Las cartas que aparecen en este libro son, sobre todas las cosas, un monumento a la camaradería y la amistad sincera y duradera. Luego de perder a su padre a los seis años, James Agee se mudó con su madre a Knoxville, Tennesse, donde se matriculó en un internado episcopaliano. Allí trabó amistad con uno de sus maestros, el pastor James Harold Flye, con quien mantendría una larga e íntima relación epistolar desde los quince años hasta el día en que lo sorprendió una muerte prematura. Estas cartas ofrecen un magnífico retrato de este gran escritor estadounidense, de su riquísima vida interior y de su tumultuosa trayectoria vital. Son un manual de instrucciones y sacrificios para escritores noveles, son una crónica social y política de treinta años convulsos de la historia de los Estados Unidos, son un notable documento de crítica literaria y cinematográfica, una recopilación de sueños y ambiciones de juventud, el amargo reconocimiento de un fracaso y una reconciliación tardía con el arte como empresa común, solidaria y esencialmente anónima.
Utilizando el formato de «cartas», dirigidas a Meg, una joven de talento que se plantea estudiar matemáticas en la universidad y acaso dedicarse a ellas (a lo largo de esta imaginaria correspondencia vemos que esto es, efectivamente, lo que finalmente sucede), el renombrado investigador y divulgador de la matemática Ian Stewart explica en este fascinante libro lo que a él le hubiese gustado saber cuando era estudiante y luego investigador primerizo. Aborda así cuestiones que van desde las esencialmente filosóficas hasta las más prácticas. Cuestiones como qué es la matemática y por qué merece la pena practicarla y cuidarla; las relaciones entre lógica y demostración; cómo piensan los matemáticos; la relación entre matemática «pura» y «aplicada»; el papel de la belleza, y de la noción de simetría, en el pensamiento matemático; o cómo tratar con las peculiaridades de la comunidad matemática. Y todo tratado con una irresistible mezcla de sabiduría, talento y humor. «Las matemáticas», se lee en esta obra, «son una de las actividades humanas más vitales, pero también una de las menos apreciadas, y la menos comprendida», y sin embargo el «mundo necesita desesperadamente las matemáticas y la contribución de los matemáticos» para solucionar algunos de los problemas más graves a los que nos enfrentamos, puesto que muchos de ellos dependen de una predicción adecuada de lo que sucederá en el futuro, y únicamente las matemáticas permiten realizar tales predicciones. Por todo esto, «Cartas a una joven matemática» no es solo una obra que dará placer intelectual y estético a sus lectores, sino también un magnífico útil para encarar el futuro.
A través de una serie de cartas, un padre explica a su hija los atractivos, las transformaciones y los problemas básicos que enfrenta la psicología como ciencia de la mente humana. Pleno de referencias literarias, el autor realiza un ameno recorrido por la historia de la psicología: desde Mesmer y sus descubrimientos de la autosugestión a través del magnetismo; Freud y el descubrimiento del inconsciente y Jung con el desarrollo de su teoría de los arquetipos; hasta los nuevos sistemas de relajación natural y el mundo de las drogas. Ignacio Solares retoma el género epistolar para ofrecernos un sorprendente viaje por los laberintos del alma humana. La obra, en palabras de su autor: 'Una mañana en que llevaba a mi hija Maty a la escuela me dijo que, tal vez, iba a decidirse por la psicología como profesión, ya que le interesaban las causas y los motivos del comportamiento humano. Pero, además, porque yo le había comentado en alguna ocasión que el estudio de la psicología era muy divertido. Y me preguntó de golpe: A ver, ¿por qué crees que es tan divertido estudiar psicología, papá? Al regresar a la casa, intenté responderle en una carta, que se multiplicó y multiplicó hasta convertirse en el presente libro'. - Ignacio Solares
Con el cincuenta aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y en un tiempo en que los hechos nos obligan a volver a una reflexión sobre la memoria y el perdón, la violencia y el diálogo, los nacionalismos y la tolerancia, los fundamentalismos religiosos o raciales y la mutua comprensión —a fin de cuentas, como decía Malraux, sobre el Mal absoluto y la fraternidad—, estas cuatro cartas que Albert Camus escribió entre julio de 1943 y julio de 1944, días después de la liberación de París, se nos aparecen hoy más iluminadoras que nunca. Las dos primeras cartas se publicaron respectivamente en la «Revue Libre» y en «Cahiers de Libération», y las otras dos, escritas para la Revue Libre, permanecieron inéditas hasta su publicación en forma de libro, en una tirada muy reducida, después de la liberación. La tercera volvió a aparecer, a principios de 1945, en el semanario «Libertés». Por razones que Camus expone en un breve prefacio, que reproducimos aquí, hasta la edición italiana, en 1948, él se había negado a que se tradujeran en el extranjero. Ahora aparecen por primera vez en nuestra lengua, publicadas por separado, como lo fueron en la edición italiana de 1948. Nos explica el propio Camus: «Cuando el autor de estas cartas dice “ustedes”, no quiere decir “ustedes, los alemanes”, sino “ustedes, los nazis”. Cuando dice “nosotros”, no siempre significa “nosotros, los franceses”, sino “nosotros, los europeos libres”. Contrapongo con ello dos actitudes, no dos naciones, por más que esas dos naciones hayan encarnado, en un momento determinado de la Historia, dos actitudes enemigas. Si se me permite utilizar una frase que no es mía, amo demasiado a mi país para ser nacionalista». Y concluye: «El lector que quiera leer las “Cartas a un amigo alemán” (...) como un documento de la lucha contra la violencia admitirá que yo pueda afirmar ahora que no reniego de ni una sola de sus palabras».
