Un asesino en serie tiene en vilo a la ciudad de Nueva York. Sus acciones no entran en los esquemas conocidos por los criminalistas. No elige a sus víctimas. No las mira a los ojos mientras mueren… No elimina a una persona en cada asesinato. Golpea masivamente. La explosión de un edificio de veinte plantas, seguida del descubrimiento casual de una vieja carta, conduce a la policía a enfrentar una realidad espantosa… Y las pocas pistas sobre las que los detectives trabajan terminan en callejones sin salida: el criminal desaparece como un fantasma. Vivien Light, una joven detective que esconde sus dramas personales detrás de una apariencia dura, y un antiguo reportero gráfico, con un pasado que prefiere olvidar, son la única esperanza para detener a este homicida. Un viejo veterano de guerra llevado por el odio. Un hombre que se cree Dios.
Tres mujeres asesinadas. Un pasado sin respuestas, un terrible secreto de la infancia. Una deuda en el presente, un futuro que desaparece. Una confesión....Mientras la inspectora Elisa Antuña descubre que su futuro desaparece, un antiguo caso sin resolver regresa a su vida, una nueva chica asesinada, un nuevo misterio sin pista. El pasado retorna para convertir de nuevo sus noches en pesadillas. Sin tiempo para pensar, Elisa debe actuar, no puede mantener sus fantasmas escondidos por más tiempo.
Los Ángeles, julio de 2018.Tessa Britton, una stripper de un club de Los Ángeles, está preocupada porque su amiga Katya ha faltado a clase de baile y tampoco contesta al teléfono. Al acudir a su casa, descubre su cadáver, junto con el de un misterioso hombre tatuado.Cuando la detective del LAPD Elizabeth Delgado, que lleva de baja casi un año, llega al escenario del crimen, el agente Michael Poulsen, del FBI, le comunica que la víctima es hija de Luka Maksimov, un líder de la mafia rusa que no dudará en enviar a un asesino a la ciudad para vengar su muerte.En un caso en el que cada uno convive con sus propios demonios, Tessa parece tener todas las respuestas.¿Era Katya el objetivo o la han asesinado para hacer daño a su padre?La guerra en Los Ángeles no ha hecho más que comenzar…
Un misterioso asesinato, que combina lo real con lo fantástico, marca el inicio de esta enigmática y absorbente novela, en la que el inspector Pablo Artuña, acompañado de la periodista Ana Torres, se verá envuelto en una inesperada y sorprendente trama. Un accidente imposible pondrá a prueba a nuestros protagonistas, provocando que afloren en ellos toda clase de sentimientos contrapuestos, iniciándose así una carrera contrarreloj por salvar sus vidas, aferrando a Pablo a un hilo invisible de pasión capaz de conectarlo con Ana a través de sus sueños. Zezengorri es un thriller con un ritmo absolutamente trepidante, entrelazando y atrapando al lector, capítulo tras capítulo, de manera audaz. Ahonda en los sentimientos de cada uno de los personajes, llevándolos al límite y sacando lo mejor y lo peor de cada uno de ellos, abocados a encontrarse en algún lugar del camino y dejar atrás sus diferencias para lograr salvarse mutuamente.
Un niño asiste, aterrado, a la tortura y posterior asesinato de su hermano y de su padre. ¿Cuál es su crimen? Haber nacido negros en la Sudáfrica del «apartheid». Años más tarde, el país ha cambiado y el niño también. Ahora Ali Neuman, de etnia zulú, es el jefe del Departamento de Policía Criminal de Ciudad del Cabo, pero no consigue olvidarse de aquel terrible crimen. Además, los suburbios de la ciudad ofrecen las calles más peligrosas del mundo y ahí es donde aparece el cuerpo sin vida de Nicole Wiese, hija de un famoso jugador de «rugby» local. La joven llevaba aparentemente una vida ordenada, pero los forenses encuentran en su cuerpo restos de una nueva y devastadora droga llamada tik. Ali Neuman deberá, junto al lugarteniente Brian Epkeen y al sargento Dan Fletcher, introducirse en el despiadado mundo de las bandas mafiosas dedicadas al tráfico de drogas, de la que forman parte antiguos militantes y defensores del antiguo régimen del «apartheid». Durante sus investigaciones descubren los métodos inhumanos de algunas compañías farmacéuticas que actúan con impunidad en los países africanos.
