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Bolsilibros - Servicio Secreto 47. El soplo de la muerte, de Jack Grey

Novela, Policial

Mabel, llevando en los labios una sempiterna sonrisa triste que aumentaba su atractivo, atendía a unos y a otros, mostrándose siempre amable e inspirando, sin embargo, inexplicable respeto incluso a los más osados. 
No tenía turno definido. Ostentaba una especie de jefatura que le permitía acudir a todas partes, vigilar el servicio, procurando que nadie cayese en falta…


Bolsilibros - Servicio Secreto 49. Una pista difícil, de Jack Grey

Novela, Policial

Gordon Allen dejó su coche en las inmediaciones de Queensborobridge, lanzó en derredor una mirada recelosa y avanzó a pie hacia una casita de dos plantas, rodeada de pequeño jardín, de la cual no salía luz alguna. 
La puerta de la verja hallábase entreabierta. Gordon empujó, cerrando tras sí apenas hubo penetrado; cruzó el estrecho sendero y llamó al timbre de manera especial. Pronto le fue franqueado el acceso al interior del edificio.


Bolsilibros - Servicio Secreto 53. Operación «La Negra», de Fred Gorhan

Novela, Policial

La mañana se deslizaba apaciblemente para Randall. La convicción de que muy pronto abandonaría aquella vida rutinaria de Washington, había calmado su impaciencia e irritabilidad de los últimos días. A las once se pasaría por el despacho de Tolson, éste le daría las instrucciones convenientes y, pocas horas más tarde, partiría en el avión para San Francisco, según le oyera decir. ¿De qué asunto se trataría? Randall lo ignoraba. Sólo sabía que muy pronto podría ocupar todas sus horas, y esto le bastaba.


Bolsilibros - Servicio Secreto 57. Un loco en la sombra, de A. Rolcest

Novela, Policial

Se abrió la puerta y apareció Elssie Hogan, una muchacha esbelta, de grandes ojos garzos. El empleado de la Compañía aérea pareció extrañarse del aspecto de aquella mujer, que, pese a la expresión de tristeza que había en su rostro, dominaba con tal fuerza la poderosa vitalidad y belleza que irradiaba de toda ella, que al empleado se le antojó paradójico que fuese precisamente ella quien se encargase de la fúnebre misión.


Bolsilibros - Servicio Secreto 58. El encapuchado gris, de Jack Grey

Novela, Policial

Walter Doyaux había adquirido fama de brusco, soberbio y dominador. A pesar de eso, y aunque llevaba relativamente poco tiempo en Bruselas, hubiera podido contar con grandes relaciones, pues poseía algo infalible: dinero, mucho dinero. Más no lo deseaba. Prefería vivir casi solo y no frecuentar más trato que el de contadas personas. Entre ellas, figuraban en primer lugar la familia del magistrado Oscar Laroque, familia compuesta por este, su esposa Patricia y su sobrina Susana.


Bolsilibros - Servicio Secreto 62. Secuestros en Nueva York, de Fred Gorhan

Novela, Policial

Me llaman Dick «el renegado». Nunca me lo han dicho en la cara, pero yo lo sé. En realidad, no me importa. ¿Puede importarme ya nada? Actualmente resido en Nueva York. Ocupo un cuarto en la pensión de Mistress Rowe. Mi ventana da a la South Street. Por las noches, como ahora, me gusta contemplar el espectáculo del East River, surcado periódicamente por las luces de los ferries que, desde el Hudson, dan la vuelta a Manhatan, uniendo Jersey City con Queens, que enciende su luminaria en la otra orilla. Esto al fondo.


Bolsilibros - Servicio Secreto 63. La maraña sangrienta, de Jack Grey

Novela, Policial

Salieron a la pista del club nocturno en que se encontraban, no tardando en llamar la atención. Ella, aunque en el otoño de su vida ya, era una espléndida mujer; Barry, además de su natural elegancia, era poseedor de un atractivo irresistible y de una simpatía que cautivaba, especialmente al elemento femenino. Quizá influyera en ello el correcto desdén con que solía tratar a sus amigas, el cinismo, sin estridencias, que formaba parte de su idiosincrasia.


Bolsilibros - Servicio Secreto 67. Tanques para Tobruk, de Ernie Parker

Novela, Policial

El hombre que ocupaba un asiento junto a la ventanilla, en el interior del imponente «Liberator» que surcaba majestuosamente el espacio sobre el Atlántico Norte, sacó el pasaporte del bolsillo interior de su americana sport, y lo examinó con expresión ambigua en su rostro de facciones duras, que revelaban una voluntad indomable.


