En la oscuridad de la noche, Lance Grayson llevó a cabo la misión de rescate más importante de toda su vida. Y cumplió su cometido a la perfección. Aunque la princesa Victoria de Thortonburg todavía estaba aturdida después de la terrible experiencia, su belleza era impresionante... Y era lo bastante inteligente como para preguntarse adónde la estaba llevando su salvador.
Tendría que conformarse con la casa de Lance, humilde pero segura. Mientras sus secuestradores anduvieran sueltos, Lance tenía el deber de proteger a Victoria Rockford... y de revelarle el secreto que cambiaría su vida por completo.
Lance no solía ser una persona compasiva , pero no pudo resistir el impulso de consolar a aquella mujer. Tendría que controlarse a sí mismo para no hacer a Victoria suya en todos los sentidos...
Julia Gracey tenía la firme convicción de que una mujer debía valerse por sí misma, por eso la enfurecía tanto que, cada vez que tenía un problema, el profesor Gerard van der Maes apareciera con la solución perfecta. Parecía empeñado en echar por tierra la independencia de Julia y hacerla sucumbir a la atracción que sentía por él. El momento decisivo llegó cuando Julia se quedó sin casa, allí estaba Gerard para ofrecerle una solución: el matrimonio.
Debería haber sido el día más feliz de su vida, pero a medida que Lydia se ponía su vestido de novia, supo que tendría que detener la boda. ¡La vertiginosa proposición de Jake fue excitante, pero todo lo que ella quería era oírle decir que él la amaba! Un año más tarde, Lydia se encuentra en el altar con Jake otra vez ¡Pero esta vez como dama de honor y no como la novia!. Jake aún es el mejor hombre y el único para Lydia. ¿Podrá él finalmente convencer a su impetuosa novia para que diga 'sí, quiero'?
Aunque Sara Blackstone amaba profundamente a su marido, él padecía una adicción que le hacía anteponer continuamente su trabajo a la familia y a ella. Por eso tomó la decisión de abandonarlo tan sólo un año después de su boda. Después de seis meses separados, Sara podía disfrutar de unas merecidas vacaciones. Pero la última persona que esperaba ver era a Alec. ¿Había cambiado? ¿Se había dado cuenta de que nada era tan importante para él como su esposa, que lo adoraba? Sara quería averiguarlo a toda costa. Al fin y al cabo, era su futuro lo que estaba en juego.
Saltar de un helicóptero para salvar vidas en la ajetreada ciudad de Londres no era nada apasionante para la doctora Hannah Morgan, hasta que se encontró con su nuevo jefe, el doctor Kyle Templeton... el mismo hombre al que había amado y perdido ocho años atrás. Era obvio que Kyle todavía estaba resentido por el modo en el que había terminado su relación; por su parte, Hannah se quedó estupefacta al descubrir que su antiguo amor era el padre de un niño de ocho años. Después de un tiempo teniendo que trabajar hombro con hombro con él, Hannah empezó a preguntarse si aquello no era una segunda oportunidad para empezar una nueva vida los tres juntos.
Candy Porter era una periodista dispuesta a demostrar que la imagen sexy de los cowboys era solo un mito sin fundamento. Pero lo primero que descubrió Candy fue a Tanner Carson, un hombre que echaba por tierra su teoría con su metro noventa y sus músculos de cowboy de Texas. Carson era un ranchero capaz de 'domar' a cualquier mujer de la gran ciudad. ¿Podrían aquellos dos caracteres tan diferentes encontrar el modo de dar rienda suelta a su amor?
La tímida doctora Mimsy Miles estaba convencida de que seguiría soltera el resto de su vida. Todos los hombres buenos de Nowhere Junction estaban ya casados, así que iba a ser imposible que ella encontrara a alguien. Pero un día apareció en el pueblo Lucas McRifle montado en su moto... Había ido allí con un solo propósito y no tenía la menor intención de quedarse más de lo necesario. Claro que tampoco tenía previsto enamorarse de la doctora del pueblo.
