Fausto Tamerlán, presidente de Tamerlán e hijos, ha sido secuestrado por Montoneros, quienes entre otras exigencias han puesto la de colocar un busto de Eva Perón en cada oficina de la empresa – noventa y dos bustos en total. El encargado de adquirirlos será el jefe de compras Ernesto Marroné, quien muy pronto advertirá que hacerse de los bustos, lejos de ser un trabajo de rutina, es una misión sólo apta para ejecutivos de talla heroica. Pero Marroné, devoto lector de Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, El samurai corporativo y otros libros de autoayuda y gestión empresarial, se siente el hombre providencial capaz de llevar a buen término la difícil misión, salvando a su presidente y así ascendiendo varios puestos en la resbaladiza pirámide del poder empresario.
La búsqueda de los bustos lo llevará, en un periplo entre picaresco y heroico, por los distintos ámbitos – desde la empresa a las fábricas sublevadas y al corazón de las organizaciones guerrilleras – de una Argentina que todavía se debate entre las amenazas de la dictadura y las promesas de la revolución. Al calor de los acontecimientos, e inspirado y fortalecido por la lectura de su nuevo libro de cabecera, Don Quijote, el ejecutivo andante, Marroné llegará a verse como un moderno caballero con una misión trascendental: penetrar el misterio de esa figura mítica llamada Eva Perón. Porque un ejecutivo andante también necesita de una dama a la cual servir, una dama que entre otras cosas le enseñará que “todos, en esta vida, tenemos nuestro 17 de octubre.” Marroné está convencido de que el suyo está golpeando a las puertas y llegará cuando resuelva el misterio de Eva Perón, cifrado en esos bustos que tan esquivos se le han vuelto.
Volviendo sobre historias y personajes de su novela Las Islas, Carlos Gamerro ofrece en La aventura de los bustos de Eva un libro absolutamente original que, a partir de una prosa satírica, inteligente y ácida, propone una mirada dislocada sobre el pasado argentino reciente.
Cuando empecé a darles el pecho a mis mellizos, descubrí que la visión sobre la lactancia materna que yo tenía no se ajustaba para nada a lo que estaba viviendo (grietas, dolor, cansancio, falta de sueño…). Al comentarlo con otras madres me di cuenta de que todas compartían experiencias parecidas a la mía. A la mayoría de ellas les había dolido dar el pecho al principio e, incluso muchas, no habían podido amamantar a sus hijos después de haberlo intentado prácticamente todo. Por eso, he decidido plasmar en este libro mi experiencia personal con la lactancia materna prolongada a mellizos, para explicar desde mi perspectiva cómo conseguí una lactancia materna prolongada que, a la publicación de este libro, sigo manteniendo y disfrutando.
En la antigua y misteriosa ciudad de Gadir, renombrada como Gades tras la conquista romana, las mujeres tuvieron fama por su forma de bailar, de estos hechos hay constancia en numeroso escritos de la época.
La trama de la novela se desarrolla en un periodo turbulento, cuando hordas de bárbaros amenazaban con invadir la poderosa Roma. Nausica, la protagonista, es una esclava que, a través de la danza, sentirá la libertad. Su azarosa vida le hará vivir situaciones extremas hasta ser comprada por Menelao, un rico mercader, que intentará mediar entre la reina de Palmira, Zenobia y el emperador romano Aureliano, para evitar la guerra entre ellos.
Por la novela desfilarán una serie de personajes, algunos reales, que mostrarán diferentes características, en la que la traición, la corrupción, la compasión y la culpa se reflejarán, pero sobre todo el ansia de libertad, un sentimiento que, de alguna forma, creará un vínculo entre Nausica, convertida ya en amante de Aureliano, y la reina Zenobia de Palmira, porque a ambas al igual que otros personajes femeninos, les une el deseo de libertad, libertad para dejar de ser esclava en el caso de Nausica, y libertad para desgajarse de Roma en el caso de Zenobia.
La balada de Alcatraz nos remite a la vida de un marginal que encuentra en el periodo militar panameño el origen, apogeo y caída de su montañismo social. Los años sesenta hasta 1989, serán su campo de guerra. Desfilan por la historia personajes reales y ficticios que conviven en atroz y ditirámbica simbiosis. Oficiales de la Guardia Nacional, presidentes de la República, ministros de Estado, acólitos pseudo-revolucionarios, figuras del arrabal y perdedores de toda laya. La carrera del protagonista, no se detiene ante nada en su rocambolesca biografía. El Cuartel Central de Policía, el palacio presidencial, tugurios, casas de campo, mansiones, medios de prensa oficialistas, asonadas castrenses y todo el darwinismo habido y por haber en esa boca de lobo llamada Panamá, conforman el telón de fondo de esta opereta. Alcatraz es el nombre en clave de un cabaret de las afueras de la ciudad que le otorga su sombría claustrofia a esta historia. La catarsis ocurre tras los trágicos hechos de la invasión de Panamá por parte de los Estados Unidos de América. El 20 de diciembre de 1989 resuena como un aldabonazo del siglo XX. Y es que, no solo se trata del genocidio de Panamá, sino de la caída del muro de Berlín, el desplome del Socialismo real y la matanza en la Plaza de Tiananmén en la China continental. En conjunto se aderezan los tétricos fundamentos del nuevo milenio. Ese fin de siglo parece intuir que la canallocracia imperante únicamente espera su oportunidad para volver a insurgir en el cuerpo nacional de la República asentada en las riberas del Canal de Panamá.