Todos hemos sentido alguna vez la llegada de un tiempo en el que todo tiembla y en el que necesitamos poner en cuestión cada aspecto de nuestra vida. Las convicciones políticas supuestamente asentadas se destruyen para crear otras nuevas, las normas sociales asumidas se revisan y se lucha por otras distintas, las metas existenciales se transforman de modo radical. Precisamente durante este proceso vital Harrison G. O. Blake escribe por primera vez a H. D. Thoreau para solicitar su consejo y su orientación hacia una vida más verdadera. Se inicia así una correspondencia intensa y reveladora, tan íntima como filosófica, que para muchos constituye el más claro equivalente moderno de las «Cartas a Lucilio» de Séneca. De carta en carta y durante trece años Thoreau le habla a Blake de cómo ganarse la vida, del coraje, del sexo, del trabajo, del amor, de la naturaleza, de la libertad, de la sociedad, de la política, de la moral, de la alimentación, de la disidencia, de la religión, de la soledad y de un tiempo pleno, donde la construcción de la subjetividad se labra a golpes de una desorientación gozosa, libre y salvaje. Décadas después de la muerte de Thoreau, un Blake anciano confesaba seguir leyendo y releyendo estas cartas, como si buscara aún en ellas una verdad esencial y recóndita: «Y, sin embargo, sé que estas cartas siguen viajando en el correo, que en cierto sentido aún no me han llegado, y probablemente no lo harán mientras viva. De hecho, puede decirse que estas cartas están desde siempre dirigidas a quien mejor pueda leerlas». Así, a lo largo de esta correspondencia, inédita hasta ahora en castellano, se descubre un auténtico manifiesto del pensamiento de Henry David Thoreau, que completa e ilumina obras tan fundamentales para la filosofía individualista, antiautoritaria y ecologista como «Walden» o «La desobediencia civil». Una obra inédita y reveladora de uno de los grandes pensadores modernos.
Después de cuarenta y ocho libros escritos, J. J. Benítez decide experimentar algo insólito: escribir para no publicar. En julio de 2002, el periodista e investigador navarro está a punto de morir. A partir de ese momento, su vida cambia, todo cambia. Y decide escribir «para el idiota que lleva dentro»
En este libro que, muy probablemente, Christopher Hitchens nació para escribir, el provocador autor de libros tan incisivos se dirige y alienta a futuras generaciones de radicales; inconformistas, rebeldes, disidentes y, en resumen, hombres y mujeres airados. ¿Quién mejor que Hitchens, con su larga trayectoria de discrepante profundo y ameno, para hablar con aquellos disidentes que se alzan apasionadamente contra el perezoso consenso? Este libro explora la gama completa de «posiciones opuestas» e invoca a mentores que van desde Zola a Vaclav Havel. Referencias que tienen en común una postura moral respecto a una sociedad que no es como podría ser. Hitchens deplora las carencias de pensamiento dialéctico en la sociedad contemporánea y la desaparición de la auténtica ironía, la sátira y otras variantes del estilo crítico. Subraya la importancia de discrepar tanto para la integridad personal como para el debate informado, el auténtico progreso y, finalmente, la propia democracia. Como afirma Hitchens: «Oponerse a algo no es ser nihilista. Y no hay un modo decente ni establecido de ganarse la vida de esta forma. Es algo que eres y no algo que haces». Un libro cuyo faro son Cartas a un joven poeta de Rilke y que persigue la misma fecunda emulación. «Me han preguntado si deseo designar a un sucesor, un heredero, un delfín. Y he decidido nombrar a Christopher Hitchens» (Gore Vidal). «Ya pueden ponerse a temblar todos aquellos a quienes Christopher Hitchens apunta» (Susan Sontag). «La prosa de Christopher Hitchens tiene ímpetu y puntería. Es certero cuando otros se contentan con ser aplicados, imprevisible cuando la tendencia es recurrir al tópico. En suma, muy brillante» (Edward W. Said).
A juicio de Richard Ellmann, biógrafo de Joyce y editor de las Cartas, éstas «exigen respeto por su intensidad y sinceridad y porque cumplen la confesada determinación de Joyce: expresar todo lo que pensaba. Su objetivo fue lograr satisfacción sexual e inspirarla a Nora, y por momentos se adhieren voluntariamente a algunas particularidades de conducta que pueden ser técnicamente consideradas perversas. Muestran indicios de fetichismo, analidad, paranoia y masoquismo, pero antes de confinar a Joyce en tales categorías y consignarlo a su tiranía, debemos recordar que en su obra fue capaz de ridiculizarlas como engaños de Circe y convertirlas en rutinas de teatro de revista».