Kerith no esperaba que Tris Jensen le gustara tanto, sin embargo resultó ser un hombre muy agradable... ¡y muy atractivo! Pero había oído tantos rumores sobre él que decidió resistirse a sus encantos.Con lo que no había contado era con su arma secreta: su maravilloso hijo, que además deseaba que Kerith se convirtiera en su nueva madre. Si cabía la menor posibilidad de que las cosas entre ellos acabaran en boda, Kerith debía saber si todos aquellos rumores tenían algo de cierto. ¿Conseguiría que Tris confiara en ella lo suficiente como para contárselo... y que volviera a creer en el amor?
Para Emma Dawson, conocer al doctor Roele van Dyke había sido una especie de bendición, ya que era capaz de cualquier cosa por hacerla feliz. Emma ya no podía imaginar su vida sin él… Así que cuando llegó el momento de que Roele regresara a Amsterdam para siempre, se sintió incapaz de dejar allí a Emma. Por eso le ofreció un empleo en su nueva consulta. Pero ¿quería que fuera su secretaria… o su esposa?
Nada más conocer a Philomena Selby, el profesor James Forsyth se dio cuenta de que aquello era amor a primera vista. Pero Phil sabía que James estaba prometido y no tenía la menor esperanza de estar a la altura de una mujer tan sofisticada. Sin embargo, lo que James veía en Phil era su belleza interior, y estaba empeñado en convencerla de que era la única mujer con la que quería casarse.
Ally, la difunta esposa de Grant, había dejado una cinta de vídeo en la que le sugería que volviera a salir con mujeres después de su muerte.
Inmediatamente, él empezó a preguntarse con quién podría salir, quién iba a querer empezar una relación con un viudo con tres hijos... /p>
Lo que no había previsto era que su mujer también hubiera pensado en eso: le pedía que saliera con Jenna, su mejor amiga, pues estaba segura de que acabarían enamorándose el uno del otro.
Laurie había creído que su matrimonio con Rob era perfecto y que un hijo haría que su felicidad fuera completa. Varios años después, Laurie todavía no estaba embarazada y las cosas habían cambiado mucho: Rob trabajaba tanto que ella se preguntaba si estaba preparado para tener un hijo.Buscando tranquilidad para poder pensar, Laurie se marchó a Escocia; pero al cabo de sólo veinticuatro horas, Rob acudió en su busca para pedirle una explicación. Por arriesgado que fuera, Laurie estaba obligada a poner las cartas sobre la mesa y ver si el amor que sentían el uno por el otro superaba la prueba.
Mientras el heredero al trono continuaba en paradero desconocido, la princesa Ariane se ofreció para infiltrarse en el palacio de Rhineland y obtener información sobre un grupo de personas que se rumoreaba querían hacerse con el control de St. Michel. Su inteligencia y el amor que sentía por su país, por no hablar de su enorme belleza, hacían de ella la candidata perfecta para llevar a cabo aquel trabajo. El problema surgió cuando ella y el joven e irresistible príncipe Etienne se hicieron compañeros inseparables y todo el mundo empezó a pensar que entre ellos había algo más que amistad. ¿Quería eso decir que el príncipe había encontrado por fin a su futura esposa? Si así era, ¿qué ocurriría cuando descubriera que Ariane había sido despojada de su título?
Algo estaba ocurriendo entre la bella Lise, hija del difunto rey de St. Michel, y Charles Rodin, hermano del ex marido de ésta. Había rumores que afirmaban que Charles estaba intentando compensar a Lise por el daño que le había hecho su desconsiderado hermano gemelo... y quería hacerlo casándose con ella.
Pero no se trataba de un matrimonio de conveniencia, ya que Charles llevaba mucho tiempo enamorado de Lise. Una vez que él demostrara su amor por el niño que estaba a punto de nacer, ¿estaría Lise dispuesta a entregarle su corazón?
Laura Goodman tenía que organizar la despedida de soltera de su mejor amiga, y tenía ciertas responsabilidades. Entre ellas, elegir el entretenimiento más importante de la velada ¡un stripper! Alto, fuerte y moreno, el hombre que había escogido prometía. Pero a la hora de la verdad, no parecía que tuviera muchas ganas de quitarse la ropa...
