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Bolsilibros - Salvaje Texas 830. La paga de los traidores, de Cliff Bradley

Aventuras, Novela

Los dos vaqueros saltaron como si oyeran a una cascabel a sus espaldas, mientras, ante la choza, la mujer se volvía veloz, conteniendo a duras penas una sobresaltada exclamación. Pero al ver al jinete apuntándole, ellos frenaron en seco el doble ademán en busca de sus revólveres. Conocían lo bastante a los hombres para darse cuenta de que con aquél no se podía jugar. El que llevaba la voz cantante dijo, enrabiado y agresivo: —¡Vaya! La viuda Barrett no ha perdido el tiempo en sustituir a su ladrón de vacas, ¿eh, Galt? —Otra como esa y te vuelo los sesos, sucio hijo de perra. El aludido se estremeció, porque el aviso era mortal. Sin embargo, no cabían dudas acerca de su peligrosidad y estaba enfurecido. —¡Tú eres el hijo de…!


Bolsilibros - Salvaje Texas 839. Jason y las amazonas, de Cliff Bradley

Aventuras, Novela

—¡Si hay algo que me revuelve las tripas es echarme a la cara a un maldito tramposo! Eso, dicho con aire tremebundo y un vozarrón brutal, apagó de golpe las conversaciones. Jasón Davis sintió sobre sí las miradas de toda la concurrencia, pero sólo tenía ojos para el energúmeno que de tal modo lo insultaba. Tragando saliva, graznó: —Le aseguro, señor, que no hice ninguna trampa… —Y yo te aseguro que vas a tragarte esos naipes uno a uno, hijo de cincuenta hembras de coyote sarnoso! Aquella amenaza fue acompañada por un feroz puñetazo que envió a Jasón patas arriba por el nada limpio suelo del garito y lo dejó sin resuello unos instantes. Los que tardó su agresor en acercársele y pegarle una salvaje patada en el costado, la cual esquivó apenas por milímetros rodando hacia un lado. Pero con ello sólo consiguió aumentar la furia de aquel tipo, cuyos ojos se habían inyectado de sangre. —¡Te voy a sacar las tripas, hijo de…!


Bolsilibros - Salvaje Texas 841. El mejor «colt» de Arizona, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Los comentarios en el bar fueron exclusivamente de lo que había pasado. A los pocos minutos se hablaba de ello en la pequeña población. Y esa noche se comentaba en el comedor del coronel Hunter, donde habían sido invitados el mayor y el capitán.


Bolsilibros - Salvaje Texas 850. ¡Será tu tumba!, de Black Moran

Novela, Aventuras

Black Moran es el seudónimo del escritor José Luis de Blas Moreno.


Bolsilibros - Salvaje Texas 852. El rancho de tierras malas, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

Desmonto el jinete con desgana, echo las bridas del caballo sobre el cuello del animal y, palmoteándole en los cuartos traseros, vio cómo se alejaba de allí al trote. Sacudió el polvo del sombrero y entró en la casa. En el comedor estaban sentados su padre y su hermana. Le miraron con indiferencia en silencio.


Bolsilibros - Salvaje Texas 857. Soplo de violencia, de Alex Colins

Aventuras, Novela

GILBERT bebió a pequeños sorbos su vaso de whisky. Paladeándolo.

Era posible que pasase mucho tiempo hasta que probase el whisky en un saloon. Quizá era ésa la última vez. Porque su vida iba a experimentar un cambio muy profundo.

Vio a Millie descender los escalones que comunicaban con los reservados, instalados en la planta superior del edificio.

La dueña del saloon descendía cada peldaño con el empaque de una reina. Y en cierto modo era eso: una reina. Una mujer de escultural belleza, por la que se habían peleado muchos hombres. Por la que habían muerto algunos de ellos.

Millie avanzó por la sala, casi desierta a esa hora de la mañana. En línea recta al extremo del mostrador donde se hallaba Gilbert.


