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Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 15. El hombre de las tres caras, de A. G. Murphy

Novela, Policial

DURANTE el año actual, 1950, en Nueva York se había desencadenado una oleada de robos, raptos y asesinatos. Se inició con un audaz asalto a la casa de modas de Samuel Adams, situado en la avenida Sexta, en el mismo corazón de Manhattan. El atraco fue llevado a cabo por una banda compuesta de cinco individuos, y que por «Los Cinco» se la empezó a conocer a partir de aquel momento. En este primer hecho sólo una persona perdió la vida: Dora Green, la modelo más guapa del célebre modisto.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 16. Tánger, de Alf Manz

Novela, Policial

AZIM subía los peldaños de la escalera procurando no hacer ruido. Echaba de menos sus habituales babuchas, no se acomodaba a la vestimenta europea: la chaqueta le estaba estrecha por las axilas, la corbata le ahogaba y, sobre todo, los zapatos le oprimían los pies. Sacudía inconscientemente la cabeza, como si le estorbase el sombrero flexible.

Al llegar al rellano de la escalera se detuvo unos instantes, haciendo oído: aquel piso, con su largo corredor central iluminado débilmente, se le ofrecía, solitario, silencioso, en calma. Abajo, en el vestíbulo y patio del lujoso hotel, se escuchaba el rumor de una conversación ininteligible: el conserje estaría conversando con cualquier huésped trasnochador para matar el tedio de las horas nocturnas.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 18. Tragedia en Berlín, de Eddie Thorny

Novela, Policial

DE pie en el pasillo, John Baxter contemplaba el panorama que desfilaba ante sus ojos. No podía dominar una intensa emoción. A su memoria acudían en tropel los recuerdos. Atrás había quedado Spandau y el tren corría ahora atravesando con rapidez los arrabales del oeste de Berlín; dentro de quince minutos, de veinte como máximo, estarían en el centro de la ciudad. Recordaba perfectamente aquellos barrios por los que había pasado centenares de veces. Pero resultaba difícil reconocerlos. Por doquier se veían las huellas espantosas de la guerra. Todo el Intenso trabajo de reconstrucción realizado a lo largo de cuatro años no había bastado para reparar los estragos de la catástrofe. Grandes edificios de los que sólo quedaban en pie los muros exteriores ennegrecidos por el fuego; árboles tronchados por la metralla, puentes destruidos; manzanas enteras convertidas en solares, ocupados por barracones de madera donde se hacinaban centenares de familias.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 19. Alta traición, de Fred Baxter

Novela, Policial

EN las oficinas de la Dirección General de Asuntos Extranjeros, se trabajaba con gran actividad. Llegaban noticias contradictorias de la situación en China y según algunos Informes, el estado era caótico. Toda la cuenca del río Amarillo estaba en llamas, varias embajadas habían sido asaltadas y las colonias europeas y americanas emigraban buscando la salvación en la huida. El antiguo imperio del dragón sufría los zarpazos de la revuelta. Buques surtos en aguas territoriales habían sido cañoneados y el telégrafo no cesaba de lanzar mensajes en todas direcciones.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 21. El delator, de Alar Benet

Novela, Policial

En el cruce de la calle de Monroe y Dearborn en Chicago, álzase el magnífico edificio del First National Bank, el más importante establecimiento bancario de la ciudad. Eran las doce de la mañana y el sol lucía esplendoroso en las anchas aceras de las avenidas, festoneadas de árboles y de bien cuidados jardines.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 23. Destinos cruzados, de Alf Manz

Novela, Policial

Éste, con las mejillas encendidas, se arrellanó en el diván, tomando actitud de enojado por haberle rehusado la joven un beso. La devoraba con los ojos, mientras se llevaba la copa de champagne a los labios. Realmente la belleza de Beth era provocativa: de cabello rubio pálido, suelto, enmarcando un rostro delicioso, de facciones exóticas, como si llevase en las venas sangre inglesa y malaya. Tenía pómulos salientes y labios gruesos, que contrastaban con el color azul de sus ojos y el oro de su cabellera. Un llamativo y escotado vestido de tul malva con arabescos elegantes de lentejuelas plateadas, le contorneaba el cuerpo de líneas atrevidas.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 25. Una ciudad abierta, de Eddie Thorny

