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Biblioteca Clásica Gredos 142. Retórica, de Aristóteles

Ensayo, Filosofía

La «Retórica» aristotélica consta de tres libros, de los que el último ha resultado el de influencia más prolongada. Está dedicado al estilo, a la necesidad de que el orador conozca cómo debe hablar. Por encima de otras virtudes estilísticas, Aristóteles valora la claridad y la propiedad temática en la prosa, que se diferencia mucho de la poesía tanto en materia como en finalidad, y por tanto debe evitar su estilo elevado y recursos como los símiles (aunque no las metáforas, «puesto que todos las usan en la conversación»); otras características apreciadas son la exactitud gramatical, la ausencia de ambigüedades y el uso de términos específicos en vez de genéricos. Se trata además el uso de circunloquios, el ritmo de la prosa y la estructura de los periodos.


Biblioteca Clásica Gredos 171. Investigación sobre los animales, de Aristóteles

Filosofía, Ensayo

Lasgrandes aportaciones de Aristóteles en el ámbito científico se sitúan, apartede la lógica, en las ciencias naturales, en las que puso los fundamentos sobrelos que se han edificado las grandes construcciones de la biología y lazoología a lo largo de los siglos, y si bien la moderna evolución de estasdisciplinas ha llevado más allá de los conceptos del Estagirita, éstos hanquedado como la base histórica que es indispensable tener en cuenta. Junto con Partes de los animales, Reproducción de los animales y otrostratados de ciencias naturales (todos ellos aparecidos en esta mismacolección), la Investigación sobre losanimales fundó la biología con principios empíricos y filosóficos, y leconfirió las líneas generales que conservaría hasta el siglo XIX, más de dosmilenios después de su muerte. La Investigaciónestudia las partes externas e internas de los animales, sus diversoscomponentes (sangre, huesos, pelo...), sus varios modos de reproducción,dietas, hábitos y comportamientos. Entre las muchas especies que se someten aobservación hay ovejas, ciervos, leones, hienas, elefantes, ratones, palomas,águilas, cuervos, tortugas, lagartijas, toda suerte de insectos y, enparticular, animales marinos (peces, crustáceos, cefalópodos, testáceos): ensuma, todas las especies animales que conocían los griegos.


Biblioteca Clásica Gredos 185. Disertaciones por Arriano, de Epicteto

Ensayo, Filosofía

Las enseñanzas morales del estoico (y durante un tiempo esclavo) Epicteto, transmitidas por Flavio Arriano, tienen un fin práctico: que sus discípulos alcancen una vida feliz mediante la serena comprensión de la naturaleza humana. Debemos nuestro conocimiento del filósofo estoico griego Epicteto (Hierápolis de Frigia [actual Turquía] 55 d. C. - Nicópolis, 135) sobre todo a uno de sus discípulos, Flavio Arriano, que fue biógrafo de Alejandro Magno. Porque Epicteto no dejó doctrina escrita, sino que limitó sus enseñanzas a la transmisión oral y directa. Arriano anotó y publicó sus explicaciones, según él literalmente, aunque algunos estudiosos sostienen que intervino de forma notable en el escrito. Sin embargo, predomina la opinión de que, en lo sustancial y en el estilo, los «Discursos» (noventa y cinco breves conferencias o sermones) y el «Manual» (resumen de los «Discursos» consistente en una cincuentena de extractos) expresan con fidelidad las enseñanzas morales de Epicteto. Éste pasó parte de su vida siendo esclavo en Roma (fue propiedad de Epafrodito, secretario y liberto de Nerón, y tal vez esta circunstancia le movió a insistir tanto en la dimensión de libertad que posee todo ser humano, el de la actitud ante la vida: sus enseñanzas pertenecen casi por completo a la ética, y la exponen con un estilo vivo e informal, que abunda en anécdotas y conversaciones imaginarias. Se refieren a la vida serena y contemplativa, por encima de las turbaciones y las pasiones, basada en la virtud entendida como vivir de acuerdo con la naturaleza según la razón, con plena aceptación del destino propio. Se trata, en suma, de una filosofía muy práctica y antiespeculativa, destinada a a aprender a manejarse en la vida según los mencionados principios estoicos. Por eso hace mucho hincapié en la vida cotidiana, en las situaciones concretas, pues el fin de sus disertaciones era ayudar a sus discípulos a alcanzar una vida feliz mediante la correcta comprensión de sí mismos y del mundo en general. Se ignora en qué fecha y por qué fue manumitido, pero sabemos que fue desterrado de Roma e Italia, junto con los otros filósofos, por Domiciano en el año 92-93, y que se instaló en Nicópolis, en el Epiro, donde siguió pronunciando conferencias que atraían a muchos foráneos (entre ellos, Flavio Arriano), pues su fama era grande: según Orígenes, en vida gozó de tanta como Platón.


