Una anécdota de verano… una aventura adolescente… una bicicleta estropeada. Esta historia está basada en cierta verdad, en una chica que contactó conmigo por error, una chica que quería arreglar su bicicleta. De ahí surgió esta historia, de un wassap equivocado que provoca una anécdota maravillosa. A partir de ahí, todo es fruto de mi imaginación.
Una boda que no prometía nada y una invitada a la que nadie parece recordar, ese es el cóctel explosivo que provoca que Vega inicie una búsqueda desesperada durante sus vacaciones de verano. Cuando accede a ir a la boda de su prima, lo hace a regañadientes. Agobiada ante la idea de acudir sola al evento con el añadido de que, además, apenas tiene trato con esa parte de su familia. De modo que elabora un plan; pasar el tiempo justo para quedar bien y después buscar alguna excusa creíble que le permita marcharse. Sin embargo, todo cambia cuando sale al jardín a tomar el aire y conoce a una mujer en la que no había reparado hasta entonces. Lo que prometía ser una velada tediosa y aburrida, se convierte para Vega en una de las mejores noches de su vida. Cuando todo termina se despiden y cada una se marcha por su lado, pero cuando Vega se despierta al día siguiente, se da cuenta que fue un error no pedirle el número de teléfono. Desde ese momento inicia la alocada tarea de encontrar a la chica de la boda, a pesar de que todo parece estar en contra de que consiga su objetivo.
Peggy Jackson es una joven provinciana que acude a Londres con algunos ahorros a probar suerte y a empezar de cero. Allí se topa con el joven Elvis y su vividor socio Isacio. ¿Podrá salir la joven airosa del triángulo amoroso que se conformará a su llegada?
La vida de una empresaria no es fácil, y la de una pequeña empresaria menos, aunque el negocio sea una muy cuidada tienda de chuches. Nuestra protagonista hace cuanto está en sus manos para lidiar con el día a día de su tienda, con sus clientes, los buenos y los malos, dejándose la piel para cumplir con sus encargos... Sin embargo, una lluviosa noche de febrero, justo la víspera de San Valentín, un atractivo desconocido se cruzará en su camino para socorrerla cual príncipe azul, al regalarle su paraguas hasta desaparecer poco después de su vida. Víctima de un flechazo, y sin nada más para encontrarlo que el susodicho paraguas, ella pondrá todos sus esfuerzos en encontrarlo y saber si es su media naranja... mientras hace lo imposible para que su negocio no se vaya a pique. ¿Estarán destinados a encontrarse de nuevo?
Marga tiene 22 años y la talla 44. Aunque no sea propiamente una condena, sus kilos «extra» le hacen sentirse inferior a sus perfectas amigas de la 36, que pueden llevar vestidos mínimos y sexis y resultar deslumbrantes, mientras que a ella le hacen parecer una pordiosera. Eso sí, una pordiosera muy bien alimentada. Recién llegada al mundo laboral, Marga se va dando cuenta de que muchas de sus limitaciones están sólo en su cabeza, que los príncipes azules no lo son tanto y que el amor, la amistad y el sexo pueden entremezclarse y complicarle mucho la vida. Y lo mejor de todo: que ella puede elegir cómo, dónde y con quién complicársela
¿Y si el amor de tu vida hubiera sido correspondido? Fruta de temporada. Así es el amor a veces. A veces, los hombres lo ven así. Consumir preferentemente antes de que haya implicación emocional. A veces, la vida nos trata como a una naranja de la huerta que debe ser consumida aquí y ahora porque es fresca y tiene vitaminas. Otras veces, el bolo alimenticio da un revés y acabas convertida en piña en almíbar.
Sus ojos son del color del jade, los labios tatuados de rojo profundo, un cuerpo diez y siempre exquisitamente ataviada: se viste en Prada y Gucci, los complementos son de Chanel, las joyas, por supuesto, de Tiffany. Se llama Bodicea, como la legendaria reina británica, es la chica del milenio, y su presa son los tíos con dinero mucho, mucho dinero, pero con estilo y que sepan cómo gastárselo. Con otras chicas como ella, Bo se presta cada año a hacer el circuito: Palm Beach en febrero, St. Moritz en marzo, abril en Marbella y París, julio en St. Tropez, agosto en Ibiza. Todo ello en busca del gran premio, el más rico de todos. El nicho de oportunidades es reducido, entre los veinte y los treinta, y Bo sabe que el tiempo corre. Pero Bo tiene un pasado en Fort Lowell, Ohio, cuando era la chica más guapa de la clase, a la que el capitán del equipo de fútbol dejó plantada la noche de la fiesta de graduación. Bo decidió que la vida en su pequeño pueblo no era para ella y se fue a Nueva York, dispuesta a comerse el mundo, y nunca se permitió mirar hacia atrás, hasta ahora.
