La licenciada Magdalena Reyes Puig nos presenta la filosofía como algo práctico y concreto, que contribuye a la resolución de problemas. Observemos la portada de Así está bien: esa escalera nos puede ayudar a elevarnos, a cruzar obstáculos, a bajar cuando sea necesario, y hacernos alcanzar cosas que no están a nuestro alcance, como lograr tener una mejor visión de un paisaje complejo para descubrir sendas que nos lleven a nuestro destino. La escalera, al igual que la filosofía, es una herramienta. Esta herramienta es tan antigua como las preguntas que se hicieron Sócrates, Platón o Nietzsche y tan actuales como las preguntas que nos mueven cotidianamente. «La filosofía nos exige mirar de frente y sin rodeos el problema, reconocer lo adverso y transitar el malestar para llegar al fondo del pozo profundo y encontrar ahí las herramientas necesarias para superarlo». En cinco capítulos clave sobre la incertidumbre, el deseo, la razón o la emoción, la libertad y la felicidad, la autora, con un texto sólido desde lo conceptual, así como amable y profundo desde su narrativa, nos presenta un libro fundamental para aquellos que entendemos que sumergirnos en las aguas del pensamiento y la reflexión nos ayuda a mejorar.
¿Por qué la sociedad con más esperanza y calidad de vida de la historia es la que más ansiolíticos y psicólogos consume? ¿Por qué nos encontramos mal con nosotros mismos aunque tengamos «éxito» en la vida? ¿Por qué estamos totalmente polarizados y divididos en trincheras? ¿Por qué ya no se puede hablar de ningún tema incluso con nuestros familiares o amigos? ¿Por qué nos autocensuramos y solo hay un discurso único del que no podemos escapar sin ser señalados? ¿Tenemos menos libertad que en otras épocas? ¿Por qué se venden tantos libros de autoayuda? ¿Por qué no hablamos de la muerte? ¿Por qué queremos ser jóvenes eternamente? ¿Por qué nos hemos convertido en «marcas personales» que tenemos que promocionar? ¿Por qué nos ofertan felicidad a todas horas? ¿Qué impacto ha tenido la tecnología? ¿Qué nos promete el transhumanismo?
El autor analiza todos estos temas y muchos otros para tener una idea global de cómo es la sociedad actual. Y lo que es más importante, hace un repaso político, económico, cultural y social de los orígenes. Por qué hemos llegado hasta aquí. No se trata de una sociedad nacida de la nada. Analizando el pasado, podremos comprender algo más nuestra actitud presente. Hay bastantes libros que se centran en algún punto de nuestro comportamiento actual, pero muy pocos que den un enfoque tan global y las claves de su evolución. ¿Queda sitio para ser humanos?
Un relato excitante, ameno y con muchas curiosidades históricas que lo hacen muy didáctico. Un libro que es recomendable leerlo varias veces para detectar todas las deducciones y análisis que se aportan. ¿Qué puede pasar si seguimos así? ¿Estamos atrapados? ¿Podemos pensar en un futuro mejor?
A tres versos del final es un agudo y original diagnóstico sobre la situación terminal tanto de la filosofía como de la literatura, de las formas de articular la experiencia y la relación del hombre con el mundo, con un mundo que ya no es inteligible ni susceptible de narración confortable. Nuestro tiempo parece haberse transformado en una trampa sofocante, frívola y laberíntica, de la que aparentemente es imposible escapar, trascender o redimirse. ¿Cómo vivir conscientes en una cultura individualista y en un mundo desencantado, sabiéndonos subordinados a dinámicas impersonales y artificiales? David Sánchez Usanos nos muestra cómo la filosofía y la literatura pueden volver a ser espada y escudo para desafiar a las quimeras de nuestra época. Cómo, si seguimos el trayecto literario que marcan autores tan singulares como Nietzsche, Kafka y Hemingway, pero también Aristóteles, Marx, Freud, la beat generation o David Foster Wallace, seremos capaces de cartografiar el laberinto en que estamos atrapados y tratar de hacer de lo imposible una salida.