Estimado amigo y doctor: Hoy, doctor, he tomado una decisión que va a cambiar mi vida. Aunque es usted veinte años más viejo que yo le he nombrado mi padre hipocrático adoptivo. O adoptado, si lo prefiere,…
Es verano. Un joven estudiante de Filología ha aprobado todas las asignaturas y tiene todas las vacaciones por delante. Hasta entonces ha escrito muchos cuentos, pero nunca nada extenso, y quiere escribir su primer libro. Decide contarle su verano, en forma de cartas, nada menos que a don Quijote de la Mancha, su querido personaje, su querido amigo. De ese modo, su vida se entremezcla con la literatura, pues ya es un joven bastante culto y la existencia de don Quijote y Cervantes se funden con sus propios días. Cartas de un joven escritor a Don Quijote de la Mancha también es un libro viajero, pues el protagonista se mueve por Madrid, Nueva York, la Costa Brava y Galicia; así como por otros lugares, reales y ficticios. El libro se completa con una carta a Cervantes, en la misma línea que las anteriores, pero también estudio de la obra de nuestro gran escritor. Estas Cartas constituyen el primer libro que escribió Eduardo Martínez Rico, homenaje a don Quijote y a Cervantes, amigos suyos y compañeros de vida desde su más temprana infancia.
Las Cartaseruditas, y curiosas soncinco tomos más del polígrafo y escritor español Benito Jerónimo Feijoo,publicados entre 1742 y 1760.En ellasel erudito benedictino, con afán continuador respecto de su obra principal, el Teatrocrítico universal, analiza gran cantidad de ciencias: Física,Matemáticas, Historia Natural, Medicina, Astronomía, Geografía, Filosofía,Economía, Derecho Político, Literatura, Filología, así como de creenciaspopulares (supersticiones, milagros), personajes históricos coetáneos…Mantieneel tono desmitificador de las creencias más irracionales: milagrería,«opiniones vulgares». También se muestra favorable al método experimental, lasciencias naturales, la reforma de los estudios, y manifiesta un espírituabierto a las innovaciones. Su estilo es llano, ajeno a la ornamentación y a laartificiosidad del barroco, y con adición consciente de galicismos y latines.Pero quehable el padre Feijoo: «Preséntote, Lector mío,nuevo Escrito, y con nuevo nombre; pero sin variar el género, ni el designio,pues todo es Crítica, todo Instrucción en varias materias, con muchosdesengaños de opiniones vulgares, o errores comunes. Si te agradaron misantecedentes producciones, no puede desagradarte ésta, que es en todo semejantea aquéllas, sin otra discrepancia, que ser en esta mayor la variedad; y nopienso tengas por defecto lo que sobre extender a más dilatada esfera deobjetos la enseñanza, te aleja más del riesgo del fastidio. VALE».Este tomo primero contiene las siguientes cartas:Carta1 Respuesta a algunas Cuestiones sobre los cuatro Elementos Carta2 Respuesta a algunas Cuestiones sobre las cualidades Elementales Carta3 Sobre la portentosa porosidad de los cuerpos Carta4 Sobre el influjo de la Imaginación materna, respecto del feto Carta5 En respuesta a una objeción hecha al Autor, sobre el tiempo deldescubrimiento de las variaciones del Imán Carta6 Respuesta a la consulta sobre el Infante monstruoso de dos cabezas, doscuellos, cuatro manos, cuya división por cada lado empezaba desde el codo,representando en todo el resto exterior, no más que los miembroscorrespondientes a un individuo solo, que salió a luz en Medina-Sidonia el día29 de Febrero del año 1736. Y por considerarse arriesgado el parto, luego quesacó un pie fuera del claustro materno, sin esperar más, se le administró elBautismo en aquel miembro Carta7 Sobre un Fósforo raro Carta8 Con ocasión de haber enterrado, por error, a un hombre vivo en la Villa dePontevedra, Reino de Galicia, se dan algunas luces importantes para evitar enadelante tan funestos errores Carta9 De las Batallas Aéreas, y Lluvias sanguíneas Carta10 Corrígese la errada explicación de un Fenómeno, y se propone la verdadera Carta11 Sobre la resistencia de los Diamantes y Rubíes al fuego Carta12 De los Demonios Incubos Carta13 A un Médico, que envió al Autor un Tratado suyo, sobre las utilidades delAgua, bebida en notable copia, y contra los Purgantes Carta14 A un médico, que envió al Autor un Escrito, en que impugnaba el de otroMédico, sobre el excesivo uso del Agua en la Medicina Carta15 De los escritos médicos del Padre Rodríguez Carta16 Del remedio de la Transfusión de la sangre Carta17 De la Medicina Transplantatoria Carta18 Que pesa más una arroba de Metal, que una de Lana Carta19 Sobre el tránsito de las arañas de un tejado a otro Carta20 De los remedios de la Memoria Carta21 Del arte de Memoria Carta22 Sobre la arte de Raimundo Lulio Carta23 En respuesta a una objeción musical Carta24 De la transportación mágica del Obispo de Jaén Carta25 Sobre la virtud curativa de Lamparones, atribuida a los Reyes de Francia Carta26 Sobre la sagrada Ampolla de Rems Carta27 De algunas providencias económicas en