Verónica Sex es una famosa sexóloga que irrumpe en la vida de Susana proponiéndole un extraño fin de semana en compañía de un desconocido, David. Ella acepta al sentirse enormemente frustrada en su trabajo. En ese fin de semana, conecta a todos los niveles. Sin embargo, las cosas cambian al regresar a su rutina y, lo que en un primer momento resultaba ser una nueva oportunidad para encontrar el amor, se convierte en una pésima idea. ¿Por qué ellos dos? ¿Casualidad o algo más? Resuelve los misterios que entrama esta historia llena de situaciones comprometidas y mucha tensión sexual, o si no, siempre puedes escabullirte con solo decir: ¡Parchís!
Un quizá también puede convertirse en un para siempre.
Teo tiene una casa llena de cosas, pero siente que está vacío.
Oriana no tiene casa, pero siente tanto en su interior que le da miedo desbordarse.
Cuando se cruzan siendo solo dos niños, descubren en el otro lo que no sabían que se les había perdido.
Aunque, a veces, alcanzar aquello en lo que piensas cuando cierras los ojos solo es posible en ese lugar entre lo real y los sueños.
Porque él aún es invisible. Nadie lo ve.
Porque ella no sabe quedarse. Solo quiere huir.
Teo y Oriana son una galaxia perdida, una realidad que cuando alcanzas ya no existe, un reloj de arena al que nadie le dio la vuelta...
Teo y Oriana solo existen en un quizá.
Una sorpresa frustrada, un vuelo inesperado, una huida y un encuentro fortuito que cambiará las vidas de dos desconocidos.
Daniela Mendoza y Edward Dankworth coincidirán por casualidad en un vuelo de Londres a Madrid y dos años después, en Roma, se reencontrarán accidentalmente y ese encuentro desatará una serie de acontecimientos que los introducirán de lleno en una trama de espías, de contrabando, de secretos y mentiras. Una aventura trepidante por Roma, Madrid y Londres que los unirá para siempre.
«Ese vuelo de Londres a Madrid» es una historia de misterio y espionaje internacional, pero también es una historia de amor vertiginosa y apasionada en la que el destino, los aeropuertos, las casualidades o el azar jugarán un papel fundamental en la vida de sus protagonistas.
Iván, Conde de Gomares, joven alferez de navío, regresa a Madrid para disfrutar de dos meses de permiso tras un año de ausencia. Allí coincide con los Barones von Leistener, recién instalados en la capital. La joven Baronesa, Alejandra Dévila, comprometida con Gomares tres años antes y al que dejó para casarse con un millonario Barón sesentón, no está dispuesta a renunciar a su antigua vida de diversión, ni a sus conquistas... especialmente a Iván.
Ruth Haleví es una joven judía que, gracias a los ilícitos negocios de su padre, ha tenido la suerte de tener una educación aristócrata. Su padre, además del cultivo de su mente, también se ha encargado de escoger su futuro matrimonio. ¿Qué pensará ella de esta elección?
Camina, vive, ama y no tengas miedo de ir hasta donde te lleven tus zapatos. Mi vida a los treinta y cuatro era puro cine. Pero no por lo romántica, emocionante y apasionada, sino porque la sal de mi existencia se resumía en las horas que pasaba tirada en el sofá, viendo una y otra vez las mismas viejas pelis de amor. Con un trabajo basura, una vida sentimental extinguida poco después que los dinosaurios y teniendo a mi madre como compañera de piso, solo la ficción podía salvarme. Hasta que unos misteriosos zapatos pusieron patas arriba la apacible apatía a la que me había resignado y, también, todas las leyes de la lógica más racional. Lo sé; más parece cosa de cuentos de que de la vida real. Pero creedme cuando os digo que, a veces, un par de zapatos es todo lo que se necesita para pasar de ser una devoradora de películas románticas a convertirse en la protagonista del filme.
Pero aun así le pareció que aquel chico llamado Oliver tenía algo aprovechable, aunque solo fuera su simpatía. Y también, ¿por qué no decirlo? Su afabilidad que no parecía fingida ni mucho menos. —Llevo en la isla como veinte días —añadió él— y un día pasé por aquí y te vi. Desde entonces paso todos los días, unas veces por la mañana y otras por la tarde. Unas veces me ves y otras creo que no —y sin transición—. ¿Te molesto? ¿Prefieres que me marche? Yo no me como a nadie. Vengo siguiendo tu quehacer diario y me maravilla el afán con que trabajas y con que vendes. —Es que trabajo para vender —dijo Lía empezando a trenzar con el esparto una bolsa—. De no tener esperanzas de vender, no trabajaría.
