Fredric Brown fue un escritor de ciencia ficción y misterio, más conocido por sus cuentos caracterizados por grandes dosis de humor y finales sorprendentes. Es también conocido por ser uno de los escritores más audaces a la hora de hacer experimentaciones narrativas en ficción de género. Aunque no fue un escritor especialmente popular en vida, la obra de Brown ha generado un considerable culto que continúa medio siglo después de que realizara su último escrito. Sus obras se reimprimen periódicamente y tiene varias páginas de fans en Internet tanto en EE. UU. como en Europa, en donde se han hecho varias adaptaciones de sus escritos. Un agente de policía resuelve el caso de un extraño asesinato en donde se vio inmerso un hombre que se encontraba ciego en esos momentos. Se desarrolla con la presentación de los hechos, y luego la investigación por parte del detective. Añade algún elemento especial, como las intuiciones de la esposa del detective, que al final de cuentas terminan siendo verdad, y la conclusión del caso se presenta de forma breve y sin muchos tapujos.
En lo tocante a la ley y el orden, el este de Texas tiene sus propias normas. Un hecho que Darren Mathews, un ranger de Texas negro, conoce demasiado bien. Con sentimientos encontrados por haberse criado en el estado de la estrella solitaria, Mathews fue el primero de su familia en abandonar Texas y no mirar atrás. Hasta que el deber lo llama de nuevo a casa. Cuando la fidelidad a sus raíces pone en peligro su trabajo, sube por la autopista 59 hasta la pequeña ciudad de Lark, donde dos asesinatos (un abogado negro de Chicago y una mujer blanca de la localidad) han alborotado el avispero de los resentimientos. Darren debe resolver los crímenes, y salvarse en el proceso, antes de que estallen los antiguos conflictos raciales en Lark.
Publicada en 1973, la tercera novela de Puig —censurada, prohibida y generadora de las consecuencias que motivaron el exilio del autor— anticipó el enrarecimiento de los años que vendrían. Una clave para leer los negros sucesos políticos y públicos del país, en la microhistoria «privada» de los sujetos. The Buenos Aires Affair narra los dos últimos días en la vida de Leo Druscovich. Entre el 30 y el 69, entre el golpe y el Cordobazo, se plantea el escenario de esta historia sobre el enigma de una serie de desapariciones, pistas falsas y obsesiones sexuales. La figura del detective cederá su lugar al psicoanalista, y la búsqueda para desentrañar un crimen se transformará en un modo de revisar la coyuntura nacional. Los ultrajes varios, la violencia sobre los cuerpos individuales y sobre el cuerpo social, la ausencia de los cuerpos, las mentiras oficiales y los secretos familiares entretejen una trama de seducción, psicoanálisis y fascismo. En The Buenos Aires Affair la amenaza es permanente y el thriller sentimental se torna político. La desmesura y el sarcasmo, el relato onírico, la parodia del policial y el sadismo funcionan como los moldes propiciatorios del futuro terrorismo de Estado. Novela negra en más de un sentido. Novela imprescindible.
Londres. Años sesenta. La ciudad está en plena ebullición: la música pop irrumpe en escena acompañada de la ansiada libertad sexual y gángsters y celebrities se dejan ver en los lugares de moda rodeados por un enjambre de reporteros sensacionalistas. Pero tras los flashes se esconde un mundo de drogas, violencia y corrupción política, cuyos hilos mueve Harry Starks con suma habilidad. Cinco personajes —un ex amante chapero, un aristócrata de vida disoluta, un delincuente de poca monta, una actriz fracasada y un criminólogo— desgranan la vida de este gángster maniaco-depresivo, mitómano y aficionado a los trajes hechos a medida, y son testigos de actividades que a menudo traspasan los equívocos límites de la ilegalidad.
