Lucas despierta en un lugar desconocido para él. Descubre que está muerto y que su alma será llevada a juicio para saber a dónde debe ir. Sin embargo, sus buenas y malas acciones están tan compensadas que deberá llevar a cabo una misión en la Tierra: ayudar a una joven, cuya felicidad pende de un hilo. Pero ¿quién es esa chica que le resulta tan familiar? ¿Conseguirá Lucas salvar la felicidad de la joven o estará condenada a sufrir mientras viva?
«Ninguna de las dos tiene nada que decir; tú, porque no te comunicas, y yo, porque no escondo nada», le dice Marianne Dashwood a su hermana mayor Elinor en uno de los pasajes más célebres de Juicio y sentimiento (1811), la primera novela que consiguió publicar Jane Austen.
Lo no dicho, el secreto deliberado o impuesto, la verdad oculta y la mentira, el pacto de silencio dictado por la lealtad o la piedad, son en efecto los temas principales de esta novela que traza un cuadro tan hilarante como patético de las desventuras de dos hermanas casaderas, hijas de la gentry pero apartadas —en su condición de mujeres— de la fortuna familiar. Sus tropiezos en el camino del matrimonio, a veces empujadas por la mezquindad de sus propios parientes, las alegres presiones de sus vecinos o los mismos «principios» de su carácter y moral, las llevan a conocer todos los extremos que el «terror a la pobreza» o los estragos de una vida inútil pueden ocasionar en el destino de los hombres. Marianne, locuaz y ultrarromántica, y Elinor, prudente y reservada, componen una descompensada balanza de caracteres que finalmente se habrá de equilibrar.
Ingeniosísima en su trama, cáustica en su pintura de ambientes y personajes, grave en su espíritu moral, esta es la primera de las obras maestras de Jane Austen.
Zibal es un genio un tanto particular. Brillante ingeniero bioquímico y astrofísico, sus descubrimientos científicos podrían haberle reportado una existencia desahogada; sin embargo, una serie de hechos desafortunados le han obligado a ganarse la vida vendiendo macarons en el parisino aeropuerto de Orly. Un día aparece por su puesto Alice, una joven y encantadora invidente, acompañada por su perro guía, Jules, un labrador muy especial. Alice va a tomar un avión para someterse a una operación que le permita recuperar la vista. La intervención resulta un éxito, pero para el perro Jules será el comienzo de una tragedia ya que lo asignan a otro invidente que lo maltrata. Jules huye y busca refugio en Zibal con el objetivo de que le ayude a encontrar a Alice. En menos de veinticuatro horas, su vida va a quedar totalmente trastocada. ¿Conseguirá Jules reunirse con Alice? ¿Y Zibal cuyo corazón quedó cautivado nada más verla? «Jules» es un relato a dos voces lleno de ternura. Una novela romántica, vertiginosa y original, llena de humor y fina ironía. Una historia, a veces políticamente incorrecta, de aprendizaje mutuo, de pasiones volcánicas y situaciones delirantes de la mano de un perro guía un tanto peculiar. Una novela cautivadora que dejará al lector con una sonrisa en los labios.
Unas vacaciones en un rancho de Texas era justo lo que necesitaba la diseñadora de interiores Jennifer King... hasta que conoció al propietario del rancho. El guapísimo Everett Culhane pensaba que pertenecían a mundos diferentes, pero cuando sus bocas se juntaron, Jennifer supo que tendría que hacer suyo al obstinado cowboy. ¿Quién habría sospechado que una mujer sofisticada como ella podría enamorarse de un aguerrido ranchero?
