaración. Pero antes de que Perry Mason se marchara, la violenta muchacha se convirtió en testigo importantísimo de un emocionante caso judicial…