Bolsilibros - Servicio Secreto 68. Remitente, Los Ángeles, de J. Dixon

Novela, Policial

El Bowery se encontraba en plena animación. Para aquel barrio turbio de Nueva York, la noche era el momento en que todo el mundo salía a la calle y llenaba los bailes públicos, los teatruchos de variedades o los centros de boxeo y de lucha libre. Otros paseaban por la calle, entrando y saliendo de los bares, en los que una pianola mecánica animaba a la clientela. Algunos grupos de jovenzuelos de ambos sexos, que no tenían dinero para entrar en ninguna parte, bailaban desesperadamente en plena calzada, dificultando el tráfico callejero.


Bolsilibros - Servicio Secreto 70. Chantaje trágico, de Jack Grey

Novela, Policial

Oyó un leve roce de sedas a sus espaldas y se volvió rápido. Una mujer huía. No la reconoció, porque la niebla espesábase de minuto en minuto. Sintió frío en los huesos y la garra del pánico en la garganta. Maquinalmente avanzó, queriendo dar alcance a la desconocida, pero no tuvo éxito; esta perdióse por una de las callejuelas próximas. 
Procuró el hombre serenarse. En medio de todo, ¿qué tenía aquello de particular? Lo más probable era que se tratase de cualquier joven de vida airada que iniciaba su deambular nocturno.


Bolsilibros - Servicio Secreto 74. Muerte en los rostros, de A. Rolcest

Novela, Policial

Era corpulento, de enormes fuerzas, y así que cogió a Willie de los hombros lo atrajo contra su pecho sujetándole de forma que lo dejó inmovilizado. Mientras, el que había recibido el golpe en el estómago, le rodeó para cogerlo por las piernas sin correr mucho peligro. Willie no se opuso. En realidad era lo que estaba esperando. Así que sus pies estuvieron separados del suelo, puso en juego varios movimientos de contracción y estiramiento, de manera que los que le sujetaban se veían obligados a seguir sus balanceos.


Bolsilibros - Servicio Secreto 76. La muerte en cada minuto, de Al Masson

Intriga, Policial, Novela

En plena contienda de la II Guerra Mundial, una agente novata del FBI gracias a sus conocimientos en Física, tiene como primera misión escoltar a un importante científico de un país de la Europa del este, especialista en energía atómica, haciéndose pasar por su secretaria. En pleno vuelo hacia territorio aliado, el avión es secuestrado por unos agentes del espionaje alemán. La pareja es trasladada a una base secreta nazi en el mar báltico, donde, a cambio de sus vidas, son invitados de manera «voluntaria» a colaborar junto a otros científicos en conseguir el arma definitiva que haga decantar la balanza de la contienda del lado teutón. Pero el escuchimizado, despistado y cobarde científico esconde un as en la manga…


Bolsilibros - Servicio Secreto 78. Guerra en la jungla, de Jack Grey

Intriga, Policial, Novela

Le admiraban todos en la academia, pero tal admiración, lejos de exteriorizarse noblemente, se traducía en secreta envidia, en odio reconcentrado por parte de los más.¡Aquello de que el paria, como habían dado en llamarle, obtuviera siempre las mejores notas!…Tristán Mandel, objeto de la aversión, no hacía nada por destruirla. Diríase que se colocaba al margen de todo lo que no fuera el logro de sus anhelos. Reducía el trato con los demás a lo estrictamente preciso y estudiaba a todas horas.Varias veces llegaron a sus oídos comentarios duros:—¡Es un necio!—¡Un presumido!—¡Se cree superior!—¡Nos desprecia!—¡Y el pobre diablo no tiene donde caerse muerto!Tristán, dominando el deseo de encararse con aquellos privilegiados de la fortuna y hacerles tragar los crueles adjetivos, se refugiaba en su cuarto, apretados los dientes, centelleantes los ojos.


Bolsilibros - Servicio Secreto 79. Crucigramas sangrientos, de Fred Gorhan

Novela, Policial

Había conocido a Nick, tres años atrás, en «Lou Walterʼs», el cabaret más popular del barrio latino. Por entonces, toda la ilusión de Miriam se cifraba en brillar con luz propia en las tablas o en los «platós». Poseía una figura espléndida y su rostro, enmarcado en la rubia cabellera, resultaba encantador. Walter le había dado su oportunidad, y ya llevaba quince días en el coro. Ella sabía que aquello solo era el principio, pero no dudaba de que, al final, triunfaría. Veía ya su nombre en los anuncios luminosos de Broadway. Su retrato repetido hasta la saciedad en todas las revistas de espectáculos… Hasta que conoció a Nick. La presencia de aquel hombre tuvo la virtud de aventar de su cabeza todos aquellos sueños de gloria.