orden a tabaco, y chocolate Carta28 Sobre la causa de los Templarios Carta29 Paralelo de Carlos XII, Rey de Suecia, con Alejandro Magno Carta30 El motivo de la siguiente Carta fue escribir un caballero forastero a unAmigo suyo, residente en este Principado, solicitándoles a que inquiriese delAutor lo que sabía, y sentía en orden al Fenómeno que explica en su respuesta.Esta se dirige al Caballero residente en este País Carta31 Sobre la continuación de Milagros en algunos Santuarios Carta32 Satisfacción a algunos reparos propuestos por un Religioso de otra Orden,Amigo del Autor Carta33 Defiende el Autor el uso que hace de algunas voces, o peregrinas, o nuevasen el idioma Castellano Carta34 Defensa precautoria del Autor contra una temida calumnia Carta35 De la anticipada perfección de un Niño en la estatura, y facultadescorpóreas Carta36 Satisfacción a un Gacetero Carta37 Sobre la fortuna del Juego Carta38 Del Astrólogo Juan Morin Carta39 A favor de los Ambidextros Carta40 Sobre la ignorancia de las causas de las enfermedades Carta41 Sobre los Duendes Carta42 Origen de la fábula en la Historia Carta43 Sobre la multitd de Milagros Carta44 Maravillas de la Música, y cotejo de la antigua con la moderna Carta45 Del valor actual de las Indulgencias Plenarias Índice alfabético de las cosas más notables
Las Cartaseruditas, y curiosas soncinco tomos más del polígrafo y escritor español Benito Jerónimo Feijoo,publicados entre 1742 y 1760. En ellasel erudito benedictino, con afán continuador respecto de su obra principal, el Teatrocrítico universal, analiza gran cantidad de ciencias: Física,Matemáticas, Historia Natural, Medicina, Astronomía, Geografía, Filosofía,Economía, Derecho Político, Literatura, Filología, así como de creenciaspopulares (supersticiones, milagros), personajes históricos coetáneos… Mantieneel tono desmitificador de las creencias más irracionales: milagrería,«opiniones vulgares». También se muestra favorable al método experimental, lasciencias naturales, la reforma de los estudios, y manifiesta un espírituabierto a las innovaciones. Su estilo es llano, ajeno a la ornamentación y a laartificiosidad del barroco, y con adición consciente de galicismos y latines. Pero quehable el padre Feijoo: «Preséntote, Lector mío,nuevo Escrito, y con nuevo nombre; pero sin variar el género, ni el designio,pues todo es Crítica, todo Instrucción en varias materias, con muchosdesengaños de opiniones vulgares, o errores comunes. Si te agradaron misantecedentes producciones, no puede desagradarte ésta, que es en todo semejantea aquéllas, sin otra discrepancia, que ser en esta mayor la variedad; y nopienso tengas por defecto lo que sobre extender a más dilatada esfera deobjetos la enseñanza, te aleja más del riesgo del fastidio. VALE».Carta1 Reforma de Abusos Carta2 Campana, y crucifijo de Lugo: con cuya ocasión se tocan algunos puntos dedelicada Física Carta3 Dimensión Geométrica de la Luz Carta4 Resuélvese una objeción contra la Carta antecedente, y se ilustra más suasunto Carta5 Autores envidiados, y envidiosos Carta6 La elocuencia es naturaleza, y no Arte Carta7 Dichos, y hechos graciosos de la Menagiana Carta8 Menagiana. Segunda parte Carta9 Experimentos del remedio de Sufocados, propuesto en el Tomo V del TeatroCrítico, Disc. VI. Y virtudes nuevas de la Piedra de la Serpiente Carta10 Causa del frío en los montes muy altos Carta11 Examen de milagros Carta12 Sobre la incombustibilidad del amianto Carta13 Sobre Raimundo Lulio Carta14 Origen de la costumbre de brindar Carta15 Si se va disminuyendo, o no sucesivamente la agua del mar Carta16 Causas del atraso que se padece en España en orden a las Ciencias Naturales Carta17 Uso más moderno de la arte Obstrética Carta18 De la crítica Carta19 Sobre el nuevo arte del beneficio de la plata Carta20 Remedio preservativo de los vinos fácilmente corruptibles Carta21 Nuevas noticias en orden al caso fabuloso del Obispo de Jaén Carta22 Sobre el embuste de la niña de Arellano, con cuya ocasión se tocan otrospuntos Carta23 Sobre los Sistemas Filosóficos Carta24 Satisfacción a un reparo Histórico-Filosófico Carta25 Del judío errante Carta26 ¿Si hay otros Mundos? Carta27 Sobre algunos puntos de Teología Moral Carta28 Milagro de Nieva Carta29 Hecho, y derecho en la famosa cuestión de las Flores de S. Luis del Monte Índice alfabético de las cosas más notables
