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Bolsilibros - Enviado Secreto 94. Yo soy mi doble, de Clark Carrados

Novela, Policial

Sonaron pasos precipitados en el corredor. La joven gritó: —¡Son ellos! —¿Quiénes? —No hagas preguntas y escapa. ¡Date prisa! ¡Huye, Bel, o será demasiado tarde! La puerta de la estancia tenía la llave echada. No obstante, era fácil prever que no ofrecía mucha resistencia a quien quisiera abrirla a la fuerza. Sonaron unos fuertes golpes en el exterior.


Bolsilibros - Enviado Secreto 96. Mike Bannion juega con la muerte, de Burton Hare

Novela, Policial

La luna colgaba, redonda y blanca sobre el océano Indico, escoltada por millares de parpadeantes estrellas que salpicaban el manto oscuro e infinito de la noche. El mar, sobre el que no soplaba la más leve brisa, estaba inmóvil, como una gran manta negra adornada con girones de plata. El buque, un viejo carguero tipo «Liberty», navegaba perezosamente al impulso de sus cansadas máquinas. Sus luces de posición eran otras tantas estrellas de colores caídas de la bóveda celeste j moviéndose a la altura del trópico de Capricornio, a cien millas de Madagascar.


Bolsilibros - Enviado Secreto 98. La isla de las amazonas, de Clark Carrados

Novela, Policial

Cuando Bel Bassiter, agente EO-003 de DANS, se enteró de la noticia, puso el grito en el cielo. —¡Eso no lo consentiré yo jamás! Los ojos de Stanley Barnett, director de DANS, chispearon bajo dos espesas cejas, en las que ya lucían algunas hebras blancas. —Usted lo hará o dejo yo de llamarme como me llamo —dijo, a la vez que aporreaba la mesa con el puño. —Entonces, se llama John Mackoolibickyly —contestó el agente 003 con notorio desparpajo. —Pero, escuche, no sea bruto; es una medida general...


Bolsilibros - Enviado Secreto 100. Las hermosas brujas, de Burton Hare

Novela, Policial

La puerta de la residencia se abrió despacio y una cabeza asomó por ella. Era una cabeza hermosa, de larga cabellera llameante. La noche era silenciosa y el aire fresco, a pesar de ser pleno verano. No en balde Bogotá se encuentra a 2.600 metros de altitud, por lo que, incluso contando con su proximidad al ecuador, la temperatura desciende bruscamente después del crepúsculo.


Bolsilibros - Enviado Secreto 102. ¡Destruir al destructor!, de Clark Carrados

Novela, Policial

La carretilla eléctrica que rodaba por uno de los encementados subterráneos de la central del Departamento Atómico Nacional de Seguridad, guiada por una bella girl-DANS, condujo a Bel Bassiter, agente EO-003, hasta la puerta exterior de la esclusa que aislaba el despacho del director general del resto de los distintos departamentos. Una vez allí, un ojo invisible escrutó su presencia y la puerta se abrió silenciosamente.


Bolsilibros - Enviado Secreto 104. Negra pesadilla, de Burton Hare

Novela, Policial

El hombre despertó, sobresaltado. La habitación estaba a oscuras y él sabía que no había nadie más en ella. Por lo menos, «no debía haber nadie más». Se preguntó qué demonios le había despertado. Se acostó temprano, rendido de cansancio a causa del intenso trabajo de esos últimos y definitivos días. Paseó la mirada por la oscuridad, deteniéndola un instante en el pálido rectángulo de la ventana. A través de la tenue cortina se filtraba la lejana luz de un farol, el de la esquina, porque el más cercano estaba averiado desde días atrás. Era curioso que pensara precisamente en esos momentos, cuando, malhumorado, luchaba por reanudar el sueño roto.


Bolsilibros - Enviado Secreto 105. ¡Crack! Y 002 a evitar otro: ¡Crack!, de Frank Caudett

Novela, Policial

Era una sala de vasta extensión, la cual, por sus peculiaridades de mobiliario demostraba estar destinada a biblioteca y despacho. Tres, de las cuatro paredes, estaban cubiertas por estanterías de moderno diseño, trabajadas en armazón metálico y madera de poliéster color natural, las cuales contenían una ingente cantidad de volúmenes de distinto espesor, la mayoría ricamente encuadernados en piel y con ribetes o rebordes de hilo de oro.