Bolsilibros - Servicio Secreto 81. Orden de Invasión, de A. Rolcest

Bélico, Intriga, Novela

Apenas amaneció, un squad, que terminada su vigilancia nocturna volvía a su retiro en uno de las pueblecitos costeros del condado de Kent, se encontró con los restos carbonizados de un «Spitfire».La batalla de Inglaterra aún no había empezado. Noruega, Holanda y Bélgica, ya habían sido invadidas… Francia estaba quedando fuera de combate.Sola Inglaterra, ya con la magulladura de Dunkerque, miraba el mar con los músculos tensos. De un momento a otro podía producirse la invasión. Todo parecía posible en aquellos momentos. La «Wehrmacht» lavaba su fulminante lanza en las Alas más cerradas, y éstas se abrían como ante un poder diabólico. Hábiles barrenos perforaban los cimientos de los Estados, y en el momento del estallido estos se desmoronaban, convertidos en cascotes inservibles. La «Luftwaffe» cubría la comba del espacio, y el tremor de sus motores bastaba para que abajo los seres y las cosas pareciesen arrebatados por un huracán.


Bolsilibros - Servicio Secreto 84. El F. B. I. en la cárcel, de Jack Grey

Novela, Policial

A partir del día de su regreso todo cambió: salidas misteriosas, ausencias largas, aficiones no conocidas nunca en ellos… 
En su fuero interno culpaba a Batterby de la transformación operada en Denny. No le cabía duda de que el temperamento activo e inquieto del primero había influido en el segundo hasta sacarlo de sus plácidas costumbres. Pero nunca se atrevía a exponer tal creencia por miedo a disgustar a cualquiera de los dos.


Bolsilibros - Servicio Secreto 90. Un capitán de comandos, de F. P. Duke

Novela, Intriga, Policial

Wilson Hopkins se miró complacido ante la amplia luna del lavabo de su cuarto de aseo en el «Hotel Regina», y se sintió complacido de lo impecable de su atuendo, de su bien rasurado rostro y de su figura, de la que, varonilmente, se hallaba muy satisfecho. Se sabía un hombre casi perfecto, y había tenido infinidad de oportunidades de comprobarlo a través de sus éxitos amorosos en su joven pero exuberante vida de marino, al servicio de la escuadra de la Muy Graciosa Majestad Británica. Hopkins había llegado a capitán en una carrera rápida y brillante. Hombre amante de su carrera, marino por tradición, pues todos sus antepasados lo habían sido y hombre listo y nada apocado, logró destacarse dentro de su carrera, y su actividad, su ilustración y su talento natural y cultivado, le habían servido para verse favorecido un día con el nombramiento de agregado naval a la embajada de su patria en Berlín.


Bolsilibros - Servicio Secreto 94. Doble triunfo, de F. P. Duke

Novela, Intriga, Policial

Estaba en el antedespacho del señor Wolff, su superior. El agente, un tipo alto, fuerte y elegante, de unos treinta y dos años, de tez morena, ojos negros y pelo liso, brillante y bien peinado, avanzó elásticamente hacia el despacho. Dickson vestía con elegancia, aunque sin destacarse demasiado, pero apto para no hacer el ridículo en ninguna reunión de personas elegantes. Era un hombre al que se le podía confiar cualquier papel en la sociedad, seguro de que al menos, en presencia, no fuera nota discordante.


Bolsilibros - Servicio Secreto 96. El fantasma asesino, de Jack Grey

Novela, Policial

Lionel Blake dio una orden al «abadís» que conducía el carricoche, y éste se detuvo. 
Echó pie a tierra, pagó espléndidamente, obteniendo con ello reverencias y bendiciones, y quedé unos momentos contemplando el edificio, rodeado de jardín, que se ofrecía a sus ojos. Era grande, destartalado y tétrico. Por encima de la verja, a base de barrotes y chapa de hierro, realizado con el fin de que desde la calle no pudiese verse el interior, aparecían las copas de unos árboles añosos, retorcidos, faltos de savia. 
Aquélla era la mansión de Melwyn Thorbun, polifacético hombre de negocios establecido en El Cairo, donde había cimentado una cuantiosa fortuna.


Bolsilibros - Servicio Secreto 99. El secreto de Daniel Hardy, de Francis Rod

Novela, Policial

Acampado en la extensa llanura de la isla Wake, a poca distancia de la playa, el tercer batallón de Infantería de Marina de los Estados Unidos preparábase a asestar a los restos de la guarnición japonesa de dicha isla, el golpe de gracia que terminara con la resistencia. Los nipones, después de la batalla sostenida con los «marines» al desembarcar éstos en la isla, hubieron de replegarse hasta las montañas de origen volcánico que formando una cordillera atravesaban de punta a punta la isla.