Biblioteca Clásica Gredos 200. Metafísica, de Aristóteles

Ensayo, Filosofía

Los catorce libros que forman la «Metafísica» aristotélica no estaban destinados originalmente a la publicación, sino que eran material para la enseñanza, que peripatéticos posteriores (sobre todo Andrónico de Rodas en el siglo I a. C.) reunieron, ordenaron y titularon; lo cual plantea varios problemas en cuanto a cronología, composición interna, relaciones entre libros, estructura global, etc. Y sin embargo, se trata de una de las obras más influyentes de toda la Antigüedad. En su análisis de las dos principales nociones de la obra, sobre el ser o ente, ousía (ámbito de la ontología), y sobre la entidad suprema (ámbito de la teología, o ciencia primera), Aristóteles instituye una serie de categorías —como materia y forma, potencia y acto, sustancia y esencia— y razonamientos aplicados a la existencia que desde su tiempo se han sucedido acerca de lo universal, la causa primera, y, en suma, de lo que rebasa el mundo de lo sensible, el cambio, la generación y la corrupción, objeto de las ciencias particulares. Aristóteles se aparta de su maestro Platón y su distante mundo de las ideas para configurar un universo inmanente, atraído hacia un motor inmóvil —causa final simple e inmutable— dedicado a una actividad eterna de pensamiento puro.


Biblioteca Clásica Gredos 201. Reproducción de los animales, de Aristóteles

Ensayo, Filosofía

Si los demás trabajos de biología aristotélicos se interesan por el principio que anima a los seres vivos, Reproducción de los animales indaga acerca del origen del principio animador: ¿cómo nacen a la vida los seres? Aristóteles se distancia del punto de vista platónico de que la vida empieza cuando el alma entra en el cuerpo y sostiene que las potencias del alma son principios corporales. Aristóteles (que no en vano era hijo de médicos) adopta en este punto, al igual que en cuestiones de nutrición, reproducción, percepción y movimiento, una perspectiva biológica antimetafísica. Pero cambia de punto de vista cuando se llega a la facultad superior, el pensamiento, del que admite que procede del exterior y es de naturaleza divina.


Biblioteca Clásica Gredos 203. Física, de Aristóteles

Ensayo, Filosofía

La Física de Aristóteles contiene muchos elementos que hoy asignaríamos no al estudio de la naturaleza, sino a la filosofía y a la metafísica, pero que en el pensamiento griego, mucho más sintético que el actual, no podían separarse de las grandes cuestiones fundacionales. En la base del estudio aristotélico del mundo natural hay dos ideas esenciales: que el cosmos es eterno (carece de inicio y de final en el tiempo) y que es un todo finito que abarca todo el contenido del universo, no existiendo el vacío ni nada más allá del cosmos. El Libro I critica las opiniones de pensadores anteriores acerca de los primeros principios de los objetos naturales, y sostiene que son tres: materia, forma y privación. El Libro II presenta la doctrina de las «cuatro causas». El III se ocupa del movimiento, el cambio y el infinito. El IV, de lugar, vacío y tiempo. V: movimiento. VI: continuidad. VII: movimiento, motor. VIII: Primer motor inmóvil y eterno.


Biblioteca Clásica Gredos 207. Tabla de Cebes, Disertaciones & Manual, de Cayo Musonio Rufo & Epicteto

Ensayo, Filosofía

La «Tabla de Cebes», publicada frecuentemente con el «Manual» de Epicteto, comparte con él un lugar preeminente en la tradición grecolatina occidental. Ha servido de fuente de inspiración para grabadores y, por ello, ha representado un papel importante en el nacimiento de la literatura emblemática. Si la obra de Tácito nos informa de los hechos particulares de la vida de Musonio, sobre su labor en la escuela contamos con un testimonio sumamente significativo en las «Disertaciones» de Epicteto. Y el «Manual de Epicteto» fue compuesto seleccionando de entre las palabras de Epicteto lo más importante y principal de su filosofía y lo más conmovedor para las almas.


