Cuando Jaya, la sobrina de Lolo Long, empieza a recibir amenazas de muerte, el jefe de la policía tribal Long llama al sheriff del condado de Absaroka, Walt Longmire, y a Henry Oso en Pie como refuerzo letal. Jaya Longshot Long es el fenómeno del equipo de baloncesto del instituto Lame Deer Lady Stars y está siguiendo los pasos de su hermana mayor, desaparecida un año antes, víctima de la plaga de mujeres nativas desaparecidas en el país indio. Lolo espera que el hecho de que Longmire se involucre pueda atraer la atención del público hacia la situación de la chica, pero con esta maniobra también coloca inadvertidamente al buen sheriff en un mano a mano con el adversario más mortífero al que se ha enfrentado en este mundo y en el siguiente.
¿Qué pasaría si te despertaras tirado en medio de la calle en la infame ciudad de Fort Pratt, Montana, donde treinta jóvenes nativos perecieron en un trágico incendio en un internado en 1896? ¿Qué pasaría si todas las personas con las que te encontraste en esa noche interminable estuvieran muertas? ¿Qué pasaría si estuviera cubierto de sangre y le faltara una bala del arma enfundada en su cadera? ¿Qué pasaría si hubiera algo en los cielos amarillentos, junto con los difuntos y el olor a ceniza y polvo, algo a lo que los cheyennes del norte se refieren como Éveohtsé-heóm?se, el vagabundo, el tomador de almas? ¿Qué pasa si la única manera de saber quién eres es porque tu nombre está impreso en la banda de cuero para el sudor de tu sombrero de vaquero, y si dice que tu nombre es Walt Longmire? .. . pero no lo recuerdas?
Walt Longmire se enfrenta a una de sus escenas del crimen más desafiantes mientras trata de hacer frente a las revelaciones de su último caso en el que se enfrentó a los fantasmas de su pasado y cuestionó la naturaleza misma de la justicia y la misericordia en el duro país del Oeste. En lo más profundo de la campiña de Wyoming, Walt Longmire, sheriff del condado de Absaroka, es llamado a la escena de un crimen como pocos que haya visto. Este crimen saca a relucir asuntos que se remontan a la época del abuelo de Walt en Wyoming, ya que las revelaciones que aprende sobre su abuelo vuelven a ofrecer pistas y motivos para la investigación de Walt. Lleno de acción y con el gran elenco de personajes que los lectores han llegado a amar de la serie Longmire, este nuevo libro satisfará tanto a los lectores de siempre como a los nuevos en la serie.
Tras los acontecimientos de La defensa de Longmire, volvemos a encontrar a Walt y a nuestro conocido elenco de personajes del condado de Abaroska con la tarea de resolver un crimen aún más desafiante que el anterior. Walt Longmire regresa en esta vigésima entrega de la galardonada y superventas serie que ha sido un éxito tanto en la página como en la pantalla. Ambientada en el impoluto Wyoming, el sheriff Walt Longmire tiene que lidiar con su cada vez más complicada vida personal y con el siempre cambiante y a menudo violento submundo que invade lo que una vez se llamó el Viejo Oeste. Esta vez, se enfrenta a un siniestro complot que podría herir a las personas más cercanas a él y cambiar para siempre la forma en que ve su amado Wyoming.
Verano de 1870, Sherlock Holmes, Arsène Lupin e Irene Adler se conocen en Saint-Malo. Los tres deberían estar disfrutando de sus vacaciones, pero el destino les ha reservado algo distinto. En efecto, los chicos se ven envueltos en un torbellino criminal: roban un collar de diamantes sin dejar rastro, en la playa es encontrado un hombre sin vida y una oscura silueta aparece y desaparece sobre los tejados de la ciudad. La policía anda a tientas y les tocará a otros resolver el caso…
Irene, Sherlock y Lupin se citan en Londres. Pero Lupin no se presenta, pues su padre, Théophraste, está bajo arresto acusado de robo y del homicidio de Alfredo Santi, secretario del gran compositor Giuseppe Barzini. Los chicos emprenden una investigación para exculparlo; el rescate de la célebre soprano Ophelia Merridew en el sórdido barrio de Bethnal Green es sólo el primero de los sucesos sensacionales que conducirán a Sherlock y sus amigos a desenmascarar al menos sospechoso de los culpables.
Reunidos en Londres, Irene, Sherlock y Lupin encuentran en The Times un extraño problema de ajedrez firmado por «el Fraile Negro». Está escrito en un código desconocido y una pequeña chispa brilla en los ojos de Sherlock… Al día siguiente, la ciudad se conmociona con la noticia del asesinato de un rico comerciante. Sobre su escritorio se ha encontrado una rosa escarlata, la misma flor que veinte años antes fuera la «firma» de un audaz grupo de criminales. ¿Acaso la Banda de la Rosa Escarlata ha vuelto a actuar?
