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Bolsilibros - Enviado Secreto 120. Una condesa peligrosa, de Clark Carrados

Novela, Policial

La fiesta estaba en todo su apogeo. Era una reunión muy agradable. Bel Bassiter, agente EO-003 de DANS, contemplaba, reunidas en aquellos elegantes salones, a figuras conocidísimas francesas, del arte, las letras y las finanzas. El dueño de la casa, evidentemente, poseía muchas y muy buenas amistades.


Bolsilibros - Enviado Secreto 122. Un billete de oro puro, de Clark Carrados

Novela, Policial

El hombre tenía en la mano algo que parecía una hoja de oro y lo contemplaba con una ligera sonrisa en los labios finos y violáceos. Vestía unas holgadas ropas blancas y sus ojos estaban ocultos tras unas monumentales gafas de color. Para cubrirse la cabeza empleaba una especie de bonete de bordes multicolores. En la mano izquierda llevaba un anillo de sello, muy grande, en el cual se veía un singular grabado que representaba a una serpiente sosteniendo con la boca las puntas de tres flechas.


Bolsilibros - Enviado Secreto 123. Misión en el infierno, de Burton Hare

Novela, Policial

El submarino surgió de las profundidades del mar como un negro fantasma en la no menos negra noche. Habían elegido bien el instante de la aparición por cuanto no había luna y densas nubes cubrían el brillo de las estrellas. El cielo y el mar formaban una auténtica masa negra e impenetrable. La nave se estabilizó con un fuerte chapoteo, pero luego todo fue silencio en la quieta inmensidad, mientras el pequeño navío se balanceaba suavemente.


Bolsilibros - Enviado Secreto 125. El muerto se conserva bien, de Clark Carrados

Novela, Policial

No era tan famosa como la que antaño diera lugar a una opereta y a más de una película, pero La Posada del Ciervo de Plata estaba en camino de convertirse en un lugar tan célebre como su homónima y conocida en el mundo del Caballito Blanco. Por el momento, sin embargo, la posada —un excelente hotel, dicho sea entre paréntesis—, estaba en un lugar relativamente poco frecuentado por el turismo de invierno, en Schalzhausen, Alpes bávaros, y aunque había bastante clientela, resultaba aún un lugar agradable para pasar unas vacaciones sin demasiado gentío alrededor de uno.


Bolsilibros - Enviado Secreto 126. Sucio paraíso, de Burton Hare

Novela, Policial

El hombre dobló precipitadamente la esquina de Soi Suek Road y casi fue atropellado por un taxi-triciclo. Sonó la voz destemplada del taxista sin que el apresurado individuo le hiciera caso, mientras se alejaba bajo las mortecinas luces. El conductor del ligero carruaje seguía rezongando en voz alta, cuando una sombra surgió de la noche y se perdió más allá de la esquina. La sombra de un hombre alto, elástico como una pantera, y tan silencioso como la muerte.


Bolsilibros - Enviado Secreto 133. La muerte iza bandera blanca, de Clark Carrados

Novela, Policial

El hombre entró en el bar cuando ya su dueño se disponía a cerrarlo, dado lo avanzada de la hora y la escasez de clientela. Lanzando un suspiro de resignación, Enoch Mesly preguntó al recién llegado acerca de lo que podía servirle.


Bolsilibros - Enviado Secreto 134. La muerte de terciopelo, de Burton Hare

Novela, Policial

Mike Bannion sacudió la cabeza. Sentía como si dentro de su cráneo tuviera una legión de diablos machacándole con martillos neumáticos y todo su cuerpo era una masa de dolor sordo y persistente. Pocas veces en su vida se había sentido tan mal. Vio que se hallaba en una nave desnuda, grande y destartalada. Aquí y allá aparecían cajones de embalaje vacíos y otros bultos igualmente cochambrosos que no se entretuvo en identificar.


Bolsilibros - Esionaje (Ed. Toray) 10. Peter Adan y el poder invisible, de César Torre

Novela, Policial

Aquel lugar se encontraba situado exactamente a mitad de camino entre La Habana y Pekín. Esto no tenía demasiado de extraño, pero sí lo tenía el que la distancia que le separara de La Habana fuese de unos veinte kilómetros, y de Pekín cerca de treinta. Los habitantes de Bloon, nombre por otra parte bastante curioso, solían divertirse con aquella circunstancia cuando se encontraban en viaje, fuera de su Estado, y finalmente explicaban que La Habana y el Pekín a que se referían, eran pequeñas ciudades de Illinois, en Estados Unidos, donde eran frecuentes los nombres pintorescos y exóticos de las poblaciones.