Biblioteca Clásica Gredos 229. Acerca del cielo - Meteorológicos, de Aristóteles

Ensayo, Filosofía

Las dos obras que componen este volumen pertenecen al apartado de los tratados de física aristotélicos, junto con la Física y Acerca de la generación y la corrupción. Acerca del cielo, en cuatro libros, versa sobre el movimiento local en el universo: los dos primeros se ocupan del movimiento de los astros; los dos últimos, del de los cuerpos terrestres. Meteorológicos, también en cuatro libros, trata esencialmente de los fenómenos atmosféricos (si bien el cuarto, sobre cuya autoría penden serias dudas, se ocupa de los metales).


Biblioteca Clásica Gredos 232. Discursos XXXVI-LX, de Dión de Prusa

Ensayo, Filosofía

Dión de Prusa (actual Bursa, en el N. de Turquía) fue llamado Crisóstomo, «el de boca de oro», por su elocuencia. Vivió entre los años 40 a 120 d. C. Fue desterrado de Roma y de su patria por el emperador Domiciano, llevó una vida errante, y luego fue indultado por Nerva y logró la amistad de Trajano.
De Dión habla ya Filóstrato en sus Vidas de los sofistas como un modelo de oratoria, que toma como ejemplos a Platón y Demóstenes, y desarrolla sus temas con claridad, sencillez y originalidad. Dión, un coetáneo de Plutarco, es un destacado precursor de esa Segunda Sofística, con su esplendor retórico y su mímesis de los grandes escritores clásicos. Con una ideología cínico-estoica, Dión celebra la grandeza de la Grecia clásica y sus ideales. La suya es una retórica literaria, en la que alternan críticas morales, elogios funerarios, sermones y diatribas, alabanzas de ciudades, etc. Sus setenta y ocho discursos nos ofrecen una visión de la época y de la admiración por el pasado glorioso. Unos discursos son más serios y solemnes, otros más novelescos o filosóficos, todos son prueba de la habilidad del escritor.
Este tercer tomo recoge los Discursos XXXVI al LX


Biblioteca Clásica Gredos 242. Sobre los misterios egipcios, de Jámblico de Calcis

Espiritualidad, Filosofía, Referencia

De Mysteriis Aegyptiorum, Chaldeorum, Assyriorum, una de las pocas obras de Jámblico que se conservan completas, fue el título asignado en 1497 por Marsilio Ficino al texto «Respuesta del maestro Abamón a la Carta de Porfirio a Anebo y soluciones a las dificultades que ella plantea», en la que Porfirio atacaba a la teurgia y ciertas formas de adivinación que Jámblico se esfuerza en defender basándose en las enseñanzas de los Misterios egipcios y caldeos.Redactada como defensa de un ritual mágico, contiene abundante información sobre las supersticiones en el siglo IV y la intención de relacionar las doctrinas pitagórica y platónica con la tradición filosófica egipcia, así como el intento de armonizar a Platón y Aristóteles, y el interés por la sabiduría caldea y la egipcia como fuente y luz para las cuestiones filosófico-religiosas.


Biblioteca Clásica Gredos 245. La invención retórica, de Marco Tulio Cicerón

Ensayo, Filosofía

«De inventione» es una obra de juventud (h. 84 a. C.) sobre oratoria. Cicerón defiende en ella la relación entre elocuencia y sabiduría, y subraya la necesidad de que el orador posea una preparación global, en las más diversas materias. Explica cómo debe elegirse y prepararse el tema de un discurso, cómo hay que estructurarlo, y cómo debe tratarse cada una de las diversas partes. En suma, es un tratado de retórica con una finalidad eminentemente práctica: ofrece los materiales para desenvolverse con acierto en retórica y oratoria.