Si Kant es el paradigma del pensador sistemático, sin duda Nietzsche lo es del pensador aforístico. Esta nueva forma de pensar, más fragmentaria, más acorde con el tiempo de «lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente», como lo definió Baudelaire, ya se halla plenamente desarrollada en Aurora. Sus 575 aforismos critican las caracterizaciones de la esencia de lo moral: el deber, la compasión, la utilidad… El filósofo carga, en definitiva, contra el modo en que estas provocan que el juicio libre del individuo ceda el lugar al prejuicio, a la hipócrita adopción de unos valores no pensados, atávicos o, simplemente, culturalmente hegemónicos. «Es sorprendente comprobar el parentesco enorme que tienen ciertas observaciones de Nietzsche sobre la moral con los ataques, nada vanos por cierto, con que casi por los mismos días Oscar Wilde sorprendía a su público y lo hacía reír» diría Thomas Mann.
Pese al lugar muy destacado que ocupa como uno de los dramaturgos esenciales del siglo XIX en Austria, Franz Grillparzer (1791-1872) es recordado por muchos gracias a su Autobiografía, que empezó a escribir cuando contaba algo más de sesenta años de edad y que dejó finalmente inconclusa. El recuento que en ella hace de sus pasos destila amargura y un constante sentimiento de inadecuación con la época y con la sociedad en que le tocó vivir. Y sin embargo, Grillparzer se codeó con algunas de las más grandes personalidades de su siglo –Goethe, Beethoven, Humboldt, Metternich, Heine, Dumas, Rossini–, viajó por buena parte de Europa y Oriente Próximo, fue un apasionado del teatro clásico español, despertó grandes amores y se halló en el centro de algunos de los acontecimientos capitales de su tiempo. El presente volumen brinda por vez primera en castellano la oportunidad de acercarse a una personalidad singularísima, un autor por el que Kafka sentía una intensa atracción, diciendo de él que era un «ejemplo desdichado al que los hombres futuros deben estar agradecidos porque él sufrió por ellos». Además de su célebre Autobiografía, se recoge aquí una amplia selección de sus diarios, las notas de su viaje por Grecia y Constantinopla, y sus «Recuerdos de Beethoven». A modo de anexo se da «El pobre músico», relato que ha gozado desde su publicación de una enorme y justificada popularidad, y cuyo protagonista presenta sutiles paralelismos con el propio Grillparzer.
Divulgación, Salud y bienestar, Autoayuda, Espiritualidad, Filosofía
El masaje occidental suele ser principalmente un masaje muscular, con todas sus virtudes. Es sin embargo muy diferente del masaje Chi. El sistema de rejuvenecimiento taoísta emplea la propia energía interna, la energía Chi, para fortalecer y rejuvenecer los órganos sensoriales —ojos, oídos, nariz, lengua, dientes y piel— y también los órganos internos. Sus técnicas tienen miles de años y hasta muy recientemente eran secretos celosamente guardados, comunicados únicamente del Maestro a un reducido grupo de estudiantes. Con frecuencia cada Maestro tenía sólo una parte del conocimiento. El maestro Mantak Chia ha recompuesto por completo el sistema taoísta de masaje Chi y nos lo muestra en este libro en una secuencia lógica y de forma tal que una vez examinado necesitaremos sólo cinco o diez minutos de práctica diaria para en muy breve tiempo poder apreciar una gran mejora en el funcionamiento de nuestra vista, oído, gusto, olfato, órganos internos y del cuerpo en su totalidad.
En este libro la autora traza una historia general del odio al judío, primero en las sociedades teocráticas (que aspiran a asimilar al enemigo) y luego en las sociedades surgidas de la Ilustración, cuando el racismo legitima la destrucción física del elemento «corruptor». La politización del antisemitismo, unida a la perversión de la ciencia, permitirá la industrialización de la muerte en los campos de exterminio nazis. La investigación de Roudinesco tiene dos polos de referencia: el origen francés del antisemitismo moderno y la guerra que libra Israel desde su fundación. Pero no sólo desfilan por estas páginas franceses e israelíes, culpables o perseguidos, sino también Freud, Hannah Arendt, Jung, Ernest Jones, Heidegger, Chomsky, Paul de Man y Víctor Farías. Desde el momento en que los nazis quisieron destruir un fragmento de humanidad, todos los seres humanos están implicados.