Isabella Lombardi quiere ser agente de moda y va a hacer lo que esté en sus manos para serlo. David Gallagher un ex modelo cotizado que ahora es agente de modas hará todo lo posible por ser el mejor en su estilo. Ambos ni buscan amor ni quieren encontrarlo, los dos están bien donde están y mal que bien, conformes con su vida. En un fastuoso evento, mientras David escapa de una mujer, se ve atrapado por los hermosos ojos de una bella joven que se encuentra apoyada en la barra tomando sidra y ¿zapatos deportivos? Como mosca a la miel se acerca a la joven que no está menos embelesada admirando al hermoso hombre que se le ha acercado a hablarle. Su atracción pronto se transforma en un sentimiento que conocen pero no se atreven a reconocer. Mientras Isabella descubre que se ha enamorado del mismo hombre que había amado mientras era una adolescente y David comprende que esa mujer es lo que él siempre estuvo buscando, el destino les hace escoger entre su relación, la confianza, el amor y el trabajo, sus ambiciones y su superación personal. La vida pone a prueba sus decisiones cuando algo le sucede a Michelle, la modelo de quien Isabella fue asistente y una buena amiga de David. Esto cambia su vida y la visión de Isabella y David de la de ellos. Alguien tiene que sacrificar algo, alguien tiene que ceder ¿Pero lo que sienten el uno por el otro será lo suficientemente fuerte para que cada uno abandone por lo que ha trabajado toda su vida? Quizá el amor no sea más fuertes que las ganas de ser el agente de modas más famoso de Europa.
Los recuerdos viven de nosotros, pero respiramos a través de ellos. Carlota tiene veinte años, un secreto y un billete de avión para Castle Combe. Está decidida: va a ser una persona nueva y va a olvidar a la chica del sombrero azul. Por ello, cuando llega a la granja de Helen Robinson, comienza a ignorar todos los problemas que se han quedado en Barcelona. Sin embargo, con su caótica estancia en el pueblo inglés y la insufrible presencia de Clark, el nieto de Helen, saldrán a relucir los temores olvidados y un fantasma que aún sigue muy vivo. El viaje de su vida traerá consigo el recuerdo de su hermana Candela y la necesidad de reencontrarse con ella, pero también la ternura y la incertidumbre de haberse enamorado de alguien que puede desaparecer. Así, con escala en Barcelona-Castle Combe Camprodon, Carlota abrirá la puerta de una habitación que lleva vacía mucho tiempo: la del perdón. Pero ¿encontrará la manera de no volver a cerrarla cuando descubra que no es la única que tiene algo que esconder?
Faith tiene treinta y cinco años, unos kilos de más, un perro con un alto coeficiente intelectual, un hijo de doce años obsesionado por invertir en Bolsa y una hija que interpreta la vida a través de las teorías de Freud. Su trabajo en una cadena de televisión como la chica del tiempo le obliga a madrugar demasiado; por si no fuera suficiente, tiene un marido que además de roncar, no levantar la tapa del váter ni ponerle el tapón al dentífrico, últimamente se comporta de una forma un tanto extraña: viste mejor, está algo más delgado y trabaja a todas horas. Las sospechas surgidas a raíz de un comentario de su peculiar amiga Lily, editora de una revista de moda y personaje habitual en las fiestas de la alta sociedad londinense, harán que Faith se obsesione por demostrar la infidelidad de su marido. Husmeará en los bolsillos, escrutará cualquier movimiento extraño, dudará de cualquier nombre de mujer hasta entonces nunca oído e incluso contratará los servicios de un detective. Pero esas investigaciones tan solo darán como fruto más dudas y dolores de cabeza, porque enfrentarse a la posible infidelidad de su marido es cuestionarse también la vida que ha llevado hasta ahora al lado del único hombre al que ha querido. Pero por otro lado, ¿no sería hora ya de afrontar una nueva vida y recuperar de ese modo el tiempo perdido?
'¡Expulsa a esta mujer! ¡Arrójala al mar!'. Sin reconocer la verdadera identidad de Debbie Nian, Carlos Huo la ignoró por completo. 'Señor Huo, ella es tu esposa', le recordó el secretario de Carlos. Al escuchar eso, él lo miró con frialdad y se quejó: '¿por qué no me lo dijiste antes?'. A partir de entonces, Carlos la empieza a valorar y mimar. Sin embargo, nadie se imaginaría que terminarían en un divorcio.
'¡Expulsa a esta mujer! ¡Arrójala al mar!'. Sin reconocer la verdadera identidad de Debbie Nian, Carlos Huo la ignoró por completo. 'Señor Huo, ella es tu esposa', le recordó el secretario de Carlos. Al escuchar eso, él lo miró con frialdad y se quejó: '¿por qué no me lo dijiste antes?'. A partir de entonces, Carlos la empieza a valorar y mimar. Sin embargo, nadie se imaginaría que terminarían en un divorcio.
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