A sus casi cuarenta años, Hortense nota el peso de las preguntas acumuladas: ¿cuál es la razón de seguir impartiendo clases de danza?, ¿tiene sentido continuar su aventura con Aymeric, un hombre casado, o es solamente una inercia dolorosa?, ¿es esta la vida que se espera de una mujer de su edad, sin matrimonio, sin hijos? Pero, sobre todo: ¿tiene importancia lo que esperen los demás? Si todo esto es una mentira, quizá sea una mentira que se ha contado ella misma. Este remolino de emociones da un giro inesperado con la aparición de Élias. Sus misterios y secretos harán que Hortense se replantee la senda que ha tomado su vida y el ánimo con que la afronta. Puede ser que, quizá, aún esté a tiempo de cambiar de vida, aunque sea a la fuerza.
A principios del siglo veinte en Colombia, las autoridades crearon Agua de Dios, un pueblo cercado para recluir a los enfermos de lepra. Esta situación de «apartheid» llevó a muchas familias a la separación: padres e hijos que no se verían nunca más, novios cuyo amor no sería más que una promesa, enfermos solitarios que fueron expulsados de la sociedad por estar contagiados de una enfermedad de la que poco se sabía. Pero incluso entre la intolerancia y el odio hay lugar para la esperanza. Dos personajes, Alejandro y Jazmín, se jurarán amor eterno más allá de la enfermedad y el temor por lo desconocido. Y así, comienza una aventura de amor, encuentros, desencuentros, de búsqueda y de persecuciones, de momentos maravillosos, situaciones increíbles e historias conmovedoras de un pueblo que vio en aquel amor la ilusión, la reivindicación social y la libertad.
Alex Sternbergen, la protagonista de la novela, es una olvidada estrella de la pantalla que comienza y acaba cada uno de sus días en los bares de Los Ángeles, náufraga permanente de un océano alcohólico. Al final de una de sus frecuentes noches de borrachera, Alex despierta al lado de un desconocido... solo que el desconocido en cuestión está muerto.
A partir de este momento, el departamento de policía de Los Ángeles se lanza tras la pista de Alex, presunta autora de un asesinato que ella no recuerda haber cometido. En su lucha para demostrar su inocencia, la protagonista tendrá un aliado casual: Turner Smith, un ex policía que hace tiempo que perdió su reputación y su buena suene.
«Sí, mi novela es la historia del SIDA, del tiempo de la incubación, de la enfermedad y de los años ochenta... Hay en este libro una actitud agresiva, violenta, virulenta, como lo es el SIDA...», confesaba Hervé Guibert apenas aparecía en Francia, en marzo de 1990, este terrible testimonio personal. En él Guibert registró paso a paso no sólo el proceso de su propia enfermedad, sino también el de sus amigos más íntimos, así como la relación de los demás con esos nuevos «apestados». Pese a sus nombres ficticios, son fácilmente identificables figuras tan conocidas como la actriz Isabelle Adjani o el filósofo Michel Foucault, cuya agonía es aquí minuciosamente descrita. «Insisto en decir que este libro es una novela porque no cuento mis relaciones con estas personas en concreto, sino más bien la encrucijada de unos destinos que se ven de pronto trastornados por la presencia del SIDA... Mis modelos existen, pero han pasado a ser personajes.» Y la verdad es que hoy están en todas partes, son centenares, miles.
Olivia no pasa por su mejor momento; el mequetrefe de Matías, su jefe, le está complicando la vida… Una vida en la que también falta el amor. Una buena mañana, estando en compañía de su amiga Cintia, Alan se cruza en su camino. Nada le extraña cuando él le revela su condición de empresario, pues derrocha estilo por los cuatro costados. En un abrir y cerrar de ojos, Olivia se enamora de él. Por suerte, su amor se ve totalmente correspondido. Su joven corazón late con fuerza sin sospechar que el destino tiene otros planes para ella; pronto comprobará que su relación no está exenta de unos vaivenes que la asemejan a una montaña rusa. ¿Cuál es la razón? Amor, intriga y la respuesta a una gran incógnita será lo que encuentres en sus emocionantes líneas.