Descendiente de una familia de origen hispánico, Marco Aurelio nació en Roma en el año 121 de nuestra era y, tras ser adoptado por Antonino Pío, lo sucedió como emperador, cargo que ocupó desde el año 161 hasta su muerte en 180. Su reinado, que ocupa la época de máxima extensión de Roma, estuvo marcado por las numerosas y dilatadas guerras que mantuvo contra los pueblos que habitaban en los límites del Imperio, sobre todo frente al Danubio. El último de los grandes emperadores Antoninos hubo de demostrar repetidamente entereza y valor a lo largo de estos veinte años; se comportó siempre como un filósofo estoico y un digno romano. Sin embargo, su devoción por las letras fue notoria, y dedicó muchas horas al estudio de la filosofía. Durante los descansos que le concedían su intensa actividad bélica y las obligaciones políticas, en las noches de vigilia de los diez últimos años de su reinado, estando de campaña, compuso las «Meditaciones», una de las principales obras del estoicismo romano, pese a estar redactadas en griego. Los doce libros que forman esta obra constituyen una compilación de ideas y sentencias breves en la que Marco Aurelio reflexiona sobre temas como los límites de la naturaleza humana, la fugacidad del tiempo, los valores morales o la manera correcta de conducirse en la vida. Las «Meditaciones» carecen de orden sistemático y consisten en los apuntes de un diario personal; Marco Aurelio no usa un tono elevado ni grandes abstracciones, sino que se dirige a sí mismo con veracidad: la grandeza que se percibe en sus escritos es real, no retórica ni literaria. Ningún otro gran personaje del mundo antiguo nos ha legado un testimonio personal tan sincero y hondo, de tanta inmediatez e intensidad.
Acerca del alma se enmarca en el grupo de obras aristotélicas dedicadas a la naturaleza orgánica y a los seres vivos. Aristóteles entiende el alma como principio de vida, lo cual explica que este estudio combine cuestiones de psicología y de fisiología: percepción, memoria, sueños y vigilia, respiración, movimiento. Se trata, sin duda, de una concepción naturalista muy distinta de las espiritualistas propias del platonismo y el cristianismo, sin connotaciones religiosas y apegada a las ciencias particulares. Define el alma como principio vital o animador, que subyace a todas las funciones manifiestas, desde la reproducción hasta la actividad intelectual. Por eso, aunque este tratado no instituye un dualismo ni separa el alma del cuerpo, tampoco desustantiviza el alma, que se mantiene irreductible tanto como potencia o posibilidad de vida como acto vital efectivo. La riqueza de Acerca del alma ha alimentado multitud de corrientes vitalistas hasta nuestros días. Ha ejercido una gran influencia tanto en psicología (por su teoría de las facultades) como en teoría del conocimiento.
Enel corpus de la obra aristotélica, la lógica constituye una categoría por símisma, una propedéutica a los otros cuatro grandes grupos (metafísica, cienciasnaturales, ética y política y retórica y poética): en efecto, no una categoríamás, sino la condición previa y necesaria para poder pensar estas categorías.Es imposible exagerar su influencia en la historia del pensamiento, puesto quedurante la Edad Media fue la parte más conocida de toda su obra, y modeló enbuena medida la reflexión europea en lo concerniente a lenguaje y pensamiento,conocimiento y error, significación y formalización del razonamiento. De las seis obras que componen el Órganon –título genéricode la lógica del Estagirita–, este primer volumen incluye tres: Categorías, que como indica el título,describe los principios conceptuales básicos, llamados predicamentos ocategorías (entidad, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, situación,estado, acción, pasión), a partir de los cuales se construyen los juicios oproposiciones, así como cuestiones de enorme relevancia como la homonimia, lasinonimia y la paronimia; Tópicos,que analiza los esquemas formales y las funciones lógicas, basados en laspredicaciones accidentales, genéricas, propias y definitorias, análisiscompletado con un apéndice práctico con directivas para el ejerciciodialéctico; y Sobre las refutacionessofísticas, que se engarza con Tópicos,cuyos ocho libros sintetiza y del que puede formar un anexo teórico-prácticosobre los distintos tipos de sofismas (o silogismos que conducen al error) y suposible resolución.