Un safari, explorando la antigua selva, un grupo de hombres jóvenes se ven envueltos en un crimen; ese evento envuelve sus vidas por años y años y las preguntas, ¿Quién lo hizo? y ¿Por qué?, quedan silenciadas por miedo al escándalo y por eso mismo los inocentes vivieron igual que el culpable.
No hay bestia tan feroz , publicada por primera vez en 1973, supuso el debut literario de Edward Bunker, singular escritor norteamericano tan afamado por sus obras como por su poco común biografía. Inspirándose en el conocimiento del ambiente criminal de Los Ángeles que su propia experiencia le procuró, Bunker da vida en esta novela a Max Dembo, un exconvicto en libertad vigilada después de ocho años en prisión. Su voluntad de llevar una existencia honesta, y de no volver a vivir entre rejas, chocará con un sinfín de obstáculos y se verá finalmente frustrada cuando, cansado y cargado de rencor, decida volver a la seguridad que ofrece, paradójicamente, el mundo del crimen. Sin romanticismo ni artificios, cruda y auténtica, No hay bestia tan feroz relata la rabiosa lucha por la supervivencia de un hombre acosado por los más inamovibles prejuicios sociales.
Sara Goldfarb, viuda cuyo contacto con el mundo se reduce a las horas pasadas delante del televisor en su modesto apartamento de Coney Island, fantasea con participar un día en un concurso televisivo. Harry, el hijo veinteañero de Sara, yonqui como su novia Marion y su mejor amigo Tyrone, sueña con abrir un café bohemio que permita a los tres abandonar el sórdido y desesperanzado mundo que los rodea. El inicio del verano trae las mejores expectativas: Sara recibe una enigmática llamada invitándola a participar en un importante concurso, mientras a Harry se le ofrece una oportunidad única de conseguir rápidamente el dinero necesario para poner en marcha su anhelado negocio: el tráfico de heroína. Sin embargo, el verano pasa, y el «deus ex machina» que debía alejarlos de la tragedia, termina por revelar su auténtico rostro y por arrastrarlos en un vertiginoso descenso a los infiernos. Con un estilo único y una crudeza sin precedentes en la reciente literatura norteamericana, Hubert Selby Jr. logra en «Réquiem por un sueño» retratar la angustia de una generación que descubrió sin saberlo la vertiente más oscura del sueño americano. Obra de culto, su adaptación cinematográfica en el año 2000 a cargo de Darren Aronofsky hizo de ella la novela más conocida de Selby.
Ernie Stark es un estafador y un yonqui, un delincuente de poca monta a quien los trajes de lujo, los coches veloces y las prostitutas con estilo hacen enloquecer. Su vida transcurre sin respiro en un submundo que conoce como la palma de su mano y que ni por sentimiento de culpa o deseo de redención querría abandonar. Obligado a colaborar con la policía para no verse de nuevo entre rejas, se da al doble juego con policías y delincuentes a fin de quitarse de en medio a la competencia y hacerse con un pequeño imperio de la droga.
Troy Cameron, criminal ampliamente respetado en los bajos fondos de Los Ángeles, embarca a dos viejos camaradas del reformatorio en un golpe de los que difícilmente rechazaría quien ha entregado su vida al crimen. Se trata de Gerald McCain, apodado «Mad Dog» por su conducta demente y violenta en extremo, y de Charles «Diesel» Carson, un grandullón que desaprueba el carácter atormentado e imprevisible de Mad Dog. A pesar de su mutua antipatía, ambos comparten una ciega idolatría hacia Troy, nacida en los años del reformatorio dada su poco común inteligencia. La sociedad está hecha y el plan es perfecto, sólo falta controlar los recelos de Diesel hacia Mad Dog, y tener a raya al segundo, algo que se presume extremadamente complicado. «Perro come perro» es una de las mejores novelas de Eddie Bunker, escritor ex convicto cuyo estilo genuinamente descarnado lo ha convertido en uno de los mayores exponentes de la literatura criminal.