Biblioteca Clásica Gredos 268. Textos herméticos, de Anónimo

Espiritualidad, Filosofía, Referencia

El hermetismo surgió en el Egipto de los Ptolomeos, del periodo helenístico; se trata de un movimiento doctrinal, esotérico y religioso, que combina aspectos de los cultos egipcio y griego y tiene como figura central al dios Hermes, el mensajero de los dioses, al que invoca con el apelativo de Trismegisto, el tres veces grande. Este movimiento ejerció una profunda influencia en la filosofía grecorromana de comienzos de la era cristiana y entre los humanistas del Renacimiento (Pico della Mirandola y otros adeptos de la alquimia y el neoplatonismo). El Corpus hermeticum consiste en una colección de textos sagrados, escritos en griego (en un inicio se afirmó que eran traducciones de textos egipcios), que contiene las principales creencias y doctrinas herméticas, concernientes a la divinidad, el origen del cosmos, la caída del hombre desde el Paraíso y las grandes cuestiones de Verdad, Bien y Belleza. La tradición atribuye la autoría del Corpus a Hermes Trismegisto, originariamente transfiguración del dios egipcio Thot, pero después transformado en sabio.Esta edición ofrece, amén de una rigurosa traducción basada en los más firmes principios filológicos e historiográficos, una cuidada selección de los textos —Corpus hermeticum [Anexo del Códice VI Nag Hammadi. La Ogdóada y la Enéada], Extractos de Estobeo, Asclepio [Anexo. Nag Hammadi VI 8: Fragmento del Lógos téleios], Fragmentos diversos, Definiciones herméticas armenias—, una esclarecedora y completa introducción con noticias sobre el culto y el movimiento herméticos, con los preceptos y el desarrollo a lo largo de la historia, así como apéndices que permitirán hacer una lectura sistemática de este conjunto de misteriosos textos.


Biblioteca Clásica Gredos 269. Sobre la naturaleza de los dioses, de Marco Tulio Cicerón

Ensayo, Filosofía

Marco Tulio Cicerón escribió hacia el final de su vida, entre el 45 y el 44 a. C., una docena larga de tratados de contenido filosófico. Con esta actividad, que le procuró alivio en una época de gran angustia personal, realizó un propósito albergado durante largo tiempo: crear un corpus filosófico extenso en latín dotado de calidad literaria, según su ideal de combinar sapientia y eloquentia, pues creía que la pragmática sociedad romana necesitaba pulir un tanto su espíritu con cierta dosis de reflexión sistemática. La tarea era ardua, puesto que el latín carecía de una tradición literaria filosófica y era todavía rudo para la expresión de contenidos abstractos. «Sobre la naturaleza de los dioses» («De natura deorum») forma parte de este grupo de tratados (como «Disputaciones tusculanas» y «Sobre la adivinación», también publicadas en Biblioteca Clásica Gredos). Junto con esta última y con «De fato» forma la llamada «teología» de Cicerón. En ella compone el autor una pequeña enciclopedia del pensamiento filosófico y religioso de la Antigüedad, pero no con la asepsia del mero anticuario, sino como estudioso vivamente interesado en la materia y en su proyección social y política, en una época en que los romanos ya experimentaban desapego e indiferencia hacia la religión tradicional que tanta fuerza había conferido al Estado. La obra se sitúa en Roma hacia el 76 a. C. y consiste en la sucesión de cuatro monólogos extensos —de un epicúreo, un estoico y un académico escéptico, éste por dos veces—, donde se pasa revista, con cierto talante polémico, a las diversas concepciones sobre lo divino y su relación con lo humano, desde la perspectiva de las distintas escuelas filosóficas. Cicerón se pronuncia personalmente, al final de la obra, a favor de las tesis estoicas sobre una providencia divina que rige el devenir, de un universo identificado con la divinidad.


Biblioteca Clásica Gredos 271. Sobre la adivinación, Sobre el destino, Timeo, de Marco Tulio Cicerón

