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Bolsilibros - Punto Rojo 271. Escrito sobre las tumbas, de Frank Caudett

Policial, Novela

Han transcurrido ya veintisiete años desde los inicios de la Segunda Guerra Mundial. Pese al tiempo y aun considerando los factores negativos y positivos que dimanan de cualquier gran contienda, entiéndase abandono y decadencia de cierto sector humano, evolución y progreso en los campos de la ciencia y el saber, el desarrollo de la vida política, social y económica, nos recuerda una y otra vez que nuestra época actual está entrañablemente unida a las resoluciones trascendentales de aquel período de seis años, 1939 − 1945. La solución de lo que fue un conflicto universal ha dejado una huella impresa, indeleble, imperecedera, en el rostro sonriente de nuestra época actual. Todos los estudios y análisis efectuados al reanudarse esa normalidad que permite a los hombres preguntarse el cómo y el porqué de las cosas, no arrojaron los frutos objetivos que trataron de encontrarse apenas terminado el conflicto. Hoy, actualmente, es posible establecer un juicio terminante, casi certero, de hechos y problemas que entonces pasaron poco más que inadvertidos.


Bolsilibros - Punto Rojo 272. Lo más absurdo del caso, de Frank McFair

Policial, Novela

Michael Glenarvon. —Mickey, para los amigos—, era un hombre razonablemente feliz. Su último libro había tenido un buen éxito de público y, por lo tanto, económicamente, y ahora se había retirado a su rancho de Taos para escribir otro. Ésa era una de las causas de su felicidad. La otra era que regresaba de una fiesta, durante la cual, una adorable criatura, mezcla a partes iguales de pétalos de rosa y un bikini de reducidísimas proporciones, le había alentado con bastantes esperanzas. Muy prometedoramente, en realidad. Por tanto, y mientras conducía su coche a setenta millas por hora por la carretera 64, de Santa Fe a Taos, cantaba a todo pulmón «O my darling Clementine», con algunas variaciones impuestas por los sucesivos whiskys y por sus apreciaciones personales sobre las canciones del antiguo Oeste.


Bolsilibros - Punto Rojo 274. El caso de los filósofos, de Frank Caudett

Novela, Policial

Samuel Tanner era uno de los profesores de Hendon. Inglés nato. Ya no por su flema y ponderación, por su meticulosidad y paciencia, sino por el prisma frío y real conque enfocaba la vida. Tanner les decía a sus alumnos que un policía no se limitaba a ser un individuo con olfato, de eso también tenían los perros y no llevaban uniforme ni pistola. Insistía además en que un policía no debía ser nunca la imagen novelesca del detective arriesgado, audaz, violento y espectacular que sembrando el terror con puñetazos y llaves de judo descubría al autor del más enrevesado crimen con pasmosa facilidad.


Bolsilibros - Punto Rojo 276. Federal bureau… Al habla, de Frank Caudett

Policial, Novela

—F.B.I., al habla, ¿quién llama? El muchacho que sostenía el auricular pegado a la oreja, apoyándolo contra el hombro derecho, dejaba libres sus manos para anotar en el cuaderno que había en la mesa frente a sus ojos. Ante el silencio del comunicante, insistió: —F.B.I., al habla, ¿quién llama? Silencio. Y por fin, una voz queda, tenue, temblorosa: —¿Es… la Oficina Federal? —Le he dicho eso, dos veces consecutivas. ¿Quién es usted? —Mi nombre no importa. Tengo algo importante que comunicarle. —Adelante, tomo nota.


Bolsilibros - Punto Rojo 277. Contratos de asesinato, de Frank McFair

Novela, Policial

El agente principal Collins fue quien recibió la llamada telefónica. 
—¿Quién pregunta por mí? —interrogó. 
—Ha dicho que sólo quiere hablar con usted, sin dar su nombre, señor —dijo la telefonista—. Con usted, personalmente. 
—Está bien, póngale. 
Cogió una clavija adaptada a su teléfono y la conectó con el aparato grabador. Éste se puso en marcha. 
—El agente principal Collins al habla. 
—Míster Collins. Mi nombre es Smith y soy abogado. Quisiera hablar con usted.


