Seudónimo utilizado, junto con Russ Tryon, por el escritor español Francisco Cortés Rubio. Prolífico autor de más de cincuenta títulos de intriga y misterio en los años 70 y 80 publicados en novelas cortas por la editorial Andina.
—Esos aparentes enfrentamientos de nuestros dos enterradores es algo que me tiene seriamente preocupada. El interlocutor de Nicole, la dueña del local, sonriendo cínicamente replicó: —Vas a conseguir que Casper se enfade y ordene a Robert tu detención. —¿Tantas aspiraciones tienen esos dos malditos enterradores? Tendrían que enterrarme gratuitamente porque… Se interrumpió la dueña del local, al observar que se abría la puerta, por la que se asomaba una joven. —Puedes entrar, Urna —añadió Nicole.
Larry Dawson levantó el vaso y lo miró al trasluz durante unos instantes. Tenía los ojos ribeteados de rojo y los párpados le pesaban terriblemente. Pero esto era algo que no le preocupaba demasiado.
Lo primero fue un gran cartel, pintado sobre una tabla, que decía: «Bienvenido a Talltrees, si llega con buenas intenciones». Un poco más allá, al otro lado del camino abierto entre una especie de jardín sin flores, otro cartel semejante anunciaba: «Si viene a molestarnos, recuerde estos consejos: El 'sheriff' es de fiar. Entréguele su revólver cuando llegue, y él se lo devolverá cuando se vaya.» «Ted Conley. Carpintero. Cajas de pino económicas y de lujo. Trabajo rápido.» «Winston Manley fue ahorcado en Talltrees el 3-7-1876, por asesinato...» «Todos los días hay un tren en el que cualquiera puede marcharse.» «Un pistolero rápido puede matar a tres hombres al mismo tiempo. Pero no a quince.»
Al principio Caronte se había extrañado de que el Regente mantuviese con él tantas conversaciones a solas, sin ningún guardaespaldas a la vista. Luego sabría que al otro lado de la habitación donde se encontraban siempre había varios que le apuntaban con sus armas a través de huecos disimulados en la decoración de las paredes
Existen cinco ascensores, viejos y toscos, que bajan a los obreros en grupos de cuarenta cuando en realidad no deberían entrar más de veinte. Me llevaron hasta una profundidad que calculo debería ser de unos quinientos metros. Allí no llega la luz del sol y nos entregaron cascos con lámparas y herramientas rudimentarias, así como muchos cubos enormes que debíamos llenar con una especie de limo que se extrae desde un nivel todavía más hundido en las entrañas de la tierra.
Tras la destrucción nuclear del planeta Kazan-X-07, una expedición humana al mando del comandante Leander Height se ve atraída al mismo sin posibilidad de escape por un dispositivo que orbita alrededor del planeta.Allí, ante su incredulidad se encuentran con una sociedad primitiva y caníbal descendiente de los creadores del artefacto, dónde una parte de la misma, los Contempladores, espera la llegada del Líder, una leyenda viviente destinada a salvarlos.¿Será el comandante Leander Height dicha leyenda? ¿Podrá hacer frente a los retos que le irán apareciendo en su camino?
Para la mayoría de la gente la Cofradía, o la Entidad, como era conocida también, significaba bien poco. Pocas personas estaban capacitadas para definir la organización con un mínimo de veracidad, y contadísimas las que sabían de ella lo bastante como para llenar un par de páginas.
Las mesas del tugurio eran de plástico endurecido. Los manteles que las cubrían también eran de plástico, aunque adaptable y con colores detonantes. Todas ellas contaban con el adorno de un jarroncito de flores, de plástico naturalmente. Y era de suponer que el servicio para comer y beber fuese así mismo de ese material.
Había calculado con los demás oficiales todos los pros y los contras. Lujan hubiera querido liberar primero a su Señor, si aún seguía con vida, y luego dominar la situación. Pero el bienestar de la mayoría aconsejaba lo contrario, y Varan habría aprobado el plan de haber podido.