Bolsilibros - Esionaje (Ed. Toray) 11. Delegación especial, de Alain Page

Novela, Policial

Sus ojos brillaban un poco más de lo corriente y le temblaron un poco los dedos al encender el cigarrillo. Genia suspiró. De vez en cuando, Yura se ponía así, pero ella nunca había podido saber el porqué. Estaba convencida de conocer a su marido en todos los aspectos corrientes de su existencia y, sin embargo, adivinaba un misterio en su conducta. Él no se había querido confiar nunca. Se limitaba tan solo, de vez en cuando, a ponerse nervioso, a beber el té ardiendo o a tomarse cien gramos suplementarios de vodka.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 2. El cerebro, de Clark Carrados

Ciencia ficción, Novela

El sueño acudió a sus párpados, en tanto que Brian ignoraba que una extraña nave espacial volaba hacia él a velocidades enormísimas, desde un lejano y remoto mundo, ignorante de que hombres de una raza desconocida para los humanos terrícolas, tripulando aquella nave, se acercaban al planeta del frío y la desolación.Y todavía dormía placenteramente Brian, con una levísima sonrisa jugueteando en sus labios, cuando el extraño aparato, brillante, de forma circular, rodeado por un anillo de un grosor equivalente a la décima parte del diámetro de aquella esfera, imperturbable, sin que pareciera afectarle la tempestad de rayos 'alfa” que empezaba a desarrollarse, atravesaba la capa de nubes de hielo atomizado y majestuosamente se quedaba inmóvil, sin hundirse apenas en aquel raro suelo que parecía de goma. Pero el brillo de que estaba dotada la esfera desapareció un tanto a los pocos minutos de su aterrizaje y luego, debajo del aro que la rodeaba, se abrió una puerta.Tres hombres, vestidos con trajes adecuados, pero de forma algo distinta al que usaba Brian, saliendo por aquella puerta saltaron al suelo y como si conocieran los lugares en que se podrían hundir, evitándolos, se encaminaron hacia el refugio en que dormía el joven, dirigiéndose rectos, sin la menor vacilación, como si se lo supieran de memoria. Luego uno de ellos, manipulando de una forma extraña. abrió la pesada puerta.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 3. La invasión de los hielos, de H. S. Thels

Ciencia ficción, Novela

Gerald no llegaba a vislumbrar la menor claridad en aquel espantoso problema. De todas formas no iba a ser él el encargado de resolverlo. Su misión acababa exactamente en el momento preciso en que hubiese comunicado la alarmante noticia.Volvió a tomar asiento, tornándose esta vez hacia su izquierda. Alargó el brazo y se apoderó del pequeño micrófono que estaba colgado en un molde de plástico que le servía de percha. Después de apoyar el índice sobre el interruptor de corriente.- “Aquí estación “Jap-Oku...” Aquí estación 'Jap-Oku'... Una escuadrilla enemiga, formada por 'Towarischs' ha sido captada por el 'radar' a las seis y cuarto de la mañana del día de hoy. La formación contraria lleva rumbo Oeste-Este y se mueve por las cercanías del paralelo 44... Corto.'Aquí acabó la misión del teniente Gerald Ryde en lo que iba a ser un poco más tarde la tercera Guerra Mundial.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 4. Terror en el IV Planeta, de Clark Carrados

Ciencia ficción, Novela

Inmediatamente, como apartadas por una manogigantesca, las nubes de arena retrocedieron. Primeramente se apartaron en uncentenar de metros como si hubieran sido barridas por un huracán en sentidoopuesto al que soplaba. Luego, pareciendo calmado éste, la masa de arena cayó aplomo al suelo, aquietándose instantáneamente. Y poco a poco, los disipadoreselectrónicos de tormentas de arena, fueron reduciendo la que había comenzado asoplar contra la Primera Colonia Terrestre en Marte, calmándola en un radio devarios centenares de kilómetros, dejando que el faro continuase iluminando lasuperficie de aquel trozo de tierra marciana, de la cual el hombre pretendíahacer una prolongación de su propio Planeta, que se le estaba quedando pequeño. Calmada la tempestad de arena, el observadorvolvió a absorberse en su trabajo, comprobando indicadores, mirando esferas,moviendo palancas, oprimiendo botones y revisando de vez en cuando los trazosgrabados automáticamente en el cilindro de papel de los aparatos de registro.Pero súbitamente se sobresaltó evidentemente, mirando aterrorizado a sualrededor...


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 5. La rebelión de los átomos, de H. S. Thels

Ciencia ficción, Novela

Don Olson aminoró ligeramente la marcha de su autogiro. Desde el lugar en el que su aparato se movía, la amplia terraza del Instituto Nuclear de Nueva York le aparecía como una extensa superficie brillante en la que se iban posando los aparatos que le precedían...