Biografías de sofistas, escritas con intento retórico por Filóstrato, neosofista griego del siglo III d. de C. Fueron redactadas entre el año 228 y el 238 y dedicadas a Antonio Gordiano, el futuro emperador, mientras era cónsul en África. Las Vidas rememoran a los más célebres sofistas de la época del autor, y ofrecen una completa perspectiva de este movimiento intelectual. Estas biografías ponen de manifiesto el conocimiento no sólo de las vidas y las obras de los personajes tratados, sino de la sociedad en que vivían, y transmiten los gustos de la aristocracia grecoparlante bajo el imperio de Roma. Por ello arroja una luz muy esclarecedora sobre los siglos II y III, y nos permite conocer el movimiento llamado Segunda Sofística, florecimiento cultural y renacimiento de los ideales educativos de la Grecia clásica. Filóstrato, que creó dicha denominación en esta obra, incluye en el concepto a retóricos, maestros y otros profesionales de la palabra, incluso a juristas, pero no a filósofos.
La Constitución de los atenienses (de autoría dudosa para algunos estudiosos) forma, con la Política, la parte conservada de la obra aristotélica dedicada a la organización social de la pólis, teoría política que entronca con su pensamiento ético y metafísico. Aristóteles, discípulo de Platón y estudiante en la Academia, subraya la necesidad de estudiar la política según principios filosóficos, referidos a la naturaleza misma y a la verdad, y señala la insuficiencia de los simples empíricos que imitan las constituciones de lacedemonios, cretenses y otros pueblos. El gran tratado Constituciones, perdido en gran parte, era una enorme colección que pretendía recoger las legislaciones de ciento cincuenta y ocho ciudades griegas y extranjeras, compiladas por colaboradores del maestro de Estagira. Hemos conservado su primer libro, la Constitución de los atenienses, que se cree que compuso Aristóteles como modelo para los otros trabajos constitucionales del Liceo. En su primera parte expone la evolución del régimen político de Atenas desde una época anterior a Solón hasta el arcontado de Euclides y la restauración de la democracia (analiza, pues, la obra constitucional de Ión, Teseo, Dracón, Solón, Clístenes y Pericles); la segunda parte describe la organización del Estado ateniense en la época del autor: las instituciones del derecho positivo de Atenas en el siglo IV. Completa el volumen un texto falazmente atribuido a Aristóteles dedicado a la administración de la tierra y el patrimonio.
Este tratado, publicado en el año 51 a. C., se conserva hoy en sus tres primeros libros, de los seis originales, y en algunos fragmentos ulteriores, entre ellos su conclusión, «El sueño de Escipión» (del que Macrobio escribió un célebre comentario, aparecido en esta misma colección). «De re publica» trata de ciencia política, en un diálogo entre Escipión Emiliano y Lelio. Escipión pasa revista (como lo hicieron los griegos desde la República de Platón) a las tres formas típicas de gobierno —monarquía, aristocracia y democracia— y describe como forma de gobierno ideal (a semejanza de Polibio) la combinación de las tres, tal como se manifestó en la República romana. La evolución de ésta es analizada en el libro segundo, desde sus primeros tiempos hasta el logro de su equilibrio, «optima re publica», en el siglo II. En el libro tercero se sostiene que el estado no puede mantenerse sin justicia. En los fragmentos conservados de los restantes tres libros se trata de la educación (moral, física e intelectual), sobre el político ideal y su recompensa y se describe una visión de la vida celeste de las almas de los grades estadistas, en el referido «Sueño de Escipión», la parte más interesante de la obra desde el punto de vista literario. «Sobre la República» posee un gran interés para los historiadores. En él las ideas griegas del Estado ideal se encuentran con la sabiduría práctica romana. Aunque se trata de una obra filosófica, Cicerón no se abstiene de tratar problemas políticos que Roma afrontaba en aquel momento (con lo cual pone en práctica su precepto de acción necesaria). Hablaba a su tiempo al insistir en que todos los hombres tienen el deber de servir a su patria y que la moralidad privada se aplicaba a los asuntos públicos.
