Este es un libro hecho de miradas. Miradas sobre cuadros, los artistas que los pintaron y la intimidad de la narradora y su entorno. Este es un libro singular y fascinante, inclasificable, en el que la vida y el arte se entretejen. Consta de once partes: once partes que son once capítulos de una novela que relata una historia personal y familiar, pero que también pueden leerse como once cuentos, u once incursiones furtivas en la historia de la pintura, u once ensayos narrativos que tratan de desentrañar los misteriosos vínculos entre una obra pictórica y quien la contempla.[…]
Un niño traumatizado por la desaparición de su cordero empieza a comer lana, que vomita en forma de bolas; un ama de cría sueña con emigrar a América mientras mantiene la leche utilizando a un perrito; a un marqués le proporcionan dentaduras postizas de dudosa procedencia; a un niño le extirpan las amígdalas, que acaban convertidas en trofeo; un náufrago logra sobrevivir gracias a un secreto inconfesable; una anciana toma una decisión inaudita tras la muerte de su marido; un oficinista selecciona por catálogo a una novia que al final resulta no ser la mujer con la que soñaba… Estos son algunos de los estrafalarios protagonistas de los jugosos cuentos reunidos en este volumen. Moviéndose entre lo macabro y lo irónico, entre la fábula y el esperpento, el realismo más crudo y la fantasía más desaforada, estas historias son una excelente muestra del particular, inimitable y estimulante universo literario de Cristina Sánchez-Andrade. En ellas asoman la Galicia rural, la España profunda, los escenarios de sainete, los personajes estrambóticos y las situaciones imposibles. Aparecen la muerte, el sexo, la codicia, las ensoñaciones, los engaños y los desengaños, pero también algún que otro crimen, toques grotescos, pinceladas macabras y un humor peculiarísimo, descacharrante y a veces perturbador. La autora, que ya dejó constancia de la potencia de su personal voz en estupendas novelas como «Las Inviernas» y «Alguien bajo los párpados», demuestra aquí un dominio prodigioso de la distancia corta con relatos que seducen y sorprenden, llenos de giros inesperados. Cuentos deliciosamente perversos, inquietantemente divertidos, pérfidamente sugerentes.
El diablo está en el pueblo, eso es seguro. Y no sólo por la desesperante sequía que ahoga poco a poco los campos en las primeras semanas de octubre de 1947: hay otras señales. Lo que ocurre es que los padres de Nacho se empeñan en negarlas, más centrados en sobrevivir a un panorama político del que reniegan que en la salvación de sus propias almas. A fuerza de escuchar las advertencias del polémico y temperamental cura don Primo y los lamentos de la atormentada Celsa, a sus casi nueve años el protagonista de esta novela es capaz de formarse una imagen muy clara de lo que le aguarda en el infierno si sus padres siguen decididos a no llevarle a la iglesia. La verdad, no le hace mucha gracia acabar entre llamas, pero aún hay algo que le da más miedo: encontrarse cara a cara con Lucifer... y eso está a punto de suceder. A través de los ojos de Nacho, se despliega un retrato coral tan inocente como intencionado de la España rural de la posguerra: políticos altivos con el yugo y las flechas en la pechera, el maquis en el monte, el estraperlo en la oscuridad de la trastienda, y sobrevolando cada escena la sensación de que todos, con independencia de épocas y edades, hemos sido alguna vez niños luchando contra demonios.
JAIME BAYLYS, periodista, escritor, niño terrible de la televisión, bisexual, divorciado, padre de dos hijas, con novio fuera del clóset, se enamora repentinamente de Lucía Santamaría, una estudiante de psicología de apenas veinte años que sueña con ser una escritora maldita. Nadie parece entender a Baylys: ¿cómo es posible que un cuarentón casi gay, con novio desde hace años y dos hijas encariñadas con este, anuncie de pronto en televisión que se ha enamorado de una joven de la que podría ser el padre, y poco después haga alarde de que está embarazada? Nadie parece entender a Lucía: ¿cómo es posible que una joven de veinte años, la más bonita del colegio, la más bonita de la universidad, perseguida por los chicos más guapos, con aires de niña mala, se enamore de un hombre con fama de gay que podría ser su padre? Esta novela cuenta la historia de un amor improbable y escandaloso, el del niño terrible y la escritora maldita, que parecen padre e hija, viejo verde y lolita insaciable, quienes, nadando a contracorriente, están dispuestos a dinamitarlo todo (los afectos familiares, los intereses económicos, la reputación, el poder, los amores convenientes) para entregarse, suicidas, al abismo de una pasión que no se espera ni se entiende, y que, al mismo tiempo, no parece posible evitar.
Treinta y cinco brevísimos diálogos entre un niño y un viejo. Treinta y cinco caricias de ternura, de sonrisa, y de autenticidad. Nada más. Y quizá, nada menos.
