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Bolsilibros - Héroes del Oeste 33. La horca de todos, de Gordon Lumas

Novela, Aventuras

Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 34. Otra muesca, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

-Mejor será, forastero, que no te muevas. Te tengo encañonado. Levanta las manos. 
El aludido movióse lentamente, después de obedecer en lo que a las manos se refería, y miró a quién le habló, diciendo: 
—No es costumbre recibir así a los forasteros en el Oeste; voy de paso y no me preocupan esas diferencias que al parecer existen entre algunos ranchos de esta comarca. 
—¡Cállate! Eres uno de los que asaltaron la diligencia la última semana; Lewis Cromwell te ha reconocido. Es la tercera vez que eso ha sucedido y siempre que llevaba dinero en abundancia. Alguien os informa de este movimiento de dinero. Posiblemente algún empleado de Michael habló más de lo debido. Sabremos quiénes son vuestros cómplices. 
—¿Sabes lo que creo?


Bolsilibros - Héroes del Oeste 35. En Nevada sólo hay plomo, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Recreábase contemplando la sombra que su cuerpo proyectaba sobre la minúscula y semidesértica vegetación, al tiempo que, echando hacia atrás el ancho sombrero tejano, miró el caballo que acababa, después de un supremo esfuerzo, de morir en el momento en que más lo necesitaba.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 35. La muerte iba con él, de Gordon Lumas

Novela, Aventuras

Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 36. Los jinetes de la ruta, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Una de las ciudades de las que más se ha escrito es, sin duda, Dodge City, la ciudad que no tuvo más ley que la que imponían aquellos hombres audaces después de varias semanas de una vida dura en lucha titánica con los elementos y con la tozudez del ganado. Dodge City no era el remanso para que hallaran la paz y descanso aquellos seres, sino el lugar en que las pasiones contenidas se desataran excitadas por unos alcoholes ínfimos y por otra serie de tentaciones.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 36. Tan querido como la peste, de Gordon Lumas

Novela, Aventuras

Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 37. Como los buitres, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Le pisó la mano sin compasión para evitar que aquel pistolero alcanzara el arma. Si conseguía empuñarla era hombre muerto, porque él estaba desarmado... y sabía que su enemigo no vacilaría en asesinar a sangre fría...


Bolsilibros - Héroes del Oeste 42. Al oeste de Colorado, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

—Este barco, como todos, embarca las más heterogéneas personas y cada uno de los que viajamos somos un verdadero misterio para los demás. Decimos lo que nos parece o nos conviene y ocultamos lo que nos interesa. Unos vamos de verdad en busca de fortuna; otros huyendo de un pasado, indiferentes a lo que suceda después. 
—¡Cállate, charlatán! Siempre que bebes un whisky nos colocas uno de tus discursos tan desagradables.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 44. Fundas bajas y colt del «38», de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Llamábanse Susan y Norma. 
No eran ya muy jóvenes, pero tampoco habían llegado a los treinta. 
El poco reposo, la vida en ambientes faltos de oxígeno, viciados por las emanaciones petrolíferas del alumbrado masivo, hacía envejecer a estas mujeres con gran rapidez, y el abuso de los tintes y maquillajes arrugaba muy pronto la piel de sus rostros. 
Los cuartos inmediatos se hallaban en el segundo piso de la casa, cuyo bajo estaba todo él dedicado a saloon.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 45. Vaquero sin montura, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Apoyando las dos manos en el suelo y echándose el sombrero hacia atrás el vaquero miraba con expresión triste, de máximo desaliento, al caballo que acababa de morir, lanzándole en su caída a varias yardas de distancia. 
El animal había resultado herido en la persecución, sin que el jinete se diera cuenta de ello, comprendiendo su error al suponer, como lo hizo horas antes, que no sabía manejar las armas aquel grupo de jinetes que le persiguieron por la llanura sin que pudiera explicarse la causa.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 50. La ley del río, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

No había medio de entenderse en aquel barullo tan intenso como había en el barco, especialmente en la parte de popa. 
Entre un mar revuelto de mercancías, los viajeros más heterogéneos deseosos de saber qué era lo que sucedía. 
El barco iba perdiendo velocidad poco a poco, hasta que al fin se detuvo frente a un islote pequeño que había en el río.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 51. La mascota de las Rocosas, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