Las Cartas eruditas, y curiosas son cinco tomos más del polígrafo y escritor español Benito Jerónimo Feijoo, publicados entre 1742 y 1760.En ellas el erudito benedictino, con afán continuador respecto de su obra principal, el Teatro crítico universal, analiza gran cantidad de ciencias: Física, Matemáticas, Historia Natural, Medicina, Astronomía, Geografía, Filosofía, Economía, Derecho Político, Literatura, Filología, así como de creencias populares (supersticiones, milagros), personajes históricos coetáneos…Mantiene el tono desmitificador de las creencias más irracionales: milagrería, «opiniones vulgares». También se muestra favorable al método experimental, las ciencias naturales, la reforma de los estudios, y manifiesta un espíritu abierto a las innovaciones. Su estilo es llano, ajeno a la ornamentación y a la artificiosidad del barroco, y con adición consciente de galicismos y latines.Pero que hable el padre Feijoo:«Preséntote, Lector mío, nuevo Escrito, y con nuevo nombre; pero sin variar el género, ni el designio, pues todo es Crítica, todo Instrucción en varias materias, con muchos desengaños de opiniones vulgares, o errores comunes. Si te agradaron mis antecedentes producciones, no puede desagradarte ésta, que es en todo semejante a aquéllas, sin otra discrepancia, que ser en esta mayor la variedad; y no pienso tengas por defecto lo que sobre extender a más dilatada esfera de objetos la enseñanza, te aleja más del riesgo del fastidio. VALE».Además de las dedicatorias y prólogos, este tomo contiene las siguientes epístolas:• Carta 1 Falibilidad de los Adagios• Carta 2 De la vana y perniciosa aplicación abuscar Tesoros escondidos• Carta 3 Sobre el Rinoceronte, y Unicornio.Es respuesta a una anónima• Carta 4 Sobre el Libro intitulado: ElAcadémico antiguo contra el Escéptico moderno• Carta 5 Respuesta a dos objeciones• Carta 6 Sobre una disertación Médica• Carta 7 Sobre la impugnación de un ReligiosoLusitano al Autor• Carta 8 Reconvenciones caritativas a losProfesores de la Ley de Moisés• Carta 9 Sobre un libro nuevo de Medicina• Carta 10 Sobre los nuevos exorcismos• Carta 11 Causa de la destreza en el juego deNaipes• Carta 12 Causa de Savonarola• Carta 13 Días aziagos• Carta 14 Sobre las traducciones de las Obrasdel Autor en otros Idiomas• Carta 15 Contra la pretendida multitud deHechiceros• Carta 16 Sobre cierta lesión de la vista deun Caballero• Carta 17 Como trata el demonio a los suyos• Carta 18 Sobre una extraordinarísima Inedia• Carta 19 Paralelo de Luis XIV, Rey deFrancia, y Pedro el Primero, Zar, o Emperador de la Rusia• Carta 20 Sobre el Sistema Copernicano• Carta 21 Del Sistema Magno• Carta 22 Sobre la grave importancia deabreviar las Causas Judiciales• Carta 23 Erección de hospicios en España• Carta 24 Exterminio de ladrones• Carta 25 Ingrata habitación la de la Corte• Carta 26 Respuesta al Rmo. P.M. Fr. RaimundoPascual en asunto de la doctrina de Raimundo Lulio• Carta 27 Si es racional el afecto decompasión, respecto de los irracionales• Carta 28 Del descubrimiento de lacirculación de la Sangre, hecho por un Albeitar Español• Carta 29 Sobre el libro intitulado: Indicede la Filosofía Moral Cristiano-Política, que compuso el Rmo. P. AntonioCodorniu, de la Compañía de Jesús• Carta 30 Reflexiones Filosóficas, conocasión de una criatura humana hallada poco ha en el vientre de una Cabra• Carta 31 Sobre el adelantamiento de lasCiencias, y Artes en España. Y Apología de los Escritos del Autor• Carta 32 Sobre la España Sagrada del Rmo. P.M. Fr. Enrique Flórez• Índice alfabético de las cosas más notables
Las Cartas eruditas, y curiosas son cinco tomos más del polígrafo y escritor español Benito Jerónimo Feijoo, publicados entre 1742 y 1760.En ellas el erudito benedictino, con afán continuador respecto de su obra principal, el Teatro crítico universal, analiza gran cantidad de ciencias: Física, Matemáticas, Historia Natural, Medicina, Astronomía, Geografía, Filosofía, Economía, Derecho Político, Literatura, Filología, así como de creencias populares (supersticiones, milagros), personajes históricos coetáneos…Mantiene el tono desmitificador de las creencias más irracionales: milagrería, «opiniones vulgares». También se muestra favorable al método experimental, las ciencias naturales, la reforma de los estudios, y manifiesta un espíritu abierto a las innovaciones. Su estilo es llano, ajeno a la ornamentación y a la artificiosidad del barroco, y con adición consciente de galicismos y latines.Pero que hable el padre Feijoo:«Preséntote, Lector mío, nuevo Escrito, y con nuevo nombre; pero sin variar el género, ni el designio, pues todo es Crítica, todo Instrucción en varias materias, con muchos desengaños de opiniones vulgares, o errores comunes. Si te agradaron mis antecedentes producciones, no puede desagradarte ésta, que es en todo semejante a aquéllas, sin otra discrepancia, que ser en esta mayor la variedad; y no pienso tengas por defecto lo que sobre extender a más dilatada esfera de objetos la enseñanza, te aleja más del riesgo del fastidio. VALE».Además de las dedicatorias y prólogos, este tomo contiene las siguientes epístolas:• Carta 1 El deleite de la Música, acompañadode la virtud, hace en la tierra el noviciado del Cielo. A una Señora devota, yaficionada a la Música• Carta 2 Contra los Intérpretes de la DivinaProvidencia• Carta 3 Preguntó un Caballero al Autor sihallaba algún arbitrio para que un Noble, provocado a desafío, por el motivo deevitar la ofensa de Dios, excusase de aceptarle, sin incurrir la nota decobarde; y le responde