Durante la Gran Depresión, en Corinth, Carolina del Norte, no hay mucho que el joven granjero Jack McDonald pueda hacer además de beber una cerveza tras otra. Sin un céntimo y con una amenaza de embargo, Jack no duda en aceptar el empleo que su viejo compañero de colegio Smut Milligan le ofrece en su recién inaugurado salón de carretera, un lugar donde se sirve alcohol de fabricación casera, se juegan partidas clandestinas de cartas y se alquilan cabañas por horas. El continuo desfile de paisanos por el salón proporciona a Milligan buenos rendimientos, a menudo en forma de dinero, otras veces en forma de averiguaciones que, llegada la hora de liquidar deudas para seguir con el negocio, podrían resultar de vital importancia. Cuando el astuto y codicioso Smut ponga en práctica su brutal plan, a Jack le resultará difícil mantenerse al margen. Publicada por primera vez en 1940 e inédita en castellano, «Mal dadas» podría ubicarse entre la cruda narrativa de James M. Cain y los primeros relatos de Ernest Hemingway. Una novela que, por su realismo sin concesiones y su lenguaje directo, resultó avanzada para el gusto de los lectores de su época, e impresionó a ilustres compatriotas como Raymond Chandler, Flannery O’Connor o George V. Higgins.
Tras la muerte de Edward Bunker en 2005, se encontraron entre sus papeles una novela inédita y varios relatos en los que el escritor angelino estaba trabajando, reunidos ahora bajo el título de uno de ellos, Huida del corredor de la muerte.
Los relatos abordan algunos de los temas predilectos del señor azul de Reservoir Dogs : la vida entre rejas y su código no escrito, el sistema judicial y penitenciario norteamericano, la discriminación racial en la cárcel y la pena de muerte.
En San Quintín, fábrica de animales y quintaesencia del sistema de reclusión estadounidense, encontramos al joven de color Booker Johnson, sobre el cual se cierne, pese a la levedad de su delito, la pesada maquinaria penitenciaria alimentada por el racismo; a Eddie Johnson, impaciente por vengar a un amigo asesinado a sangre fría por un guardia; o a Troy Cameron, el protagonista de Perro come perro , en su último viaje rumbo a la cámara de gas. En el relato que da título al libro, la rutina de la vida en el corredor de la muerte salta por los aires cuando se materializa un desesperado intento de fuga.
Los años de dinero a espuertas y de una Irlanda próspera han terminado bruscamente con el estallido de la burbuja inmobiliaria, y Bob Tidey, un honesto policía que aún patea las calles de Dublín a pesar de sus más de veinticinco años en el cuerpo, investiga la relación entre los asesinatos de un banquero corrupto y de un delincuente de poca monta. Al poco de salir de prisión, Vincent Naylor, antiguo matón de un mafioso local, prepara un golpe cuya recompensa merece correr importantes riesgos. La monja Maura Coady, retirada y acosada por remordimientos y malos recuerdos, ve a través de la ventana de su casa algo que no puede ignorar; cuando dé el aviso a Tidey, se desatará una ola de furia y ciega violencia que podría arrastrarlos a todos.
A Rudy Black, maleante y chulo de baja estofa, el mono lo devora y cada vez le cuesta más conseguir las enormes cantidades de heroína que necesita para saciarlo. Rudy es uno de los habituales de la Escena, cierta zona de una ciudad sin nombre gobernada en la sombra por un traficante al que llaman el Hombre. Después de una ofensiva policial, el Hombre precisa refuerzos y le ofrece a Black el trabajo de camello que tanto andaba buscando. Sin embargo, las malas lenguas dicen que Rudy se entiende con los detectives Davis y Patterson de la Brigada de Estupefacientes. Para probar su lealtad, el Hombre le hace un encargo terrible y Rudy sabe que no puede fallarle. «La Escena», que combina elementos de la novela policial con una audacia expresiva y una crudeza raras para su género y época, supuso el debut en 1960 de Clarence Cooper Jr., escritor con una trayectoria breve señalada por el demonio de la adicción a la heroína.
Desde que saliera de la penitenciaría dublinesa de Mountjoy e intentara establecerse como delincuente por su cuenta, Frankie Crowe no había tenido suerte. Harto de golpes que a duras penas le daban para el alquiler —y que bien podrían ponerlo de nuevo entre rejas—, un ambicioso Crowe planea secuestrar a Justin Kennedy, un banquero que ha prosperado en los años dorados del Tigre Celta. Pero para ello necesita contar con la aprobación del temido Jo-Jo Mackendrick, antiguo jefe de Frankie y conocido mafioso local. Las reticencias de Jo-Jo no frenarán el ímpetu de Crowe, como tampoco lo hará descubrir que Justin Kennedy es un abogado y no un banquero. Aunque el secuestro va de mal en peor y la policía estrecha el cerco en torno a la banda de Frankie, este no está dispuesto a renunciar al rescate de un millón de euros y a dejar de ser un delincuente de medio pelo.