Bolsilibros - Enviado Secreto 106. El prisionero, de Clark Carrados

Novela, Policial

Llegó al hotel y subió a la habitación que le habían reservado. Estaba de un humor pésimo. Se lavó y aseó un poco. Luego se puso en contacto por radio con su jefe, usando los transmisores que llevaba incrustados en el cráneo. Stanley Barnett, director general de DANS, le contestó inmediatamente.


Bolsilibros - Enviado Secreto 107. Horrible metamorfosis, de Burton Hare

Novela, Policial

La fiesta había terminado con una desbandada general. El rugir de los motores de los coches alteró el silencio de la noche durante cierto tiempo y luego cesó, quedando sólo algunas risas espaciadas, la música ahora amortiguada de un aparato automático, y el choque del hielo en los pocos vasos que todavía saciaban la sed inextinguible de los últimos rezagados. Jimmy Oben vació el suyo hasta sentir en los labios el choque de los cubitos de hielo. Abandonó el vaso y se levantó. Las piernas se le mostraron un tanto flojas, pero irguiéndose se echó a reír. Era capaz de soportar diez veces más whisky del que había ingerido hasta ese momento.


Bolsilibros - Enviado Secreto 109. Réquiem por Mr. Barnett, de Burton Hare

Novela, Policial

Oyó el susurro de unos pies sobre la arena y la cosa no le gustó. Se encontraba relajado, soñoliento, en paz con todo el mundo y gozando de la íntima excitación de un asunto grande en puertas. Algo tan importante como probablemente no había emprendido en toda su vida.


Bolsilibros - Enviado Secreto 110. La araña y la mosca, de Clark Carrados

Novela, Policial

Aquella temporada hubo muchas personas que recibieron por correo un folleto de propaganda de aspecto y contenido enteramente normales. 
Bel Bassiter, agente EO-003 de DANS, también fue uno de los “afortunados” mortales que recibió dicho folleto. Pero como hojas semejantes le llegaban a diario en el correo, no prestó la menor atención al contenido de la misma, que fue a parar, sin más, ipso facto, a la papelera. 
Y luego, como Bassiter estaba de vacaciones, se dedicó apasionadamente al estudio de la anatomía humana, con la amable colaboración de una bonita rubia que entendía mucho del asunto, puesto que no hacía mucho acababa de recibir su título de médico.


Bolsilibros - Enviado Secreto 112. El poder de la mente, de Clark Carrados

Novela, Policial

La muchacha se paseaba lentamente por la orilla del mar. Ciertamente no por la playa. 
Era un paseo marítimo, de suelo embaldosado, con barandillas protectoras para los viandantes. A lo lejos se divisaban los hoteles y mansiones de lujo, brillantemente iluminados. 
Entre el paseo y los edificios había una vasta zona ajardinada, con abundantes palmeras y profusión de arriates y macizos de flores. El lugar estaba desierto en aquellos momentos. 
Ella era morena, de tez tostada y ojos verdes. El vestido de noche dejaba al descubierto unos hombros perfectos y una garganta de cisne, adornada con valioso collar de perlas de tres hilos. En la mano llevaba un pequeño bolso de fiesta, en el que destellaban las piedras preciosas, adecuadamente sujetas al tejido.


Bolsilibros - Enviado Secreto 113. Minimuerte, de Burton Hare

Novela, Policial

La mujer se detuvo junto a la fuente de agua potable. Miró a su alrededor. Era muy bella, aunque la expresión de su rostro, en aquellos momentos, era tensa, reconcentrada, como si esperase algo con todas las ansias de que era capaz. Y realmente esperaba. Esperaba al hombre, esperaba a la vida que podía huir de ella en cualquier instante. No le veía todavía, pero sabía que en alguna parte de la gran ciudad él se apresuraba en su busca, para reunirse, para huir eternamente quizá. En algún lugar, ella sabía que un hombre escapaba de la muerte y corría en su dirección. No importaba que siguiera ignorando en qué lugar de la ciudad estaba él entonces. Sabía que avanzaba, que debía avan- var o todo estaría perdido.