Bolsilibros - Punto Rojo 278. Organismo federal, de Frank Caudett

Policial, Novela

Eva Dubois reencarnaba a entera satisfacción, con toda brillantez, muchos siglos después, a su homónima del Paraíso. Ella, hoy, era mujer y serpiente. Como hembra, extraordinaria. Verdaderamente excepcional. Insuperablemente hermosa. La belleza exuberante de su ser arrancaba desde la raíz de sus áureos cabellos para terminar en la punta de los dedos de unos pies diminutos, bien formados, broncíneos. Aquella cascada de oro compuesta por finísimas hebras resbalaba por encima de sus hombros, por la espalda, cual indómita catarata de chorro voluptuoso, de caudal inagotable. Ella, las recogía ahora en cautivador moño sobre la nuca, dejando al descubierto el grácil cuello de cisne. Sonreía a través de la pulida luna del tocador.


Bolsilibros - Punto Rojo 279. Un g-man llamado Coleman, de Burton Hare

Policial, Novela

Era un lunes por la mañana y todo el personal daba la impresión de haber dormido mal, como si sufrieran resaca después de una noche de juerga. Estaban de mal humor la mayoría. Quizás a causa de la perspectiva de una semana de rutina y encierro en las enormes oficinas de la Cooperativa Frutera. El cajero jefe abandonó el ascensor a las nueve menos tres minutos y se dirigió con pasos mesurados a su despacho privado. Para ello tenía que atravesar buena parte del departamento de contabilidad, donde ya estaban instalándose los cincuenta y pico de empleados. Algunos le saludaron, otros ni siquiera levantaron la cabeza a su paso. El cajero apenas si lo advirtió, estaba acostumbrado a ello después de casi toda su vida pasada entre aquellas paredes. Se detuvo ante la puerta de su despacho. Cambió de mano la cartera que empuñaba y extrajo la llave del bolsillo, que insertó en la cerradura. No obstante, no pudo darle vuelta, porque la puerta cedió a la primera presión. No estaba cerrada con llave.


Bolsilibros - Punto Rojo 281. Un g-man solitario, de Clark Carrados

Novela, Policial

Apaciblemente sentado sobre un taburete de lona, a la sombra de unos árboles, Myron Sprague trataba de llevar al lienzo el panorama que se divisaba desde el lugar donde se hallaba. Frente a él, separadas por una distancia de unos setecientos metros, había una larga hilera de colinas casi peladas, en las cuales apenas si crecían algunas plantas abrasadas por el sol. Más a lo lejos y a un nivel inferior, se divisaba una vasta llanura.


Bolsilibros - Punto Rojo 282. Esto es la ley, de Frank Caudett

Relato, Policial

Debí leer en alguna parte lo que ha dado título a esta novela. Y quizá, al recordar hoy lo que leí entonces he pensado en que se ha escrito mucho sobre las tres letras, las siglas que resumen a una de las organizaciones policíacas más eficientes del mundo. Al decir se ha escrito, me refiero a que se ha… permíteme que así lo diga, a que se ha abusado mucho de la abreviatura F.B.I. Incluso se ha dicho: «Esto es F.B.I.», para no decir nada, para no explicar nada concreto acerca del F.B.I.


Bolsilibros - Punto Rojo 284. La noche negra, de Burton Hare

Novela, Policial

Estaban acurrucados en la oscuridad, igual que sombras adheridas a las rocas, con el agua chapoteando violentamente a sus pies, salpicándoles. Un viento huracanado inclinaba los troncos de las palmeras y levantaba surtidores de espuma sobre las crestas de las olas. Eran cinco hombres. Enfundados en impermeables, las cabezas cubiertas por sombreros chorreantes. Ninguno hablaba. El más cercano al embarcadero de madera que se extendía a sus pies sostenía una gruesa linterna en las manos. Forzando la mirada, podía ver cómo se estremecían los soportes del embarcadero. Los crujidos de las maderas se unían al silbido del viento y al rugir del mar.


Bolsilibros - Punto Rojo 285. Los federales se equivocan, de Clark Carrados

Policial, Novela

El puerto era pequeño y, aunque su principal actividad era la pesca, también se expedían y recibían mercaderías en un par de muelles destinados al efecto. Una ligera neblina llegaba del mar y ponía un color amarillo en las luces que iluminaban los tinglados, a la vez que abrillantaba el asfalto del suelo. Los pasos de un guardián sonaron pesadamente. Blake Dunn dio un salto y se situó detrás de una pila de cajones. El guardián se alejó sin prisas. Dunn levantó la vista. Uno de los cajones tenía una etiqueta: «EXPORTADORA HYSLIP, San Simón». Era un cajón enorme, de casi tres metros de lado y unos laterales de tablas de excepcional robustez. Dunn se preguntó por el contenido del cajón. Parecía maquinaria, y, en apariencia, estaba destinada a un país centroamericano. El cajón, por el momento, no le importaba demasiado, aunque sí la empresa a la cual pertenecía.