Alan Lewrie es un libertino sin moral ni preocupaciones, y el Londres de finales del siglo XVIII ofrece numerosas oportunidades a un joven rico como él para disipar sus horas entre salones, fiestas y alcobas. Pero toda su vida se viene abajo cuando su padre lo sorprende en la cama de su hermana.
En un instante, el pobre Alan se encuentra enrolado como castigo en la célebre Armada Real, muy lejos de los placeres que tanto había disfrutado, perdido en un mundo de cabos, vergas y velas que le resulta totalmente extraño. Camino a las Américas, donde las colonias se han rebelado y aspiran a la independencia, Alan Lewrie conocerá la dura vida militar en alta mar, y para su propia sorpresa y la de todos los que le rodean, empezará a apreciarla.
«Al servicio del rey» es el inicio de la que muchos consideran la mejor serie naval de los últimos tiempos. Alan Lewrie es el marino de verdad, falible, mundano y pecador, lejos del perfecto caballero que es el Hornblower de C. S. Forester o el calculador Jack Aubrey de Patrick O’Brian. Con un ritmo endiablado, una caracterización excelente y una atención al detalle digna de elogio, las novelas de Dewey Lambdin son un soplo de aire fresco dentro de la literatura naval.
Alan Lewrie era un libertino, un sinvergüenza que aprovechaba al máximo las oportunidades que Londres le ofrecía para satisfacer sus más bajos instintos. Pero su vida cambió drásticamente cuando su odioso padre le obligó a enrolarse en la Armada Real.
Han pasados dos años y, para sorpresa de todos, Alan ha hecho gala de una competencia sobresaliente en su nueva vida, aun a pesar de odiar cada minuto de su estancia en el mar.
Y sus penalidades no han terminado. Su nuevo destino es el Desperate , bajo el mando del capitán Treghues, que le odia como sólo un puritano puede odiar a un bribón. Por si fuera poco, la temible flota francesa ronda el Caribe, y la gran batalla naval que decidirá la suerte de las colonias americanas y segará la vida de tantos hombres se adivina en el horizonte. Con El almirante francés , Dewey Lambdin continúa la que muchos consideran la mejor serie naval de los últimos tiempos. Alan Lewrie es el marino de verdad, falible, mundano y pecador, muy lejos del perfecto caballero que es el Hornblower de C. S. Forester y del calculador Jack Aubrey de Patrick O’Brian. Con un ritmo endiablado y una atención al detalle digna de elogio, las novelas de Dewey Lambdin suponen un soplo de aire fresco dentro de la literatura naval.
Para sorpresa de todos y la suya propia, el libertino, dandy y sinvergüenza sin igual Alan Lewrie está demostrando ser un marino más que competente. Dos años en la estricta Armada Real de Su Majestad no solamente le han convertido en algo parecido a un hombre de provecho, sino que incluso ha alcanzado el rango de alférez y está empezando a pensar que la carrera naval no es tan mal destino, al fin y al cabo.
Su nueva misión, establecer una alianza entre la Corona británica y los indios de Florida que podría cambiar completamente el equilibrio político de las colonias, supone una oportunidad de hacerse famoso en la metrópoli y que su nombre suene favorablemente en los círculos más altos del Almirantazgo. Por supuesto, Lewrie no olvida que la Armada tiene la mala costumbre de convertir su vida en un infierno en cuanto se descuida… por no hablar de la habilidad natural de Alan para encontrar problemas en los lugares más insospechados, agravada por su costumbre de saltar entre las sábanas de todas las mujeres del Caribe dispuestas a ello.
Con un tono realista y burlón y un toque salaz que las hace únicas, las aventuras de Alan Lewrie brillan con luz propia entre las series navales. Dewey Lambdin ha conseguido imprimir su sello personal en el género, regalándonos un protagonista memorable. Alan Lewrie es un marino de verdad, falible, mundano y pecador, muy lejos del perfecto caballero que es el Hornblower de C. S. Forester o el calculador Jack Aubrey de Patrick O’Brian.