Ensayo, Filosofía

Componen este volumen tres obras cuyo tema es la capacidad de los hombres para conocer lo que les depara la suerte o (caso de existir) el destino. El diálogo «Sobre la adivinación», publicado en el 44 a. C., trata de las doctrinas estoicas acerca del destino y la posibilidad de predecirlo. El diálogo, mantenido en la villa que Cicerón poseía en Túsculo, tiene como interlocutores a su hermano Quinto y a él mismo (Marco). El primero, que se muestra muy familiarizado con las concepciones estoicas, sostiene la validez de algunas formas de adivinación, y opina que por prudencia debe mantenerse la adivinación de asuntos de estado. Marco replica que el futuro puede obedecer al azar (en cuyo caso no puede conocerse de antemano) o está predeterminado (y entonces de nada sirve conocerlo, puesto que no se puede modificar). «De divinatione» trata de combatir un creciente interés por la profecía religiosa y termina con un elocuente ataque a la superstición, que se describe como «extendiéndose por todo el mundo, oprimiendo la mente de casi todos y aprovechándose de la debilidad humana». En este tratado, pues, la religión no está más libre que cualquier otro asunto de la práctica académica de oír a todas las partes, y se llega a demoler las supersticiones que habían recibido un trato respetuoso en «Las leyes». «Sobre el destino», del año 44 a. C., conservado sólo en parte, analiza si las acciones humanas están predeterminadas o no, y se opone al fatalismo estoico con varios argumentos que indican una prolongada reflexión sobre la materia. Completa este volumen la parte conservada de la adaptación que Cicerón hizo del «Timeo» platónico, en el que el filósofo pitagórico que da nombre al diálogo trata de la creación del universo por un dios creador o demiurgo bueno.


Biblioteca Clásica Gredos 274. Discursos LXI-LXXX, de Dión de Prusa

Ensayo, Filosofía

Dión de Prusa (actual Bursa, en el N de Turquía) fue llamado Crisóstomo, «el de boca de oro», por su elocuencia. Vivió entre los años 40 a 120 d. C. Fue desterrado de Roma y de su patria por el emperador Domiciano, llevó una vida errante, y luego fue indultado por Nerva y logró la amistad de Trajano.
De Dión habla ya Filóstrato en su Vidas de los sofistas como un modelo de oratoria, que toma como ejemplos a Platón y Demóstenes, y desarrolla sus temas con claridad, sencillez y originalidad. Dión, un coetáneo de Plutarco, es un destacado precursor de esa Segunda Sofística, con su esplendor retórico y su mímesis de los grandes escritores clásicos. Con una ideología cínico-estoica, Dión celebra la grandeza de la Grecia clásica y sus ideales. La suya es una retórica literaria, en la que alternan críticas morales, elogios funerarios, sermones y diatribas, alabanzas de ciudades, etc. Sus setenta y ocho discursos nos ofrecen una visión de la época y de la admiración por el pasado glorioso. Unos discursos son más serios y solemnes, otros más novelescos o filosóficos, todos son prueba de la habilidad del escritor.
Este cuarto y último tomo recoge los Discursos LXI al LXXX, e incluye un breve relato titulado Elogio de la cabellera, así como una recopilación de Fragmentos, Cartas y Testimonios del autor.


Biblioteca Clásica Gredos 283. Partes de los Animales - Marcha de los Animales - Movimiento de los Animales, de Aristóteles

Filosofía, Ensayo

Las grandes aportaciones de Aristóteles en el ámbito científico se sitúan, aparte de la lógica, en las ciencias naturales, en las que puso los fundamentos sobre los que se han edificado las grandes construcciones de la biología y la zoología a lo largo de los siglos, y si bien la moderna evolución de estas disciplinas ha llevado más allá de los conceptos del Estagirita, éstos han quedado como la base histórica que es indispensable tener en cuenta. Junto con Investigación sobre los animales,Reproducción de los animales y otros tratados de ciencias naturales (todos ellos aparecidos en esta misma colección), los estudios reunidos en este volumen fundaron la biología con principios empíricos y filosóficos, y le confirieron las líneas generales que conservaría hasta el siglo XIX, más de dos milenios después de su muerte.En la introducción a las Partes de los animales, Aristóteles establece la perspectiva teleológica acerca de la naturaleza, según la cual los seres están determinados por las causas finales, que se dan efectivamente en la naturaleza y no son una interpretación posterior añadida por el observador. Esta explicación teleológica no atribuye intencionalidad consciente a los animales, sino que describe su anatomía, fisiología y actividad con arreglo a lo que es mejor para la naturaleza de cada ser. A partir de esta idea fundamental, se procede a entender el modo de vida del animal y a observar qué necesita para su supervivencia y reproducción, lo que permite entender su estructura y comportamiento.También en la parte inicial de esta obra, Aristóteles insta a sus estudiantes a no despreciar los estudios de biología a raíz de una comparación con otros estudios más prestigiosos como la metafísica o la astronomía, puesto que la mente filosófica se complacerá en ocuparse de aquello que se ofrece a su observación directa.