Novela, Policial

LA muerte de Conn OʼHara no produjo demasiada sensación en las gentes. Cuando le encontraron con cuatro balazos en el cuerpo, tendido en una callejuela de las afueras de Kansas City; ninguno de los que le conocían pareció extrañado. Conn jugaba con varias barajas a un tiempo. Era lógico que alguien descubriese sus manejos y que le diera su recompensa en plomo. La Policía no investigó muy a fondo el caso. En realidad, fuera quien fuese el autor del crimen había ahorrado trabajo a los tribunales y al verdugo. Los periódicos publicaron la noticia en cuatro líneas escondidas en una de sus últimas páginas, y el asunto debió quedar olvidado por completo a los tres o cuatro días.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 28. Doctor X (2ª Ed.), de Alf Manz

Novela, Policial

En la novela 'Doctor X' un herido y postrado G-man, imposibilitado para concluir la misión encomendada y autoimpuesta pide ayuda a un estafador sinverguenza, pero de noble corazón, al que traspasa el téstigo de su lucha, lo que demuestra que el ideal platónico de la Justicia es alcanzable por cualquiera que lo busque (además de que la hermana del agente herido ha trastocado un tanto el ánimo del truhán).


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 29. El coloso de hierro, de Alar Benet

Novela, Policial

EN uno de los palcos del Opera House, del suburbio de Harlem, dos hombres de edad madura charlaban en voz baja, sin prestar ninguna atención al espectáculo, animado por un bello ramillete de « glamours girls». Eran el senador Harold Wallman y el inspector del Federal Bureau of Investigation, Stephen Hadfield. El primero insistía, una vez más: 
—Sólo ustedes serían capaces de terminar con el actual estado de cosas. No me fío ni de los políticos ni de la Policía. Hay muchos millones destinados a comprar su silencio. Nadie ignora la perfecta organización de los sindicatos de juego ni aún los nombres de algunos de sus presidentes, camuflados en empresas o sociedades anónimas absurdas, y, sin embargo, éstos continúan su criminal industria, mofándose nuestras leyes. Jueces, magistrados y jefes de Policía son nombrados por la influencia de los sindicatos, y me consta que entre mis compañeros los hay a sueldo de aquéllos a quienes tenemos el deber de combatir. Créame, inspector, si el F. B. I., no interviene en este asunto llegará un momento en que sea demasiado tarde.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 32. Nueva York-San Francisco, de Anthony G. Murphy

Novela, Policial

El europeo que no haya visto llover en Nueva York, difícilmente podrá hacerse una idea, siquiera aproximada, de la furia con que suele hacerlo. Cualquiera diría que las cataratas del cielo se han desbordado y que un nuevo Diluvio Universal se desencadena sobre la tierra. Lenguas de agua, verdaderas trombas de agua, se vuelcan incansables, fustigando, con saña a la ciudad. La gente se arracima bajo toldos, viseras y portales de edificios; huyen hacia los subterráneos o bregan con el temporal como heroicos náufragos.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 33. Entre rejas (2ª Ed.), de Alf Manz

Novela, Policial

A la misma hora que se realizaba la ejecución, en una de las celdas de la galería D, como en todas las demás, los cuatro ocupantes permanecían despiertos, echados en las literas. Un par de literas, pendientes de la pared de la izquierda, superpuestas, y otras dos, en igual forma, pendientes de la pared de la derecha. La celda estaba a oscuras; solamente llegaba por entre los barrotes de la puerta el ligero resplandor de la lámpara de la galería.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 34. Muerte en el Caribe, de Alar Benet

Novela, Policial

LOS relámpagos iluminaban fantásticamente el paisaje de la zona montañosa que comprende de Rockampton a Brisbane, al norte de los llamados Alpes Australianos. El cielo parecía que iba a desgajarse, a juzgar por los estampidos horrísonos de los truenos. Del Océano Pacífico, un viento huracanado azotaba las cumbres de las grandes moles de granito, produciendo en sus oquedades y gargantas un sonido gigantesco, que el eco retransmitía a muchas millas. La lluvia azotaba las piedras, y en la espantosa noche, indiferentes a la fuerza de los desencadenados elementos, dos hombres, jinetes sobre otros tantos caballos, caminaban por un estrecho desfiladero, en donde corría el agua formando un pequeño riachuelo.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 36. El dueño del mundo, de Eddie Thorny

Novela, Policial

SERENO y majestuoso el «Constellation» cubría la última parte del largo recorrido. Bajo sus alas inmensas pasaban las tierras quebradas de Nueva Inglaterra; a la derecha se alzaba la cadena montañosa de los Allegheny con sus laderas cubiertas por espesos bosques de pinos y abetos; a la izquierda, el Atlántico, agitado y tormentoso, rompiéndose con fuerza contra los acantilados de la costa. Atrás había quedado Boston, con sus edificios trepando por las colinas que bordean la desembocadura del Charles River. Una hora más de vuelo y el avión rendiría viaje en las gigantescas pistas de cemento del aeropuerto de La Guardia.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 38. Filibusteros modernos, de Fred Baxter

