El amor verdadero, la familia, la venganza, las segundas oportunidades, la sinceridad... En su nueva novela, Albert Espinosa nos sumerge en una emocionante historia protagonizada por unos personajes inolvidables que nos harán reflexionar y descubrir lo que es realmente importante en la vida.
Una joven prostituta, su chulo, quien da nombre a la novela, y un joven e inocente intelectual, son los tres personajes protagonistas de Bubu de Montparnasse. Tres seres desprotegidos para el amor, incapaces de reconocerse en una sociedad alienada y quizá sórdida en el París de finales del siglo XIX. Charles-Louis Philippe, con una mirada insólita en aquel momento, disecciona la sociedad parisina utilizando la pluma como si de un bisturí de precisión se tratara, consiguiendo extraer la bilis negra que se pudre en el interior de sus personajes. Construye así una historia tremenda y desgarradora, pero llena de ternura y poesía. Como dijo Clouard, su talento es esencialmente una sensibilidad que escribe. Fueron muchos sus admiradores, desde Eliot hasta Gide, pasando por Cocteau, Claudel o Brassens. Lo cierto es que Bubu de Montparnasse es una obra de referencia en la que se refleja, en buena medida con carácter visionario, un mundo donde la soledad, el aislamiento de los individuos, es el espacio donde los seres humanos nos sentiremos atrapados. Este proletario de la literatura dejó a su paso por la vida una obra insuperable. No hay arte de una u otra calidad, sólo hay arte. Por esta vez, los adjetivos sobran.
Bucéfalo, tal vez el caballo más famoso de todos los tiempos, narra su vida junto Alejandro Magno, al que acompañó en su sueño de conquistar el mundo. Tomando como punto de partida la infancia de Alejandro y sus sueños de formación, seguiremos a caballo y jinete en el más fascinante de los viajes, un periplo jalonado de batallas, gestas y prodigios que nos conducirá desde la Grecia antigua hasta la misteriosa India y los confines del mundo conocido.
De regreso de una convención internacional de autores anónimos, el brasileño José Costa recala en Budapest. Allí, en una ciudad extraña para él, se topa por primera vez con el idioma húngaro, cuya elástica sonoridad lo cautiva. La única lengua que el diablo respeta, como reza un proverbio magiar, se le antoja como una música difusa en la que no consigue identificar los límites de las palabras y que lo invita a vivir el sueño de convertirse en otro, de empezar de cero, sin maletas, sin habla, como un recién nacido. Aun consciente de que esa opción también trae consigo el dolor de dejar de ser quien era, y lo condena a esa especie de limbo que es la condición de nómada de la lengua, José da el salto. Deja a su mujer y a su hijo en Río de Janeiro y se instala en Budapest con la enigmática Kriska, su profesora de húngaro y amante. A partir de ese momento, su vida se desdobla. Dos ciudades, dos mujeres, dos idiomas, e incluso dos identidades: José Costa se transforma en Zsoze Kósta, y su nueva ciudad, en espejo de su vida anterior. Esa atmósfera envolvente de forzada convivencia con las palabras provocará una serie de sucesos hilarantes y lo conducirá, en un giro tan insólito como imprevisible, al refugio y solaz de la poesía. ‘Budapest’ es una novela depurada, que fluye como una melodía, a la vez que provocadoramente divertida. Es, asimismo, un canto al poder transformador de la lengua en una época de migraciones en la que, más que nunca, la búsqueda de una nueva vida en un lugar extraño conduce al individuo a cuestionarse infinitamente su identidad, atrapada quizá en algún lugar de un trayecto imposible.