Biblioteca Clásica Gredos 287. Sobre la composición literaria - Sobre Dinarco - Primera carta a Ameo - Carta a Pompeyo Gémino - Segunda carta a Ameo, de Dionisio de Halicarnaso

Ensayo, Filosofía

Entre los textos que Dionisio, profesor de Retórica, escribió, destaca Sobre la composición literaria, un tratado de preceptiva de singular interés. Es el único de los antiguos, al menos entre los que hemos conservado, que trata del orden de las palabras y del ritmo de la prosa. Es, en suma, un texto muy atractivo de crítica literaria, de una notable originalidad, a la vez que deudor de la tradición anterior.
Sobre Dinarco es un breve ensayo de crítica literaria pensado como complemento al tratado Sobre los oradores áticos. Dionisio se ocupa en esta ocasión de un orador menor cuya vida y obra no había tratado con anterioridad. Se puede afirmar que Sobre Dinarco es una de sus últimas obras, seguida quizás tan sólo por Sobre la composición literaria, el segundo de los tratados que dedicó Dionisio a Demóstenes y la Segunda carta a Ameo.
La Primera carta a Ameo, gira en torno a un problema de historia literaria muy concreto: la primacía en el tiempo de los discursos de Demóstenes con respecto a los tratados de retórica de Aristóteles. Es un tratado presentado en forma epistolar pero que no por ello pierde su carácter técnico. Esta carta, primera de las dirigidas a Ameo, la dedicada a Pompeyo Gémino y la Segunda carta a Ameo, pertenecen al género denominado «carta-ensayo», un género que se caracteriza por su unidad de argumento y por estar dirigidas a un destinatario concreto pero concebidas para un público amplio.
La Carta a Pompeyo Gémino es una obra ambiciosa. Surge como respuesta a una petición concreta de un lector del tratado que Dionisio dedicó a Demóstenes. La importancia de los temas tratados hace que el lenguaje no sea coloquial, a pesar de adoptar la forma de una carta, sino técnico, alusivo y, en la segunda parte sobre todo, didáctico.
La denominada Segunda carta a Ameo es en realidad un apéndice del tratado Sobre Tucídides. El resultado es un tratado en el que, a diferencia de las otras dos cartas literarias de Dionisio, se ocupa básicamente de cuestiones gramaticales y lingüísticas más que literarias.


Biblioteca Clásica Gredos 300. Sobre el orador, de Marco Tulio Cicerón

Ensayo, Filosofía

«Sobre el orador» (completado en el 55 a. C.) es el más valorado de los tratados que Cicerón dedicó a la materia de la oratoria, de la que describe los principios generales para instrucción de los jóvenes que vayan a desempeñar cargos públicos en el estado. Está estructurado en varios diálogos, situados en la villa que Craso poseía en Túsculo y en los que los principales participantes son Craso, Marco Antonio, Q. Mucio Escévola el Augur (gran abogado como Cicerón), el cónsul Q. Cátulo y el orador C. Julio César Estrabón. Craso sostiene que el orador debe poseer un amplio conocimiento de las ciencias, de la filosofía y, sobre todo, del derecho civil (un ideal ambicioso que sin duda expresa el criterio de Cicerón); Antonio, menos exigente en sus demandas y según un planteamiento utilitarista, se contenta con que sea capaz de agradar y convencer, sin que por ello precise de grandes conocimientos, y se extiende sobre los métodos para persuadir a los jueces (aunque al día siguiente reconoce que sólo ha contradicho a Craso por el gusto de discutir); César trata del ingenio y el humor, que le habían dado gran fama, con un repertorio de chistes que refleja los gustos y la mentalidad de los romanos, y una clasificación de recursos humorísticos en setenta y cinco capítulos (216-90); Craso, por último, se ocupa de los estilos y las figuras de dicción (de especial interés es el tratamiento de la metáfora): se advierte en estos razonamientos que Cicerón valoraba el lenguaje en relación con la poesía. En conjunto, se concluye que el perfecto orador ha de ser un «hombre íntegro» formado en una educación liberal sin precedentes.


