Inglaterra, 1839. La recién fundada Distinguida Academia de Institutrices es una iniciativa valiente, obra de tres jóvenes damas de buena familia, bellas y arruinadas. La primera clienta de la Academia contrata a una de las fundadoras, lady Charlotte Dalrumple, para enseñar a sus desgarbados nietos las reglas de la buena sociedad. Pero cuando es presentada a la familia, Charlotte se da cuenta de que el padre, que se fue de Inglaterra a los quince años para vivir entre los beduinos, también necesita instrucción. El bien parecido vizconde Wynter Ruskin ha cedido a los requerimientos de su madre porque alberga sus propios planes respecto a la joven: necesita esposa y Charlotte cumple los requisitos a la perfección. Y mientras Wynter la introduce en el arte de la seducción, Charlotte enseña al obstinado vizconde cosas sobre las mujeres y su propio corazón de las que no tenía ni idea.
Las apariencias pueden esconder la posibilidad de un gran amor. Devon Mathewes, conde de Kerrich y director de uno de los bancos que gestiona fondos de la Corona, es sospechoso de haber cometido un desfalco. Para restablecer su imagen ante la reina Victoria, decide hacerse cargo de una niña huérfana y proporcionarle una educación mediante una institutriz. Hace tiempo que Pamela Lockhart, propietaria de la Distinguida Academia de Institutrices, se ha retirado de la vida social. Convencida de que nadie la reconocerá, oculta su juventud y belleza tras un disfraz de severa institutriz y se traslada a casa del conde con Beth, la huérfana escogida para el pupilaje. Allí comprobará que no está preparada para evitar la indudable atracción que siente por Devon, quien tampoco acaba de creer el imparable interés amoroso que siente por la institutriz de gafas gruesas y críticas lecturas morales. Un ardiente romance está a punto de comenzar.
Después de nueve años, la señorita Hannah Sterington ha decidido vender la Distinguida Academia de Institutrices para investigar en un pasado personal lleno de secretos. Para poder hacerlo ha accedido a ser la acompañante del tío del oscuro Douglas Pippard, lord Raeburn, un hombre del que se rumorea que ha asesinado a su esposa. La nueva tarea de Hannah no es más que un enrevesado plan trazado por Douglas para seducirla y vengarse de ella. Pero su satisfacción no durará mucho porque ella ha tomado las riendas y revive en él una pasión que no ha sentido desde hace nueve años. El fuego que siempre ardió entre ambos se aviva con cada roce, con cada mirada, hasta el punto de que Douglas casi olvida sus planes de venganza.
Desde que era solo una niña, Celeste ha tenido un ardiente deseo: casarse con Ellery Throckmorton. Pero ¿qué oportunidad tiene la hija de un jardinero de atraer a uno de los caballeros más ricos de Inglaterra? De todas formas, su estancia en la Distinguida Academia de Instritutrices le permite regresar a Blythe Hall con una educación refinada que complementa a la perfección su rabiosa belleza y parece colocar su sueño al alcance de su mano. Pero, cuando ya se ha comprometido con Ellery, la tentación cobra forma humana en Garrick, el serio y misterioso hermano mayor de los Throckmorton. Pues a pesar de que Celeste no soporta sus intromisiones constantes, no puede negar que su corazón se estremece cada vez que él le sonríe. Y la pasión que mantiene bajo un control formidable la está conduciendo a comportarse de una manera impropia de una dama...
Enid MacLean vive por fin una vida tranquila cuando recibe la noticia de que una explosión ha herido al esposo que pensaba, aliviada, nunca volver a ver. Aunque no le guste, acepta el deber de cuidarle pero, excepto por sus inconfundibles ojos verdes, el hombre al que ha de devolver la salud no es ni por asomo el que ella recuerda... Y él no recuerda nada. Desde el abismo de su amnesia, le tiende la mano a la mujer que cree su esposa, la tienta con ardientes palabras y una pasión asfixiante a las que ella no puede resistirse. Y mientras Enid rinde su corazón a este dolorosamente familiar extraño se pregunta cómo ha podido su marido convertirse en este hombre altamente seductor... y qué secretos guardará en su memoria perdida...