Georges Duroy, un exsuboficial que ha servido en Argelia, malvive en París con un empleo sin futuro. Tres francos con cuarenta céntimos es lo que tiene en el bolsillo al empezar la novela, lo que equivale «a dos cenas sin almuerzo, o a dos almuerzos sin cena, a elegir». Pero un fortuito encuentro con un antiguo compañero del ejército, que ahora es redactor político de un periódico influyente, va a cambiar su vida. Iniciado por su amigo en el periodismo, ese oficio de «quienes despachan la comedia humana cobrando por líneas», se encuentra de pronto rozando los círculos del dinero y el poder. Joven y apuesto, pronto descubre que a través de las mujeres «se llega más deprisa»; ve, además, que, aunque no le sobren luces ni talento, lo importante para triunfar es «el deseo de triunfar». Buen Amigo (Bel-Ami) (1885) avanza a golpes de deseo y de ambición, «vanidad halagada y sensualidad satisfecha»: bajo su férula caen amantes, matrimonios, herederas y ministros. Maupassant dijo que su héroe era «un aventurero parecido a los que vemos cada día por París y que se encuentran en todas las profesiones existentes». Siguen encontrándose en todas partes, y por eso esta magnífica novela no ha perdido ni un ápice de vigencia.
Romper las reglas nunca fue tan divertido. Lydia no puede dejar de pensar en Rhys, un hombre atractivo, sexy y divertido? que también es su nuevo jefe. Siempre ha hecho lo que debía y, aunque no tiene mucha experiencia, está dispuesta a todo para conquistar a Rhys. Incluso subastar su virginidad. Sí, no es el plan más sensato y Lydia tiene mil razones para no hacerlo, pero también podría salir bien? ¿no?
Lo que pasa en Las Vegas… ¿se queda en Las Vegas? Payton es una chica segura de sí misma que quiere disfrutar de la vida y, cuando conoce a Vince, decide ir a por él. En una noche de fiesta, ella le propone cometer la locura de casarse. Vince le gusta, y no le parece una idea tan descabellada. Al fin y al cabo, nada dura para siempre y lo mejor es vivir el momento, hasta que la realidad los separe. Pero ¿se conformará Payton con pasar solo un buen rato? La esperada nueva novela de Jana Aston, la reina del chick lit
Ciega desde los diecinueve años, Summer se convirtió en una escultora de madera. Cuando casi muere por cuenta de un asesino serial, ella se va lejos a una cabaña alejada en el bosque, llevada por el hombre que alguna vez amó secretamente. Allí, Summer no puede parar de tocar los músculos gruesos y poderosos de Nick Cassidy, un guardaespaldas profesional, ni tampoco todas esas otras partes masculinas duras y deliciosas que ella siempre quiso explorar. Durante años, Nick estuvo lejos de la hermanita de su mejor amigo, la buena chica, Summer. Ahora él ha regresado, y en su hermosa cabeza pelirroja, solo caben los deseos traviesos que siempre había sentido por ella. Ciego de deseo, Nick no se da cuenta que su escondite no es seguro hasta que ya es muy tarde.
El narrador de «Buena mar» se embarca, de la manera más literal posible, en un viaje de trabajo. Lo hace porque es periodista y quiere descubrir cómo viven y faenan esos hombres que pasan su vida en alta mar para que nosotros podamos comer pescado fresco. Esta travesía hacia lo desconocido —nunca ha navegado y apenas conoce del mar más que la playa— es también un viaje hacia su propio interior, pues lo que conoce en tierra firme en realidad parece irse a pique: su trabajo, su pareja, su casa, su vocación, su vida entera. Cómo se vive rodeado de agua, cómo van pasando los días entre los timbrazos que anuncian que la red está llena, cómo se ve el horizonte desde un viaje que no se parece a ninguno, qué esperar del trayecto hacia Gran Sol, uno de los caladeros más complicados del mundo. Con esta experiencia, vivida a través de su propia inocencia pero también a través de la mirada y la sabiduría que la tripulación poco a poco le va prestando, Antonio Lucas trae a nuestras manos la épica de un trabajo agotador y tan desconocido como apasionante.