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 9. Planetoide 2012, de Clark Carrados

Ciencia ficción, Novela

Giró sobre sus talones y, volviendo la espaldaa la Tierra, descendió de aquel montículo, dirigiéndose hacia la hoguera en laque se hallaba Blossom, poniendo al fuego un pote con café. El aroma de éste lellegó a la pituitaria y súbitamente sintió el deseo de hallarse junto al fuego,con un recipiente de lata en la mano, lleno de la aromática bebida y un pitilloen la otra. Se sentó al lado del otro, sin percatarse que éste, con el rabillodel ojo, no perdía ni una sola de las contracciones musculares de su rostro ytomó uno de los potes, alargándolo en muda demanda.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 11. El negro espacio silencioso, de Clark Carrados

Ciencia ficción, Novela

En aquel momento, la espacionave averiadaaparecía ya a simple vista, tambaleándose ligeramente. Mark dio lasinstrucciones oportunas y la sirena de alarma aulló, haciendo correr a losmédicos, en tanto que Judah, abandonando sus botellas, se enfundaba en una batablanca. Los encargados del almacén le imitaron. Allí un hombre tenía tres ocuatro empleos distintos, y éstos corrieron con las camillas, aguardando elmomento en que el túnel estanco se adosara a la pared de la nave.  Mark se levantó cuandoempezaron a salir los primeros tripulantes de ésta. Los sanitarios corrieroncon tres hombres tendidos hacia el puesto de socorro, en el cual el médico yaestaba dando sus últimos toques a los instrumentos.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 14. Rebeldes de la galaxia, de Clark Carrados

Ciencia ficción, Novela

Ésta es, pues, la historia del TRAIDOR. Elautor ya lo ha dicho: quisiera que esta obra coadyuvara a hacer comprender alas gentes el oscuro heroísmo de un sacrificio, y que solamente fue comprendidopor unos cuantos clarividentes que con él marcharon a fundar una nueva coloniaen Ganímedes, el satélite de Júpiter, de mejores condiciones de habitabilidad yque, en premio a su «traición», le fue concedido en propiedad plena para sí ysus descendientes por el Consejo Supremo del Gobierno del Sistema, concesiónque, hasta hoy, no ha sido revocada.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 16. Objetivo: Tierra, de Clark Carrados

Ciencia ficción, Novela

Éstaes la historia de la conquista de la Tierra por los hombres de Marte.Pero todocuanto se ha escrito acerca de aquella horrible conflagración ha sido porpersonas que sustentaban el punto de vista del vencido, es decir, de losterrestres.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 20. Después del diluvio, de Clark Carrados

Ciencia ficción, Novela

Hace muchos años, tras el cataclismo provocado por una guerra nuclear en la Tierra, algunos evacuaron en naves espaciales a un planeta distante donde el paso del tiempo ha provocado que sea gobernado de forma dictatorial. Ante esto, un grupo de condenados huyen a la Tierra, una Tierra postapocalíptica, donde los supervivientes sufren de innumerables deformaciones y mutaciones.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 26. La amenaza negra, de Clark Carrados

Ciencia ficción, Novela

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans. Su carrera se inició a mediados de los años cincuenta, en plena época de esplendor de la literatura popular. Como funcionario de prisiones, durante algún tiempo compaginó su trabajo con la creación literaria, hasta que en 1962, y en vista del gran éxito cosechado entre los lectores, solicitó y obtuvo la excedencia para dedicarse por completo a la escritura. Aunque publicó en varias editoriales, fue durante largos años el autor estrella de la barcelonesa Editorial Toray, para la que escribió novelas de guerra y, sobre todo, de ciencia ficción.


Bolsilibros - Espacio - El Mundo Futuro 27. Elia, reina de Júpiter, de Austin Tower

Ciencia ficción, Novela

Al fin nos encontramos ante el enorme palacio central y penetramos por una abertura ante la que montaban guardia dos individuos. Crucé a saltos un paseo embaldosado y, aunque a ambos lados de él había puertas, continué hasta un grandioso jardín poblado de árboles. Había allí una reunión de individuos. Entre ellos, descollando por sus lujosos atavíos, un gigante se dirigió a mi encuentro. Permanecí en pie mientras él se aproximaba como un soldado ve avanzar a su general durante una revista militar. Llegado a mí lado me tocó y dio vueltas a mí alrededor con extrañeza. Al fin “habló”: — ¿Qué te pasa, Zu-lai? No das muestras de conocer a tu soberano, te comportas como un forastero y has venido capitaneando un rebaño de zolos. ¿Puedes explicarte?