El escritor neoyorquino Frank Benedict arrastra más secretos de los que puede soportar. Inmerso en una difícil crisis personal, decide emprender un inesperado viaje a Triunfo, un pequeño pueblo del norte de México, tras los pasos de un padre al que apenas conoció. Su búsqueda confluirá allí con la historia de Sam Lonergan, el último gran director maldito de Hollywood, y la de aquellos que, como él, se bebieron la vida hasta sus últimas consecuencias. Las andanzas de Lonergan junto a su padre, evocadas por los vecinos del lugar, conducirán a Benedict a un viaje de exploración interior para encontrar respuestas, un viaje tan desesperado como la última gran película del cineasta
«Desde el exilio afgano, hace ya más de treinta años, hasta sus dibujos caligráficos más recientes, el cálamo de Rahimi deambula y danza con maestría en cada una de las páginas de este libro».
Le Monde
«He hablado mucho de mi tierra natal, de las mujeres condenadas, de la guerra que se llevó a mi hermano y dispersó a mi familia por todo el mundo… Pero nunca he evocado mi exilio. En cuanto me dispongo a describirlo me descubro desvalido, mudo, como frente a un agujero negro. El exilio es un camino sin retorno. Una vez en él, ya no podemos abandonarlo. Nos convertimos para siempre en una criatura errante, estamos tejidos de otros lugares. Yo soy como la calimorfa, esa mariposa migratoria de alas negras con rayas blancas que, tras abandonar la crisálida, está condenada a volar día y noche».
A través de sus recuerdos y sus reflexiones, de sus poemas y sus caligrafías, Atiq Rahimi nos propone en La balada del cálamo un íntimo y personal autorretrato, una lírica meditación sobre la deriva de nuestras vidas al suspender cruelmente el poderoso vínculo que las une a la tierra natal.
Unos senderistas denuncian la aparición en una vieja fábrica abandonada de Charlie Smith, músico, compositor y cantante de la banda Beaver. A la agente especial Jane Barret encargada de dirigir la investigación, le sorprende que alguien que lleva cuarenta años muerto se pasee tranquilamente con su guitarra delante de unos desconocidos. Charlie fue asesinado en Nueva York la noche del 10 de diciembre de 1980; tan solo cuarenta y ocho horas después de la muerte de John Lennon. Jane se pregunta: ¿si ambos crímenes tienen algo en común? En esta nueva aventura Jane viaja a las profundidades de los bosques de Maine, para entrevistarse con un lugareño que fue camarero de Charlie el año que fue asesinado. Usher le contó que Charlie vivió la beatlemanía en primera persona y asegura que su banda Beaver estaba destinada a ser la sucesora de los Beatles. La invita a visitar una vieja bodega situada en el subsuelo de la fábrica. Al descender por las escaleras se abre un portal que traslada a Jane a los años ochenta. ¿Logrará la agente federal salvar las vidas de Charlie Smith y John Lennon? Un grupo de gallegos afincados en Nueva York, conocidos como los Castrexos, tratarán de impedírselo. Ellos se consideran los guardianes del tiempo. Están convencidos de que Charlie es el Ángel Negro y llevan tiempo planeando su asesinato. Pero Jane es muy cabezota y no ha viajado cuarenta años en el tiempo para ver morir a sus ídolos. Le encanta la música de Beaver y de los Beatles. Piensa que si viviesen hoy en día, Charlie Smith y John Lennon tendrían mucho que decir sobre temas tan escamosos como el cambio climático. Jane cree que el mundo necesita a muchos como ellos para que la voz del pueblo se escuche mucho más alta, que, la de algunos negacionistas obcecados en ignorar lo evidente.
Siete chavales polacos que no son polacos emprenden una misión de ayuda al prójimo que oculta un maquiavélico plan.
En esta novela hay un viejo quiosquero llamado Borges que elucubra sobre la existencia de Dios y tiene extrañas visiones. En una de esas visiones entrevé a una banda de polacos, siete en concreto —acaso como los siete locos de Roberto Arlt—, que son polacos no porque hayan nacido en ese país, sino porque son rubios y de piel blanca en un país de gente de tez morena.
