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Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 354. Destino implacable, de Frank McFair

Novela, Policial

La luz entraba por un muy amplio ventanal, pero era una luz tan gris, tan plomiza, que el alcalde, para examinar un documento, hubo de encender el aparato portátil que había al lado de su sillón en la sala de conferencias del Ayuntamiento. Las caras de los demás hombres presentes estaban casi sumidas en la penumbra.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 362. La muerte no suelta la presa, de Jan Hutton

Novela, Policial

El encargado del dormitorio arrugó el ceño. El cuerpo de una persona acababa de interponerse entre él y la luz. Pero era su trabajó. Sus dos manos sostenían un periódico de la noche. Se limitó a dejar el diario entre los dedos de una y alargar la contraria. Sólo cuando el recién llegado puso un papel sobre su palma extendida, el encargado levantó la vista, extrañado.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 363. Esclavos del delito, de Fel Marty

Novela, Policial

A You Thu Po, el criado de más confianza de Lin Shay Shu, le unía gran amistad con el joven Cian Kay Fu, sobrino de la vieja Si Wo Yong. Ambos nacidos en Chicago, pero ambos también hijos de padres oriundos del Celeste Imperio, eran chinos de los pies a la cabeza.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 368. Mi cabeza está en juego, de Eddie Thorny

Policial, Novela

ERAN las dos de la madrugada, llevaba bebiendo desde las siete de la tarde con el entusiasmo de quien acaba de atravesar un desierto; rondaba ya el punto de saturación y no confiaba demasiado en mis sentidos. La primera vez creí que el alcohol me jugaba una broma pesada, y cerré los ojos. Pero volví a abrirlos, y seguía allí, mirándome y sonriendo.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 384. Momento decisivo, de Bill O'Creigh

Novela, Policial

SAHIB Coen no ha vuelto, máster… Salió hace horas y no dejó ningún recado…» El recuerdo de las frases, dichas en tono dulzón por el sirviente indio, martillaban el cerebro de Max Baxter. Mientras corría por las desiertas callejuelas que separan Delhi, la antigua, de los modernos arrabales del Sur. Iba en busca de algo incierto y fantástico.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 394. 1 + 0 = 10, de Angelo de Tarturis

Novela, Policial

El tren se deslizaba hacia el Norte, atravesando las llanuras del Transvaal. Tenía como compañeros la Gran Carretera y un río diamantífero, amén de campos cultivados que mostraban la gama de distintos verdores. Ni una nube ensombrecía el risueño paisaje, y el desplazamiento del convoy era veloz en la línea inmutable. Recordaba una flecha embalada, en alas del sol, hacia la inmensidad. 
De repente… 
—¿Has oído, Mark? —preguntó un hércules, de pelo bermejo—. Diríase que la máquina anuncia su llegada a Pretoria… ¡Qué rápido!


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 397. Campeón del mundo, de Hermann Tellgon

Policial, Novela

LA campana del «gong» levantó a «Tigre» Carey como si una corriente eléctrica tomase súbito contacto con su cuerpo. Avanzó hasta el centro del «ring», la cabeza profundamente hundida entre los hombros poderosos, el brazo derecho adelantado, mientras que el izquierdo cubría su pecho, tensos los músculos, dispuesto a eliminar a su adversario en pocos minutos.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 399. Mientras tú agonizas, de Eddie Thorny

Novela, Policial

No llegué a Miami en busca del sol, sino huyendo de la sombra. Puede parecer lo mismo, pero significa algo diametralmente opuesto. Los que al acercarse el invierno marchan a Florida para calentar sus cuerpos con el cálido sol tropical, suelen ser millonarios; los que, como yo, descienden hasta la extremidad meridional de Estados Unidos, rehuyendo las sombras, disponen, a veces, de grandes sumas de dinero, pero por regla general no están en condiciones de explicar su origen, ni la Policía siente por ellos el reverencial respeto que le imponen los caballeros cuya firma basta para hacer pagadero un cheque de seis o siete cifras.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 400. ¡Valiente, Watson!, de Alv Cortroa

Novela, Policial

Número 400 de la colección FBI, que como era habitual celebraba las centenas con un número especial, con portada y contraportada y un mayor número de páginas (en este caso 192), lo que permite un desarrollo de la trama menos atropellado de lo habitual. Por eso, y por un hecho que considero insólito: la colección F.B.I resulta que tiene dos números 400; ésta reseñada, y otra del mismo autor llamada “Baxter el Aventurero”, con el número de páginas habitual. Puedo confirmarlo, pues poseo ejemplares de ambas, en perfecto estado. Misterios del bolsilibro, que hacen de éste un universo indescifrable y caótico.
Abbe Bradford, recién nombrado fiscal General del estado de Illinois, se encuentra en medio de un ambicioso procedimiento para acabar con la carrera criminal de Marlin Yoncalla, alias “el corso”, uno de los más sanguinarios y escurridizos gangsters de la ciudad de Chicago, y para ello cuenta con una abultada cartera donde guarda pruebas decisivas contra él que le llevarán a la silla eléctrica.
Cuando está a punto de salir de su domicilio rumbo al Palacio de Justicia donde se va a iniciar el proceso contra “El Corso”, televisado en directo para todo el país, recibe una llamada telefónica en la que le amenazan con matar a sus padres y a su prometida, secuestrados por los secuaces de Yoncalla, si no destruye de inmediato las pruebas que obran en su poder.
Bradford se dirige al juicio, decidido a cumplir con su deber, pero cuando el juez le da el turno de palabra, ante la atenta mirada de millones de telespectadores, dice que no se han podido reunir pruebas que incriminen a Yoncalla.
Al salir del Palacio de Justicia de Chicago, conduce a toda velocidad hasta Rexford, donde residen sus padres, encontrándose con un desolador escenario: su madre y su padre están muertos, asesinados de un tiro en la nuca, y su prometida, Shony, ha desaparecido sin dejar rastro, lo que sume a Bradford en una profunda desolación que le lleva a bajar los brazos y dimitir del cargo de fiscal general.
Aquí es donde aparece el Agente especial del F.B.I Peter Watson, alias “El Bravo”, que intentará por todos los medios impartir justicia, mientras que Bradford buscará simplemente venganza.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 404. ¡Warren ataca!, de Angelo de Tarturis