Bolsilibros - Punto Rojo 286. El FBI colabora gustoso, de Frank McFair

Novela, Policial

—¿El nombre de ese agente? 
—Kermadec, señor. John Kermadec. 
El hombre que había hecho la pregunta tabaleó con los dedos sobre el cristal de la mesa. En su frente, amplia y despejada, libre de arrugas nadie podría siquiera intentar leer sus pensamientos. 
Pasaron casi tres minutos. De pie, ante la mesa, el otro hombre aguardaba, sin dar muestras de impaciencia. 
—John Kermadec —dijo por fin—. En mil novecientos sesenta descubrió al agente soviético que durante el viaje de Nikita Kruschev a las Naciones Unidas tomó contacto con dos científicos americanos, arrancándoles información.


Bolsilibros - Punto Rojo 286. El enigmático profesor Sicosis, de Frank Caudett

Novela, Policial

No nos veíamos. 
Pero nos estábamos mirando por el magnífico espejo que Elmer Hopkins había colocado tras de él, al otro lado del mostrador, en lo que decía ser mejor snack de todo Oakland. 
Él, bebía. 
Yo, tres cuartos de lo mismo. 
—¿Sabes lo que pienso de ti, Bryan? —le pregunté. 
Arqueó las cejas, dejó su vaso encima del mostrador, ladeó la cabeza ligeramente para escrutarme, inquirió a su vez: 
—¿Qué piensas?


Bolsilibros - Punto Rojo 288. Con la muerte a cuestas, de Burton Hare

Novela, Policial

Colgué. El estómago era mío, y quién sufría los sordos retortijones era yo, no él. Recordaba todavía la cara que puso Larry cuando me examinó, pareció muy preocupado, indeciso. Eso indicaba que la cosa no se presentaba bien. Y el examen subsiguiente, con aquellos malditos aparatos, y aquella especie de gas dorado que cambiaba de color… Al demonio; si tenía que ser no era necesario darle más vueltas. Recordé cuando, años atrás, yo me vi obligado a abandonar los estudios. En aquella ocasión, Larry había comentado, riendo, que yo acabaría muy mal… Bueno, terminaría en sus manos si no andaba con tiento. Traté de concentrarme en el problema que Henderson había echado sobre mis hombros. ¿Por qué el supuesto amante había atentado contra su vida? No había sido descubierto, nada le amenazaba… ¿Por qué arriesgarse hasta el punto de intentar un asesinato?


Bolsilibros - Punto Rojo 291. Tan sólo un cadáver, de Burton Hare

Policial, Novela

Generalmente, el acto de poner en libertad a una persona es mantenido discretamente en silencio, especialmente si la persona lo solicita así. Mas ése no era el caso de Giuseppe Curzio. A Giuseppe Curzio le encantaba aquella clase de publicidad. Mientras recogía sus cosas en la oficina policíaca podía oír el excitado runruneo de los comentarios en la calle, delatando que un gran número de personas se habían congregado allí única y exclusivamente para verle salir, libre y victorioso una vez más de la ley. El sargento encargado del trámite le miró con dureza. —¿Está todo conforme, Curzio? —Gruñó. —«Señor Curzio», para usted, patán. —Señor bastardo, para mí, asesino. Curzio dio un respingo. Contempló la cara tensa del sargento de uniforme, aquellos ojos chispeantes de furia mal contenida y se estremeció. Pensó que estaba perdiendo poder y facultades si un miserable sargento de policía se atrevía a tanto…, habría que hacer algo al respecto.


