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Bolsilibros - Coral 423. No me compadezcas, de Corín Tellado

Romántico, Novela

Los ojos maravillosamente verdes de Cristina vagaron indecisos por la muchedumbre allí apiñada. Sabía que a ella también la buscaban, que poco tiempo estaría sola. La mirada de muchos de los bailarines se posaba en ella con codicia, anhelante, deseosa de que el bailable acabara para tenerla a ella como pareja. Sintió asco.Volvió el recuerdo de Juan a su imaginación. Con él todo era tranquilidad y sosiego. Sabía lo que quería y a dónde iba. Sabía cómo tratar su asustado corazón.¿Por qué se había ido así? ¿Por qué?El bailable acababa.


Bolsilibros - Coral 424. Tú me diste la felicidad, de Corín Tellado

Novela, Romántico

Carl Reilly lanzó una sarcástica mirada a través del ventanal. A pocos metros, de pie en la acera, se hallaba su amigo Thomas Blake, besando la mano de Amy Lacigny y saludando respetuosamente al muy opulento míster Lacigny. Carl vio cómo Thomas abría la portezuela del elegante automóvil, y cómo Amy, con una sonrisa que por sí sola era una invitación, se despedía de Thomas. Vio también que míster Lacigny se sentaba ante el volante y con su mano enguantada saludaba a su amigo. Carl sonrió. Allí tenía Thomas una buena oportunidad. Antes de sentarse nuevamente ante su mesa de trabajo, aún miró hacia la calzada.


Bolsilibros - Cuatreros 188. Hace falta un asesino, de Edgard Kennedy

Aventuras, Novela

ALLAN Fremont hacía caminar a su montura subiendo la empinada y pedregosa pendiente. El sol, con toda su potencia abrasadora, las tres de la tarde de un mes de agosto, caía a plomo sobre hombre y caballo. Allan Fremont trataba de atravesar el monte Harvard por su parte menos elevada, para pasar al Estado de Colorado. Era joven, veinticinco años, y su cuerpo, bajo la camisa que vestía, se adivinaba enjuto y poderoso.


Bolsilibros - Cuatreros 359. El desquite, de M. de Silva

Aventuras, Novela

EN la semioscuridad del atardecer, un hombre que avanzaba por el camino detuvo su caballo ante la taberna. A la luz humosa de los quinqués, los parroquianos pudieron ver a un hombre aún joven, alto, vestido de negro y que por sus ropas causó asombro e hilaridad. Llevaba levita larga y bien ajustada; sus botas altas, aunque polvorientas, eran nuevas y de buena calidad, y lo que causaba asombro a la concurrencia era que llevaba ¡corbata!


Bolsilibros - Del Val Oeste 0. Héroes y vencidos, de Donald Curtis

Novela, Aventuras

Juan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad natal. Sus primeros pasos literarios fueron colaboraciones periodísticas —críticas y entrevistas cinematográficas—, en la década de los cuarenta, en el diario Imperio, de Zamora, y en las revistas barcelonesas Junior Films y Cinema, lo que le permitió mantener correspondencia con personajes de la talla de Walt Disney, Betty Grable y Judy Garland y entrevistar a actores como Jorge Negrete, Cantinflas, Tyrone Power, George Sanders, José Iturbi o María Félix. Su entrada en el entonces pujante mundo de los bolsilibros fue a consecuencia de una sugerencia del actor George Sanders, que le animó a publicar su primera novela policíaca, titulada La muerte elige, y a partir de entonces ya no paró, hasta superar la respetable cifra de dos mil volúmenes. Como solía ser habitual, Gallardo no tardó en convertirse en un auténtico todoterreno, abarcando prácticamente todas las vertientes de los bolsilibros —terror, ciencia-ficción, policíaco y, con diferencia los más numerosos, del oeste—, llegando a escribir una media de seis o siete al mes, por lo general firmadas con un buen surtido de seudónimos: Addison Starr, Curtis Garland (y también, Garland Curtis), Dan Kirby, Don Harris, Donald Curtis, Elliot Turner, Frank Logan, Glenn Forrester, John Garland (a veces, J.; a veces, Johnny), Jason Monroe, Javier De Juan, Jean Galart, Juan Gallardo (a veces, J. Gallardo), Juan Viñas, Kent Davis, Lester Maddox, Mark Savage, Martha Cendy, Terry Asens (para el mercado latinoamericano, y en homenaje a su esposa Teresa Asensio Sánchez), Walt Sheridan.