La violentísima parada del tren, entre agudos chirridos metálicos, hizo que los viajeros fuesen lanzados Unos contra otros mirándose con ojos de asombro más que de molestia. 
Una demanda o interrogación muda había en cada mirada y las ventanillas, abiertas febrilmente, encuadraron rostros Renos de curiosidad. 
El tren caminaba junto al río Lodgepok y hacía poco tiempo que había salido de Kimball, la estación provisional que la Compañía propietaria del ferrocarril había instalado, al fin, después de una campaña en la que no faltaron las violencias.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 53. El sheriff de Dodge City, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Dodge City fue durante mucho tiempo la encrucijada de los caminos ganaderos que, ascendiendo desde el Sur, fueron buscando mercados a sus reses. 
Fue de las ciudades más populosas y de las más difíciles de dominar, pues era Dodge City el lugar de expansión para los conductores de manadas que tenían a esta ciudad como la Meca de sus limitadas aspiraciones.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 54. El pistolero de la ruta, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

El capataz de Albert Ferris miró satisfecho a su patrón. Este montó a caballo y se alejó de la casa para reunirse con su hijo Lamont Ferris. Harvis marchó al pueblo. Antes de entrar en El Cimarrón, se acercó al taller del herrero. Henry Walton, que así se llamaba éste, estaba distraído colocando las herraduras en el caballo de uno de sus clientes.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 55. Río Pecos, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Un hombre con las ropas olientes a oveja, entre los cow-boys de la pradera, suponía una nota tan discordante, que todos los que estaban en el bar, se retiraban asqueados del forastero, que sin preocuparse de los demás, bebía un doble whisky con verdadero placer. 
Mujeres ataviadas con sedas, volantes y percales, ponían una nota de alegría en aquélla policromía, de colores y babel humana.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 59. Un vaquero belicoso, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

El avance decidido y aun osado de borderers y pioneers[[](../Text/notas.xhtml#nt1)1] a través de los terrenos más heterogéneos y en lucha con todas las dificultades, fue tendiendo sobre la desigual topografía líneas asimétricas de caminos y veredas que con el tiempo y por la necesidad demográfica en un aumento constante de población con la secuela de servicios para su atención, se fue transformando en caminos más amplios para la diligencia primero y en asiento de los raíles después en lentos y rápidos ferrocarriles.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 65. «Arizona Dick», de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

—En este concurso sólo pueden triunfar los del «Ciclón», es cierto que son camorristas, pero también lo es que son los mejores cow-boys de todo Nuevo México. 
—Estáis demasiado encariñados con esos muchachos; no digo que no sean buenos cow-boys y hábiles jinetes, pero no son los únicos ni mucho menos. Han venido muchos forasteros, y recuerda lo que pasó el año último; también creíais que iban a triunfar en todo los del «Ciclón», y aquel muchacho desconocido fue derrotándoles en la mayoría de los ejercicios. 
—Sí, y ya viste lo que sucedió. Murió en una pelea frente a los del «Ciclón». 
—Yo no he creído nunca en esa pelea…


Bolsilibros - Héroes del Oeste 68. Marca de traición, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

En esta calle, que era océano de barro en los días de lluvia y de polvo, en los de sol, mediante los jinetes hasta la mitad de sus botas de montar y los mineros enterraban su calzado. 
Circunstancia esta que hizo construir ante todas las casas unos tramos de escalera que las aislaba de aquella calle. 
Frente por frente del Texas estaba el característico árbol que irónicamente era llamado de la Libertad y en el que solían poner a secar a aquellos ventajistas que, sorprendidos en sus trampas con los naipes no podían huir y a otra clase de ventajistas.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 69. Pólvora y cáñamo, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Descender de una belleza casi rústica como el lago Tahoe, de cuya visión es difícil olvidarse, a una vegetación escasa, casi nula o calcinada por un sol implacable, fue el contraste que el jinete experimentó, teniendo que colocar el pañuelo debajo del sombrero para proteger mejor la cabeza del calor reinante.


Bolsilibros - Héroes del Oeste 73. Pista perdida, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Besó el sheriff a su hija, respondiendo complacida a la caricia, y cuando la puerta se cerró, sentóse a su mesa ensimismándose en la corrección de los ejercicios. 
Pero se detuvo en su labor, y cruzando las manos sobre la mesa, pensó en todo lo que su padre acababa de decir, y por su imaginación pasaron los recuerdos de los años transcurridos en Cincinnati, donde la vida era distinta. Ella había asegurado a sus amigas de allá que el Oeste era encantador, con sus personajes nobles, de leyenda…