Imagina: eres un tiburón de las finanzas estilo lobo de Wall Street, perteneces a una buena familia y siempre lo has tenido todo; por no hablar de que no hay chica que se te resista. Y cuando estás a punto de rozar la cumbre del éxito con las yemas de los dedos, lo pierdes todo... por tu culpa. Tu única salida es volver a empezar y ahí estás, con tu traje esnob, en un polígono industrial en tu primer día como ceniciento. Pero, tranquilo, Alejo, que este no es el cuento de siempre, ¿o tal vez sí?
Después de vender más de 4.500.000 ejemplares de sus obras Elísabet Benavent despliega en Esnob su virtuosismo narrativo para hablarnos de las relaciones de amor en un mundo frenético donde lo habitual es encontrar a la persona a golpe de match.
Esnob es una radiografía de las relaciones humanas mordaz e irónica, divertida y tierna, porque en este cuento lo de menos es el final.
—Gracias, —dijo Doni—. En realidad no quisiera ni hacer uso de un dinero que perteneció a mis padres, ni de lo que ellos tienen. Me gusta vivir la vida a mi aire sin estar supeditada al mandato de los demás y si solicito ayuda, estaré sujeta a esa misma ayuda. —Eso es lo esencial. No estar sujeta a nada. Doni volvió la cara para mirarlo. —Oye, Al, asunto sentimental, nada, ¿verdad? Al se echó a reír con desenfado. —Bueno, en realidad nunca se me ocurrió pensar en eso con respecto a ti, pero no estoy seguro de que un día te pida que seas mi íntima amiga. —¿Sin amor? Al volvió a alzarse de hombros.
No era mala persona tía Eulalia. Pero se hacía estúpidamente indispensable en la vida de Víctor. Bien que Víctor la quisiera mucho y motivos tenía para quererla. Huérfano desde muy niño, a la tía se lo debía todo. Sin dinero, sin demasiados amigos, Víctor sacó la carrera adelante gracias a la dama que hacía las veces de madre para él. Puso todo su dinero, y debía de tener bastante, a disposición del hijo de su hermano, y Víctor a su lado creció como un señorito, como un estudiante despreocupado, como un hijo de familia amorosa. Pero es que a la sazón Víctor tenía esposa y, sin embargo, la tía continuaba dentro de la vida, las costumbres y los mínimos deseos de Víctor como si aún estuviera soltero.
Juliet tiene 45 años y una vida un tanto mediocre: un marido con el que se casó de penalti después de que el amor de su vida la dejara plantada en el altar, un hijo parásito, una hija muy frivola, una madre que se pasa el día criticándola, un padre que acaba de salir del armario y un trabajo de bibliotecaria que nunca le ha permitido salir de su pequeña ciudad inglesa. A pesar de todo, hasta ahora había estado relativamente satisfecha con su modesta vida. Pero de repente todo empieza a tambalearse y, para colmo, reaparece Steven, su ex novio, que esta vez quiere pasar el resto de su vida con ella y le ofrece todo lo que el dinero puede comprar y una dedicación absoluta.
Esos acuerdos que no recuerdas” es una fascinante novela que incorpora elementos de ficción y romance, para aquellos que se intrigan por un amor eterno, la vida después de la vida, más aún, la vida antes de la vida. Con una historia que involucra un bello amor de juventud, situaciones asombrosas y existenciales, como abrebocas, se busca abordar de un modo simbólico temas que nos generan interrogantes, tales como el cielo, las almas gemelas, el destino, el universo, nuestro acontecer en el mundo, dando un giro para darles el lugar que le corresponden y despertar cierta actitud ante nuestra experiencia cotidiana en donde juega un papel importante el perdón.
Primera novela de la seria España: La división española, dirigida por Aitor, es enviada a Galicia para controlar el incremento de casos de brujería. Aitor conocerá a Nerea durante las fiestas del pueblo y comenzará con ella una relación no exenta de dificultades. Santiago es un sacerdote, exorcista, con gran experiencia en posesiones. Todo se complicará cuando la división tenga que hacer frente a una gran oleada de posesiones, la más escabrosa hasta el momento. “Las puertas del infierno se abrirán”, ese es el mensaje que repiten los demonios encarnados y que desconcierta a la división. Acompaña a la división española en su guerra sin cuartel contra un nuevo enemigo. La lucha entre el bien y el mal más absoluto jamás estuvo tan reñida.
