Lester Ballard es un joven solitario e inadaptado que, tras ser despojado de la tierra de sus antepasados, merodea por los alrededores de Frog Mountain, donde su sexualidad reprimida y el ejercicio de una imaginación rica y morbosa le conducirán a buscar en los bosques víctimas con las que satisfacer su insaciable lujuria. Una cruenta historia que recuerda la brutalidad gótica de Santuario de William Faulkner, en la que Cormac McCarthy da la vuelta al sentido del título creando una escalofriante trama protagonizada por un hombre cuyas frustraciones se incrementan a medida que trata de relacionarse con un entorno que le repudia sin motivo aparente, a la vez que nos ofrece la recreación literaria de un período de Estados Unidos en el que se anticipa ya la problemática de una sociedad tan poderosa como desorientada.
Charles Bukowski , la más impactante prosa de alcantarilla: la indecente energía de la furia, el malhablado lenguaje de los bares y una exuberante impertinencia constituyen su voz experta en interrumpir la algarabía de «un mundo lleno de canciones de amor espantosas». Entre borrachos y suicidas, Bukowski ha conseguido que los miserables tengan su poeta y que la ironía sea capaz de derrotar a la peor de las tragedias. ¿No podría, entonces, llevarnos hasta el infierno y traernos sanos y salvos? Sanos, sí; a salvo, no. Y es que en este viaje, pleno en humor cruel y furia etílica, Bukowski despliega sus mejores artes de narrador despiadado para ofrecer una veintena de historias sarcásticas, explosivas y absolutamente inolvidables. Nadie sale ileso: ni el boxeador al que entre round y round le recomiendan tirarse, ni el escritor que va al hipódromo buscando una «acción» que lo arruina, ni el joven aburrido que lleva una prostituta a su casa, ni el actor que trata de escapar de la tiranía de la fama… Ni mucho menos, desde luego, el lector. Hijo de Satanás, «un triste, cómico y potente libro como jamás escribió este importante autor», según la revista View , implica un paseo electrizante por el paisaje de la decadencia. A través de ese camino, Charles Bukowski ofrece la llave para abrir las secretas puertas del infierno. El callejón está abierto, y las emociones, aseguradas.
En Un casamiento convencional explora las desventuras de una joven madre que sobrevive en medio de un conflicto bélico: Martha se embaraza y cae en la trampa de un matrimonio rutinario; la guerra inicia y el marido parte al frente de batalla. En Al final de la tormenta amplía su discurso político y antibelicista, Martha Quest, ya divorciada, se une a un grupo de jóvenes comunistas sudafricanos y se casa con un refugiado alemán; la novela también desarrolla el tema de la desilusión de la política militante comunista.
Una joven psiquiatra empieza a trabajar en una clínica en la que, además de con los peculiares pacientes, tiene que enfrentarse con los extraños métodos del director, con la zafiedad de algunos compañeros y, como va descubriendo, con su propio pasado, del que inexplicablemente solo conoce algunos detalles. Mientras tanto se verá involucrada en el enfrentamiento que dos hombres mantienen con el fin de alterar el destino al que se creen abocados.
Hipnos combina el género policíaco con el thriller psicológico. Con un lenguaje preciso y desde un singular punto de vista narrativo, esta novela se adentra en el tema de la relación que establece el hombre entre la realidad y la ficción a través de la memoria, el augurio, el sueño y el propio acto de narrar.
Sobre Hipnos, la crítica ha dicho:
«Una novela de estilo límpido y envolvente sobre el universo de lo fantasmal y el maquiavelismo de la manipulación» (T. Regniere, Le Figaro).
«Una obra de construcción medida, cuidadosamente dosificada, como conviene a la índole de la desconcertante historia. Una novela ambiciosa por el afán que ha puesto el autor en convertir la narración en un crisol de significados. Está escrita con soltura y contada con destreza» (R. Senabre, Abc).
«Supura sus buenas dosis de densidad a la par que mantiene su interés en una trama en permanente huida hacia territorios de dificultosa concreción. Hipnos ejerce, sobre un lector atrapado en sus vericuetos, algo de ese poder hipnótico que, en continuo desconcierto, permanece hasta el final» (R. Acín, Diario 16).