Bolsilibros - Punto Rojo 292. El caso de los crímenes incomprensibles, de Frank Caudett

Relato, Policial

Caudett nos lleva en esta divertidísima novela a través de una serie de asesinatos que, a priori, solo tienen como conexión un bizarrísimo 'modus operandi' y el hecho de todos son realizados en circunstancias casi imposibles. Estamos ante un 'noir' un poco diferente a lo habitual, en el sentido de que retiene la estética y manierismos de las obras de Chandler y Hammet (detective sardónico en oficina con secretaria a la que acosa de forma encantadora, tirante pero cordial relación con la policía, diálogos cortantes llenos de ironía y mala baba), pero en este caso la trama es más propia de Arthur Conan Doyle y Agatha Christie. En el caso del primero tenemos la ya mencionada serie de asesinatos, tan inverosímiles y casi sobrenaturales en su ejecución que parecen uno de las clásicos misterios absurdos en los que Holmes se suele ver envuelto –además de que todas las víctimas recibieron una carta con una esmeralda justo antes de morir, cosa que me retrotrajo un poco a casos como 'El Signo de los Cuatro', 'Las cinco semillas de naranja', etc…) – y por otro lado tenemos una investigación muy 'christiana', con lista de sospechosos, falsas coartadas, pruebas encontradas en los lugares más insospechados, ecos del pasado, etc… En resumen, un goce para los sentidos. Hay que pasar un poco la mano con las habilidades detectivescas del ex-agente del FBI que protagoniza la historia, porque despliega a veces tan sobrenatural poder de deducción con los más nimios elementos que parece que tenga habilidades telepáticas. Aparte de esto, entretenimiento absoluto.


Bolsilibros - Punto Rojo 294. Política y asesinato, de Burton Hare

Policial, Novela

Serie Los Justiciero Nº 10. La ciudad estaba llena de carteles electorales. Todo el mundo podía verlos a cualquier hora, en cualquier lugar, mirase adonde mirase. Los había multicolores, chillones como coristas en trajes de Eva. Sobrios y encopetados, familiares, hogareños… Para todos los gustos. Para todas las clases sociales. La mayoría ostentaban la efigie de Simón Rawlins. Un rostro redondo, bonachón, pero de ojos agudos y labios firmes. Mechones grises cubrían sus sienes. Era la estampa clásica del político de profesión, con aspecto aristocrático, pero no tanto que no llegara a interesar también a los que se movían en las capas medias de la sociedad. Botones de solapa con su retrato, sombreros con las insignias de su partido; jerseys con su nombre cruzando la espalda,… todo era lícito para la gigantesca publicidad desencadenada.


Bolsilibros - Punto Rojo 295. Magali, detective privado, de Frank Caudett

Policial, Novela

Acuciada por la falta de casos, una bella detective privado de grandes ojos negros y cimbreante figura, Magali Ocraz, acepta trabajar en el rodaje de una película como doble de la protagonista principal, la exuberante Barbara Majors. Durante los preparativos del rodaje, toda clase de complicaciones rodean a los componentes del reparto. Se descubren los planes de una ingeniosa trama para transportar droga aprovechando una secuencia de acción . Lo cual desata la intervención del FBI en la persona del joven y apuesto agente Ben Saunders, que se infiltra entre el elenco de la película como doble del actor protagonista. La turbias relaciones entre los componentes del film, en forma de viejas venganzas, celos y odio, explotarán en una sucesión de crueles asesinatos en un plan maquiavelicamente concebido por un rencoroso criminal que no cejara en su empeño hasta ser detenido por la pareja de intrépidos protagonistas.


Bolsilibros - Punto Rojo 296. El FBI venga a sus muertos, de Frank McFair

Novela, Policial

Buck Ronald conducía despreocupadamente, aunque la carretera no fuese precisamente una hermosa autopista. Se trataba, por el contrario, de una ruta de segunda categoría, pero el tráfico en ella era nulo, la noche hermosa, y no tenía prisa alguna. A su derecha, el terreno se elevaba paulatinamente, en un talud suave, cubierto de árboles. A su izquierda, descendía, también suavemente, e igualmente cubierto de árboles.


Bolsilibros - Punto Rojo 301. 24 horas de angustia, de Burton Hare

Novela, Policial

Debido a una extraña concatenación de circunstancias, lo que pudo haber sido el crimen del siglo no pasó de un estallido de violencia. Fue una sucesión de reveses que llevaron a los criminales a un callejón sin salida, y a un hombre llamado Gordon Halliday al mismo borde de la muerte, cuando lo único que quería era declarar su amor y tener entre sus brazos a la mujer que amaba.