Bolsilibros - Desafío 3. Río, de Alf Manz

Aventuras, Novela

El cazador de hombres por recompensa odiaba a todos, al mundo, hasta sí mismo. Un misterioso cargamento, contrabandistas, desertores y asesinos huyendo de la civilización para refugiarse en el escenario de la bárbara Frontera. Mildred acudió a su camarote, más fascinadora que nunca, anhelante, esperanzada por reconquistarlo, pero él ya se había con venido en una máquina de matar. Hosco, de expresión siniestra, se vengaba del terrible mal que le habían causado unos forajidos.


Bolsilibros - Diligencia 116. Jerry West, «sus justicias», de Frank Caudett

Novela, Aventuras

Francisco Caudet Yarza (Frank Caudett) nace en Barcelona en 1939, ya en la infancia manifiesta su inclinación hacia la literatura y se apasiona con la lectura de clásicos franceses y rusos (Dumas, Tolstoi, Verne), autores que simultánea con los españoles de la novela de kiosco como Mallorquí, Donald Curtis, Mark Halloran y otros. Debuta en 1965 en el mundo de los 'bolsilibros' con la madrileña Editorial Rollán que le publica su primer original en la legendaria serie FBI, con el títulode 'Enigma'. Dos años después la barcelonesa Bruguera le ofrece un contratode colaboración en exclusiva para novelas de bolsillo, empresa que comercializa durante años sus originales que rozan los cuatrocientos títulos y que firma con el más conocido de sus seudónimos: Frank Caudett.


Bolsilibros - Diligencia 123. El monstruo va al oeste, de Donald Curtis

Novela, Aventuras

Juan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad natal. Sus primeros pasos literarios fueron colaboraciones periodísticas —críticas y entrevistas cinematográficas—, en la década de los cuarenta, en el diario Imperio, de Zamora, y en las revistas barcelonesas Junior Films y Cinema, lo que le permitió mantener correspondencia con personajes de la talla de Walt Disney, Betty Grable y Judy Garland y entrevistar a actores como Jorge Negrete, Cantinflas, Tyrone Power, George Sanders, José Iturbi o María Félix. Su entrada en el entonces pujante mundo de los bolsilibros fue a consecuencia de una sugerencia del actor George Sanders, que le animó a publicar su primera novela policíaca, titulada La muerte elige, y a partir de entonces ya no paró, hasta superar la respetable cifra de dos mil volúmenes. Como solía ser habitual, Gallardo no tardó en convertirse en un auténtico todoterreno, abarcando prácticamente todas las vertientes de los bolsilibros —terror, ciencia-ficción, policíaco y, con diferencia los más numerosos, del oeste—, llegando a escribir una media de seis o siete al mes, por lo general firmadas con un buen surtido de seudónimos: Addison Starr, Curtis Garland (y también, Garland Curtis), Dan Kirby, Don Harris, Donald Curtis, Elliot Turner, Frank Logan, Glenn Forrester, John Garland (a veces, J.; a veces, Johnny), Jason Monroe, Javier De Juan, Jean Galart, Juan Gallardo (a veces, J. Gallardo), Juan Viñas, Kent Davis, Lester Maddox, Mark Savage, Martha Cendy, Terry Asens (para el mercado latinoamericano, y en homenaje a su esposa Teresa Asensio Sánchez), Walt Sheridan.


Bolsilibros - Diligencia 268. Pagar por vivir, de Frank Caudett

Novela, Aventuras

Francisco Caudet Yarza (Frank Caudett) nace en Barcelona en 1939, ya en la infancia manifiesta su inclinación hacia la literatura y se apasiona con la lectura de clásicos franceses y rusos (Dumas, Tolstoi, Verne), autores que simultánea con los españoles de la novela de kiosco como Mallorquí, Donald Curtis, Mark Halloran y otros. Debuta en 1965 en el mundo de los 'bolsilibros' con la madrileña Editorial Rollán que le publica su primer original en la legendaria serie FBI, con el títulode 'Enigma'. Dos años después la barcelonesa Bruguera le ofrece un contratode colaboración en exclusiva para novelas de bolsillo, empresa que comercializa durante años sus originales que rozan los cuatrocientos títulos y que firma con el más conocido de sus seudónimos: Frank Caudett.