Wynne Sommers necesitaba un marido para asegurarse su herencia. Quería un hombre alto, fuerte e intrépido. ¡Y Jake Hondo reunía todas las cualidades! Aquel ranchero introvertido y temperamental también necesitaba casarse para que la herencia que dejaba su abuelo fuera suya. Aunque Wynne era una romántica empedernida y él un vaquero con los pies firmemente plantados en la tierra, Jake no podía permitir que ella se casara con cualquiera... Desafortunadamente, él no descubrió en qué consistía la herencia de Wynne hasta después de la boda. No consistía en dinero, ni en tierras... ¡sino en dos niños empeñados en llamarlo papá
No podía decirse que hubiera tenido nunca el don de la oportunidad… Y el hecho de que Bowie Bravo entrara por la puerta, al cabo de casi siete años, justo cuando Glory Rossi estaba poniéndose de parto del bebé de otro hombre, sin duda, lo demostraba. Porque la última vez que ella había visto a Bowie fue en el parto del hijo que tenía con él, un pequeño que nunca había conocido a su verdadero padre. Pero por lo que respectaba a Bowie, eso iba a cambiar. Bowie ahora era un respetable hombre de negocios y estaba más que preparado para ser padre; padre de los dos hijos de Glory. Además, estaba preparado para ser el esposo de la mujer sin la que no podía vivir…
Elena Cabrera Bravo y Rogan Murdoch se complacen en invitarles a su boda a punta de pistola. Fecha: En cuanto se produzca el parto. Hora: En cuanto la novia consiga ponerse algo más apropiado que la bata del hospital. Anfitriones: Los hermanos de la novia. En realidad insistieron en serlo. Motivo de la unión: El novio y la novia se aman aunque sean demasiado testarudos para reconocerlo. Confirmen su asistencia a la familia Bravo. Los regalos, tanto para los novios como para el bebé, son opcionales.
Un romance en el trabajo. Las pacientes del doctor Grey Thunder estaban de caza... ¡y él era la presa! Pero el guapísimo nativo americano estaba harto y decidió solucionarlo haciéndole una inusual proposición a su enfermera, Lori Young, embarazada de su ex marido, del que tendría que proteger a su futuro hijo. El matrimonio de conveniencia entre médico y enfermera no tardó en convertirse en un apasionado romance. Pero, ¿sería su relación lo bastante fuerte para curar las heridas del pasado y hacer que ambos volvieran a creer en el amor?
La reservada y majestuosa Irina Lukovic era la perfecta ama de llaves. Hasta que se enteró de que iba a ser enviada de vuelta a su tierra destrozada por la guerra. Así que Caleb Bravo le propuso la solución ideal; una por la que podían seguir viviendo juntos… ¡El guapo soltero se le declaró! Irina no podía creer que el superficial magnate renunciara a su libertad por ella. Pero ahora que eran oficialmente marido y mujer, súbitamente anhelaba ser su esposa en todo el sentido de la palabra.
Aquél no era el matrimonio tranquilo y sensato que ambos habían planeado… Quizá algunos pensaran que Angie Dellazola y Brett Bravo se habían casado muy deprisa, pero lo cierto era que se conocían de toda la vida. Además, ambos eran los únicos miembros cuerdos de sus respectivas familias, ¿qué mejor manera de seguir siéndolo que casarse? La base de su unión sería el respeto y los intereses comunes… nada de la pasión arrolladora y el amor ciego que parecía volver loco a todo el mundo. Pero entonces, sólo una semana después de la boda, Angie y Brett se dieron cuenta de algo increíble, estaban locamente enamorados el uno del otro…
Quería casarse con ella porque creía que era su deber. Ella no quería porque lo amaba demasiado. Marcus Reid no habría sabido decir qué lo había llevado hasta la casa de Hayley Bravo, pero entonces ella abrió la puerta y sólo pudo mirar su abultado vientre. ¡Estaba embarazada! ¿Significaba eso que se había olvidado de él… o que entre ellos había algo y siempre lo habría? Abandonar a Marcus meses atrás había sido lo más difícil que había hecho Hayley en toda su vida. Y, aunque sabía que podía confiar en él y que haría todo lo que fuese necesario para cumplir con su obligación, Hayley lo quería todo: un hijo y un matrimonio lleno de amor…
Lo único que Gabe Bravo quería era convencer a Mary Hofstetter de que le vendiera unas tierras, pero, en cuanto le hubo dicho que no, la joven viuda se puso de parto. Como buen miembro de la honorable familia Bravo, Gabe se quedó con ella incluso después de la llegada al mundo del bebé. Hacía mucho tiempo que Gabe había decidido permanecer soltero, pero cada vez sentía algo más profundo por Mary y no sabía qué hacer, abandonarla con su hija o hacer lo que siempre había jurado que no haría… ¡pasar por la vicaría!