Los siete polacos son siete chavales que, espoleados por la Yesi —la Polaca llamada también la Colorada porque no es rubia, sino pelirroja y la más blanca de todos—, deciden encontrar un objetivo en la vida: hacer el bien, ayudar al prójimo. Acuden entonces a la iglesia del pueblo y convencen al sacerdote —y este al obispo— para que los apoyen en su misión, y empiezan a ser conocidos como los Wojtyla. Pero este cometido, maquinado por la Yesi, oculta un plan secreto y maquiavélico que pretende vengar el motivo que originó el color de su piel y su condición de polaca.
Federico Jeanmaire, uno de los talentos más singulares y deslumbrantes de la actual literatura argentina, nos ofrece una nueva muestra de su ingenio exquisito y desbordante.
Arturo Morgan, un vaquero del Viejo Oeste, es dueño de casi la mitad del pueblo de Twin Valley y no le gusta nada no haber sido informado que la hija de Louis Smith, un timador fallecido recientemente, está en el pueblo, y no solo eso, está ocupando su casa, la que el viejo Louis perdió en uno de sus tantos juegos.
Jacqueline Smith y Arturo Morgan echan chispas de odio desde el primer momento, más aun cuando él cree que es ella quien cada noche provoca desmanes en su rancho y ella cree que él es quien provocó la destrucción y muerte de su padre.
Dos épocas, dos hombres, un destino común: encontrar la baraja maldita.
En el siglo XIV, en el corazón del Renacimiento italiano, mientras el arte, la cultura y la ciencia florecen, las sombras también se alargan con traiciones, corrupciones y asesinatos impulsados por el poder oscuro. Fray Luca de Bérgamo, un franciscano devoto, recibe del Papa la misión de encontrar y destruir una Baraja de Tarot maldita, creada por el mismísimo Diablo. Con la ayuda de Amaro Valverde, un hombre de armas atormentado por la pérdida de su esposa e hija a manos del fanático inquisidor Nicolás de Monnet, fray Luca se embarca en una peligrosa búsqueda para erradicar el mal.
En la Sevilla contemporánea, Nerian Bartolomé, un escritor viudo y en declive, descubre una misteriosa nota oculta en la librería de su casa. La nota lo lleva a una cita enigmática que marcará el inicio de la aventura más extraordinaria de toda su vida: encontrar la Baraja Negra. Acompañado por un ex fraile singular y guiado por una mujer que lo ayudará a redescubrirse, Nerian se enfrentará a desafíos insospechados en su búsqueda de la baraja.
"La Baraja Negra" es una trepidante novela que entrelaza el pasado y el presente, explorando temas de redención, amor y el eterno conflicto entre el bien y el mal.
“Se alargarán las manos
en su barca de hielo…”
Jules Supervielle.
De algunas frases y de un tono pertenecientes a un cuento suyo de hace veinticinco años, nacieron en el autor, tanto después, las partes de este libro de imaginación, autónomas pero a la vez dependientes de un fondo y una historia antagónicos de aquel relato: el fondo y la historia de un medio (una juventud y una familia) y a la vez de otros hechos y otros infortunios, pertenecientes los unos a la vida, los otros a la leyenda, y sujetos por nostálgica e inescapable fatalidad a la ley secreta de la declinación y transfiguración final de todo cuanto vive “en algo rico y extraño” [Into something rich and strange. Palabras del epitafio de Shelley en el cementerio romano de Cayo Cestio].
E. M.
El marxismo ha venido tratando lo nacional como un “problema” o “cuestión”, sin desarrollar un concepto propio de nación. Contribuyó negativamente a ello la noción simplista de Stalin, descriptiva y cerrada. Imperó el interés puramente político y externo al hecho nacional. En el libro de Carlos Barros, partiendo de la intuición del judío bolchevique Ber Borojov sobre el uso del concepto “condiciones de producción”, profusamente utilizado por Marx y Engels, se investigan todos sus escritos, tanto teóricos-metodológicos como periodísticos o cartas, a fin de sacar a la luz la noción subyacente de nación, materialista y dialéctica, que informaba sus posicionamientos sobre los hechos nacionales de su tiempo, que les llevó a apoyar con entusiasmo al nacionalismo irlandés y polaco, al tiempo que la unificación alemana. Combinaron los fundadores con destreza lo material-objetivo (geográfico y económico) con lo ideal-subjetivo (histórico, político y cultural), con sus frecuentes y paradójicos cruces, partiendo de la división histórica de la humanidad en clases y naciones, devolviendo al primer plano explicativo las condiciones económicas, entrelazadas con las condiciones naturales e históricas, para aprehender la historicidad, la viabilidad y la durabilidad de las naciones. El momento es oportuno para redescubrir, siglo y medio después, la sorpresiva superioridad del método de Marx. En el siglo XXI vivimos con la globalización el retorno de lo nacional: resurgen las viejas naciones sin Estado, entran en crisis los decimonónicos Estados-nación y emergen en el ámbito global esbozos de nuevas relaciones de nación. Super-posiciones móviles que exigen, para su comprensión global, del método marxista original, materialista al tiempo que subjetivista y complejo, distante por supuesto de la superficialidad y la bronca hoy políticamente dominantes.