«La atmósfera de misterio que crea el narrador va in crescendo y aumenta el interés del lector, en permanente suspense. Siguiendo los pasos de Beatriz el lector queda hipnotizado, sin llegar a escuchar el chasquido que lo despierte a la ¿realidad?» (N. Masergas, Lateral).
El periodista de «La pluma de Dumbo», convencido de que algún día sería un gran escritor, escucha un comentario cáustico de su hijo sobre la gran novela que nunca llega; en «Inodoro», un electricista se queda dormido en la casa vacía donde está trabajando, y al despertar, una chica de voz seductora lo llama desde el lavabo; el joven basurero de «Ultraje», abandonado por su mujer, convierte por una noche el camión de la basura en un barco pirata. Además, entre estos y otros relatos cerrados hay tres micronovelas: la del escritor de libros de autoayuda que destruye su universo emocional y acaba como profesor en Boston, el infierno; la del ejecutivo del Banco Mundial que ya sólo puede percibir la realidad cuando viene mediatizada por la televisión o el correo electrónico, y la de un historiador de la vida privada que, muerto espiritualmente, resucita como cocinero.
La obra, escrita en 1897, contiene muchas tramas secundarias, pero el eje central de la misma lo constituye la relación que se entabla entre el catedrático de literatura latina de la Facultad de Letras Luciano Bergeret y el rector del seminario Lantaigne. Estos dos hombres, siempre que pueden conversan en un paseo, a la sombra de los olmos. Ambos personajes compadrean pero son de opiniones contrarias. Bergeret pretende penetrar en el alma del rector del seminario, hombre inteligente y piadoso. En realidad Lantaigne es una especie de prolongación del propio Bergeret, como portavoz de ideas que el mismo catedrático no desea expresar personalmente. El decano de la facultad y el cardenal-arzobispo no ven con buenos ojos esta amistad. Pero los dos amigos no le dan importancia. En una aburrida ciudad provinciana, para Bergeret no hay otra distracción que sus estudios clásicos y las tertulias en el rincón de la librería Paillot. En ese «rincón de pergaminos y pastas viejas» hay tres sillas, a las que llaman «académicas», cuyo asiento está reservado para el profesor Bergeret, Mazure (archivero municipal) y el señor Terremondre, presidente de la Sociedad de Agricultura y Arqueología. En la narración aparecen también diferentes tipos de la sociedad francesa del momento: un judío francmasón, Worms-Clavelin; Noemi, su mujer, coleccionista de antigüedades eclesiásticas, piezas que se las busca el padre Guitrel, maestro de elocuencia sagrada en el seminario; el general Cartier de Chalmot, contrario a la República, su mujer Paulina y el cardenal-arzobispo, monseñor Carlot.
Bergeret, profesor de literatura antigua en provincias, es un dechado de belleza moral y de verdadera simplicidad; un hombre bondadoso y distinguido. Desprecia las convenciones, como todo espíritu opulento de ideas que no necesita mendigar el parecer de los demás. Se halla casado con una de esas mujeres de cursi sentimentalidad y de ambición burguesa, un trasunto de Mme. Bovary, que no alcanza a ver las cualidades superiores que adornan el espíritu de su marido hasta como marido. Cierto que el amor no reconoce ninguna superioridad; pero es triste que la belleza de la mujer hermosa no pueda tributar el homenaje de su belleza al hombre de talento noble, recto, justo y sano. Un hombre estúpido, de alma inconsistente, es el preferido de Mme. Bergeret, voluble y ligera. El profesor Bergeret descubre por azar el lío adúltero. Sorprende a su mujer y a su amante besuqueándose en un diván. Con sobrehumana sangre fría pasa por la habitación sin darles a entender que los ha visto. Se encierra en su biblioteca y mientras los amantes se preguntan si los ha descubierto, Bergeret se abandona a una crisis de desesperación. Le pasa por la mente la idea de matar; pero se domina, abre la ventana y echa a la calle un maniquí de mimbre. No habrá escándalo; no demandará el divorcio. Quita a su mujer la dirección del hogar doméstico sin darle explicación alguna. Ella se siente moralmente destituida, y su amor propio sufre profundamente. Implora gracia a su marido, invocando la existencia de sus hijas. Esto, llegando al alma de Bergeret, le mueve a una conciliación: le deja una hija y se lleva la otra a París, la que más le quiere y más le comprende. Dulce es el arte de France, como un cacho de miel; pero de él se saca un escepticismo pesimista, que constituye un aguijón de abeja.
