A Serena Lightfoot le parecía extraño que siempre que necesitaba ayuda, el cirujano Ivo Van Doelen pareciese tener la solución. Cuando la instaló en casa de su antigua niñera en Chelsea, Serena sabía que no podía quedarse mucho tiempo, ya que corría el peligro de enamorarse de él. Pero Ivo sabía lo que quería… simplemente necesitaba tiempo para que Serena llegase a conocerlo, y un matrimonio entre amigos le daría ese tiempo. Todo lo que tenía que hacer era convencer a Serena de que aceptase su proposición…
¿Dulce venganza?
Nick Konrads había hecho fortuna y había vuelto al mismo pueblo australiano que lo expulsó de su seno años atrás. ¿Su crimen? Haberse enamorado de la tierna, inocente y adinerada Suzannah, que había traicionado su amor.
Como nuevo propietario de la antaño gloriosa mansión de la familia de Suzannah, Nick pretendía hacerle pagar su deslealtad. Pero no podía negar los sentimientos que seguía albergando hacia ella. Y cuando vio por primera vez a la hija de Suzannah, de seis años de edad, la reconoció de inmediato: era su hija.
Roxy Warren estaba fuera del país cuando su hermana y su cuñado murieron. Su sobrinita, Emma, quedó a cargo del hermano de su cuñado, Cam Raebunr. Roxy estaba furiosa: Cam era un mujeriego y no sabía nada de bebés. Pero no estaba dispuesto a renunciar a la niña y le propuso a Roxy que se casaran para evitar la batalla legal por la custodia. Cam y Roxy se habían besado en una ocasión y él seguía siendo un hombre atractivo. Ella tenía un mes para darle una respuesta, un mes en el que tendrían que probar que podían formar una pareja y convertirse en unos verdaderos padres para Emma.
Lauren Richmond está decidida a ayudar a un niño huérfano cuyo único deseo, además del anhelo por una familia, es conocer a su héroe, el campeón de rodeo Rafe Dalton. Pero Rafe no está dispuesto a ser el héroe de nadie. Cuando Lauren le sigue la pista encuentra un cartel que dice NO ENTRAR en los portones de su rancho, y paredes de una milla de altura alrededor de su corazón.
Aun entonces, si Lauren no puede ayudar sí puede conservar la esperanza que si este terco y apuesto vaquero abre su corazón con un niño solitario, quizás también podría encontrar lugar en su vida para ella.
Grace Holbrook creía que no podía tener hijos. Sin embargo, milagrosamente, después de pasar una sola noche con Ford McCabe, se había quedado embarazada. Estaba encantada con la noticia, pero no le hacía ninguna gracia el empeño de Ford en casarse con ella, puesto que él ya la había abandonado una vez y nada le aseguraba que sus sentimientos fueran duraderos. Ford siempre había querido a Grace, incluso cuando era el rebelde del pueblo y nadie creía en él. Tras pasar varios años fuera y convertirse en un importante empresario, no pensaba esperar más tiempo para casarse con ella, aunque tuviera que fingir durante una temporada que únicamente lo hacía por el bien del bebé.
Cuando el padre de Matilda se jubiló, a causa de su delicado estado de salud, la familia Paige se vio obligada a iniciar una nueva vida, no exenta de privaciones, en Much Winterlow. A fin de mejorar la situación, Matilda solicitó el puesto de recepcionista en la consulta del doctor Henry Lovell y, aunque sabía que Henry estaba prometido con Lucilla, no podía reprimir la atracción que sentía por él. A pesar del deseo de Lucilla de vivir en Londres, Henry no estaba dispuesto a marcharse del pueblo y, a medida que conocía a Matilda, se sentía cada vez más intrigado por la joven...
Cuando el irresistible Hank Riverton dijo que necesitaba la ayuda de Angela Samuels, ¿cómo iba a imaginarse la eficaz secretaria que su jefe estaba hablando de matrimonio?. Y, sin embargo, se encontraba camino de Mustang, Montana, para hacerse pasar por la esposa del soltero más recalcitrante de la ciudad… Angela era hermosa, recatada y, lo mejor de todo, no suponía ninguna amenaza para la soltería de su jefe. Porque Hank prefería estar muerto antes que casado; pero viéndola en acción, sus principios de soltero empedernido empezaron a resquebrajarse. Habría llegado el momento de ascender a su secretaria a… esposa a jornada completa?
Cuando Griffin Sinclair anunció que Dora Baxter y él iban a casarse, ella se quedó extremadamente sorprendida... ¡sobre todo porque ni siquiera se lo había pedido! Griffin se había inventado aquel compromiso para evitar que su madre siguiera tratando de imponerle una novia y parecía que Dora no tenía más remedio que seguirle la corriente. Tendría que pasar mucho tiempo junto a aquel hombre tan atractivo, pero no le iba a resultar fácil, ya que llevaba años enamorada de él en secreto y no había nada que deseara más en el mundo que una proposición de matrimonio auténtica.
Maddy Delancy necesitaba a alguien que fingiera ser su novio, y su vecino, un soltero muy atractivo, era la solución perfecta. A Maddy no se le pasaba por la cabeza enamorarse de él, ya que el arrebatador Rick Lawson era un hombre ambicioso que estaba casado con su trabajo y parecía empeñado en no renunciar a su soltería.
Sin embargo, Rick interpretó el papel de atento enamorado de un modo tan convincente que ella no pudo evitar pensar en el matrimonio. Poco después, recibió el encargo de ocuparse de las flores para una boda en la preciosa granja de la familia Lawson, en el corazón de Australia. ¿Significaría aquello que Rick, un soltero empedernido, había decidido casarse?