Doscientos años después de que Jane Austen publicara “Persuasión”, Anna Casanovas rinde homenaje a esta obra con una novela actual, pero con la genialidad y la delicadeza del clásico de la célebre autora. Un homenaje al clásico de Austen, tanto por la trama, como por el tono, la ambientación y la ironía sutil e inteligente de la autora. El discurso “feminista” de Jane Austen como mujer adelantada a su tiempo, también está muy presente en la novela. “Si entonces procedí mal dejándome convencer, recuerde que lo hice mirando por mi seguridad y previniendo un riesgo ciertamente posible.” Persuasión, Jane Austen. Nada garantiza que un consejo dado con buena intención logre el resultado deseado y eso Anne lo sabe mejor que nadie, todavía hoy descubre a diario las consecuencias del que siguió hace poco más de ocho años. Pero va a cambiar, no volverá a celebrar su cumpleaños empapada por la lluvia tras trabajar más horas de las necesarias en ese restaurante. La decisión de Anne se convierte en la chispa que desencadena una serie de eventos inimaginables hasta entonces: el reencuentro con sus amigos de la universidad, las inesperadas muestras de amistad de sus hermanas, el interés de su padre y la reaparición de Manel. La inteligencia artificial forma parte de nuestro día a día, es el recuadro amarillo que nos reconoce en las fotografías del móvil o el mapa que nos dice cómo llegar a dónde queremos ir desde nuestra casa, pero Manel lleva años creando algo distinto, una inteligencia artificial que se llama Jane. Por Jane Austen. Y no tiene nada qué ver con Anne, aunque ella se llame Anne Elliot, como la protagonista de Persuasión. Tampoco es por ella por lo que lleva años leyendo a Austen e investigando a Tom Lefroy. Tom Lefroy es uno de los grandes misterios de la literatura, es el hombre que supuestamente le rompió el corazón a Jane Austen y la lanzó a escribir. Aunque tal vez creer eso sea un gran error. Tal vez Jane Austen y Tom Lefroy tuvieron otra clase de relación y tal vez Manel y su Jane puedan descubrir la verdad si Anne, esta Anne de hoy en día, toma la decisión adecuada.
Poco podía imaginarme aquella mañana que una nueva paciente sería quien daría un giro a mi vida. Clara entró con fuerza en mi consulta, haciendo la petición más sorprendente que me habían hecho nunca. Una simple cena, su alegría y ese coraje que llevaba por bandera bastaron para cautivarme. Le mostré mi lado más tierno, también el más oculto, y la quise conmigo para siempre, pero las piedras en el camino fueron otros quienes nos las pusieron. Mi nombre es Aleksi, Alexis para Clara, y esta es mi historia; una en la que no faltan las risas ni los momentos más disparatados que puedas imaginar, como tampoco faltan amor y pasión, esos que van de la mano y nos llevan a un ¿felices para siempre? Si quieres descubrirlo, acomódate en el sofá porque empezamos. En un lugar del mundo, una mañana cualquiera...
Cada nueva novela de António Lobo Antunes supone un acontecimiento literario. «Buena tardes a las cosas de aquí abajo» es la última de su extensa producción, y aparece publicada en nuestro ámbito idiomático a los tres meses escasos de su lanzamiento en Portugal, tras recibir en Roma el Premio de la Unión Latina de Escritores, el Nobel de las lenguas románicas. «Buenas tardes a las cosas de aquí abajo» es una sinfonía coral que ahonda en todos los temas y obsesiones de Lobo Antunes. En el marco de una Angola «post» colonial, un territorio de disolución por el que deambulan como espectros los sucesivos agentes que el Servicio de Inteligencia de Portugal envía para reactivar el tráfico de diamantes, las distintas identidades se confunden con un paisaje de campos de algodón y extensiones enormes de girasoles. Seabra y Miguéis, pero también Marina y Mendonça, los hombres y las mujeres de esta obra son reflejos de nuestra existencia. Sus mundos interiores coinciden con el mundo interior del autor y, también, con el nuestro. En su afán por reinventar las leyes internas de la novela, el pasado se funde con el presente en una estructura polifónica en la que los temas y motivos avanzan y retroceden, se asoman para desaparecer acto seguido, hasta conformar un todo unitario, un exquisito festín de palabras. La literatura de António Lobo Antunes reclama lectores entregados y dispuestos a participar en el universo de sensaciones de sus personajes. La comunión entre autor y lector significa un viaje compartido, una epifanía que en «Buenas tardes a las cosas de aquí abajo» alcanza cotas de una hondura insondable. La lectura de estas páginas no dejará indiferente a nadie.