A sus treinta y cinco años, Bob Hughes lidera una banda de yonquis que ocupa su tiempo robando farmacias y pinchándose el botín de sus fechorías. Carismático y supersticioso, Bob es un ladrón de la vieja escuela con un peculiar código de honor: nunca obligaría a alguien de la banda a hacer algo que él no haría, y jamás vendería droga a otros. La policía de Portland, centro de operaciones de la banda, lleva tiempo detrás de Bob, pero sabe que la única manera de detenerle es pillarlo «in fraganti». Cuando Bob descubre que los detectives Gentry y Halamer lo están vigilando, decide darles una lección que no olvidarán y largarse de la ciudad. Fuera de su hábitat natural, la banda irá de mal en peor y Bob, cansado y afligido, se planteará por primera vez en su vida dejar las drogas. Escrita en la cárcel y convertida en película de culto por Gus Van Sant, «Drugstore Cowboy» es la única novela publicada del ladrón y adicto James Fogle.
La próspera Irlanda lleva una década enamorada de su propio éxito, pero en las calles de Dublín se siguen cometiendo los mismos delitos que antes y mafiosos como Lar Mackendrick campan a sus anchas. El inspector Harry Synnott lo sabe bien tras veinte años de servicio en la Garda Síochána, el cuerpo policial de la República de Irlanda. Aunque su decisiva participación en varios casos importantes le ha valido el respeto y la admiración de sus superiores, la mayoría de sus compañeros lo consideran un traidor por haber denunciado a otros agentes. Mientras investiga un posible caso de violación por parte de un chico de buena familia y trata de encerrar a un peligroso atracador largamente perseguido, un caso del pasado amenaza con destruir la carrera del controvertido policía.
René Shade, exboxeador que trabaja como investigador policial en la pantanosa ciudad de Saint Bruno, Louisiana, vive en el piso de arriba de los billares que regenta su madre y mantiene una tensa relación con su hermano Tip, propietario de un bar frecuentado por maleantes.
Un prometedor concejal ha sido brutalmente asesinado en su casa y Shade está convencido de que se trata de un ajuste de cuentas. Sin embargo, sus superiores y el alcalde no quieren escándalos y presionan a René para que traten el caso como un robo que acabó en tragedia.
La investigación conducirá a Shade por el submundo criminal de la ciudad, gobernado con mano de hierro por mafiosos con influencia política, y un nuevo asesinato hará temblar la frágil convivencia entre los barrios de Pan Fry y Frogtown.
Primera novela de la Trilogía de los pantanos, Bajo la dura Luz (1986) supuso el debut literario de Daniel Woodrell, autor de Los huesos del invierno y, en palabras de Dennis Lehane, «el menos conocido de los grandes escritores norteamericanos contemporáneos».
Emil Jadick, cabecilla de una banda de exconvictos conocida como el Ala, quiere destronar al mafioso Auguste Beaurain, que controla con mano de hierro el submundo criminal de la pantanosa ciudad de Saint Bruno.
Tras un atraco a un local de Beaurain que acaba con el asesinato de un hombre, el capitán Bauer encarga al inspector y exboxeador René Shade que lo investigue. Lo extraño del caso es que Bauer quiere que trabaje con la ayuda de Shuggie Zeck, lugarteniente de Beaurain con el que Shade creció en las duras calles del barrio de Frogtown.
Aunque René no se fía ni un pelo de Shuggie y sospecha de las conexiones entre el mafioso y el alcalde de la ciudad, se verá obligado a peinar los bajos fondos de Saint Bruno en busca de los matones del Ala.
Los matones del Ala es, tras Bajo la dura luz , la segunda novela de la Trilogía de los pantanos protagonizada por René Shade.
A diferencia de su hermano Boyd, Virgil Caudill nunca se ha metido en problemas. Trabaja como basurero y solo aspira a comprar la vieja cabaña de su padre y a casarse con su novia del instituto.
Sin embargo, su vida da un vuelco cuando Boyd es asesinado. El código no escrito entre la gente de los cerros de Kentucky establece que los Caudill deben vengarse, y todo el mundo —incluso el sheriff— espera que Virgil actúe. Agobiado por la situación y las consecuencias de una elección imposible, Virgil decide huir a Montana, donde conocerá a un inquietante grupo de gente armada que ni acata las leyes ni paga impuestos.
Publicada originalmente en 1997, la primera novela de Chris Offutt explora la necesidad que tenemos de pertenecer a un lugar y una comunidad.