Bolsilibros - Diligencia 346. Las joyas de la Confederación, de Frank Caudett

Novela, Aventuras

Francisco Caudet Yarza (Frank Caudett) nace en Barcelona en 1939, ya en la infancia manifiesta su inclinación hacia la literatura y se apasiona con la lectura de clásicos franceses y rusos (Dumas, Tolstoi, Verne), autores que simultánea con los españoles de la novela de kiosco como Mallorquí, Donald Curtis, Mark Halloran y otros. Debuta en 1965 en el mundo de los 'bolsilibros' con la madrileña Editorial Rollán que le publica su primer original en la legendaria serie FBI, con el títulode 'Enigma'. Dos años después la barcelonesa Bruguera le ofrece un contratode colaboración en exclusiva para novelas de bolsillo, empresa que comercializa durante años sus originales que rozan los cuatrocientos títulos y que firma con el más conocido de sus seudónimos: Frank Caudett.


Bolsilibros - Distrito 21 17. Cerco de tinieblas, de Donald Curtis

Novela, Policial

Mark Scott. Dado de alta... Le tendieron una tarjeta azul con un sello. Encima de la tarjeta, brillaban unos gruesos cristales. Detrás, unos ojos fríos e impersonales, como todo lo de aquel lugar. Dado de alta... Eso habían dicho. Ya podía volver a la vida. ¿Qué vida?


Bolsilibros - Distrito 21 26. Las lágrimas de buda, de Donald Curtis

Novela, Policial

Kato sepultó las manos en los bolsillos de su sobretodo negro. Miró al exterior, a través de los ramalazos de lluvia, visibles desde los ventanales encristalados del templo. Maldita noche —gruñó entre dientes, dando unos pasos sobre el suelo embaldosado de oscuro, sintiendo que el ruido de sus zapatos retumbaba en las altas bóvedas del recinto religioso. Recordó dónde estaba y elevó sus ojos hacia la gran estatua de Buda que servía de fondo grandioso a la inmensa nave. —Perdón… Creo que ya no sé lo que me digo.


Bolsilibros - Distrito 21 27. Enigma en rojo, de Herman Tellgon

Novela, Policial

La luna surgió por un desgarrón de las nubes como una moneda de dólar, nueva, del bolsillo de un vagabundo. El viento agitaba la superficie del mar, de color verde negruzco, y la espuma se deshacía en los costados de la embarcación, que se arrimó a las rocas cuanto pudo. El único pasajero, hombre de elevada estatura y hombros poderosos, se puso en pie. La pared de piedra se alzaba frente a él, sombría, casi cortada a pico. Un alcatraz, sin duda, sobresaltado por su presencia, despegó de lo alto de un picacho y se balanceó en la atmósfera como un extraño fantasma alado. El desconocido se mantuvo un rato inmóvil. Parecía hallarse a la escucha, tratando de distinguir entre los sonidos que se producían a su alrededor el que pudiera significar peligro. Tras unos instantes se encogió de modo casi imperceptible. A continuación, saltó de forma prodigiosa y consiguió sujetarse a la superficie, con apenas rugosidades, del muro granítico. Varias flexiones vigorosas, y ascendió hasta afianzar los dedos en un reborde. En una décima de segundo se izó a pulso. Otros cuantos saltos, y se situó por fin en lo alto de una roca, desde la que se dominaba el panorama de la punta sur del territorio de Marín.


Bolsilibros - Doble juego 1. El traspaso, de Alex Simmons

Novela, Policial

—¡¡¡¡GOO... OOOOOL!!!! La mano de Enrico Portorelli, presidente del Sottorello, apretó con tanta fuerza el brazo del doctor Vittore, que estaba a su lado, que este lanzó un sordo gemido, seguido de una exclamación de decepción, al ver que el esférico había pasado rozando el poste derecho de la portería del Nápoles. —Santa Madonna —exclamó el boticario—. ¡Hubiese jurado que el balón iba directamente a las mallas!