«Buena suerte» describe la infancia de dos hermanos, Lou y Oz, cuyas vidas cambian de la noche a la mañana al morir su padre en un accidente. El suceso obligará a los niños a abandonar la trepidante Nueva York de los años cuarenta para trasladarse a las agrestes montañas de Virginia, donde pasarán al cuidado de su bisabuela. Ante Lou y Oz se abrirá un nuevo mundo en el que las adversidades darán paso a una existencia rica en vivencias y descubrimientos. Baldacci rememora en esta novela vivencias del pasado en su Virginia natal. En palabras del propio autor: «Irónicamente, como escritor me he pasado los últimos veinte años a la caza de material para novelas y nunca supe ver el inagotable filón de recursos que había en mi familia».
Para Marcus, el mundo se detuvo una noche cerrada en el arcén de una carretera oscura. Arrodillado junto a los pilotos traseros de su coche y bañado por la luz roja, su vida perdió un sentido que él ni siquiera había tenido tiempo de darle. Contra todo pronóstico, incluido el suyo propio, salió adelante. Acabó los estudios, consiguió un trabajo, se independizó, puso los cimientos de su propia vida adulta y conoció a Valeria. Si le hubieran preguntado, es posible que incluso se hubiese mostrado moderadamente optimista respecto al futuro; tenía motivos que hacían que seguir caminando valiese la pena. Sin embargo, como el matón que apoyado en el coche aguarda sonriente a que su víctima recupere el aliento, la vida esperaba su turno con la factura en la mano, riendo a carcajadas.Mediante una narración ágil que combina diferentes voces y puntos de vista, Buena suerte es un apasionante y oscuro relato que se asoma a la culpa, al castigo y el perdón, a la desesperación y sobre todo, a la obligación de seguir viviendo, a pesar de todo.
Asturias 1929. Esperanza, una joven huérfana es contratada por una poderosa familia aristocrática como dama de compañía de doña Rosario, una anciana que vive confinada en una silla de ruedas y enclaustrada en una mansión aislada que le encomienda la misión de averiguar el paradero de su hija desaparecida un año antes. Para cumplir con su misión Esperanza tendrá que afrontar numerosas dificultades ya que, por la extraña forma de actuar de sus habitantes, no parece ser bienvenida en la mansión… Además de doña Rosario, en la mansión viven una ama de llaves, un jardinero, la cocinera y una sirvienta, aunque habitualmente reciben las visitas de Diego Carreño, el administrador de los bienes de la familia. Muy pronto Esperanza descubrirá que una horrible tragedia ocurrió en esa casa cuando Buenaventura, la hija de doña Rosario desapareció sin dejar rastro. Muchos afirmaron que huyó de las posesivas garras de su madre con la que al parecer no congeniaba, otros apuntan a que en realidad alguien cercano a su círculo la asesinó y su cuerpo se encuentra enterrado en algún sombrío lugar del bosque…
Gala acaba de volver a su ciudad, vive con su amiga Zoe, le repele la palabra 'amor' y solo quiere volver a ser feliz, sin complicaciones. Marc vive en Barcelona con su hermano Eloy, el amor no ha llamado a su puerta todavía, es relativamente feliz y no ha descartado complicarse. Dicen que toda buena aventura comienza con un viaje. Un choque brutal y unas cuantas etapas del Camino de Santiago serán el punto de partida de su historia. Él es el orden y ella es el caos. ¿Serán capaces de encontrar su camino? ¿Juntos?