Novela, Policial

VIRGINIA despidióse de Richard aquella noche, llena de angustia. La empresa que iban a intentar era demasiado peligrosa y temía no volver a ver al hombre a quién amaba con toda su alma. Lo besó apasionadamente, encargándole repetidas veces que fuera muy precavido. 
Un coche les condujo hasta los mismos acantilados. Iban Ku Kow, el viejo buzo, Bill, Albert Desmont, el muchacho y Richard. En la gasolinera les aguardaba Stefani. Uno de los criados de Bill regresó a la ciudad con el auto. 
La noche era soberbia; una de esas noches de los trópicos, clara y serena. Un cielo cuajado de relucientes estrellas era la bóveda inmensa, llena de grandeza. Los enhiestos picachos de los acantilados se reflejaban oscuramente en los abismos. 
La canoa arrancó cortando el agua con su quilla. El motor rasgaba el silencio impresionante. La isla fue quedando atrás, borrándose hasta formar un manchón indefinido.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 39. Palestina en llamas, de Frank McFair

Novela, Policial

El puerto de Famagosta estaba atestado de barcos. Había allí un par de transportes franceses, uno Inglés, dos pequeños navíos italianos y un cúter americano, además del «Florida», donde viajaba Dan Clayton. Éste, apoyado en la borda, observaba la ciudad, en la que se mezclaban confusamente les elementos modernos y las antiguas construcciones chipriotas. Cientos de campesinos habían llegado del interior de la isla, cargados con grandes jarros de vino a lomo de caballerías y con frutas y hortalizas para venderlas a los marineros.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 42. La promoción de la muerte, de Alar Benet

Novela, Policial

La promoción de la muerte es la historia más apasionante de contra-espionaje. Un auténtico alarde novelístico de ALAR BENET, el mismo autor de REBELIÓN DE LOS MUERTOS, EL DELATOR, EL COLOSO DE HIERRO y MUERTE EN EL CARIBE que tantos laureles alcanzaron a su publicación. La promoción de la muerte: Los agentes del F. B. I., luchan contra ocul¬tos espías en Estados Unidos, saboteadores vengativos que van demoliendo una obra nacional mediante las tretas más sucias y sangrientas que imaginarse pueda.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 43. Tinieblas, de Alf Manz

Novela, Policial

En la noche neoyorquina un terror mortal se extiende sobre la ciudad a la vez que sobre sus tejados sopla el viento helado del invierno. Nadie osaba salir de sus casas a horas avanzadas, porque en las tinieblas.

Alf Manz, presenta un ambiente sugestivo, originalísimo, con su peculiar maestría descriptiva de psicologías extraordinarias. Mueve los hilos de los personajes que se atreven a desafiar al misterioso «boss», que mata en la oscuridad sin descubrirse nunca.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 44. Espías en la noche, de Fred Baxter

Novela, Policial

LA calle Cuarenta y Tres, convertida en humano hormiguero, vibraba estremecida entre los discordantes aullidos de las bocinas, las estridentes campanadas de los ómnibus, el silbato de los policías de tráfico y el ensordecedor rugido de las muchedumbres, que como fieras sueltas se empujaban, corrían, vociferaban como energúmenos, y a veces brotaba el insulto o La frase despectiva, originando la intervención de los espontáneos que nunca faltan, hasta que les grupos se disgregaban para formarse de nuevo más nutridos y más espesos.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 45. Fidelidad, de Alar Benet

Novela, Policial

Un audaz agente del F. B. I. se adentra temerariamente en el laberinto misterioso de una intriga sorprendente. Su misión es resolver la incógnita, su misión le impulsa a cometer un acto heroico, de FIDELIDAD, que figura con letras de oro en los anales del F. B. I.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 46. Sin cuartel, de Anthony G. Murphy

Novela, Policial

Y yo prometo, señoras y señores, no descansar hasta ver limpia la ciudad de esos indeseables que a favor de una situación como la presente, medran como hongos venenosos y amenazan con asfixiar no ya sólo cualquier iniciativa de los ciudadanos de orden, sino nuestra propia vida. La voz de Johnson Rowley potente de por sí y aún mucho más en aquel momento en que docenas de altavoces la amplificaban por todo el ámbito del imponente coliseo (el Athenea Theatre), impresionó a la muchedumbre.