Cuando la señorita Samantha Prendregast lleva a Devil’s Fell para hacerse cargo de seis revoltosas niñas, la vibrante y sincera institutriz no esta preparada para lidiar con el alto, moreno y atractivo señor de la casa. Ella logra manejar a las niñas haciendo uso de su inteligencia, astucia... y algunos pequeños e inofensivos sobornos. Su padre viudo, el coronel William Gregory, no es tan fácil de engatusar... y sí muy fácil enamorarse de él, cosa que Samantha no se atreve a hacer.
En Halifax, Ciara Graham se enfrenta a una nueva vida. Desde la infancia, Mildred Nevill, una misteriosa inglesa que emigró a Nueva Escocia, la acoge en su casa como tutora y posteriormente como familia. En Ciara ve la posibilidad de vengarse de las personas que tanto daño le habían hecho. Por ello, instruye a la joven Ciara, ignorante de los planes de la dama; en las normas sociales, los buenos modales y en conocimientos sobre mercados y finanzas. Con dieciocho años debe viajar al condado de York, en Inglaterra, para ocupar su posición en la gran casa de Newby Hall. Allí se encuentra con el sobrino de Mildred y su hermana gemela Dorothy. En ella, Ciara descubre una personalidad perversa que intentará por todos los medios alejarla de Inglaterra. No sólo tendrá problemas en adaptarse a las personas con las que tendrá que convivir, sino también con la clase burguesa del país. La joven se enfrentará a un mundo encorsetado por reglas y normas que asfixian a las mujeres y no permiten el libre pensamiento de éstas.Andrew Somerset, hijo de Dorothy comenzará luchando en contra de una joven huérfana, a la que no cree capaz de llevar los negocios textiles y las tierras como los hombres sí saben hacerlo. Tras conocer, a la fuerza, a la joven Ciara, aprenderá duras lecciones y tendrá que rendirse a lo inevitable: el amor. El odio que ambos se ven arrastrados a sentir por el otro se diluirá con la fuerza de la atracción que existe entre ellos.Ambos tendrán que luchar más allá de las duras condiciones que Mildred se encargó de especificar en su testamento: bajo ningún concepto Ciara y Andrew podrán contraer matrimonio.Lo que en principio comenzó con la historia del amor truncado de Mildred, se cerrará con un apasionado amor entre Andrew y Ciara.
Valle, era una chica alegre graciosa y con tesón. Lo que se proponía lo conseguía. Había estado en los Servicios Sociales de Cádiz desde pequeña, cuando a su madre se la quitaron. Nunca supo quién fue su madre, ni su padre. Su madre, posteriormente supo que era drogadicta y murió cuando ella tuvo 8 años. Y no tuvo la suerte de ser adoptada. Y al salir a los 18 años, le consiguieron una beca y les dieron un dinero para empezar su vida, y estudió enfermería y trabajo. Dos trabajos a media jornada y los fines de semana. Apenas sin tiempo para divertirse, todo fue trabajar y estudiar. Tenía un sueño y una meta pro cumplir. Irse al acabar los estudios a California, unas vacaciones y encontrar un trabajo para quedarse allí. Y encontró un trabajo, pero no en un hospital, sino para un general de las fuerzas armadas jubilado. Así, conoció al nieto del general Alexander Cameron de procedencia escocesa y a su nieto Evan Cameron, comandante de la base área de Beale y una noche, se quedó embarazada de ese hermético comandante. Y ahí empezaron sus problemas. Él se casoó con otra y tuvo otro hijo. Pero su historia no acabaría así…
Después de varias décadas, Insólita, diseñadora gráfica, ha decidido encontrar el amor, venciendo todos los obstáculos de sus días. Jiménez, su confidente y compañero de oficina en una empresa de campañas publicitarias, se vuelve un cómplice fiel de Insólita para que no pierda su empleo, al notar el decaimiento de su colega tras años de espera de ese amor que aguarda. Ambos, Insólita y Jiménez, idean una manera para combatir esa larga espera.
