Era un hombre cruel y Toni lo sabía. Sin embargo, ella lo amaba desesperadamente... El arrogante conde Joao Vimaranes no estaba dispuesto a perdonarle a Toni que hubiera tratado de engañarles, a él y a su familia. La obligó a quedarse con él después de pagar a su amigo Paul para que desapareciera de allí....
Jade era una buena chica y no tenía culpa de que sus compañeros de trabajo consideraran que su buenos modales y educada voz, fuera una señal de esnobismo que los hacía sentir menos. Era tan agradable y atractiva que cuando conoció al noble don Diego da Luz Pereira da Silves, mientras vacacionaba en Portugal, éste le propuso matrimonio. Fue hasta después de su boda que don Diego cometió un error con Jade y la acusó de haberse casado con él por su dinero. Sin poder evitarlo, a menudo recordaba el dicho: “El hombre, como la luna, tiene una cara oculta”. ¿Era justo que su esposo la condenara a vivir a la sombra del hombre que adoraba?
¡Qué absurdo es amar a alguien de quien no se sabe nada! Si sólo hablara y riera conmigo… Emily era la envidia del equipo de enfermeras. ¡Ella trabajaba con el alto y atractivo profesor Renier Jurres-Romeijn! No es que Emily considerara su posición envidiable de ninguna manera. Ella sabía la opinión que el «grandioso hombre» tenía de ella… De cualquier forma, Emily le restó importancia al asunto. Ella estaba en el hospital para ser una buena enfermera, ¡no para ganar un certamen de belleza! Los puntos de vida del profesor mostraban el tipo aborrecible que sin duda era. Pero… ¿por qué la hería tanto que encontrara a su vivaz hermana, Louisa, tan encantadora?
A Patrick le disgustaba lo que había sucedido entre ellos dos esa noche, sobre todo porque era muy poco lo que podía recordar.
Mediante un engaño, Ruth consigue que Patrick se case con ella. Acostumbrada a vivir rodeada de lujo, le resultó difícil adaptarse a aquel pueblo de Venezuela. A pesar de las barreras que los separaban, estaba dispuesta a luchar por su amor.
Amaba a Michael, pero no podía aceptar ser su esposa porque descubriría su secreto...
Sara es invitada por su amiga Diane a pasar unos días en su casa de Cornwall. Sara espera encontrar allí la tranquilidad que necesitaba después de haber sufrido un fracaso amoroso. Pero la esperaba una gran sorpresa: en la casa se hallaba Michael Tregower, el cuñado de Diane. Sara había caído en la trampa que le había tendido su amiga, y no sabía cómo escapar de aquel hombre que se había apoderado de su corazón.
¿Podía culparse a Carl por serle infiel a la esposa que lo rechazaba? Antonia aceptó casarse con Carl Barnard, porque creía que lograría olvidar la trágica desaparición de su primer amor. Además, el matrimonio la alejaría del ambiente represivo en el que había sido educada. Carl accedió a su petición de que el matrimonio sólo fuera de nombre, pero, ¿podría ella confiar en que él mantuviera su palabra? Había empezado a surgir entre ellos un extraño sentimiento. ¿Sería quizás amor?
Parecía que todos los Fortune estaban encontrando el amor, todos menos Emily. Bonita, desenvuelta y lista, la hija mayor de los Fortune había renunciado a encontrar a Don Perfecto para empezar a buscar al Bebé Perfecto. Y entonces conoció a un hombre. Nadie habría imaginado al tosco Max Allen con una princesa mimada como Emily. El alto y greñudo trabajador del aeropuerto no había tenido suerte en la vida. Después de perder al pequeño Anthony, había jurado no volver a querer a otro niño. Y de pronto se encontraba enamorado de una elegante y sofisticada mujer empeñada en tener un bebé. ¿Estaba Max condenado a volver a sufrir? ¿O sería la adinerada señorita Fortune quien por fin consiguiera curar su dolor?
—Muchos matrimonios tienen éxito porque están basados en la mutua simpatía y en el respeto —asegura el doctor Hugo van Elven a la enfermera Sarah Dunn, y ella no lo pone en duda. Con el corazón destrozado por el cruel rechazo del hombre que ama, decide no volver a enamorarse, así que la propuesta de matrimonio de su jefe le parece ideal, sobre todo porque él también venera los recuerdos del amor perdido, que no va a pedir de ella más que amistad. El problema empieza cuando Sarah se enamora de Hugo… ¡después que Janet, la mujer que él amaba, vuelve a su vida!