Mientras Nico, antaño un joven escritor de éxito, trata de arreglar la vida de los que le rodean, la suya va cayendo en un pozo del que cada día le resulta más difícil salir: hace años que no escribe, acaba de mudarse a una polvorienta buhardilla parisina y para conseguir un dinero extra trabaja en el metro de París.Sus inesperados nuevos amigos y el dibujo abandonado por una chica misteriosa en los túneles del metro serán los detonantes para que Nico decida, por fin, dejar de preocuparse por el bienestar de los demás y acometa la tarea de su vida: alcanzar su propia felicidad.El nombre propio de la felicidad es un cuento de hadas contemporáneo con un protagonista honesto, inocente y optimista que adorarás desde la primera página.
Antología de relatos cortos más representativos del autor francés Marcel Aymé, seleccionados de entre los ochenta y siete que constituyen el corpus más extenso de la actualidad. En general, los textos de esta edición reproducen los de las respectivas ediciones originales en forma de libro.
Es una novela cuyo título alude a las nueve jornadas del diario de una mujer, que cumple la promesa de escribir a su amiga Ana sus impresiones durante la estancia en un balneario. La mujer, ha ido al balneario de manera preventiva y se mantiene alejada del resto de los agüistas por miedo a contraer alguna enfermedad contagiosa. Conoce a un hombre interesante, Adelardo, aparentemente tan sano como ella… pero pronto descubrió que no era así y con profunda actitud racionalista le toca elegir entre la pasión por Adelardo o la pasión por la vida.
El nuevo vivir del trading es una actualización de un clásico moderno, popular a nivel mundial tanto entre traders que trabajan por cuenta propia como entre traders institucionales. Este libro, revisado y ampliado, adapta conceptos que han sido probados por el paso del tiempo a los mercados frenéticos de hoy en día, añadiendo nuevos estudios y técnicas para los traders modernos. Esta guía clásica enseña un enfoque tranquilo y disciplinado de los mercados. Enfatiza la gestión del riesgo y la autogestión de uno mismo, presentando reglas claras para ambas. El nuevo vivir del trading incluye plantillas para evaluar elecciones de acciones, para crear planes para las operaciones y para conocer el estado de preparación personal para la hora de practicar el trading. Proporciona los conocimientos, las perspectivas y las herramientas necesarios para desarrollar un sistema de inversión propio que resulte efectivo. Todos los gráficos en este libro son actuales y a todo color, con comentarios concisos sobre reglas y técnicas. La claridad de lenguaje, los ejemplos prácticos y la manera generosa en que se comparten las habilidades esenciales han hecho de este libro un modelo para la industria a menudo imitado, pero imposible de duplicar. El nuevo vivir del trading está destinado a ser una herramienta aún más valiosa que los libros anteriores del autor: – Supere las barreras del éxito y desarrolle una disciplina más férrea – Identifique zonas del mercado asimétricas, en que las recompensas sean mayores y los riesgos, menores – Domine la gestión del capital estableciendo entradas, objetivos y stops – Utilice un sistema para llevar registros que le ayude a ser su propio maestro.
Diecinueve relatos componen este libro. Todo lector, todo escritor es un observador en la ventana; la ventana es un libro o la vida. Abre este libro como una ventana. Asómate conmigo. Un hombre que presencia la marcha de la multitud, que parece hipnotizada, en una sociedad que se derrumba; un oficinista a punto de convertirse en agua por el proceso de la lluvia interna; un espejo antiguo que refleja deseos y domina a quien lo observa; un solitario empleado de una fábrica de sellos que conversa con un hombrecillo que habita en su boca; un viajante ebrio; un escritor ante un revólver; una pintora acosada; árboles que languidecen y luciérnagas que iluminan la oscuridad...; todo esto y más nos aguarda en estas diecinueve historias sobre el drama del hombre contemporáneo, el drama eterno lleno, como observó Shakespeare, "de ruido y de furia".
Del autor ganador de los premios San Juan de la Cruz, Antonio Carvajal y Hernán Esquío.
Sobre el autor: David Rey Fernández (Ferrol, A Coruña, España, 1985) es escritor, licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela y abogado. Ha trabajado como analista de jurisprudencia y desde el año 2010 dirige su propio despacho de abogados. Ha publicado hasta la fecha la novela "La noche grita", el libro de relatos "El observador en la ventana" y los poemarios "Las alas de una alondra madrugando" y "Los contornos ardientes de la tierra", por los que ha recibido diversos premios y reconocimientos, nacionales e internacionales, entre otros, el San Juan de la Cruz, el Antonio Carvajal y el Hernán Esquío.
Este volumen recoge noventa y nueve artículos publicados entre febrero de 2003 y febrero de 2005, es decir, los dos primeros años de colaboración de Javier Marías en El País Semanal.