—¿Sabes lo que te digo, Jack? Si las cosas se juzgasen así, pensando más en los hijos que en los padres, pocos divorcios iban a salir victoriosos o se acababan que es lo más importante. Cuando uno forma una familia, los que la forman tienen el deber de mantenerla viva, vigente y placentera. Pero los chicos de hoy nada más tienen un contratiempo, lo primero que se plantean es el divorcio.
Era la última virgen del lugar... hasta que se acostó con aquel guapo desconocido...
Él resultó ser el hombre de sus sueños: amable, dulce y con unos ojos que la desnudaban con solo mirarla. En sus manos, Cassie Edwards se convirtió en toda una diosa del sexo.
Se suponía que aquello sería una aventura de una sola noche... hasta que volvió a encontrarse con él. El amante misterioso ahora tenía nombre: Hunter Axon, el rico y despiadado empresario que iba a comprar su negocio. ¿Cómo podía haberse acostado con su mayor enemigo? Pero sobre todo, ¿cómo era posible que deseara tanto volver a hacerlo?
—¿Más tranquila, Molly? —preguntó Rex amable. Siempre parecía que le movía la cortesía, pero Molly dudaba de ello. Quizás como muchos otros intentaban apoderarse de la carne magullada que, a no dudar, sería más barata… —Lo intento —dijo cruzando las piernas y colocando el bloc en las rodillas. —Sin duda tu novio no te merecía —decía Rex apacible. —Yo le quería y no tengo por qué ocultarlo. Siento que el suceso sea del dominio público. —Un dominio público reducido —adujo Rex serenamente—. Al fin y al cabo lo sabemos en esta asesoría porque llevas trabajando aquí un montón de años. Pero lejos de estas paredes y estas oficinas, tu caso es uno más. Y hay demasiados casos parecidos al tuyo —y de súbito, sin transición—. Me gustaría invitarte a comer conmigo esta noche, si es que no tienes compromiso.
Llevaba cuatro años de médico en su ciudad natal, especializado en pulmón y corazón, por las mañanas en el ambulatorio de la Seguridad Social y por las tardes en la clínica particular de su padre, con el cual trabajaba, por tanto, por un lugar y por otro habían pasado montañas de personas y una pudo ser aquélla. —Un café —pidió Mónica Ríos recostándose en el mostrador. Freddy se acercó y se apoyó junto a ella. —Dos —dijo. Mónica lo miró y sonrió mostrando unos dientes blancos y nítidos. Freddy tuvo la sensación de que en otro lugar del país y en otro momento muy distinto, alguna chica como aquélla, o aquella misma le había sonreído así. —¿Nos conocemos? Mónica meneó la cabeza denegando. —A no ser por vernos todos los días haciendo deporte…
Si estuvieras cansada de que nada en tu vida fuera como debería ser… ¿Ocuparías el lugar de tu hermana gemela?
Melinda Jones decide suplantar a su hermana en su boda para cubrir su huida. No tiene nada que perder. Quiere dejar atrás a su exnovio, su falta de trabajo y sus sueños frustrados de ser una gran pianista.
Lo que no está dispuesta a aceptar, aunque sea por unos días, son las infidelidades de su «marido» o su falta de atención. Su hermana se merece lo mejor.
William McDermot no tiene especial interés en su boda. Es un mero trámite que obedece a intereses económicos de la empresa. Y hasta ahí estaría bien, pero de repente su novia parece otra. ¿Cómo se atreve a exigirle fidelidad? ¿Acaso está tratando de seducirlo para que ponga la empresa a su nombre? Eso no era lo que habían acordado y no le gusta que se rían de él.
Lo que iba a ser una sencilla relación de pareja se convierte en una unión mucho más fuerte que se les escapa de las manos, pero ¿cómo pararlo si ninguno de los dos quiere?
Ella necesita pensar. Él la invita a sentir.