en ésta• Carta 4 De la Charlatanería médica.Respuesta a un sujeto, que al Autor había escrito, que cierto Italiano advenedizohacía algunas curas admirables en cierta Ciudad de España• Carta 5 Causa de Ana Bolena• Carta 6 Descubrimiento de una nuevaFacultad, o Potencia Sensitiva en el hombre a un Filósofo• Carta 7 Sobre la invención del Arte, queenseña a hablar a los mudos• Carta 8 Despotismo, o dominio tiránico de laImaginación• Carta 9 Pidió un amigo al Autor su dictamenen orden a los Polvos Purgantes del Doctor Ailhaud, Médico de Aix en laProvenza; y fue respondido en ésta• Carta 10 Respondiendo a una consulta sobreel Proyecto de una Historia General de Ciencias, y Artes• Carta 11 Algunas advertencias Físicas, yMédicas, con ocasión de responder a una cuestión en materia de Medicina,propuesta por un Profesor de esta Facultad• Carta 12 Algunas advertencias a los Autoresde Libros, y a los Impugnadores, o Censores de ellos• Carta 13 Responde el Autor a un Tertulio,que deseaba saber su dictamen en la cuestión de si en la prenda del Ingenioexceden unas Naciones a otras• Carta 14 Contra el abuso de acelerar más queconviene los Entierros• Carta 15 De los Filósofos Materialistas• Carta 16 De los Francs-Masones• Carta 17 Que en varias cosas pertenecientesal régimen para conservar, o recobrar la salud, es mejor gobernarse por elinstinto, que por el discurso• Carta 18 Impúgnase un temerario, que a lacuestión propuesta por la Academia de Dijón, con premio al que la resolviesecon más acierto, si la ciencia conduce, o se opone a la práctica de la virtud;en una Disertación pretendió probar ser más favorable a la virtud la ignoranciaque la ciencia• Carta 19 Danse algunos documentosimportantes a un Eclesiástico• Carta 20 Reflexiones críticas sobre las dosDisertaciones, que en orden a Apariciones de Espíritus, y los llamadosVampiros, dio a luz poco há el célebre Benedictino, y famoso Expositor de laBiblia D. Agustín Calmet• Carta 21 Progresos del Sistema Filosófico deNewton, en que es incluido el Astronómico de Copérnico• Carta 22 A cierto amigo que le reprehendióporque no daba a luz las muchas Cartas laudatorias, que suponía haber recibido• Carta 23 Exortación a un vicioso para laenmienda de la vida• Carta 24 Respuesta a la relación de un raroFenómeno ígneo• Carta 25 Excúsase el Autor de aplicarse aformar Sistema sobre la Electricidad; y por incidencia, por algunosparticulares fenómenos Electricios, confirma su opinión sobre la Patria delRayo, propuesta en el octavo Tomo del Teatro Crítico• Carta 26 Que no ven los ojos, sino el Alma;y se extiende esta máxima a las demás sensaciones• Índice alfabético de las cosas más notables
Las Cartas eruditas, y curiosas son cinco tomos más del polígrafo y escritorespañol Benito Jerónimo Feijoo, publicados entre 1742 y 1760. En ellasel erudito benedictino, con afán continuador respecto de su obra principal, el Teatro crítico universal,analiza gran cantidad de ciencias: Física, Matemáticas, Historia Natural,Medicina, Astronomía, Geografía, Filosofía, Economía, Derecho Político,Literatura, Filología, así como de creencias populares (supersticiones,milagros), personajes históricos coetáneos… Mantieneel tono desmitificador de las creencias más irracionales: milagrería,«opiniones vulgares». También se muestra favorable al método experimental, lasciencias naturales, la reforma de los estudios, y manifiesta un espírituabierto a las innovaciones. Su estilo es llano, ajeno a la ornamentación y a laartificiosidad del barroco, y con adición consciente de galicismos y latines. Pero quehable el padre Feijoo: «Preséntote,Lector mío, nuevo Escrito, y con nuevo nombre; pero sin variar el género, ni eldesignio, pues todo es Crítica, todo Instrucción en varias materias, con muchosdesengaños de opiniones vulgares, o errores comunes. Si te agradaron misantecedentes producciones, no puede desagradarte ésta, que es en todo semejantea aquéllas, sin otra discrepancia, que ser en esta mayor la variedad; y nopienso tengas por defecto lo que sobre extender a más dilatada esfera deobjetos la enseñanza, te aleja más del riesgo del fastidio. VALE».Además de las dedicatorias y prólogos, este tomo contiene los siguientes discursos y epístolas:• Discurso 1. Persuasión al amor de Dios, fundada en un principio de la más sublime Metafísica; y que es juntamente un altísimo Dogma Teológico, revelado en la Sagrada Escritura• Discurso 2. El Todo, y la Nada. Esto es, el Criador, y la Criatura: Dios, y el Hombre. Discurso consiguiente a una parte de la materia del pasado; en el cual, representando al hombre su pequeñez, se procura abatir su vanidad• Carta 1. Satisfácese a una objeción contra una Aserción, incluida en el Discurso pasado: con cuya ocasión se discurre sobre el influjo de los Astros• Carta 2. Establécese la Máxima Filosófica, de que en las substancias criadas hay medio entre el espíritu, y la materia. Con que se extirpa desde los cimientos el impío dogma de los Filósofos