Christina llevaba una vida tranquila pero feliz, compartiendo la casa con su hermano, de quien cuidaba. Y fue una gran sorpresa para la joven cuando él le anunció que se iba a casar y que preferiría que ella se cambiara de casa. Para Christina las cosas empeoraron aún más, al enamorarse del atractivo Adam ter Brandt, quien le había ofrecido trabajo en el hospital que él y su hermano tenían en Holanda. Una vez que Christina tomó posesión de su nuevo puesto, se dio cuenta de que había interpretado mal el interés de Adam por ella.
Después de diez años, Jonás regresó a la cerrada comunidad de Vermont, donde tiempo atrás se había enamorado locamente de Bridget. Ahora, él no ocultaba el hecho de que todavía la deseaba. Pero Bridget no podía perdonarle el que hubiera aceptado el dinero que sus padres le ofrecieron a cambio de que la dejara. Jonás, por otra parte, sentía unos celos intensos del difunto marido de Bridget, con el que ella había tenido una hija. En tales circunstancias, ¿qué oportunidad tenían de reconciliación?
Shangri-La era el sugestivo nombre de la casa que su desconocido tío le dejó en herencia a Amie en Maurituis. Y eso fue todo lo que le dejó a ella; el dinero se lo dio a Oliver Maxwell. No era difícil suponer que su tío esperaba que ella y Oliver arreglaran la situación casándose... pero, ¿cómo iba Amie a unirse en matrimonio con un hombre que la sacaba de sus casillas?
Habiendo quedado sola en el mundo después de la muerte de su padre, Sara aceptó gustosa el ofrecimiento de su tía Harriet para hacerle compañía. Sin embargo, la joven pronto descubrió que había problemas, siendo el más importante el enigmático Jude. ¿Quién era este hombre, y qué clase de relación existía entre él y su tía?
Con tal de lograr su venganza, Abby estaba dispuesta a sacrificar su libertad.
Abby odiaba a su atractiva tía Elba, a quien hacía responsable del fracaso del matrimonio de sus padres. Deseaba vengarse de ella por lo que atrapó en las redes del matrimonio a Luke, quien supuestamente era amante de su tía.
Tenía que alejarse de él antes que cediera a su pasión... Rhys dio un paso hacia ella mirándola con sus penetrantes ojos. «¿Cuál es el problema, Julie? le exigió. ¿Mis aventuras han agitado esa imaginación romántica tuya? Sé que no eres indiferente. Así que qué más hay entre nosotros?» Julie no podía decírselo. Las palabras rondaban en sus labios, pero ella no podía pronunciarlas. ¿Qué pasaría si fuera verdad? Ella tenía que seguir alejada de él antes de que la emoción hundiera el sentido común... antes de que ella se encontrara rindiéndose a un hombre que nunca podría entregarse totalmente a alguien.
Jacques Challier le había confesado a Sandi que la deseaba con locura, pero ella no podía confiar en él. Jaques simplemente la consideraba un desafío nada más; el matrimonio no figuraba entre sus planes, y Sandi no quería conformarse con una aventura. Además, era su enemigo. Su aristocrática familia había rechazado a su joven hermana... y él debía de haber participado en aquella conspiración. Entonces ¿cómo se atrevía a intentar seducir a Sandi? Hasta ahora no había podido ignorarlo, pero debía resistirse a sus encantos.
Dos años atrás, Marianne se había sentido la mujer más feliz del mundo cuando Hudson le propuso matrimonio. Pero también se sintió atrapada por el escándalo: su padrastro le hacía chantaje, pretendiendo llegar hasta Hudson a través de ella. Y Marianne estaba dispuesta a hacer cualquier sacrificio por él, aunque eso implicara abandonarlo y desaparecer de la faz de la tierra. Sin embargo, Hudson finalmente la encontró, y a pesar de los años transcurridos estaba decidido a hacerla su esposa. Sólo que en esta ocasión era orgullo lo que le impulsaba a hacerlo, no el amor.
Alex amaba al pequeño Nicky como si fuera su propio hijo, pero ella era su tía, no su madre. No era la desalmada cazadora de fortunas que Andros Kostos pensó cuando ella llegó a su lujoso hotel en Atenas, pidiendo ayuda para el niño. Después de todo, Nicky era su sobrino también. Era justo que aceptara al hijo de su hermano. Andros aceptó a Nicky, pero para angustia de Alex dio por sentado que ella iba incluida en el trato…
Hacía varios años, Ana había conocido a Marcos Trent y se había portado como una tonta con él. Nunca olvidó el incidente y eso afectó su actitud hacia la vida y hacia los hombres. Así que se horrorizó cuando Marcos apareció de nuevo en su vida y demostró que aún la recordaba, así como aquel infortunado episodio.
Mientras tanto, Ana se había metido en un lío del que, al parecer, sólo podría salir si aceptaba pasar como la prometida de Marcos. ¿En qué problema se encontraba ahora?