Contra todo pronóstico, Alan Lewrie ha conseguido sobrevivir a la Revolución americana y a la estricta vida en la Armada Real. Ahora ha llegado el momento de la recompensa: el retorno a la vida de diletante y dandy profesional, disfrutando de la animada noche londinense, con suficiente dinero en el bolsillo, amigos con los que irse de juerga y una amante casi literalmente en cada esquina.
Pero Alan, siendo Alan, no tarda en buscar y encontrar problemas, por supuesto con faldas de por medio. Y qué mejor forma de escapar de ellos que aceptar un nuevo destino naval. Así, de la noche a la mañana se encuentra de nuevo embarcado, participando en una misión secreta para proteger los intereses de la Corona británica al otro extremo del mundo, en el Lejano Oriente.
Allí le esperan enemigos muy diferentes de los que ha conocido hasta ahora: no sólo hordas de sanguinarios piratas en sus extrañas embarcaciones y sus temibles abordajes, sino también el objetivo principal de su misión, un peligroso y despiadado capitán francés que siembra el terror en los mares asiáticos. E incluso se reencontrará, por suerte o por desgracia, con alguien de su pasado al que no creía que volvería a ver jamás.
Dewey Lambdin nos obsequia con un nuevo capítulo de las aventuras de su particularísimo héroe Alan Lewrie. Cambiando el paisaje de las Antillas por el del exótico Oriente, pero sin abandonar su estilo fresco y dinámico ni su mezcla de aventuras navales y en tierra, Lambdin sigue deleitándonos con una saga marítima muy personal, lejos de las narraciones rígidas y encorsetadas de sus colegas en el género.
El teniente Alan Lewrie no ha tenido una vida fácil. Enrolado a la fuerza en la Armada Real por un padre que buscaba robarle su fortuna, ha ido ascendiendo en el escalafón a base de tesón, talento y, por qué no decirlo, alguna que otra pillería.
Se ha enfrentado a la poderosa armada francesa, a feroces indios y al ejército rebelde de las colonias, e incluso viajó en corso al Lejano Oriente, donde le esperaban los más terribles piratas… por no hablar de sus aventuras con los más intransigentes oficiales británicos y algún que otro marido ultrajado.
No es que no hubiera diversión en su vida: Lewrie ha tenido más aventuras amorosas que muchas tripulaciones juntas. No en vano le llaman «Gato en Celo» Lewrie. Es un hombre duro, acostumbrado a los desafíos y a la acción. Pero ahora tiene que enfrentarse a un peligro totalmente inesperado y para el que no está en absoluto preparado: el matrimonio.
Dewey Lambdin conduce a su particularísimo héroe Alan Lewrie al Caribe, lleno de piratas y contrabandistas. Al mando de su propio barco, el Alacrity , Lewrie se unirá a la Escuadra de las Bahamas en una misión que se supone tranquila y pacífica. Pero ya sabemos que Alan tiene la extraña habilidad de encontrar problemas en los lugares más insospechados.
Alan Lewrie es el marino de verdad, falible, mundano y pecador, lejos del perfecto caballero que es el Hornblower de C. S. Forester o el calculador Jack Aubrey de Patrick O’Brian. Con un ritmo endiablado, una caracterización excelente y una atención al detalle digna de elogio, los libros de Dewey Lambdin son un soplo de aire fresco dentro de la literatura naval.
Alan Lewrie parece haber dejado atrás las aventuras y el peligro. Lejos del mar y de los navíos de guerra, disfruta de la vida tranquila y sosegada de un caballero rural. Con tres preciosos hijos que crecen ante sus ojos, una mujer bella que le quiere con locura, sin problemas de dinero… Da la impresión de que no hay nada más que Lewrie pudiera desear. Por supuesto, se muere de aburrimiento.