Melissa Jones, agobiada y al límite de sus fuerzas, huye de sus obligaciones el día de su boda, y cambia el lugar con su hermana gemela. Vive en su piso, desayuna con su vecino y trata de mantener las distancias con su exnovio mientras intenta reorganizar sus ideas.
A Patrick Murphy le sorprende que, de un día para otro, su simpática vecina parezca triste, se haya vuelto ordenada y tome café.
A partir de ese momento, desencuentros, disputas y finalmente la realidad, salpicará a ambos, los zarandeará y les obligará a coger las riendas de su vida.
¿Hasta dónde está dispuesta Melissa a llegar por no revelar su identidad? ¿Qué pasará cuando todo vuelva a la normalidad si no hay marcha atrás en la atracción que sienten?
Elizabeth Bennet había rehusado la insultante propuesta de matrimonio del Sr. Darcy de la forma más severa, sin descubrir hasta después que había juzgado su carácter extremadamente mal. En Orgullo y Prejuicio, ella tiene una segunda oportunidad con él debido a un encuentro accidental en la hacienda de él, pero ¿qué hubiera ocurrido si ese encuentro nunca hubiera ocurrido? ¿Podría el Sr. Darcy recuperarse del golpe de perder a la única mujer que había amado nunca? ¿Podría Elizabeth perdonarse alguna vez por haber sido tan cruel con él? En esta corta variación de Orgullo y Prejuicio, Darcy sabe que no puede soportar estar en presencia de Elizabeth, así que la evita a toda costa, rehusándose hasta a asistir a la boda de su amigo Bingley porque sabe que ella estará ahí. Pero él no había tomado en cuenta los planes de su hermana Georgiana de curar el corazón roto de su hermano…
Se conocieron a punta de pistola, un comienzo muy apropiado para una atracción tan peligrosa, pensaba Grayson Wescott, marqués de Wroth. Y aunque siempre se había preciado de su legendario dominio de sí mismo, los encantos virginales de Kate Courtland habían derrumbado sus defensas y puesto fuego a su alma.
Para Kate, la vida de privilegios de la sociedad aristocrática no era más que un recuerdo lejano, y los apuros y estrecheces de la vida cotidiana eran su única realidad. Hasta la noche en que le disparó al marqués de Wroth y desató una pasión turbulenta y abrasadora que cambiaría sus vidas para siempre.
¿Se habría casado con ella sólo para preservar su buen nombre?
Sebastian Sinclair era exacto a sus honorables hermanos en todo, hasta en la manera de perseguir un amor intenso pero imposible. Y estaba claro que lo que había en su corazón no podía ser otra cosa, porque lo llevó hasta rescatar a una valiente y bella mujer de la nobleza española.
Doña Pilar sabía que aquel era Sebastian Sinclair, nadie excepto aquel intrépido inglés se habría atrevido a arrancarla de las manos de aquel monstruo y casarse con ella sólo para preservar su honor.
Toda su familia estaba maldita
¿Cómo explicar aquel aluvión de matrimonios entre los hermanos de Burgh? Robin de Burgh juró mantenerse soltero, a pesar de las ironías del destino, que empleó el asesinato para hacerle conocer a la elegida; la indomable Sybil, una damisela en apuros que aseguraba no necesitarlo.
Cuando las paredes del convento se convirtieron más en una prisión que en un refugio, la inquieta novicia Sybil supo que era hora de marcharse. Pero jamás imaginó cambiar su hábito por un velo de novia, ni siquiera cuando sir Robin de Burgh, un caballero insolente, le exigió que pusiera su vida, y su corazón, en sus manos.
¿Cuál era su secreto?
Destinada a terminar en un convento, Emery Montbard se disfrazó de hombre y se sumó a la causa del caballero Nicholas de Burgh. Miembro de una familia antigua y orgullosa, Nicholas tenía un fuerte sentido del honor que se vio desafiado cuando reparó en las provocadoras curvas de su misterioso acompañante
¿Era posible que Emery no se diera cuenta de que revelaba su verdadera identidad cada vez que se movía? Pero Nicholas también escondía un secreto; uno que ocultaba en el fondo de su corazón y que jamás podría revelar.