Danetta Marist no sabía qué hacer con su atractivo jefe. Él la miraba de una forma que la hacía estremecer. Pero Danetta creía en el matrimonio y Cabe Ritter era un mujeriego de mucho cuidado... Sin embargo, en el fondo, Cabe no era un playboy. Esa imagen había servido solo para defenderse de las mujeres que querían comprometerlo. Y cuando tuvo a Danetta en sus brazos y se dio cuenta de lo joven e inexperta que era, supo que él debía ser el hombre que le enseñara a amar.
Su destino había aparecido entre la niebla... y andaba buscándola Fiona MacDonald no sabía por qué un hombre como Greg Dumas había hecho tantos kilómetros para encontrar a una mujer que no deseaba ser encontrada. Cuidó a Greg Dumas hasta que estuvo completamente recuperado, sin saber que la investigación del ex policía lo había llevado hasta los oscuros archivos médicos de su padre. Fiona no sabía nada de los partos clandestinos en los que había participado su padre, pero lo que sí sabía era que deseaba borrar la tristeza de los ojos de aquel guerrero herido. Sin embargo, algo le decía que no tardaría en desaparecer del mismo modo misterioso en el que había aparecido en su vida...
En el pueblo se rumoreaba que aquel matrimonio de conveniencia era mucho más que eso… Melanie McFarlane creía que dirigir el rancho para huéspedes de su familia sería muy sencillo, pero después de varias crisis, se dio cuenta de que necesitaba ayuda y se le ocurrió una solución descabellada… casarse con un verdadero ranchero, Russ Chilton. Melanie y Russ sabían que su matrimonio no era más que un acuerdo de negocios: Melanie le cedía a Russ la mitad del rancho, algo que él siempre había deseado, y él la ayudaba a dirigir una propiedad que sin él no tardaría en perder. Lo que ninguno de los dos esperaba era que su relación se volviera más… personal.
Casados... sólo hasta las elecciones municipales Holly Pritchett había regresado a casa sola y embarazada. Lo último que la futura madre quería era convertirse en el centro de todos los cotilleos. Entonces, el sensual ranchero Beauregard Clifton le hizo una oferta que debería haber rechazado... Bo iba a presentarse a alcalde y necesitaba una esposa. Y Holly necesitaba un marido que hiciera de padre para su bebé. Pero, desde el momento en que dijeron "sí quiero", Bo se dio cuenta de que ella le resultaba ¡absolutamente irresistible!
Aquel ranchero estaba resentido por cosas del pasado y había soñado miles de veces con que Shelby le pedía que la ayudara... pero cuando por fin ella lo necesitaba... ¿Sería capaz de negarle su ayuda?
Sólo faltaban dos meses para que Fay cumpliera veintiún años, pero hasta entonces estaba bajo la tutela de su ambicioso tío Henry. Una noche, en un arranque de rebeldía, la joven se escapó y acabó en un bar, donde conoció a un hombre misterioso, Donovan, que la animó a valerse por si misma. Lo que ella ignoraba, era que no se trataba de un simple vaquero, sino de un influyente ranchero marcado por algo que su padre hizo en el pasado.
Emmett Deverell detestaba a Melody Cartman porque había ayudado a su ex esposa a fugarse con su amante. Sin embargo, tras sufrir un accidente en un rodeo, no tuvo más remedio que recurrir a ella para que cuidara de sus tres hijos. A Melody tampoco le entusiasmaba la idea: los niños eran de la piel del diablo, y el mayor, Guy, la odiaba porque la culpaba del abandono de su madre. Para completar el cuadro, las cosas se complicaron aún más cuando Emmett salió del hospital y empezó a sentirse atraído por ella...
Coreen y Ted Regan se enamoraron nada más conocerse, pero él se negó a admitir sus sentimientos, y apartó a la joven de sí, echándola prácticamente en brazos de su primo Barry, con quien terminó casándose. El matrimonio acabó siendo un verdadero infierno para la joven, ya que su marido la maltrataba, celoso del amor que ella aún sentía por Ted. Dos años después, Barry, que conducía ebrio, se mató en un accidente de tráfico. Durante todo ese tiempo, Ted había creído las mentiras de su primo sobre cómo el desprecio de Coreen lo había empujado a la bebida, pero poco a poco iría descubriendo el horror por el que había pasado la joven, al tiempo que tendría que afrontar sus sentimientos.