Un anillo de amatista es el símbolo de la dignidad episcopal, de modo que bajo el título de esta novela, publicada en 1899 y tercera entrega de la «Historia Contemporánea», se oculta una procaz intención anticlerical. El genial ironista francés —declara una reseña aparecida en abril de 1919 en la revista «Cervantes»— traza con el vigor suyo característico el cuadro de la Francia de finales de siglo, y con impiadosa mano expone los pormenores de los mundos social, político y religioso. Nadie con más crudeza ni con mayor elegancia que el admirable novelista francés ha observado y pintado las costumbres sociales de un pueblo. En «El anillo de amatista» Anatole France cuenta, como sólo él sabe hacerlo, la forma peregrina en que se nombra a un obispo. ¡Qué amargura, qué hondo escepticismo se siente al acabar de leer este libro admirable!
Luciano Bergeret, designado para desempeñar una cátedra en la Sorbona, deja la residencia provinciana en que le hemos conocido y visto en las tres novelas anteriores y se dirige a París en compañía de una de sus hijas.
Publicado en 1901, con esta novela se evidencia la cada vez más acusada preocupación político-social de France, quien progresivamente se irá acercando a posiciones y tesis del partido comunista. La trayectoria (defensor de causas humanitarias mediante elocuentes defensas de los derechos civiles, de la educación popular y de los derechos de los trabajadores), es patente a través de sus siguientes novelas: El asunto Crainquebille , también de 1901, La isla de los pingüinos , de 1908, y La rebelión de los ángeles , de 1914. No obstante, aunque France está en la lista de los intelectuales de izquierda por un proceso de decantación, es un autor demasiado explosivo e inmanejable para ésta.
La madrugada del 25 de diciembre de 2012, mientras volvía a casa tras una velada agradable con sus amigos más cercanos, Édouard se encontró con Reda, un hombre de ascendencia argelina, y lo invito a subir a su apartamento. Unas horas más tarde, Reda intento estrangularlo y lo violo. Édouard parte de este hecho para explorar las múltiples facetas de la violencia y logra transformar, con una habilidad extraordinaria, una historia intima en la gran historia, en la Historia de la violencia.
Imaginemos una mujer que ha decidido no seguir avergonzándose de su lado oscuro. Lea vive a la sombra de un ansia antigua y femenina, heredada de su madre, con el murmullo constante de unos pensamientos obsesivos que son, a la vez, su motor creativo. Siempre ha odiado ese ansia, pero con la madurez ha entendido que no puede huir de ese destino que, hasta ahora, la ha guiado en sus errores y aciertos. Porque las cosas, en definitiva, le van bastante bien. Es una brillante escritora de cuarenta y nueve años, casada y todavía enamorada, con tres hijos al cargo. Y de repente, un giro inesperado sacude su vida: un diagnóstico que abre una ranura para encuentros insólitos y para revelar la feroz vitalidad que hay en su interior.
Misail Poloznev es un veinteañero de una ciudad de provincias cuya vida laboral va dando tumbos. Enfrentado al despotismo de su padre arquitecto, deja el hogar y abraza trabajos sencillos, como el de pintor de brocha gorda. Se casará con una joven de clase alta, pero ésta lo abandonará con la misma frivolidad con la que se acercó a él. Desheredado, Misail y su hermana se enfrentarán a los prejuicios y rémoras de una sociedad, la rusa, que apenas puede ya respirar en las postrimerías del régimen zarista. Si Chéjov nos presenta la opresión que ejercen acomodados y ricos, en su haber como escritor está el no habernos ahorrado ninguna de las mezquindades de la embrutecida clase obrera y campesina, anestesiada —y bien lo vio él, que era médico— por el alcohol.