Bolsilibros - Salvaje Texas 860. Cerco de pistoleros, de Alf Regaldie

Novela, Aventuras

Era media mañana cuando la diligencia procedente de Sanders, y que había hecho noche en St. John’s, dejó a una linda viajera en Springerville. El carruaje debía seguir hasta Alpine para rendir viaje al siguiente día en Duncan. La viajera, morena, de ojos claros, estatura más de mediana sin llegar a ser alta, poseía una linda y atractiva figura. Y se adivinaba muy joven, tal vez por bajo de los veintidós años. Vestía con sencillez y llevaba como equipaje una maleta mediana y un maletín de mano. Dejó la maleta en el suelo, y conservando el maletín de mano, asomó a una pequeña sala de espera que poseía la estación de diligencias.


Bolsilibros - Salvaje Texas 870. El infierno del Oeste, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

Había pasado la terrible tormenta que terminó con la ganadería en el Oeste medio, dejando los campos cubiertos de nieve como sudario de infinitos cadáveres de reses. Tormenta que también en el nordeste de Wyoming, en las proximidades de las Colinas Negras, hizo sus estragos, aunque no de tanta importancia como en los de Dakota y Nebraska. Fueron muchos los días que estuvo cubierto de nieve helada el campo y en el rancho Lak, a cinco millas de Gillete y no muy lejos de la divisoria con Montana al norte y Dakota del Sur al este, los cow-boys trabajaron con ahínco rompiendo el hielo para que el ganado pudiera encontrar los pastos bajo la nieve petrificada.


Bolsilibros - Salvaje Texas 872. Un tal John Smith, de Alf Regaldie

Novela, Aventuras

Alfonso Arizmendi Regaldie (San Cristóbal de la Laguna, Islas Canarias, (España), 1911 - Valencia (España) 2004), más conocido por el seudónimo Alf Regaldie formado con la abreviatura de su nombre y con su segundo apellido, de origen francés, aunque también utilizó el de Carlos de Monterroble. Aunque nació en la localidad canaria de San Cristóbal de la Laguna, durante la mayor parte de su vida residió en Valencia, por lo que se le puede considerar con toda justicia miembro de pleno derecho de la escuela de ciencia-ficción valenciana. Al igual que ocurrió con otros muchos contemporáneos suyos, tuvo la desgracia de verse atrapado en la vorágine de la Guerra Civil española, participando como combatiente en el bando republicano. lo que le acarreó, como es fácil suponer, serias dificultades una vez acabada la contienda, llegando a estar encarcelado por ello durante siete años.


Bolsilibros - Salvaje Texas 875. El último whisky, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

La nieve tan compacta impedía ver al jinete, que tenía que protegerse a veces con las manos para que los ojos no sufrieran las consecuencias de aquélla, que hacía el mismo efecto que si se tratara de alfileres. Había visto a distancia, cuando descendía de la última montaña, una columna de humo indicadora de alguna vivienda. También las reses que se movían cerca de él entre mugidos y con la cabeza inclinada hacia el suelo, hablaban de un rancho. La casa, por lo tanto, no había de estar demasiado lejos. Había creído que iba bien orientado, pero la tormenta de nieve pudo hacerle desviarse.


Bolsilibros - Salvaje Texas 878. El último de los McClure, de Adam Surray

Aventuras, Novela

El sol caía a plomo. Con virulencia. Los tres jinetes detuvieron sus jadeantes monturas. Los flancos de los animales aparecían bañados en sangre, sudor y tierra. También los tres hombres cubrían su vestimenta por una fina capa de polvo rojizo. Uno de los jinetes se despojó del sombrero de ancha ala y copa aplastada. Con el dorso de la mano barrió parte del polvo y sudor acumulado en su frente. Su pelo rojizo quedó al descubierto.


Bolsilibros - Salvaje Texas 906. Águila roja, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

Sonrió el militar y se separó de la diligencia. De esta descendieron varios viajeros, y entre ellos, una mujer joven, de unos veinte años, aproximadamente. Intranquila, con la mirada, buscaba a alguien.