Biblioteca Clásica Gredos 301. Tratados filosóficos y autobiográficos, de Galeno

Ensayo, Filosofía

Galeno —junto con Hipócrates el principal médico de la Antigüedad— nació en Pérgamo en 129-130 d. C., de familia acaudalada. Estudió en Esmirna y Alejandría (anatomía y fisiología). Tras ejercer tres o cuatro años la medicina en la escuela de gladiadores de Esmirna, a partir de 162 se instaló en Roma, donde sería el médico de Marco Aurelio y su hijo Cómodo, entre otras personalidades de la corte imperial. Fue uno de los escritores griegos más prolíficos de su época. Murió en Roma en el año 200. Su influencia en el mundo bizantino, en Oriente y en la Edad Media occidental es enorme, y es sin duda uno de los grandes médicos de la historia. En este volumen se reúnen escritos de Galeno sobre temas diversos, pero que tienen en común no ser obras técnicas de medicina. Hay que recordar que Galeno —que recibió una educación muy esmerada, pues estudió filosofía, arquitectura, astronomía y agricultura— se interesó por una gran variedad de materias, y que se consideraba a sí mismo tanto filósofo y filólogo como médico. «Exhortación a la medicina», «Que el mejor médico es también filósofo» y «Sobre las escuelas de medicina» son obras deontológicas que muestran la concepción que tenía Galeno del médico y la medicina, en absoluto ajenas a los saberes abstractos. «Sobre mis libros», «Sobre el orden de mis libros» y «Sobre el pronóstico» tienen carácter autobiográfico y abundan en acontecimientos y experiencias personales del médico de Pérgamo; además cumplen la función de preparar un registro de las obras auténticas de Galeno, cuya enorme fama había motivado la atribución errónea de multitud de escritos. «Sobre mis propias opiniones» y «Sobre la mejor doctrina» son una muestra de las ideas filosóficas de nuestro autor. Por último, «Sobre los sofismas del lenguaje», refleja el interés de Galeno por la filología, la lógica y su exigencia de una terminología precisa.


Biblioteca Clásica Gredos 314. Vida Pitagórica - Protréptico, de Jámblico de Calcis

Filosofía, Ensayo

El filósofo neoplatónico sirio Jámblico, que vivió entre los siglos III y IV d. C., tuvo como interés especial la magia. A raíz de sus diferencias con su maestro Porfirio, el discípulo, editor y biógrafo de Plotino, fundó y dirigió su propia escuela en Siria (primero en Apamea, después en Dafne). A su muerte, le sucedió en la dirección de la escuela su discípulo, Sópatro de Apamea, el cual fundó después una escuela en Constantinopla y fue condenado a muerte por practicar la magia. Jámblico aportó a la escuela neoplatónica la práctica de la teúrgia, magia divina y benéfica, que permite entrar en comunicación con el propio yo divino y con los altos seres espirituales, para lo cual se requiere una exigente pureza de vida y profundo conocimiento esotérico. De sus escritos quedan varias partes de un extenso estudio sobre la filosofía de Pitágoras, una Exhortación a la Filosofía y la defensa de un ritual mágico, De mysteriis, que contiene abundante información sobre las supersticiones en el siglo IV. Lo más significativo de sus obras conservadas es la intención de relacionar las doctrinas pitagórica y platónica con la tradición filosófica egipcia, así como el intento de armonizar a Platón y Aristóteles, y el interés por la sabiduría caldea.Una parte muy importante de la obra de nuestro filósofo estuvo dedicada a comentar la filosofía pitagórica, bajo el título de «Colección de doctrinas pitagóricas», conjunto de diez tratados de los cuales se conservan cuatro: «Vida pitagórica», «Protréptico», «Ciencia común matemática» y la «Introducción a la matemática de Nicómaco». Huelga decir que Pitágoras era un personaje más mítico que histórico en tiempos de Jámblico, una figura que habían ido modelando con el paso del tiempo los pensadores de las corrientes pitagórica y neopitagórica (paradójicamente, cuanto más nos alejamos en el tiempo de Pitágoras, más noticias tenemos, y a la inversa).El volumen se completa con una exhortación a la práctica de la filosofía, en la que Jámblico expone los pasos iniciales que deben seguir las personas que deseen adentrarse en el pensamiento profundo.