Frank Taylor, un novato ambicioso y con tendencia a la corrupción, y Dave Thomas, un detective honrado, forman parte del dispositivo policial especial encargado de limpiar el West-End londinense de buscavidas, estafadores y chicas fáciles durante el Campeonato del Mundo de Fútbol de 1966. Durante un control rutinario algo se tuerce, y Frank y Dave son destinados a otra operación. Poco después, el brutal asesinato de tres policías conmociona a la opinión pública inglesa: Dave es uno de los policías asesinados, y Frank no puede dejar de pensar que su muerte es una tragedia provocada por él mismo. Sin embargo, para Billy Porter, autor material de los hechos, todo forma parte de un plan que salió horriblemente mal y supone el comienzo de una rocambolesca huida que pondrá en jaque a la policía. Un joven periodista sigue el caso de cerca. El crimen es el golpe de suerte que estaba esperando y un revulsivo para unos instintos siniestros que no puede resistir. Ambiciones personales, bajos instintos y acciones desesperadas se entretejen magistralmente en la segunda novela de Jake Arnott.
Con su instinto asesino controlado, Tony Meehan malvive escribiendo para delincuentes de poca monta. Tras ver Pulp Fiction, Julie McClusky decide buscar por fin al asesino de su mafioso padre. Mientras tanto, las fiestas rave y las pastillas de diseño viven su época dorada. Cuando una jovencita muere, comienzan los problemas para Gaz, artífice del flujo eterno de pastillas. Sus vidas están ligadas a la de un hombre: Harry Starks, british psycho implacable, mitómano y cockney.
Seis de diciembre de 1941. Estados Unidos se encuentra al borde de la Segunda Guerra Mundial. La última esperanza de paz salta por los aires cuando los escuadrones japoneses bombardean Pearl Harbor. Hasta ese momento, Los Ángeles ha sido un refugio inestable para los ciudadanos americanos de origen japonés, pero ahora la locura de la guerra y una creciente escalada de rencor se apoderan de la ciudad. En este ambiente de miedo y sospecha, el hallazgo de los cuerpos sin vida de una familia nipona de clase media pondrá sobre el tablero a una multitud de personajes: el astuto y ambicioso capitán del departamento de policía William H. Parker, el brillante químico forense japonés Hideo Ashida, una jovencísima y atrevida Kay Lake, el exboxeador Lee Blanchard, el policía Bucky Bleichart y el detective de homicidios irlandés Dudley Smith, todos ellos viejos conocidos de las novelas anteriores de Ellroy. Con este libro, Ellroy regresa a los escenarios de su ciudad natal y al universo de su ya legendario Cuarteto de los Ángeles, pero si la acción de este ciclo novelístico transcurría entre 1946 y 1959, la del nuevo cuarteto, que arranca con Perfidia, da comienzo en 1941 y recorrerá los años de la Segunda Guerra Mundial.
Enero de 1942. Los Ángeles se tambalea después del shock de Pearl Harbor. Lluvias torrenciales azotan la ciudad. Las autoridades detienen y confinan en campos de internamiento a los japoneses afincados en Estados Unidos. En Griffith Park un cadáver queda al descubierto tras un corrimiento de tierra. Los policías creen que es un caso de rutina. Se equivocan. Es un primer augurio de que el Caos se avecina. Hay un violento incendio y un robo de oro. Hay traición quintacolumnista en suelo americano. El propio país engendra nazis, comunistas y estafadores dispuestos a hacer negocio a costa de las diferencias raciales. Es el auge del populismo. Aparecen dos policías muertos en un tugurio a un paso de los clubes de jazz. Y tres hombres y una mujer asisten a una importante cita con la Historia. Elmer Jackson es un agente corrupto de Antivicio. Es proxeneta y recadero del jefe de policía de Los Ángeles. Hideo Ashida es un genio de la química forense y víctima del odio a los japos. Dudley Smith es un hombre duro del Departamento de Policía que ahora trabaja en el Servicio de Inteligencia del Ejército; va a la suya y ha desarrollado inclinaciones declaradamente fascistas. Joan Conville ha ido siempre a la suya: teniente de la Armada, ha abandonado la carrera militar y ahora es una ventajista descarada que saca provecho de la guerra. Por momentos atroz, tierna y elegíaca, Esta tormenta es la magistral continuación de Perfidia y forma parte del segundo Cuarteto de Los Ángeles, donde Ellroy recorre los años de la Segunda Guerra Mundial explorando sus aristas más brutales.
