¿De qué lado estarás?
Aíma es dulce, inteligente, buena y amable. Eso es lo que la gente piensa cuando la ve, pero lo que nadie sabe es que cuando cae la noche ella deja salir su verdadero ser. Un demonio que destruye mata y acaba con todo a su alrededor; cuídate porque una vez que estas en su mira nada te podrá salvar…
No había forma de evitar pasar el último verano antes de embarcarme en un viaje al otro lado del condado en la casa de mi padre, con quien llevaba años sin tener ninguna relación. Mi madre, en cambio, tenía una idea diferente y se sentó a hablar conmigo sobre lo que sucedería ese verano.
Con la llegada de una oferta para un viaje de trabajo, mi madre encontró la excusa perfecta para salirse con la suya y dejarme atrapada en un callejón sin salida. Me vi obligada a convivir con la nueva, pero no tan nueva, familia de mi padre, a la cual no conocía, mientras ella se encontraba al otro lado del océano. ¿Injusto? Por supuesto. Pero eso no era lo peor de mis males; incluso podría haber disfrutado del verano con mis amigos. Sin embargo, mudarme a la casa de un padre al que apenas puedo soportar, resultaba ser el menor de mis problemas, pues me llevé una sorpresa al descubrir que mi nueva hermanastra era la misma chica que me había odiado durante toda la secundaria. Y, para complicar aún más las cosas, el chico que me gustaba también formaba parte de la familia.
Desde el primer día, los rencores del pasado resurgieron y las tensiones eran evidentes. Intentar mantener la compostura se volvía un reto diario. Sin embargo, en medio de las peleas y el caos, comencé a notar pequeñas cosas que antes había pasado por alto. Mi hermanastra no era solo una chica llena de resentimiento, sino que escondía sus propios miedos y sueños, como cualquier persona. Y aquel chico que me atraía, mostraba una faceta que desconocía cuando estaba lejos de mis amigos. Compartir el mismo techo con ellos me permitió ver sus vulnerabilidades y virtudes, rompiendo la barrera de la animosidad.
Cuando Nathan Collins viajó a Nueva York, lo hizo con la convicción de que triunfaría como hombre y profesional. Sin embargo, su puesto como inspector pende de un hilo y su vida sentimental se acaba. Si no admite que necesita ayuda, y acepta la colaboración de Carmen Ramírez, no podrá cerrar el caso Imperio ni encontrar la felicidad que tanto ansía al lado de la mujer de la que está enamorado en secreto.
El inesperado regreso del narco Lyam Wells a Manhattan, supone el comienzo de una nueva era al lado del sanguinario Alexander Dücrov con el que debe aliarse para poder escapar con los bolsillos lo suficientemente llenos como para labrarse un futuro en el que se asegure una vida lejos de prisión o de una muerte segura. Sus planes empiezan a tambalearse cuando conoce a Kayla Hart, una mujer con las ideas muy claras y una personalidad desbordante. Será su carisma, su valentía y su arrojo los que comprometerán los planes del narco, a no ser que sean unos sentimientos más primarios los que le lleven a replantearse su futuro.
Nathan Collins y Lyam Wells son enemigos, son el bien y el mal. Dos hombres dispuestos a todo por conseguir lo que quieren trabajando en bandos contrarios sin saber que sus vidas no son tan diferentes, que comparten problemas, miedos y sentimientos. Adéntrate en las calles de Manhattan y descubre sus historias, solo así podrás saber de qué lado estás.
Año 1912, Elizabeth se embarca en el lujoso Titanic con su prometido, su padre y su hermano. Se dirigen a Nueva York, cuando el barco choca con el iceberg, la familia de Elizabeth pierde la vida en el naufragio.
Cuando llega a Nueva York, sus tíos le dan la espalda por ser hija de una mujer sin recursos. Elizabeth lejos de hundirse luchará por lo que le corresponde. En la lucha por recuperar su vida se encontrará con fantasmas de su pasado los cuales creyó perdidos.
Elizabeth entonces demostrará de qué está hecha y desafiará a una época que no ve bien que una mujer luche por sus derechos.
Aburrida de la vida que llevaba decidió dar un giro de 180 grados y comenzar de nuevo aunque el temor al cambio la asustaba y ni siquiera estaba segura del paso que daría. Necesitaba ser valorada y correspondida como una mujer y no como aquella adolescente de la secundaria enamorada por primera vez de un hombre que jamás reparó en ella y hasta se daba el lujo de menospreciarla.
El tiempo le demostraría lo equivocada que estaba y muy pronto se abriría al amor como una flor en primavera pero antes debería sortear una serie de obstáculos y olvidar un pasado repleto de incertidumbre y malos recuerdos que la atormentaban impidiéndole ser feliz....