Bolsilibros - Salvaje Texas 946. Tuve un gran maestro, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

—Hace varios días que no veo a tu hijo, Road. Todos sus amigos se quejan de lo mismo. Supongo que esta noche acudirá a la fiesta que se va a celebrar en mi casa. Hace un momento que estuvo aquí mi hija y se marchó furiosa. Ni una sola vez ha ido Steeve a vería desde que llegó del Este. —Tiene muchos amigos y todavía no le ha dado tiempo a visitar a todos. En casa apenas le vemos. Mi esposa se queja de lo mismo. —Es preciso que nos pongamos de acuerdo de una vez… Steeve y Bárbara deben casarse cuanto antes. No tienen necesidad de esperar. Estuve hablando con el doctor Robards y está dispuesto a ayudar a tu hijo. Ya sabes que al principio…


Bolsilibros - Salvaje Texas 962. La cabaña de la muerte, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

Emily Ferguson era la dueña del Oro Negro, uno de los mejores locales, si no el mejor, que había en Tulsa. Era, con algunos de los viejos buscadores de la época dorada, la que más entendía de asuntos de petróleo y la que conocía a más personajes relacionados con ese negocio. Respetaba a los indios y era respetada por ellos.


Bolsilibros - Salvaje Texas 985. El crimen de Silver City, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

El de la placa miró sonriente al amigo. Poco después entraban en el almacén. El propietario del mismo salió del mostrador para saludar al hombre que acompañaba al sheriff. —¡Vaya...! Ya iba siendo hora que te dejaras ver. ¿Cómo van las cosas por el rancho?


Bolsilibros - Salvaje Texas 989. Muertos en Albuquerque, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

—¡Papá! —¿Qué te pasa, hija? —¡La gente es está reuniendo en la ciudad para presenciar la muerte del capataz de los Guzmán…! Marcial va a ser colgado. —¿Eeeeh…? ¿Qué estás diciendo? —Ha aparecido ganado en el rancho de los mexicanos con los hierros de Jesse Powell… Acusan a Marcial de haberlo robado… —¡Eso no es cierto! ¡No dejan vivir en paz a esa gente por el mero hecho de haber nacido al otro lado de la frontera del país vecino…! Voy a acercarme hasta la oficina del sheriff. —Iré contigo, papá.


Bolsilibros - Salvaje Texas 993. Buen disfraz, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

El jinete sin equipo se sintió atropellado. Sin que su consciente interviniera, se vio envuelto en aquel pequeño tropel y situado minutos después dentro de la lujosa nave, cuyo piso brillaba, reflejando la luz, y tanto en las paredes de los costados, de pulimentada caoba, como en los pasillos, veíase con el sombrero caído hacia el rostro y las manos en los bolsillos. Sonrió, contemplando su figura y encogiéndose de hombros continuó avanzando hasta desembocar en un salón que le dejó paralizado de entusiasmo y asombro. No había visto jamás tanto lujo ni arañas con prismas cristalinos como aquellas, que al refractar la luz en sus aristas convertíanse en algo extraordinario.


Bolsilibros - Salvaje Texas 994. Terrible matanza, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

La ovación era estruendosa. El homenajeado, vestido con ropas de ciudad, que se hallaba junto al alcalde, fue requerido para que dijera unas palabras. Y al acceder, se concretó a dar las gracias a las autoridades de Laramie y a toda la ciudad por la distinción recibida. Miraba lleno de orgullo la placa en que figuraba su nombre y que acababa de ser descubierta por el alcalde. Empezaron a desfilar los curiosos.


Bolsilibros - Salvaje Texas 1005. Ovejeros de Carrizoso, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Frank Hunter, el ranchero más influyente de la pequeña localidad de Carrizoso, Nuevo México, entró corriendo en el local propiedad de Gray Raymond, situado en la plaza del pueblo y a pocas yardas del llamado árbol de la libertad. 
Una vez en el interior, se detuvo al lado de la puerta contemplando a los reunidos. 
Después de una breve observación, se encaminó con el ceño fruncido hacia una de las mesas en que un grupo de clientes bebían mientras sostenían una conversación animada


Bolsilibros - Salvaje Texas 1029. Servicio mortal, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

El vaquero que había ido a informarle, iba tras él. 
Al llegar el representante de la ley encontró un gran número de curiosos ante la puerta de la clínica. 
El doctor estaba operando al herido, y todos, la mayoría de los ciudadanos de Tucson, esperaban conocer los resultados. 
La única noticia que se les había anticipado era que había pocas esperanzas de salvar al herido.