Gracias a Dios, los franceses han armado una buena al otro lado del Canal de la Mancha: su llamada Revolución se ha desbocado completamente y acaban de decapitar a su rey. La guerra parece inevitable, y con ella la llamada al servicio activo que Lewrie secretamente tanto anhela. Pero los numerosos enemigos que se ha ido creando a lo largo de los años no se han olvidado de él, y harán lo que esté en su mano para arruinar su reanudada carrera.
Alan Lewrie es el marino de verdad, falible, mundano y pecador, lejos del perfecto caballero que es el Hornblower de C. S. Forester o del calculador Jack Aubrey de Patrick O’Brian. Con un ritmo endiablado, una caracterización excelente y una atención al detalle digna de elogio, los libros de Dewey Lambdin son un soplo de aire fresco dentro de la literatura naval.
Alan Lewrie lleva demasiado tiempo en tierra. Corre 1793 y nuestro intrépido héroe está deseando zarpar al mando de su barco, el HMS Jester , y enfrentarse de nuevo a la armada francesa para mayor gloria de Inglaterra… y, por supuesto, para engordar su bolsa con el dinero de más capturas. Su nuevo destino: el Mediterráneo.
La Francia revolucionaria está ocupada invadiendo las numerosas repúblicas italianas y presentando batalla al ejército austriaco. La Armada Real se apresta a servir de apoyo en la campaña y, si es posible, a destruir y capturar cuantos barcos franceses se pongan a su alcance. Y qué mejor destino para Alan Lewrie que servir a las órdenes del capitán Nelson, el más intrépido de los mandos ingleses.
Pero, como de costumbre, Lewrie no puede evitar implicarse en las aventuras más peculiares: su amante, Phoebe, no se despega de él por mucho que intente seguir el camino recto; el odioso espía Twigg reaparece en su vida y requiere sus servicios en sus múltiples intrigas; y, como remate, el caprichoso destino mueve sus piezas para volver a enfrentar a Alan con su más despiadado y peligroso enemigo.
Alan Lewrie es el marino de verdad, falible, mundano y pecador, lejos del perfecto caballero que es el Hornblower de C. S. Forester o del calculador Jack Aubrey de Patrick O’Brian. Con un ritmo endiablado, una caracterización excelente y una atención al detalle digna de elogio, los libros de Dewey Lambdin son un soplo de aire fresco dentro de la literatura naval.
Una casa encantada, una historia de amor y mucho humor en esta nueva novela de Iris Romero Bermejo. «¿Qué harías si en la casa de tus sueños habita el fantasma de una chica adorable pero muy pesada que te hace la vida imposible? ¿Y si a eso le añades un boxeador que quita el hipo y que no sabes por qué, pero le gustas? ¿Una maldición? Descubre lo que hace Alana, la protagonista de esta apasionante historia.» Alana tiene un gran sueño: una casa antigua y abandonada en el centro de Madrid. Cuando atraviesa por primera vez la maravillosa entrada piensa que es la persona más afortunada del mundo, porque por fin, podrá montar junto con sus amigas una empresa de cenas temáticas. Sin embargo, algo recorre los muros de esta antigua mansión, algo que le hará la vida imposible para que se vaya, ya que, por lo visto, la casa esconde una terrible maldición. En la primera cena un apuesto boxeador entra en su vida. Gabriel es todo lo que una chica podría desear y, para Alana, demasiado guapo para ser real.
Segunda entrega de la trilogía «Alana» de Iris Romero Bermejo. ¿Qué harías si te hubieras olvidado de tu novio? ¿Y si él tampoco se acordara de ti?No te pierdas esta divertida aventura en la que las risas y el amor serán los protagonistas. Alana se ha olvidado de Gabriel. Siente que algo le falta, pero no es capaz de recordar qué. Pero una mañana cualquiera... alguien le tira el bolso sin querer cuando pasa por su lado. Alza la mirada y le ve. Y como si se conocieran, quizás de una vida pasada, algo en su interior le dice que ese desconocido y atractivo chico es alguien muy especial. Acompaña a Alana en esta emocionante aventura, donde tendrá que enfrentarse a un nuevo enemigo y luchar contra sus recuerdos borrados.