Zoe vive con su amiga Gala, es creativa en una agencia de publicidad y una artista con las manos. Le gusta divertirse, las cenas de los viernes con sus amigos y tomarse la vida con humor. El único que suele borrarle la sonrisa de la cara es su jefe, Gerard, la piedra en el camino con la que tropieza una y otra vez. Adrián vive solo, es director financiero en una empresa farmacéutica y siempre ha cuidado de su familia.Le gusta divertirse y compartir cervezas con Marc y Eloy. Está loco por Zoe, la única que suele dibujarle una sonrisa tonta en la cara. Zoe y Adrián se conocieron haciendo el Camino de Santiago, y, por alguna razón inexplicable, conectaron. Su amistad se basa en la sinceridad y en el apoyo mutuo. Por eso, cuando el mundo de ella estalla, nadie mejor que él para acompañarla mientras lo recompone. Con el paso del tiempo, los sentimientos de él seguirán intactos. Pero ¿qué sucederá con los de ella? ¿Podrán seguir siendo solo amigos? ¿O sus caminos se cruzarán sin límites y asumirán todas las consecuencias? Si leíste El camino de Gala, no puedes perderte esta historia.Edurne Cadelo
Una novela de gran sensibilidad que nos envuelve en un mundo repleto de ilusiones y magia aun cuando el entorno es convulso y desolador. Érase una vez un teatro de variedades que estuvo abierto en el paseo marítimo de Brighton durante los veranos de los años cincuenta. Allí actuaba Jack, el maestro de ceremonias, un oportunista experto con múltiples recursos, que cantaba, bailaba y contaba chistes malos. También estaba Ronnie, un mago capaz de crear toda clase de ilusiones. Y Evie, la encantadora ayudante a la que el mago atravesaba con espadas y partía en dos con un serrucho. Bueno, aquí estamos es la historia de un triángulo tan aparentemente clásico como profundamente inusual que no tarda en complicarse cuando el microscopio de Swift se pone a analizar motivos, comportamientos, antecedentes biográficos, causas, consecuencias, incluso posibilidades. ¿Qué pudo pensar Ronnie cuando a los ocho años fue enviado fuera de Londres para estar a salvo de los bombardeos alemanes? ¿Quién era el misterioso jardinero de Evergrene? ¿Quién enseñó magia al maestro de Ronnie? La madre de Ronnie fregaba escaleras en el East End de Londres, su padre era un marinero errante, pero ¿quiénes eran los padres de Evie y los de Jack? ¿Qué callaba Jack cuando abandonó las variedades y pasó a ser un personaje famoso de la televisión? ¿Con quién cree estar la anciana Evie en la última página de la novela? Entre lo que ocurrió, lo que tal vez ocurrirá y lo que pudo haber ocurrido, asistimos, en escenas breves que saltan continuamente adelante y atrás, a setenta años de la historia de tres personajes a la vez débiles y heroicos, grandiosos y mezquinos, entrañables, vulgares e imposibles de olvidar.
Ella no se movió, se quedó quieta. Lentamente me acerqué a ella, sabía que no estaba durmiendo, solo tenía los ojos cerrados, eso es todo. Me arrastré sobre la cama y la giré hacia mí. Ella se defendió, perfectamente . La atraje hacia mí, ella se dio la vuelta y me golpeó ligeramente el hombro. Pero no me rendí. Con un tirón ella se tumbó debajo de mí. Sus ojos bien abiertos. "Déjame…" siseó ella. Pero eso me excitó aún más. Negué con la cabeza y presioné sus muñecas contra la cabecera. Ella gimió involuntariamente. Le di una sonrisa sucia. Ella solo tragó".
El timbre del teléfono la contuvo. El pijama había sido depositado en el fondo, bajo la almohada de su cama. Vestía pantalones tejanos, descoloridos, con un remiendo en las posaderas. Un blusón pardo del cual asomaba el inicio de sus senos. —Buenos días, amor. —¡Vaya! —gritó—. ¿Otra vez equivocado? —Ya no. —¿Y bien? —Si no eres Laura. ¿Quién eres? —Si tú llamas a tu Laura, ¿por qué insistes? —¿Qué haces? —¿Y qué te importa? —No sé si me importa, pero me gusta llamarte. Todo forma parte de una equivocación.