Bolsilibros - Doble juego 4. Derby, de Curtis Garland

Novela, Policial

—... En estos momentos, señoras y señores, inician la recta final «Thunderball», «Silver Arrow» y «Centella», por este orden. Va muy fuerte «Thunderball» y no parece fácil desbancarle. «Centella» ha perdido más de un largo en la curva, en beneficio de «Silver Arrow», que entró por el interior, rebasándole, muy pegado a la valla. Los últimos metros de este Derby, señores, prometen ser de lo más emocionante que nos ha sido dado presenciar en Epsom en los últimos años.


Bolsilibros - Doble juego 5. Carrera hacia la muerte, de Alan Parker

Novela, Policial

La famosa marca de automóviles Arrow presumía de tener una de las mejores escuderías de Fórmula 1 del mundo. Y era cierto. Últimamente la Arrow estaba cosechando grandes triunfos en todas las competiciones en las que intervenía. El último había sido en el circuito holandés de Zandvoort, donde Clive Power se había impuesto a los Lafitte, Nelson Piquet, Reutemann, etc. Si Guss Scopelli, el presidente de la Arrow, estaba orgulloso de su escudería, no lo estaba menos de su corredor Clive Power.


Bolsilibros - Doble juego 6. Camino a la olimpiada, de Alex Simmons

Novela, Policial

—¡Pasa! Tom Kilgore, el entrenador del «Spencerʼs Boys» se destrozó una uña que mordió con verdadera furia. Sus ojos se clavaron en la alta silueta del jugador que se mantenía insistentemente en el centro del campo, botando el balón, driblando a los dos contrarios que le asediaban, mientras que los otros dos delanteros, Guy y Scott, reclamaban insistentemente el pase. —¡Pasa de una vez, Mon! No podía gritar, estaba prohibido hacerlo, pero las palabras resonaban roncamente en su garganta irritada.


Bolsilibros - Doble juego 9. Drogas y… ¡gol!, de Alan Parker

Novela, Policial

El vestuario del London Eagles1 era una especie de hervidero humano; murmullos y gritos que se mezclaban con algún que otro taco, carcajadas y voces altisonantes. Era el mismo espectáculo de siempre poco antes de comenzar un partido, aunque, a decir verdad, aquel iba a ser un partido especial: ¡los Eagles iban a jugar la final de la Copa de Inglaterra! Pero había algo que era incluso más importante que el propio partido: se trataba de la reaparición de Joy Baxter, el fabuloso número ocho de los Eagles.


Bolsilibros - Doble juego 12. ¡En guardia!, de Alex Simmons

Novela, Policial

Respetaba al marqués, pero no podía soportar, como nadie podía, aquel tono de burla constante, aquel desprecio que se palpaba en cada gesto, en cada palabra de Paul Bressiéres. Como su compatriota Andrew Butter, Edwin Anderson era hijo de una familia acomodada, gente importante de esa Inglaterra que parecía, después de un interregno lleno de dificultades, empezar a prosperar de verdad. Los Anderson poseían fábricas en Gales. Y mucho dinero. No obstante, habían conservado ese difícil sentido de la democracia que les hacía tratar a sus inferiores jerárquicos como a personas. Desde su llegada a aquel inmenso y viejo castillo, situado en lo más hondo de la Bretaña francesa, atraído como su amigo por el anuncio aparecido en el Time, se percató de que era como si hubiese penetrado en un mundo extraño.


Bolsilibros - Doble juego 19. ¡Rivales en la delantera!, de Alex Simmons

Novela, Policial

Los jugadores del «Wandenberg F. C», guardaron silencio. Estaban sentados en círculo, en el suelo, alrededor de la banqueta que ocupaba Ulrich Losser, el entrenador. —Hemos luchado como jabatos —siguió diciendo Ulrich—, sin medios, sin dinero, sin nada… y hemos conseguido llegar a esta final de aficionados de la que el vencedor se convertirá en un equipo profesional. Movió la cabeza de un lado para otro, y aunque una sonrisa flotaba en sus labios, sus ojos estaban cargados de tristeza.