Al margen de la obra teorética sobre cuestiones de ciencias naturales y de metafísica, Aristóteles escribió varios tratados de filosofía práctica, entre los que destacan sus dos éticas, que, lejos de consistir en un conjunto de normas para el correcto comportamiento, reflexionan a partir de la tradición filosófica acerca de qué es una vida humana plena y cómo se puede alcanzar. Se apartan, pues, de toda casuística moral, así como de los planteamientos propios de los modernos libros de autoayuda encaminados a obtener un estado de felicidad y de bienestar. Su propósito de realizar la excelencia humana consiste en mantener una actividad adecuada de las mejores facultades del hombre, y es en este contexto en el que se analizan virtudes como el coraje, la generosidad y la equidad, así como las tareas intelectuales del conocimiento y el juicio adecuado o sabiduría práctica, y las relaciones con los otros, especialmente la amistad (sin la cual la vida no merecería la pena). La parte divina del ser humano, dice Aristóteles, la que lo distingue de las bestias, es la razón, por eso todos los bienes materiales, morales y de amistad se valoran según si favorecen la actividad intelectual y la contemplación. Esta concepción acerca de la excelencia humana se complementa con la tesis aristotélica de que el hombre es un «animal político», es decir que necesita vivir en compañía de sus semejantes no sólo para satisfacer las necesidades materiales sino para compartir con ellos objetivos de índole social y moral, lo que engarza las «Éticas» con la «Política». El principal de estos escritos es la «Ética a Nicómaco», selección realizada por su hijo a partir de las notas que el autor utilizaba para sus lecciones en el Liceo. Esta obra aborda, por primera vez en la literatura universal, la ética como rama filosófica independiente.
«De finibus bonorum et malorum», del año 45 a. C., es un tratado en cinco libros que expone y valora las teorías de la Academia antigua y los sistemas éticos de las escuelas epicúrea y estoica. Se estructura en tres diálogos, cada uno sobre una de estas tres doctrinas. En el primero, el héroe romano L. Manlio Torcuato propugna las ideas epicúreas: el bien absoluto es el placer y la ausencia de dolor. En el segundo, M. Catón de Útica (bisnieto de Catón el Viejo y hombre de gran integridad que apoyó el gobierno senatorial y la causa republicana) defiende la doctrina estoica: el máximo bien es la virtud, determinada por la razón acorde con la naturaleza. En el tercero, el cónsul Calpurniano expone las tesis de la Academia antigua: el sumo bien es la perfección del ser en su totalidad, la virtud favorece una felicidad equilibrada. Cicerón, que no se abstiene de expresar abiertamente sus opiniones, se inclina sobre todo a favor de la Academia. Resulta de especial interés el inicio del libro primero, en el que Cicerón subraya la importancia de su tarea de recuperar el pensamiento filosófico griego en lengua latina. También es de destacar la descripción, en el libro quinto, de Atenas (donde Cicerón residió una temporada para estudiar la filosofía griega), con todo su trasfondo histórico y literario; en el prólogo evoca sus paseos juveniles por Atenas con su hermano, su primo, con Ático y otro amigo: «por cualquier sitio que caminemos, andamos sobre la historia». La obra pone de manifiesto el empeño que Cicerón conservó toda su vida de interesar por la filosofía a los romanos, sobre todo a los jóvenes que podían llegar a ser influyentes en el estado.
Acerca de la generación y la corrupción es una obra breve pero densa, que trata una parte importante de la filosofía natural de Aristóteles: la estructura del mundo sublunar y el proceso de cambio que en él se produce, cuyo fundamento racional se quiere detectar y comprender a fin de probar la integridad del ser frente a la apariencia disolutoria de la diversidad y las mutaciones. Este tratado sigue el mismo método que la mayoría de escritos aristotélicos: tras enunciar el propósito y el contenido, se examinan y someten a crítica las doctrinas anteriores sobre la cuestión, y se procede al estudio de ésta según las concepciones y observaciones propias.En los Tratados breves de historia natural, indagaciones acerca de diversos fenómenos fisiológicos y psíquicos, se incluyen estudios sobre la sensación y lo sensible, la memoria y la reminiscencia, el sueño y la vigilia, los ensueños, la adivinación por el ensueño, la longevidad y la brevedad de la vida, la juventud y la vejez, la vida y la muerte y la respiración. En la interpretación moderna (no necesariamente en su génesis) estos pequeños estudios forman un conjunto, no sólo por las referencias entre unos y otros, sino porque en el primero se plantean algunas operaciones comunes al alma y al cuerpo que constituyen el objeto de los tratados siguientes. En su forma actual proporcionan una especie de «curso» complementario del tratado Acerca del alma (aparecido en esta misma colección). Parten del principio de que los fenómenos psíquicos pueden explicarse como procesos puramente físicos, y responden al proyecto aristotélico de situar los problemas relativos al alma humana en el marco general de los seres vivos. Por eso, además de con Acerca del alma, estos tratados están muy relacionados con los varios de ciencias naturales que escribió el Estagirita.