«Historia de una escalera» es la primera obra de Antonio Buero Vallejo, estrenada en 1949 en plena dictadura franquista. La obra inaugura en la escena española una tendencia de teatro realista y social que se mantuvo durante varias décadas de la segunda mitad del siglo XX. Los textos dramáticos desarrollan una historia, en este caso, el fracaso de las ilusiones juveniles y la frustración amorosa, esta trama se representa en un escenario por unos personajes, Fernando y Carmina, que contemplan, desde el pasado, el presente y el futuro de sus hijos, que también se llaman Fernando y Carmina, un futuro que se adivina muy parecido a la vida que han tenido ellos. Toda la obra tiene lugar en un único escenario: una escalera de un edificio de pisos de clase media-baja. El tiempo es un elemento fundamental en la obra.
En 1971, la ya anciana Chiyo Uno dio a conocer la historia de Kazúe, una muchacha que, tras protagonizar una indiscreción amorosa, se escapa de su hogar. La narradora sigue a Kazúe hasta Tokio, describe su vida hasta que cumple unos treinta y cinco años y se pregunta, en una suerte de interesantísimo vaivén, las razones por las que Kazúe obró, decidió y sintió. Erotismo frío, pasión lúcida y escritura rigurosa se aúnan en esta novela de estilo condensado y misterioso que pertenece a una categoría específica de los géneros japoneses, la watakushi-shosetsu o «novela del yo», forma de relato ni del todo ficticia ni del todo autobiográfica.
En 2010, Serena y James regresan a Baltimore desde Filadelfia, donde ella ha conocido a los padres de él y ha podido hacerse una idea del concepto tan distinto que ambos tienen de la familia. Durante el viaje, Serena repasa la vida de la suya. Contada en varios tiempos, la historia de los Garrett comienza en 1959, cuando su abuelo Robin hace algo insólito: dejar el negocio en manos de su ayudante y disfrutar de unos días con los suyos en una cabaña del lago Deep Creek. Son las primeras vacaciones familiares, pero para entonces se hallan ya muy alejados los unos de los otros: su mujer, Mercy, se debate entre su pasión por la pintura y la presión social por hacerse cargo del cuidado del hogar; sus hijas adolescentes, Alice y Lily, no pueden ser más opuestas, y en cuanto al benjamín, David, alberga esperanzas de escapar de la órbita familiar, aunque nadie entiende por qué. Con el paso de las décadas, todos irán descubriendo la imposibilidad de liberarnos de quienes nos aman, y lo cercana y a la vez desconocida que resulta cada familia para sí misma. Con su calidez y humor habituales, Anne Tyler ilumina las bondades y maldades de nuestra vida cotidiana y la inefable naturaleza de los lazos familiares.
En el texto autobiográfico que sirve de prólogo a esta antología de cuentos, Erskine Caldwell escribe «no tengo verdades filosóficas que impartir, ni me mueve ningún impulso evangélico para cambiar el destino humano. Lo único que he querido hacer es describir lo mejor que he sabido las aspiraciones y la desesperación de la gente sobre la que escribo». La aparente humildad del empeño da perfecta cuenta de las intenciones y la textura moral del autor: con una conmovedora e inquietante mezcla de distancia, ternura y sarcasmo agridulce eso que damos en llamar lucidez , los relatos reflejan la vida cotidiana y la atmósfera cargada y opresiva de la América de la Depresión. Tiempos mortecinos en los que, pese a todo, la vida sigue, y Caldwell, como ya hiciera en sus obras maestras El camino del tabaco, La parcela de Dios y Tumulto en julio, los transmite con «intensidad del sentimiento». Escritos casi como una serie de estampas tan crudamente realistas que rayan en el esperpento, en los cuentos se reconocen los mejores mimbres de la tradición cultural norteamericana, anterior y posterior: las malas pulgas de Ambrose Bierce, la ironía de Mark Twain y hasta la doblez ingenua de Frank Capra. Y así, adolescentes fatalmente enamorados y cadáveres insepultos, emigrantes suecos, charlatanes de feria y leñadores con aficiones musicales componen un fresco de personajes y situaciones divertidas y lúgubres a la vez en el que se plasma con sutileza, inteligencia y sentido del humor el hambre, el desarraigo y los conflictos de clase y raciales de la convulsa América de los años 30. Una antología de relatos turbadores que estremecerá al lector más avisado.