Última entrega de la trilogía «Alana» de Iris Romero Bermejo. Acompaña a Alana en esta trepidante aventura donde deberá poner en peligro su propia vida para salvar a sus seres queridos, y quizás, recuperar al amor de su vida. «Cuando todo acabe podremos estar juntos.» Eso es lo que se repite Alana una y otra vez en su cabeza sin saber si en realidad será posible, sin saber si tendrá un final feliz junto a Gabriel. La maldición del olvido se rompe y Alana recuerda a Gabriel. También la bruja ha sido liberada y, ahora, deberán unir sus fuerzas para combatir al demonio que amenaza con acabar con todos ellos. Y aunque Alana quiere mantener al margen de todo eso a Gabriel, el boxeador le deja muy claro que le ayudará y protegerá con su vida si es necesario. ¿Tendrá que hacerlo?
La vida de Kalil Mtube, un niño de Malí, cambia drásticamente cuando, después de haber sido vendido por su padre a un traficante, es obligado a trabajar brutalmente como esclavo en una plantación de cacao en Costa de Marfil. Allí conoce la amistad y el amor, pero también la despiadada crueldad de los seres humanos. Kalil logra escapar y llega a la ciudad de Dalao. Después de un año, decide regresar a su casa, pero en el camino es hecho prisionero por un grupo de traficantes de esclavos y metido en un barco. Durante la travesía está a punto de morir, aunque al final es rescatado. Cinco años después, Kalil cuenta toda su historia a un hombre blanco, el mismo que la transcribe a los lectores.
En el año 79, el Vesubio entra en erupción y sepulta Pompeya bajo un mar de lava. Casi 2 000 años después, Chema, un estudiante malagueño que realiza sus prácticas de Arqueología en esta ciudad, encuentra un calco que llama su atención poderosamente. Se trata de dos varones, uno de los cuales está apuñalando al otro. Con la ayuda de Popea, Chema inicia una investigación que le lleva a descubrir hechos históricos sorprendentes. Todo ello aderezado con personajes procedentes del mundo de la mafia, con porteros cotillas y el encanto de Nápoles.
Alejandro ha contraído una tuberculosis. Por ese motivo, en busca de climas más fríos y saludables, se instala con su padre en un pueblo de la provincia de Soria, donde ambos pasarán los meses de verano. Es allí donde Alejandro y su padre, Víctor, músico de profesión, conocerán a Irina, una joven veinteañera de ascendencia rusa que les seducirá a ambos, pero que dejará en Alejandro una honda huella. Gracias a ella, el chaval dará los primeros pasos de su vocación de escritor. Y también gracias a ella se introducirá en el mundo de la literatura rusa a través de algunos autores de los siglos XIX y XX.
A Javier Diosdado le fascina el lejano mundo de los piratas, los tesoros y los galeones del siglo XVIII. La visión el Escorpión, el barco del famoso pirata Cara de Perro, es el inicio de la más emocionante aventura que el muchacho pueda imaginar. En ella se mezclan las hazañas del pirata con la historia de la isla en que vive, el descubrimiento de insospechados secretos familiares, del amor... Un verano inigualable, evocado por el protagonista al cabo de unos años.
Finaliza el siglo IX. Gonzalo, discípulo y secretario de Dulcidio, un sacerdote mozárabe, hombre de confianza del rey Alfonso III de Asturias, viaja a Córdoba junto a su maestro, para traer al reino cristiano las reliquias de los mártires Eulogio y Leocricia. El viaje es el resultado de un acuerdo de paz con el emir de Córdoba que está dispuesto a ceder las reliquias. Pero no será fácil. En el camino le aguarda el riesgo, la aventura, y el peligro… y el amor.