Dión de Prusa (actual Bursa, en el N. de Turquía) fue llamado Crisóstomo, «el de boca de oro», por su elocuencia. Vivió entre los años 40 a 120 d. C. Fue desterrado de Roma y de su patria por el emperador Domiciano, llevó una vida errante, y luego fue indultado por Nerva y logró la amistad de Trajano. De Dión habla ya Filóstrato en sus «Vidas de los sofistas» como un modelo de oratoria, que toma como ejemplos a Platón y Demóstenes, y desarrolla sus temas con claridad, sencillez y originalidad. Dión, un coetáneo de Plutarco, es un destacado precursor de esa Segunda Sofística, con su esplendor retórico y su mímesis de los grandes escritores clásicos. Con una ideología cínico-estoica, Dión celebra la grandeza de la Grecia clásica y sus ideales. La suya es una retórica literaria, en la que alternan críticas morales, elogios funerarios, sermones y diatribas, alabanzas de ciudades, etc. Sus setenta y ocho discursos nos ofrecen una visión de la época y de la admiración por el pasado glorioso. Unos discursos son más serios y solemnes, otros más novelescos o filosóficos, todos son prueba de la habilidad del escritor. Valga como ejemplo de esa diversidad el primer tomo, en el que se recoge n sus cuatro discursos «Sobre la realeza»; otros cuatro de enfoque cínico, protagonizados por «Diógenes»; el famoso «Euboico», que idealiza la vida campestre y su bucolismo; el paradójico «Discurso troyano», y un curioso y brevísimo «Mito africano».
Estesegundo volumen del Órganon contiene los restantes tres tratados: Sobre la interpretación, en dos libros,que versa sobre los juicios o proposiciones; Analíticos primeros, en dos libros también, dedicado al silogismoen su estructura formal, al margen de cualquier contenido que pueda aplicarse aesta estructura argumentativa; y Analíticossegundos, también dos libros, sobre el silogismo en cuanto razonamientocapaz de conducir a la ciencia y a la adquisición de conocimiento y de laverdad. El sistema lógico aristotélico ha constituido, conalgunas adiciones del estoicismo y desarrollos complementarios efectuados en laEdad Media, la base de los estudios lógicos hasta el siglo XX. Dentro delconjunto del corpus aristotélico, hay que mencionar la íntima relación que sulógica tiene con la ontología de su Metafísica puestoque la concepción de la realidad, de la entidad o sustancia (ousía), secorresponde con la definición de categorías que el autor ofrece en el Órganon.
En la presente obra, El Pedagogo, Clemente de Alejandría ofrece un manual de instrucciones para creyentes, donde presenta a Cristo como el Guía y Maestro de la humanidad, el Médico del alma, que introduce al creyente en la moral y las cuestiones prácticas de la vida cristiana.
Está dividido en tres libros. El primero es una fundamentación y justificación del papel de una pedagogía cristiana; de igual forma, destaca las características principales de tal pedagogía.
Los libros II y III son, en realidad, una sola parte, y tratan la moral práctica que debería seguir un joven cristiano alejandrino.
Dión de Prusa (actual Bursa, en el N. de Turquía) fue llamado Crisóstomo, «el de boca de oro», por su elocuencia. Vivió entre los años 40 a 120 d. C. Fue desterrado de Roma y de su patria por el emperador Domiciano, llevó una vida errante, y luego fue indultado por Nerva y logró la amistad de Trajano.
De Dión habla ya Filóstrato en sus Vidas de los sofistas como un modelo de oratoria, que toma como ejemplos a Platón y Demóstenes, y desarrolla sus temas con claridad, sencillez y originalidad. Dión, un coetáneo de Plutarco, es un destacado precursor de esa Segunda Sofística, con su esplendor retórico y su mímesis de los grandes escritores clásicos. Con una ideología cínico-estoica, Dión celebra la grandeza de la Grecia clásica y sus ideales. La suya es una retórica literaria, en la que alternan críticas morales, elogios funerarios, sermones y diatribas, alabanzas de ciudades, etc. Sus setenta y ocho discursos nos ofrecen una visión de la época y de la admiración por el pasado glorioso. Unos discursos son más serios y solemnes, otros más novelescos o filosóficos, todos son prueba de la habilidad del escritor.
Este segundo tomo recoge los Discursos XII al XXXV