Elena huye de un pasado tormentoso y se traslada a Lugo para comenzar una nueva vida. Allí conocerá a Miguel, uno de los cazadores de la división. Miguel se sentirá profundamente atraído por ella desde un principio, lo que provocará los comentarios de sus compañeros. “Las puertas del infierno se abrirán”, era el mensaje que repetían los demonios encarnados tras la oleada de posesiones acontecida en Monforte de Lemos, la más escabrosa hasta el momento. Tras esta, ahora la división se enfrentará a un nuevo problema. La leyenda del rey Salomón narra cómo este consiguió encerrar a 72 demonios en botellas. Uno de ellos, Astaroth, un querubín del trono de Dios, cayó convirtiéndose en demonio, el más poderoso de todos y el único con poder suficiente para matar ángeles y abrir las puertas del infierno. En nuestros días, Astaroth se halla confinado en una de esas botellas de bronce, si bien hay quien planea liberarlo. Así, la división española se verá obligada a buscar dicho recipiente y evitar la catástrofe. ¿Lograrán esta vez su cometido?
Valeria no supera el asesinato de Héctor, su hermano, pero debe cumplir la misión encomendada y la promesa que le hizo antes de huir de su mayor enemigo.
Un encuentro fortuito con Daniel y la división provocará que las dos sociedades secretas más importantes del mundo colaboren.
Entrenados por un ángel, iniciaran un viaje a Turquía para encontrar uno de los objetos más poderosos de la historia de la humanidad.
El grimorio del rey Salomón ha permanecido oculto durante milenios y contiene el hechizo necesario para encerrar a Astaroth de nuevo en una botella o bien abrir las puertas del infierno.
Una búsqueda contra reloj no exenta de peligros que será el inicio de un nuevo romance entre Daniel y Valeria, un romance protagonizado por dos fuertes personalidades donde ninguno de los dos dará su brazo a torcer.
¿Podrán hacerse con el grimorio antes que sus enemigos? ¿Conseguirá Astaroth abrir las puertas del infierno?
Sin reuniones y rodeado de playas desiertas, debería haber sentido pánico… pero no fue así
Silas Duran era un duro empresario aquejado de dolores en el pecho, úlcera y la firme creencia de que todo el mundo debería trabajar tanto como él. Pero mientras sobrevolaba el Caribe rumbo a una importante reunión algo salió mal y acabó atrapado en una isla paradisíaca.
La directora del único hotel del lugar, Hester Somerset, conocía bien a las personas como Silas porque ella había sido una de ellas. Dos años atrás, lo había abandonado todo: había cambiado el café y los antiácidos por la tranquilidad de unas increíbles playas de arena blanca. Pero eso era algo que no podía contarle a Silas porque la consideraría una irresponsable…
Lo que tenía que hacer estaba clarísimo… Sara Frazer no tenía opción. Debía entrar en casa de Adrián Saville en busca de pistas sobre el caso de su tío Lowell y, una vez dentro, no pudo evitar cotillear un poco… Ya antes de abrir la puerta de su casa, Adrián Saville sabía que había entrado alguien porque tenía un sistema de alarma especial que atrapaba al intruso dentro de la vivienda. Pero, cuando vio de quién se trataba, no se lo podía creer. Sara. Había soñado con ella porque sabía que era inevitable que se vieran, y estaba tan seguro porque sólo él sabía qué pistas estaba buscando Sara.
Era un hombre muy apasionado…
Cuando Griffydd DeLanyea desembarcó en Dunloch, pensaba que su estancia no duraría más de quince días. Pero Diarmad MacMurdoch, el hombre al que había ido a ver, no estaba sólo interesado en una alianza comercial…
Griffydd siempre había pensado que las cosas buenas les pasaban a aquéllos que sabían esperar y, ya fuera en la guerra o en el amor, prefería proteger sus sentimientos, pero jamás había deseado nada tanto como deseaba a la hija de Diarmad, Seona…
Ella necesitaba que la rescatasen…
Lady Genevieve estaba desesperada, tanto que incluso el seductor galés Dylan DeLanyea le pareció la respuesta a sus oraciones. Pero mientras decía sus votos frente a los invitados, sólo podía esperar que su guapo marido la perdonase algún día por engañarlo para casarse. Su esposa le pareció a Dylan una mujer con muchos talentos. De hecho, su inesperado matrimonio con aquella hermosa dama estaba resultando ser muy placentero…