Materialistas• Carta 3. Defensivo de la Fe preparado para los Españoles viajantes, o residentes en Países extraños• Carta 4. Cuál debe ser la devoción del Pecador con María Santísima, para fundar en su amoroso patrocinio la esperanza de la eterna felicidad. Doctrina, que se debe entender a la devoción con otros cualesquiera Santos• Carta 5. Algunas advertencias sobre los Sermones de Misiones• Carta 6. El estudio no da entendimiento• Carta 7. Resolución decisiva de las dos dificultades mayores, pertenecientes a la Física, que se propone en las Escuelas• Carta 8. Dase noticia, y recomiéndase la doctrina del famoso Médico Español D. Francisco Solano de Luque• Carta 9 La advertencia sobrepuesta a la Carta antecedente manifiesta el motivo, y asunto de la siguiente• Carta 10. Dictamen del Autor sobre un Escrito, que se le consultó, con la idea de un proyecto para aumentar la población de España, que se considera muy disminuida en estos tiempos• Carta 11. Sobre la Ciencia Médica de los Chinos• Carta 12. Respóndese a cierto reparo, que un Médico docto propuso al Autor sobre la obligación que, en una Carta Moral, en asunto del Terremoto, intimó a todos los que ejercen la Medicina, de obedecer la Bula Supra Gregem Dominicum de S. Pío V• Carta 13. Señales previas de Terremotos• Carta 14. Crítica de la Disertación, en que un Filósofo extranjero designó la causa de los Terremotos, recurriendo al mismo principio, en que anteriormente la había constituido el Autor• Carta 15. Al asunto de haberse desterrado de la Provincia de Extremadura, y parte del territorio vecino, el profano rito del Toro llamado de S. Marcos• Carta 16. Descúbrese cuán ruinoso es el fundamento en que estriban los que interpretan malignamente las acciones ajenas, para juzgar que aciertan por la mayor parte• Carta 17. Con ocasión de explicar el Autor su conducta política en el estado de senectud, en orden al comercio exterior, presenta algunos avisos a los viejos, concernientes a la misma materia• Carta 18. Descubrimiento de un nuevo remedio para el recobro de los que, aún estando vivos, o en los casos, en que se puede dudar si lo están, tienen todas las apariencias de muertos• Carta 19. Reforma el Autor una cita, que hizo en el Tomo IV del Teatro Crítico; y después tuvo motivo para dudar de su legalidad; con cuya ocasión entra en la disputa de cuál sea el contenido esencial de la Poesía• Carta 20. Responde el Autor a una objeción, que se le hizo, contra la peregrina historia del Hombre de Liérganes, que refiere en el Tomo VI del Teatro Crítico, Disc. VIII, y cuya realidad autoriza más en la Adición a aquel Discurso en el Suplemento del Teatro• Carta 21. Sobre la mayor, o menor utilidad de la Medicina, según su estado presente, y virtud curativa del Agua Elemental• Carta 22. Da el Autor la razón por qué habiendo impugnado muchos sus escritos, o alguna parte de ellos, respondió a unos, y no a otros• Carta 23. Disuade a un amigo suyo el Autor el estudio de la lengua Griega, y le persuade el de la Francesa• Carta 24. Reflexiones que sirven a explicar, y determinar con más precisión el intento de la inmediata Carta antecedente• Carta 25. Al Sr. D. Joseph Díaz de Guitian, residente en la Ciudad de Cádiz, sobre el Terremoto padecido el día primero de Noviembre de 1755• Carta 26. Al mismo Señor, sobre el propio asunto• Carta 27. Al mismo Señor, continuando la materia de las dos antecedentes Cartas• Carta 28. Al mismo Señor, explicando con más extensión el expresado asunto del Terremoto• Carta 29. En respuesta de otra erudita, Histórica-Moral, que, sobre el mismo asunto de Terremotos, le escribió al Autor el Señor D. Joseph Rodríguez de Arellano, Canónigo de la Santa Iglesia de Toledo, &c.• Carta 30. Satisface el Autor a una supuesta equivocación sobre los Sacrificios que hacían a los vasallos de los Incas del Perú, ofreciendo al Sol víctimas humanasÍndice alfabético de las cosas más notables
“He escrito muchos millares de cartas, sin pensar en guardar copia de ellas. No fue sino a partir de 1927, en colaboración con mi mujer, cuando comenzamos a guardar ocasionalmente cartas cuyo contenido nos pareció relevante o en las cuales encontramos formulado con particular precisión un problema de interés general”. Así escribió Hermann Hesse en 1951, en el epílogo para la segunda edición alemana de este volumen. En el interín, a varios años de su muerte, se ha podido valorar la magnitud de su correspondencia. Hesse contestó más de treinta mil cartas. A partir de ese inmenso material de valor inapreciable se ha hecho la presente selección, iniciada por el propio Hermann Hesse. Contiene esencialmente las cartas en que el autor se pronuncia respecto de problemas de su época, las relaciones conflictivas entre el individuo y la sociedad, cuestiones de política, religión, arte y psicología. Cartas escogidas es, así, un documento fundamental para abarcar el pensamiento de Hermann Hesse e iluminarlo en la multitud de sus facetas.