¿Podría ser porque Laura había cometido un pequeño error? Había contratado a Nick Farrell, un hombre respetable, padre de dos niñas y sin compromiso. Para él, quitarse la ropa en público era algo poco factible. Aunque si Laura quisiera, estaría dispuesto a desnudarse sólo para sus ojos.
¡El heredero de la corona había aparecido! La reina viuda y el Consejo del Rey estaban más que satisfechos, pero Luc Dumont, jefe de seguridad del palacio y nuevo heredero, pensaba que debía tratarse de un error. Le resultaba increíble que después de creerse plebeyo toda su vida, fuese el nuevo rey de St. Michel. Y como siempre, la encantadora Juliet Beaudreau estaba a su lado, ayudándolo y enseñándole a comportarse acorde con las nuevas circunstancias. Pero él no podía concentrarse en el protocolo cuando lo que de verdad quería era tener a su competente profesora entre sus brazos y satisfacer otro tipo de necesidades... Y mientras se preparaba para ocupar el trono, se preguntaba si la tímida y callada reina de su corazón estaría dispuesta a ser también la reina de St. Michel.
Hunter Morgan se dedicaba a meter entre rejas a los delincuentes. No tenía tiempo para pañales y bebés. Pero todo eso era antes de que, por error, una clínica inseminase a alguien con su esperma. Las responsabilidades de la paternidad, algo que él siempre había rechazado, lo llamaba: tenía que encontrarse con Ashley Morgan.
Ashley no estaba dispuesta a compartir sus deseados gemelos con un perfecto desconocido, y mucho menos a casarse con él. No podía volver a poner en juego su corazón, herido por el fracaso de un matrimonio anterior. Pero apreciaba mucho lo que Hunter estaba haciendo: trasladarse a su casa para cuidarla durante su difícil embarazo. Y después de aquel primer beso, Ashley no pudo remediar el deseo de que la cigüeña le trajera también el amor de Hunter...
Jordan adoraba a su hija y era incapaz de negarle nada; por eso cuando la niña le pidió que contratara a Felicity Fairfax para que fuera su niñera y viviera con ellos, él no pudo hacer otra cosa más que aceptar... ¡a pesar de todo el rencor que sentía hacia la familia Fairfax!
Ni Felicity ni él podían dar crédito a que la convivencia hubiera desembocado en una irrefrenable atracción. ¿Cómo era posible que estuvieran enamorándose? Para complicar las cosas, viviendo bajo el mismo techo resultaba imposible ocultar nada, especialmente un deseo tan fuerte como el que sentían o un secreto de familia que estaba a punto de cambiarlo todo.
Ellin Bennett tenía una hija a la que criar, un trabajo que mantener y un periódico que dirigir.
Salvar a Santa Claus en mitad de una carretera no figuraba en su lista de obligaciones. Para colmo de males, debajo de la barba y del traje rojo se escondía nada menos que el guapísimo Jack Madden, profesor y colaborador ocasional del periódico de Ellin. La sonrisa de aquel hombre era capaz de detener el tráfico... ¡y era demasiado peligroso para una madre soltera atrapada en el fin del mundo!
Una madre y una hija no estaban precisamente en la lista de prioridades de Jack para aquella Navidad. Siempre había estado muy contento de su soltería, hasta que conoció a Ellin. No le iba a resultar nada fácil, pero estaba dispuesto a darle a su increíble jefa un curso intensivo sobre amor... y familia.
Gracias a su prestigio y a su increíble atractivo, Jared Gillette era la fantasía de cualquier mujer. Sin embargo, Nicki Holliday, su empleada, lo veía como el miserable protagonista de Cuento de Navidad.
Quizá sintiera una descarga eléctrica cada vez que Jared le lanzaba una de sus miradas sexys..., pero Nicki no tenía un céntimo y estaba furiosa porque él había hecho que la despidieran. Después había conseguido que le tomara cariño a su adorada hija. Bueno, una chica tan alegre como Nicki no pudo evitar llenar de sonrisas aquella gélida mansión.
El duro Jared no tardó mucho tiempo en caer a los pies de la guapa niñera, pero haría falta un milagro para que aquel frío magnate empezara a creer en las maravillas del amor.