Desde la habitación de una fría pensión un hombre se siente involucrado en un dramático suceso que sucede en la habitación de al lado. Un sádico plantador blanco se divierte cortando las colas de los perros de sus pobres arrendatarios. Un cazador blanco prefiere seguir a su jauría de sabuesos antes que socorrer a otro cazador negro que ha caído en un pozo. El hambre insoportable es el desencadenante de la fatal reacción de un padre hacia su hija pequeña. Un joven enamorado espera que un sombrero nuevo le ayude a declararse a su amada. Una pareja de jóvenes casados recorre más de cuarenta millas para visitar la tumba de su hija muerta. Un exgobernador del estado trata de obtener un «anticipo» de la muchacha con la que dice querer casarse. Estos son algunas de las situaciones y personajes que pueblan las historias de este volumen de relatos de Erskine Caldwell. Historias del Norte y del Sur (II) complementa el anterior volumen, publicado en esta misma colección, y nos muestra una selección de dieciséis de los mejores relatos cortos escritos por el autor de El camino del tabaco en los años 30 del pasado siglo, su período más creativo en lo que a este género literario se refiere. Los difíciles años de la Depresión en las plantaciones del profundo Sur, con sus aparceros empobrecidos y desesperanzados, víctimas de unas condiciones de trabajo vejatorias, constituyen el escenario principal de la mayoría de los relatos. En ellos encontramos al Caldwell más vigoroso e idiosincrásico, con los temas, ingredientes y tipos que caracterizan la sólida narrativa que le hiciera famoso: crudo realismo, situaciones violentas, ternura, sentido del humor y toques de lirismo.
«Historias del río Hulan» es la novela más popular de Xiao Hong, escritora china fallecida en 1942 a la temprana edad de 31 años. Publicada póstumamente, relata sus recuerdos de infancia, dispuestos sobre el telón de fondo de la sociedad china antigua y rural. Xiao Hong rememora ese mundo en primerísima persona a través del notable personaje de la niña que fue, a quien dota de una mirada incisiva y conmovedora, mientras crece y conoce el mundo en la deteriorada casona familiar, y en directa interacción con las familias que subarrendaban alguna de las numerosas habitaciones del inmueble, propiedad de su abuelo. Éste le transmite a la niña calma, bondad compasiva y espíritu crítico, y la pasión por el cuidado de un perfumado jardín y por la lectura y declamación de poesía.
A los veintidós años, Nikki, una joven inglesa de origen hindú, ha conseguido dar la espada a las tradiciones familiares y tiene muy claro que es ella quien debe escoger, tanto sus empleos como sus novios. Por eso, en un arranque de entusiasmo, acepta el puesto de profesora en un curso de escritura creativa para viudas del Punyab que se impartirá en el centro social de Southall. Desde el primer día, en cuanto queda claro que el variopinto grupo de mujeres que acude al curso no tiene el menor interés en la escritura creativa convencional, Nikki tendrá que arreglárselas para seguir adelante al frente de una clase mucho más díscola de lo que habría imaginado. Un libro de relatos eróticos será la clave para terminar inspirando a las «alumnas» para que escriban sus propios cuentos. Historias sacadas de la imaginación o de la realidad, que van tiñendo las clases de complicidad y diversión, pero que también van sacando a la luz los secretos de unas mujeres que han callado durante demasiado tiempo, por mucho que esto le pese al resto de la comunidad.
En Historias secretas de mujeres de Arabia conoceremos a personajes inolvidables que perseverarán, aprenderán y crecerán bajo las más extraordinarias circunstancias, incluyendo a una novia que súbitamente amanecerá ciega sin síntomas médicos aparentes, una recién casada que es amenazada por un mago y a una joven mujer que será chantajeada por un hacker tecnológico. Ciertos obstáculos tendrán que sortear estas mujeres, como la niña que fue secuestrada por su madre divorciada y llevada a vivir a una choza en Egipto, o una esposa cuya prueba de fidelidad de su marido es empujarlo a tener una relación con otra mujer.