Ensayo, Ciencias sociales, Crítica y teoría literaria, Viajes
Cartas finlandesas surge de la idea de Ganivet de contar a sus amigos granadinos cómo era aquella tierra tan distinta y tan alejada de España no solo geográficamente. Su irónica mirada recorre las tradiciones y costumbres de ese país nórdico, desde cómo comen hasta «cómo se mueren los finlandeses». En el diálogo que establece entre la sociedad finlandesa y la española analiza la España de finales del siglo XIX de una manera muy certera.
Hombres del Norte son seis ensayos sobre los más representativos escritores noruegos de la época. En ellos nos acerca la gran literatura escandinava desde una mentalidad meridional. Nórdica publica estos dos textos porque reconocen en el espíritu de Ganivet el deseo de dar a conocer la cultura de los países nórdicos.
Este volumen reúne 45 cartas reales enviadas por Internet a la web Cartas Sin Sellos. Son cartas de amor y desamor que nunca leerán sus destinatarios. La creadora de la web, Beatriz Alonso Aranzábal, las ha escogido, entre las miles recibidas desde su inauguración en el año 2000, por su calidad y su capacidad de conmover. Como señala a modo de introducción: "El mundo está lleno de palabras que nunca se han pronunciado, viven ocultas y adoptan la forma de una carta imposible. Su tinta es invisible y está compuesta de sentimientos encontrados".
«Si alguna vez un filósofo ciego y sordo de nacimiento concibe un hombre a semejanza de Descartes, me atrevo a asegurarle, señora, que ubicará el alma en la punta de los dedos; porque de allí provienen sus principales sensaciones y todos sus conocimientos». En esta frase, dirigida a su misteriosa corresponsal de la Carta sobre los ciegos para uso de los que ven, queda admirablemente plasmada la tesis principal de la obra: que nuestras ideas morales están supeditadas a nuestros sentidos, heterodoxia que le valió una temporada en la cárcel de Vincennes. A finales de 1740, al tiempo que se dedica a la Enciclopedia, el escritor y filósofo Denis Diderot, vuelve sus ojos a las ciencias experimentales. La operación de una ciega de nacimiento le lleva a especular sobre la relación entre lo que se ve y lo que se es.
Esta obra estética de Schiller está sin duda eclipsada por su producción dramática y poética. Este libro viene a rescatar del olvido cuatro sucintos ensayos estéticos del poeta alemán. -El primer ensayo que recoge esta compilación es el titulado Sobre lo patético (1793) en el que Schiller analiza la representación del sufrimiento en la obra artística y la peculiar cabida de esta representación en su teoría estética general. Interesante artículo que hace reflexionar sobre si hay lugar dentro de una manifestación estética lograda no sólo lo patético sino incluso lo truculento y sobre en dónde podemos establecer los límites de ambos. -El segundo ensayo recogido, Reflexiones sobre el uso de lo vulgar y lo indigno en el arte (1793), es mucho más breve que el anterior y mucho menos denso en ideas. Define Schiller lo vulgar como aquello que no se relaciona con lo intelectual sino que únicamente despierta el interés de la sensibilidad. -Sobre los límites necesarios en el uso de las formas bellas (1795) es el tercer ensayo que consta a su vez de dos partes: 'Sobre los límites necesarios de lo bello, particularmente en la exposición de verdades filosóficas' y 'Sobre el riesgo de las costumbres estéticas'. La primera parte trata sobre si es necesario el uso de formas bellas en la trasmisión de verdades de índole filosófica. La segunda parte de este ensayo es mucho más breve que la anterior y se limita a señalar que la sensibilidad estética puede servir de apoyo a la moral pero no sustituirla. -El último ensayo de la recopilación, Sobre el provecho moral de las costumbres estéticas (1796) abunda en las ideas expuestas en la segunda parte del ensayo anterior: las costumbres estéticas al afinar la sensibilidad, al huir de la vulgaridad, al elevar el espíritu en la contemplación, etc., pueden ayudar al cultivo de lo bueno siempre y cuando la sensibilidad estética admita la superioridad del juicio moral en la elección de los comportamientos prácticos. Es un libro rico en sugerencias, interesante y que anticipa algunas de las ideas estéticas que se desarrollarán a principios del XIX como el esteticismo y la estética de lo feo. Obra recomendable para aquellos interesados en la disciplina estética aunque no está carente de alguna dificultad para el profano.