The Wire es el relato de la brutal guerra de desgaste entre las fuerzas policiales de Baltimore y los principales traficantes de drogas de la ciudad. Pero, en realidad, la historia que nos cuenta The Wire es la de una difuminación: entre el bien y el mal, la justicia y la injusticia, lo legal y lo ilegal, lo correcto y lo erróneo. A lo largo de cinco inolvidables temporadas asistimos al retrato infinitamente rico, denso, detallado y estratificado de una ciudad media norteamericana: desde los camellos más jóvenes que protegen y rentabilizan sus esquinas hasta los trabajadores del puerto que se enfrentan al paro, pasando por las crispadas relaciones entre los representantes del sistema educativo y los ennegrecidos salones del poder político o el derrumbe progresivo de la estructura contemporánea de los medios de comunicación. Finalmente, The Wire da cuenta del derrumbe de un Imperio y de las terribles consecuencias para sus ciudadanos desde una infinidad de puntos de vista.Errata naturae editores ha querido entrar en el «negocio» distribuyendo 10 nuevas dosis para todos los adictos a la serie. Y de la mejor calidad: la magnífica introducción al volumen escrita por David Simon, creador de la serie; un relato inédito del escritor George Pelecanos, uno de los más aclamados guionistas de The Wire; y contribuciones de otros destacados escritores y pensadores de ambos lados del Atlántico.
Sin esperarlo, mientras va en bicicleta a casa en donde tiene su librería y biblioteca de préstamos en Bray-in-the-Marsh, Theodore Terhune frustra un ataque contra Elena Armstrong. Un grupo de hombres buscaba algo en su bolso. Durante las próximas dos semanas, Terhune obtiene información de Elena y su jefa, Lady Kathleen Kylstone, y descubre siete pistas que conducen a un gran crimen que tiene sus orígenes en el pasado secreto de dos familias.
Acabado el apartheid, Thobela Mpayipheli, el protagonista de las novelas de Deon Meyer, por fin se ha podido refugiar en el anonimato. Vive junto al hijo que ha adoptado, una vez que desde el Gobierno y la Policía le han dejado en paz. Hasta que en una gasolinera su vida se tuerce de nuevo. Hace frente a dos atracadores, pero matan al niño. Detenidos y encarcelados, los dos delincuentes lograrán escapar.Thobela, el cazador, el poderoso guerrero xhosa y temido exagente de la KGB y la Stasi, no se quedará con los brazos cruzados. Las ejecuciones tendrán lugar con una lanza azagaya. Así lo ha decidido, transformado en un ángel vengador en defensa de la inocencia infantil.El inspector Benny Griessel, deberá impedir que Thobela siga ejecutando a pedófilos y asesinos de niños. Pero el secuestro del hijo de Benny dará un giro a su destino. ¿Y si en vez de entregar a Thobela, a cambio, se alía con él?
Con «Los crímenes de Cater Street», Anne Perry inicia la serie de novelas que tienen por protagonista al inspector Thomas Pitt, un discreto policía londinense destinado a desentrañar, en plena época victoriana, los horrendos crímenes engendrados por una sociedad reprimida e hipócrita. En esta ocasión un barrio de clase acomodada se ve sacudido por un sanguinario asesino. Las víctimas son siempre mujeres jóvenes y aparecen brutalmente estranguladas. En su investigación, Pitt encuentra el apoyo de Charlotte Ellison, una encantadora muchacha disconforme con las rígidas actitudes de su clase social.