Novela, Policial

FRANK Warren vio perderse en la lejanía las luces de Pensylvania. Aunque Sylvia le creía poco propenso a expansiones sentimentales, no dejó de asociar aquellos puntos parpadeantes al recuerdo de la joven. No era preciso elevar los ojos al cielo para contemplar las estrenas. Debajo del avión de pasajeros, como dándole un adiós mudo y elocuente, cientos de luminarias le acompañaban al emprender el vuelo.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 423. Matanza infernal, de Angelo de Tarturis

Novela, Policial

Un cachalote mecánico se aproximaba al Círculo Polar, y doce esforzados cuidaban de que bucease a la mayor profundidad. La costra de hielo resultaba peligrosa, y mucho más las instalaciones de radar enemigas.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 470. La llamada del «gang», de Fel Marty

Novela, Policial

PARA Alf Bryan, la vida transcurría tranquila, feliz, en la pequeña ciudad de Danville, en el Estado de Illinois. Allí conoció a Eloísa, su mujer. Allí se habían casado, y allí habían nacido sus hijos. Allí tenía, en suma, cuanto amaba. La tienda de recambios de automóvil le daba ampliamente para vivir y, además, decía él, tenía sus ahorros, que nadie sabía exactamente a cuánto alcanzarían.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 498. La estirpe de Caín, de Eddie Thorny

Novela, Policial

El rostro redondo y sonrosado de Edward Fielder, jefe de policía de Lake Placid, reflejaba tanto asombro como incredulidad y desconcierto. Escuchaba con atento interés, procurando entender lo que decía su visitante, pero el relato parecía superar su capacidad de comprensión.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 508. Muerte en el FBI, de Herman Tellgon

Novela, Policial

Las pupilas de Curtis, puñales acerados, carentes de humanidad, parecieron congelarse aún más. 
El suave contacto de su dedo índice sobre la superficie del gatillo se hizo intolerable. 
Contrajo la mano súbitamente. Tres rápidas detonaciones, que resonaron apagadamente en la cerrada habitación, acallaron para siempre la voz del otro.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 510. Una peligrosa sonrisa, de Anthony G. Murphy

Policial, Novela

El tren se detuvo unas quinientas yardas antes de llegar a la estación, porque la luz roja indicaba que no se hallaba libre Ja vía. Walter Halloway manifestó: —Descendamos aquí, Edgar. El capitán Edgar Carridge, de la marina mercante, cogió de la rejilla su pequeño maletín y salió al pasillo, precedido por Halloway, su segundo oficial. Se apearon y se miraron entre sí.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 552. Misión de muerte, de Henry Keystone

Policial, Novela

TENGO un trabajo para ti, un difícil, complicado y duro trabajo… y solamente tú puedes hacerlo. Brander Weigel estiró las piernas por debajo de la mesa de su despacho y miró curiosamente al inspector Dutley Boldt, jefe de una División Territorial del F. B. I. —Me gustan los trabajos, pero cuando son sencillos, fáciles, sin complicaciones… y bien pagados —respondió. —No empieces a buscar motivos para «escurrir el bulto». Serás bien pagado…; tu cliente es el Estado.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 556. El tiempo es muerte, de E. Jarber

Novela, Policial

Aquel embrollo económico con asesinato lo había denunciado Cummings, por haberlo descubierto en el curso de una de sus actuaciones profesionales y porque el muerto era su hermano Clark. El F. B. I., encargó del caso a Ged, y éste, sin saber cómo, dejándose llevar por sus métodos violentos, había caído en una trampa tendida por una mano invisible. Gedeon Paskiewitz, se encontró acusado de contravenir la Ley, de malos tratos a personas inocentes, de allanamientos de morada, incluso de posible interés en no resolver el caso, y aún de embrollarlo. Aquello había ocurrido medio año antes.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 562. Babel del crimen, de J. Tell

Policial, Novela

LARRY dirigió una mirada circular a los reunidos. Le gustaba el grupo. Había seleccionado bien a los «muchachos». —¿Para qué nos quieres, Larry? —La voz de Bud Menzies parecía atravesar gruesos fieltros. Tiraba ferozmente de un puro por la comisura izquierda de la boca. —Esta vez se trata de algo muy serio —afirmó Larry, que se echó hacia adelante y apoyó los codos sobre la mesa. Sus azules ojos chispeaban de contenido regocijo—. De algo tan serio que justificará el que dejéis todas vuestras ocupaciones.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 567. El hombre de la Thompson, de B. Bryons

Novela, Policial

El resto de aquel día lo pasó el agente especial Guy Stacey metido en su habitación del Eddyville Hotel, echado sobre la cama y fumando lentamente. Sabía, ya a qué atenerse y su plan de acción estaba trazado.


Bolsilibros - F. B. I. (Ed. Rollan) 576. Peligro, F.B.I., de Frank McFair

Novela, Policial

SAM Adeanu era dueño de una droguería y fuente de soda en el trozo final de la calle 160, muy cerca del rio Harlem. Una noche de enero, cuando iba a cerrar el establecimiento, observó que alguien abría la puerta de éste y entraba.