Año 1624. Chinchón. Máximo, un joven de diecisiete años de edad, sueña con ser el nuevo médico de la villa. Para ello, dedica la mayor parte de su día a acudir a la escuela de la villa y a leer los libros que el sacerdote Venancio le presta. Una mala noche ve truncado su futuro por un error que le cuesta la condena a muerte, la cual consigue esquivar gracias a que una persona le salva la vida. Esto viene dado con una condición: acudir a la guerra para defender al Imperio Español. Allí, pasando por Toledo y luego por Breda, Máximo vivirá el poder del primer amor, de la amistad, la traición y de los choques emocionales que conlleva, en un adolescente, una guerra. Así comienza la nueva vida de Máximo.
Hay quienes piensan que la ficción es un sub-producto de la realidad, otros están seguro de que es justamente lo opuesto. Lo cierto es que en esta recopilación de cuentos tan variados como la vida misma, Rodríguez realiza un notable esfuerzo por mostrarnos ambos planos de este mundo y donde, a pesar de todas las magias y los romances inverosímiles, suele suceder que la realidad superará a la ficción. Porque etiquetar de inconcebible a un chico que asesinó a su amiga de la Atlántida o a una virgen que literalmente murió de tristeza puede volverse la parte complicada del asunto.
Tras la muerte de su madre, Annia y su familia se trasladan a Silverton, un pequeño pueblo en el estado de Oregón. Su vida transcurre bajo la más absoluta normalidad, pero todo cambia con la llegada al instituto de David, un chico misterioso que le mostrará un mundo muy diferente al que ella conoce.Junto a él y dos adolescentes más, se embarcará en una trepidante aventura llena de acción, suspense y misterio, que le permitirá viajar por diferentes países mientras lucha contra su acérrimo rival para conseguir los codiciados cristales de eybiamita que rigen el destino del mundo.La batalla entre la luz y la oscuridad se ha iniciado y, esta vez, solo habrá lugar para un vencedor.
Siempre me ha intrigado el ser humano y he procurado conocerle y entenderle. Yo era el ser humano que tenía más cerca. Creo que uno, cuando se conoce a sí mismo, conoce de un plumazo al 99% de la humanidad. Siempre hay un 1% de personas que se salen de ese patrón. En este proceso de conocimiento uno descubre las luces y las sombras del ser humano.
El libro intenta mostrar ese mosaico de cualidades que nos definen; unas muy loables y otras deleznables; la maldad, la ternura, la falta de escrúpulos, la fidelidad, la curiosidad, el honor, el valor, el miedo. Muestra como el deseo de venganza promueve una histeria colectiva que al final desemboca en una tragedia, cuyas consecuencias se proyectan en el tiempo.
Leer un libro ha de ser un ejercicio de complicidad entre lector y escritor. No es un dejarse llevar como cuando miramos una pantalla de televisión. Entre las líneas de todo libro subyace todo aquello que un autor quiere decir. A veces las circunstancias, el estilo, el momento, hacen que no venga a cuento escribirlo, pero ese pensamiento latente del escritor permanece con tal intensidad que se acaba expresando de alguna manera.
Hubiera sido formalmente más correcto comenzar el libro por el segundo capítulo. Pero es intencionado que no sea así. Tampoco es caprichoso que no se mencione quién es el “narrador” de la historia.
El libro alterna el pasado con el presente. Va desentrañando, por un lado, una tragedia que sucedió y cuáles fueron sus causas. Por otro lado, en el presente, la narración se mueve entre la posibilidad de que esa tragedia haya sucedido realmente o sea simplemente una leyenda que circula por el pueblo.
En 1982, Bill Buford subió a un tren en una estación rural, en Gales. El tren estaba en manos de un nutrido grupo de aficionados al fútbol que habían comenzado su metódica destrucción, las fuerzas policiales fueron incapaces de impedirlo. Antes de llegar a Londres, el tren quedó fuera de servicio. Bill Buford, norteamericano residente en Gran Bretaña, jamás había presenciado una conducta parecida entre los aficionados al fútbol: nunca había visto a un «hooligan» inglés, a un «vándalo». ¿Había alguien que realmente tuviese conciencia de lo que sucedía todos los sábados en todos los rincones del país? ¿Por qué no se había parado nadie a escribir en serio acerca de ellos? Durante los ocho años que siguieron -los años de las revueltas en los ferries que cruzaban el Canal de la Mancha, de las reyertas en la calle, en los alrededores de los campos de fútbol, de las tragedias de Heysel y de Hillsborough, de la violencia desatada en el Mundial de 1990-. Buford se aprestó a viajar con los hinchas. Viajó con ellos por Gran Bretaña, Italia, Turquía, Grecia y Alemania. Asistió a reuniones del National Front y fue testigo del saqueo de un pub. Vio apuñalamientos, escenas de violencia extrema -en uno de los casos, la violencia sólo pudo detenerse con la llegada de un tanque del ejército-. Conoció a personas con apodos tales como Pete Parafina, Sammy el Caliente, Cabeza de Piedra... Se hizo amigo de otros, muchos de los cuales están hoy en la cárcel: carteristas, tironeros, atracadores, traficantes de cocaína, comerciantes de dinero falsificado, e incluso conoció a uno que le arrancó a un policía el ojo de un mordisco.