La familia de Irene se ha mudado a Évreux, en Normandía. Allí, una dama desconocida aborda a Irene y, tras murmurarle oscuras palabras sobre el peligro al que está expuesta su madre, se esfuma misteriosamente. No es más que el primero de una serie de acontecimientos inquietantes que Irene, Sherlock y Lupin tratarán de aclarar. Los jóvenes, de hecho, acabarán sabiendo de la existencia de una cripta secreta en el subsuelo de París, donde se halla una antigua reliquia que, según dicen, tiene un inmenso valor…
Sherlock, Irene y Arsène se encuentra en Davos-Platz, con los Alpes suizos como magnífico escenario. Detrás del tranquilo ir y venir de los veraneantes se esconde, sin embargo, una intriga internacional. En un ambiente de sospecha en el que nadie es quien parece ser, Irene y sus amigos se verán envueltos en las intrigas de un gran criminal al que obligarán a descubrir sus cartas. LA VIEJA EUROPA ES UNA BOMBA DE RELOJERÍA
La guerra con Prusia ha concluido hace poco y la familia Adler ha decidido pasar toda una semana en su antiguo apartamento de París y saborear de nuevo su vida de antes. Para gran alegría de Irene, Sherlock y Lupin van a verla y los tres amigos muy pronto se encuentran indagando la desaparición de un primo de Arsène. Para seguir su pista y dar con él tendrán que bajar a los bajos fondos de la ciudad.
De vuelta en Londres con su padre, a Irene aún no le ha dado tiempo de alegrarse por haber reencontrado allí a sus grandes amigos Sherlock y Arsène, cuando un acontecimiento repentino perturba la frágil paz de su casa: Horace Nelson, el inestimable mayordomo de la familia Adler, ha desaparecido dejando tan solo una nota de pocas palabras. Irene decide indagar. Los tres chicos se ven enfrentados así a un caso que parece tener su origen en las lejanas y fascinantes colonias de la India.
La Navidad se acerca. Irene, Sherlock y Arsène están en Londres. Y justo cuando el humor de Holmes empieza a ensombrecerse sin remedio, como siempre le ocurre durante dicha festividad, un misterio repentino arrastra a los tres amigos a vivir una temeraria aventura: el director del British Museum ha sido asesinado en circunstancias enigmáticas y los periódicos hablan sobre una oscura maldición que parece tener sus raíces en el antiguo Egipto.
Londres, 1872. Irene está preocupada por su padre; en los meses del invierno el estado de ánimo de Leopold Adler se ha vuelto cada vez más sombrío. Para sacarlo de sus oscuros pensamientos, un amigo los invita a pasar unos días en el campo, donde la chica podrá dedicarse a la lectura y la equitación, mientras que su padre participará en una cacería de zorros. Pero, en aquel ambiente de calma aparente, un hombre desaparece y nadie lo busca. Irene comprende que algo no cuadra y les escribe una carta a Sherlock y Lupin pidiéndoles ayuda.
Novela, Relato, Policial, Aventuras, Psicológico, Obras completas
Sherlock Holmes, personaje ficticio creado en 1887 por «sir» Arthur Conan Doyle, es un «detective asesor» en el Londres de finales del siglo XIX, que destaca por su inteligencia y hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles. Es protagonista de una serie de 4 novelas y 56 relatos de ficción, que componen el «canon holmesiano», publicados en su mayoría por «The Strand Magazine».
Publicada en 1887, Estudio en escarlata es la primera entrega de la serie, en la que John H. Watson inicia las memorias de sus aventuras. Todo comienza cuando él y Holmes van a compartir casa en la ya famosa dirección del 221B de Baker Street. Allí, Watson convivirá con las excentricidades de Holmes y será testigo de su asombrosa habilidad para obtener información sobre todo lo que le rodea. Aturdido en ocasiones por la personalidad del detective, Watson se verá, sin embargo, deslumbrado por su genialidad. Fernando Vicente ha recreado este caso y ha dado vida gráfica a estos dos míticos personajes.
La publicación en 1887 de Estudio en escarlata significó para la historia del relato policiaco no sólo la aparición de un escritor que revolucionaría el género, sino también el nacimiento de un mítico personaje que llegaría a oscurecer la figura de su creador.
Trasunto de la sociedad victoriana, maestro en el arte de la inferencia lógica, atento seguidor de los avances científicos de su tiempo, propenso a las depresiones psicológicas, misántropo empedernido, boxeador aficionado y apasionado melómano, Sherlock Holmes —muerto y resucitado por su inventor a petición de editores y lectores— es un detective dotado de un excepcional talento para la deducción y que nunca rehúye los riesgos de la acción.