La dulce Minerva Brodwick sabía que Judd Graham no se detendría ante nada para conservar la custodia de sus hijos, pero lo que nunca se imaginó fue que llegara tan lejos como para proponerle un matrimonio de conveniencia. Quería mucho a los niños y aceptó, pero, por desgracia, también se enamoró del padre. Judd daba por hecho que era insensible a los encantos de la niñera, pues había jurado no volver a entregar su corazón a una mujer. Pero cada vez que sorprendía la mirada enamorada de Minerva, sentía el impulso de hacerla suya. ¿Podría ese padre de familia cariñoso y gruñón enamorarse real, loca y profundamente?
Hutch Lonigan apenas tenía diez años, pero sabía exactamente lo que quería regalarle a su madre el día de su cumpleaños: ¡un hombre! Así que una mañana acudió a una agencia matrimonial de San Antonio, con sólo nueve dólares en el bolsillo, y exigió el mejor candidato disponible. A Ty Merrick, un discreto ranchero, le bastó mirar a Cassidy Lonigan para oír campanas de boda. Pero necesitaría mucho más que dulces palabras y besos para persuadir a esa testaruda mujer.
Garde Chevenay encontraba a su nueva empleada muy atractiva, pero no se atrevía a fiarse de ella. Hasta que no pudiera hacerlo, debía renunciar a la tentación... Sorrel James también intentaba resistirse al guapísimo empresario; sabía que tener una aventura con su jefe sería una locura. Sin embargo, intentar negar la atracción que existía entre ellos no hacía sino aumentar la tensión sensual. Cuando Garde descubriera el pasado de Sorrel, ¿seguiría queriendo dar rienda suelta a su pasión?
Ben no era consciente de cuánto amaba a Liv hasta que ésta anunció que se había enamorado de otro hombre. Pasaron tres años sin verse y una noche ella apareció en casa de él con sus dos hijos pequeños y sin un centavo en el bolsillo. Aún loco por ella, Ben la recibió con los brazos abiertos y el corazón lleno de esperanza.
Grey Calderwood se puso furioso al descubrir que su madre había dado trabajo a Lucía Graham, la mujer que lo había estafado. Ésta sabía que le había hecho daño, pero había sido la desesperación por ayudar a su propio padre lo que la había llevado a aquel extremo. Cuando se encontró con Grey, se produjo entre ambos una explosiva mezcla de antagonismo y ardiente atracción. Lucía no sabía si ese hombre orgulloso y poderoso llegaría a perdonarla algún día.
Después del ultimo desastre de una larga lista, Hope Latimore decidió que sólo le quedaba una salida: entrar en un convento. Eso o aceptar el trabajo de niñera que su padre le proponía.
El único problema era que, casualmente, su padre se había olvidado de mencionar quién sería su jefe: Ralph Browne, el hombre que durante los años del instituto había convertido la vida de Hope en un infierno. Comenzaba a pensar que habría sido mejor elegir el convento, pero de ningún modo podía dejar a los niños en manos de aquel papá soltero. Puede que Ralph fuera muy sexy, pero sabía de niños aún menos que ella.
Para lady Francesca de Lyle no había duda: entre los lujos de una mansión inglesa y los peligros del desértico interior de Australia, elegía lo segundo. Estaba enamorada del rudo Grant Cameron y junto a él encontraría todo lo que deseaba y necesitaba. Grant se sentía confuso. Quería a Francesca, pero temía que esta no soportara la dureza del medio y decidiera un día regresar a su mundo privilegiado en Europa. Aunque parecía dispuesta a aprender y demostraba ser valiente, no estaba seguro de si debía arriesgarse a pedirle que fuera su mujer.
Después de actuar como padrino en la boda de su amigo David, Josh Allard se reencontró con la antigua novia de David, Paige, cuando ésta estuvo a punto de atropellarlo. Paige, famosa por llegar tarde a todas partes, se había perdido la boda. A pesar de su aspecto frágil, seguía siendo la mujer más alegre, vital y... exasperante que Josh había conocido en su vida, así que la invitó a pasar una temporada en su casa en Londres. La atracción entre ellos no había desaparecido, ¿pero cómo podía estar seguro de que ella ya no pensaba en David... y estaba dispuesta a pensar en él?
El doctor Philip Grant se quedó muy sorprendido cuando se encontró con un viejo amor en el hospital en que trabajaba. Megan Hastings y él se habían separado por exigencias de sus estudios y, al parecer, el destino había decidido brindarles otra oportunidad. Tras su divorcio, Philip no se fiaba mucho de las mujeres pero, cuando se enteró de que Megan estaba gravemente enferma, se dio cuenta de que la necesitaba. Sólo le quedaba convencerla de que tenían un futuro juntos.
Max Jardine se comportaba siempre con Gemma como un hermano mayor, mandón y autoritario. Salvo una noche, cinco años atrás... una noche de la que no habían vuelto a hablar hasta que Gemma se mudó al remoto hogar de Max, en el corazón de Australia, para ayudarlo a cuidar de la hija de una amiga.
La imagen del atractivo y terco ganadero con un bebé en brazos confundía a Gemma. Del mismo modo que verla a ella como una mujer hecha y derecha alteraba a Max. Y la tensión aumentó cuando, finalmente, se enfrentaron al pasado...
Deanna Stephens necesitaba un trabajo y un lugar donde vivir, y el anuncio de Jay Master pidiendo una niñera interna parecía perfecto. Pero con solo echarle un vistazo a Jay y a sus dos adorables niñas, Deanna supo que su corazón estaba en peligro. Jay era un viudo con muchas reticencias a comprometerse de nuevo ¿Cómo podía Dee convencerlo de que no necesitaba sólo una mujer suplente, sino una verdadera esposa?