En «Los cadáveres de Callander Square», segunda novela de la serie del inspector Pitt, éste y Charlotte Ellison forman ya pareja, tanto en la vida como en las investigaciones policiales. El nuevo caso de Pitt se inicia con el hallazgo de dos recién nacidos enterrados en una elegante plaza londinense. Pitt choca con el rechazo del distinguido vecindario, reacio a airear sus oscuros secretos ante un simple policía, y es Charlotte quien, aprovechando su aristocrático origen, debe hurgar bajo el caparazón de respetabilidad de las clases altas. Anne Perry destaca como auténtica experta en la época victoriana.
En una elegante calle londinense se perpetra un horrendo crimen: Fanny, una joven de diecisiete años, es violada y asesinada brutalmente. El caso se asigna al inspector Pitt quien, como en otras ocasiones, se sirve de su perspicaz y aristocrática esposa Charlotte para penetrar en el hermético mundo de la alta sociedad, donde tras la fachada de respetabilidad encontrarán un enrarecido ambiente: supersticiones, vampiresas insaciables, alcohólicos, presuntos suicidios… y hasta ritos satánicos. Un excelente caldo de cultivo para los perversos planes de un sanguinario asesino.
Un hecho insólito sacude las calles de Londres: varios cadáveres exhumados aparecen en distintos puntos de la ciudad. El inspector Pitt sospecha que esta macabra profanación de tumbas no es obra de un simple psicópata, sino una cortina de humo para desviar la atención de la policía. El cadáver de un tal Godolphin, pintor de cierta fama, despierta de manera especial su interés, por lo visto, es el único que no murió por causas naturales.
Una muerte por envenenamiento trastoca una rutinaria investigación en una aristocrática zona de Londres. ¿Se trata de un accidente, de un suicidio? ¿O acaso de un asesinato? Averiguarlo será el objetivo del tenaz inspector Pitt y su perspicaz esposa Charlotte, y para alcanzarlo deberán recorrer un laberinto de adulterios, reputaciones dudosas y chantajes que la alta sociedad londinense oculta tras un velo de virtud irreprochable.
En una cloaca de los barrios bajos de Londres aparece el cuerpo sin vida de un adolescente. Para asombro de todos, la identificación revela que se trata del primogénito de una aristocrática familia. Cuando el inspector Pitt y su esposa Charlotte empiezan a investigar el crimen, tropiezan con las reticencias de los padres del muchacho, decididos a impedir que se aireen ciertas cuestiones escabrosas. Una vez más, el caso pone de manifiesto las contradicciones entre apariencias y realidad en la Inglaterra victoriana.
«Dos horas más tarde, el inspector Thomas Pitt cerraba la puerta del matadero e iluminaba el patio con su linterna. Miró el cadáver, que yacía tal como lo había encontrado el agente. Su aspecto a la tenue luz del amanecer incipiente era grotesco. Lo observó. El muerto no tenía el menor rastro de sangre en las manos. Incluso las uñas estaban limpias, lo que resultaba muy curioso en cualquier persona que frecuentara una zona como aquella...». En las brumosas calles del Londres victoriano se cometen varios asesinatos inexplicables cuyo turbio móvil remite a oscuras pulsiones sexuales. Solo el inspector Pitt, con la ayuda de su perspicaz esposa Charlotte, conseguirá esclarecerlos.
Por enésima vez, el crimen se apropia de los elegantes barrios londinenses y el inspector Pitt se ve obligado a intervenir. Sin embargo, en esta ocasión, se trata de un asesinato particularmente doloroso para el inefable inspector y su perspicaz esposa Charlotte, ya que la víctima es un familiar de Emily, la querida hermana de Charlotte. Pero la tragedia no acaba ahí, ya que a continuación se produce otra muerte en extrañas circunstancias…
Al inspector Pitt le encargan que reabra un espinoso caso cerrado tres años atrás. Se trata de la muerte en extrañas circunstancias de un hombre que trabajaba para el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuya viuda pretende casarse ahora con un colega de su difunto marido. Lo que el inspector y su sagaz esposa Charlotte ignoran es que detrás de todo ese turbio asunto hay un laberinto de vergonzosas relaciones sexuales e incluso un caso de espionaje internacional.