Bolsilibros - Enviado Secreto 114. Misión con tarjeta de visita, de Clark Carrados

Novela, Policial

La mujer pendía desnuda del techo, atada por las muñecas a una cuerda que, tras pasar por un gancho, iba a parar a otro extremo de la habitación, sujeta a una anilla situada ya muy cerca del suelo.


Bolsilibros - Enviado Secreto 116. A la caza de brujos, de Burton Hare

Novela, Policial

Los dos hombres estaban sentados dentro del coche, a oscuras, sin fumar ni hablar. Para cualquier observador poco atento, ni siquiera habrían sido visibles. Uno de ellos gruñó entre dientes: —Daría un dólar por un cigarrillo. El otro no replicó siquiera. Toda su atención se centraba en el iluminado portal de una casa que desparramaba su luz sobre la desierta acera.


Bolsilibros - Enviado Secreto 120. Una condesa peligrosa, de Clark Carrados

Novela, Policial

La fiesta estaba en todo su apogeo. Era una reunión muy agradable. Bel Bassiter, agente EO-003 de DANS, contemplaba, reunidas en aquellos elegantes salones, a figuras conocidísimas francesas, del arte, las letras y las finanzas. El dueño de la casa, evidentemente, poseía muchas y muy buenas amistades.


Bolsilibros - Enviado Secreto 122. Un billete de oro puro, de Clark Carrados

Novela, Policial

El hombre tenía en la mano algo que parecía una hoja de oro y lo contemplaba con una ligera sonrisa en los labios finos y violáceos. Vestía unas holgadas ropas blancas y sus ojos estaban ocultos tras unas monumentales gafas de color. Para cubrirse la cabeza empleaba una especie de bonete de bordes multicolores. En la mano izquierda llevaba un anillo de sello, muy grande, en el cual se veía un singular grabado que representaba a una serpiente sosteniendo con la boca las puntas de tres flechas.


Bolsilibros - Enviado Secreto 123. Misión en el infierno, de Burton Hare

Novela, Policial

El submarino surgió de las profundidades del mar como un negro fantasma en la no menos negra noche. Habían elegido bien el instante de la aparición por cuanto no había luna y densas nubes cubrían el brillo de las estrellas. El cielo y el mar formaban una auténtica masa negra e impenetrable. La nave se estabilizó con un fuerte chapoteo, pero luego todo fue silencio en la quieta inmensidad, mientras el pequeño navío se balanceaba suavemente.


Bolsilibros - Enviado Secreto 125. El muerto se conserva bien, de Clark Carrados

Novela, Policial

No era tan famosa como la que antaño diera lugar a una opereta y a más de una película, pero La Posada del Ciervo de Plata estaba en camino de convertirse en un lugar tan célebre como su homónima y conocida en el mundo del Caballito Blanco. Por el momento, sin embargo, la posada —un excelente hotel, dicho sea entre paréntesis—, estaba en un lugar relativamente poco frecuentado por el turismo de invierno, en Schalzhausen, Alpes bávaros, y aunque había bastante clientela, resultaba aún un lugar agradable para pasar unas vacaciones sin demasiado gentío alrededor de uno.


Bolsilibros - Enviado Secreto 126. Sucio paraíso, de Burton Hare

Novela, Policial

El hombre dobló precipitadamente la esquina de Soi Suek Road y casi fue atropellado por un taxi-triciclo. Sonó la voz destemplada del taxista sin que el apresurado individuo le hiciera caso, mientras se alejaba bajo las mortecinas luces. El conductor del ligero carruaje seguía rezongando en voz alta, cuando una sombra surgió de la noche y se perdió más allá de la esquina. La sombra de un hombre alto, elástico como una pantera, y tan silencioso como la muerte.