A caballo entre el género policiaco, la reconstrucción histórica y el relato de aventuras, la novela gira en torno a un crimen cometido en Londres y cuya trama se relaciona con la secta mormónica y el estado de Utah. En parte bajo la forma de unas memorias del doctor Watson , un médico que se convierte en íntimo amigo y compañero inseparable de Holmes, Arthur Conan Doyle (1859-1930) plantea, despliega y resuelve el enigma mediante una eficaz técnica narrativa y una perfilada descripción de los personajes.
El 30 de agosto de 1889 el editor de la revista estadounidense Lippincott’s Magazine, Joseph Marshall Stoddart, invitó a cenar a Conan Doyle en el lujoso hotel londinense Langham en compañía de Oscar Wilde. Durante la velada, Stoddart propuso a Doyle escribir un relato para su revista que no excediera las cuarenta mil palabras y por el que le pagarían cien libras. Ambos autores se comprometieron a escribir sendas novelas para la revista americana. Wilde escribiría El retrato de Dorian Gray, y Doyle El signo de los cuatro, en donde Holmes hacía su segunda aparición. En esta segunda entrega, a diferencia de la primera, Estudio en Escarlata, la acción y las investigaciones tienen lugar íntegramente en Londres —la señorita Mary Morstan, años después de la misteriosa desaparición de su padre, oficial de infantería en Bombay, recibe anónimamente cada año una gran perla por correo, hasta que un día le llega una misiva con una cita a ciegas y decide acudir a Sherlock Holmes— e incluye una trepidante persecución fluvial a través del Támesis. Igual que en Estudio en escarlata, Doyle sigue a rajatabla las leyes esenciales del género fijadas por Poe, que, según Borges, implican un «crimen enigmático y, a primera vista, insoluble», un «investigador sedentario que lo descifra por medio de la imaginación y de la lógica», y un «amigo impersonal y un tanto borroso del investigador» que lo cuenta todo.Esta segunda novela de Sherlock Holmes mantiene casi inmutable el esquema de la primera. En la introducción vemos que las sospechas del doctor Watson se confirman y nos presenta a Holmes coqueteando peligrosamente con la cocaína disuelta el 7%, para combatir la depresión que le produce la falta de alicientes que hagan trabajar su portentosa inteligencia. Un Holmes misógino y fatalista que no da a su vida más importancia que a un juego tentador. En esta primera parte, el único detective privado que tiene abierta consulta, como él mismo se define, da lecciones a un enfurruñado Watson sobre las diferencias entre observación y deducción. Una de ellas, relacionadas con el reloj de bolsillo de Watson, ha pasado a la galería de anécdotas famosas, que a los holmesianos les encanta divulgar. La señorita Morstan aparece así como desencadenante del misterio y como objeto de las flechas de Cupido para el Dr. Watson, que a partir de esta novela tendrá que ingeniárselas para «huir» de su esposa y acompañar a Holmes en sus pesquisas.
Pese a haber hecho ya su aparición en «Estudio en escarlata» y en «El signo de los cuatro», hubo que esperar hasta la publicación de los primeros relatos que integran «Las aventuras de Sherlock Holmes» en la revista Strand para que el extravagante detective de Baker Street despertara en los lectores un fervor que no ha disminuido hasta hoy. En efecto, la serie que abrió «Escándalo en Bohemia», que inicialmente habían de componer seis entregas, no sólo tuvo que prolongarse con seis más, sino que permitiría en adelante a Arthur Conan Doyle (1859-1930) dedicarse en exclusiva a la literatura, si bien ya con la inseparable y a veces agobiante compañía de su brillante, teatral e hipocondríaco investigador. Es importante decir que varios libros se han publicado bajo éste nombre, teniendo todos distintos relatos en diferente orden, pero este libro incluye las aventuras completas.
Contiene este volumen doce de los casos más notables que resolvió Sherlock Holmes, donde no sabemos qué admirar más: si la inteligencia de Holmes como detective o la maestría de Watson como narrador.
La fama de Holmes creció de tal manera que a Conan Doyle llegó a hacérsele insoportable. Y decidió asesinarlo. En El problema final, sobrio y conmovedor relato, en el que de modo extraordinario se trasluce la ternura de Holmes a través de su proverbial impasibilidad, asistimos a la desaparición del detective.
Pero fueron tantas y tan violentas las protestas de los lectores, que, diez años después, Conan Doyle se vio obligado a resucitarlo.
En el «Problema final», la última aventura de Las memorias de Sherlock Holmes, Watson anunciaba la desaparición del «mejor y más inteligente de los hombres» que hubiera conocido. Y no solo los lectores, sino incluso la propia madre del autor, se negaron a que esto fuera así. Doyle resistió durante diez años la presión de su personaje. Hasta que una mañana, en la primavera de 1894, el doctor Watson cayó al suelo desmayado ante el asombro producido por una inesperada visión: su amigo Sherlock Holmes había vuelto a la vida.