En este casi centenar de piezas, Marías se muestra tan combativo e irreverente como de costumbre, y lo hace cuando era más oportuno: durante una etapa de nuestra historia algo sombría, que tuvo su máxima expresión trágica en los atentados madrileños del 11 de marzo de 2004. A los columnistas, dice Marías, «hay temporadas en que la realidad se nos impone en exceso, y hasta nos parece inmoral no referirnos a los acontecimientos graves en que nos hallamos inmersos todos».
Sin embargo, la variedad de asuntos tratados, casi siempre con leve nostalgia o con aguda ironía, es considerable: desde evocaciones de su madre muerta y de su padre anciano, del amigo de infancia o de las viejas colecciones de cromos de futbolistas, hasta las creencias y costumbres más necias de nuestro tiempo, la búsqueda de tumbas legendarias durante algunos viajes o la cada vez menos importancia de lo dicho y de las palabras, que lleva a demasiadas personas, sobre todo a los políticos, a ejercer constantemente «el oficio de oír llover».
Por suerte, existen aún escritores que, como Javier Marías, no se limitan a eso, sino que, con sus palabras, «intentan distinguir algo en medio del rumor manso o del ruido atronador de los acontecimientos».
Este libro ofrece una recopilación de las consideraciones de Hermann Hesse sobre la vejez, esa etapa de la vida en la que las cosas y el entorno adquieren un agradable surrealismo, y en las que los recuerdos superan en veracidad a los acontecimientos reales. Para Hesse, que escribe con la perspectiva que dan los años, la vejez es ese tiempo de transición en el que, en busca de una especie de equilibrio ante los achaques del cuerpo, reactivamos «aquel tesoro en imágenes que llevamos en la memoria tras una vida larga, imágenes a las que, al reducir nuestra actividad, damos una dimensión muy diferente a la concedida hasta entonces. Personajes humanos, que ya no están sobre la Tierra, siguen viviendo en nosotros, nos pertenecen, nos proporcionan compañía y nos miran con ojos cargados de vida».
En tiempos de las redes sociales la conversación es un arte en decadencia. Se trata de una pérdida significativa. Para Borges, la cultura se originó gracias a «unos cuantos griegos conversadores». Quien dialoga se sirve de la inteligencia en forma libre y gratuita; aplaza las certezas, las opiniones definitivas, la voluntad de tener razón, y descubre con asombro ideas propias. A contrapelo de la celeridad contemporánea, Stavans y Villoro se han servido de internet para dialogar dilatadamente, como lo hubieran hecho en un café, explorando su pasión común por la literatura y las circunstancias en que ocurre. El ojo en la nuca es una conversación en tono suelto, atrevido, que incluye las hipótesis, las confesiones, los desahogos, las bromas, las anécdotas y las interpretaciones que no siempre llegan a la versión definitiva de los textos pero los sustentan en secreto. En este singular y fascinante intercambio de perspectivas, el ojo sólo podía estar en la nuca.
La colina de los sueños es, sin duda, una de las narraciones más apasionantes y sinceras de Arthur Machen. Es también, a juicio de los críticos, una de las más brillantes de su producción. Publicada en 1904 con el titulo de The Garden of Avallaunius, y con su título definitivo en 1907, Machen la había escrito, sin embargo, entre 1895 y 1897, en un empeño angustioso por explorar una región espiritual poblada de zonas oscuras y por encontrar un estilo diferente, quizá movido por algún soplo de los vientos simbolistas que en esos años recorren las letras francesas: «Quiero escribir la historia de un Robinson Crusoe del alma, de un hombre que está solo, no porque se halle en una isla desierta… sino por su aislamiento mental, porque entre él y todos aquellos con quienes tropieza media un abismo». Pero el resultado de su experimento es mucho más complejo. Nos enfrentamos aquí con un libro escrito en un lenguaje cuyas imágenes —unas veces recurrentes «como en una sinfonía», otras aparentemente inconexas, pero dotadas de misteriosas correspondencias en el plano sensible y en el de la pura idea— aspiran a sugerir de manera sutil algo que el lector debe adivinar. Porque, como los viejos textos esotéricos, La colina de los sueños tiene más de una lectura.
Entre todos los libros de Flaubert, «La tentación de San Antonio» es el que mejor expresa la naturaleza profunda del escritor. Esta obra le acompañó toda su vida, pues hizo de ella tres versiones. El tema de la prueba de fuerza con el Diablo le obsesionó desde su juventud, y concibió la idea de escribir este drama filosófico, poema fantástico de personaje único y de múltiples manifestaciones, en sus años de colegial en Rouen. Flaubert concibe en esta obra el mundo como un infierno y un vasto teatro, en el que se suceden las apariciones infernales. Igual que Dante, guiado por Virgilio, recorría los círculos del infierno, Antonio, llevado por el demonio, se desplaza en sueños por el espacio. Los nueve círculos del infierno dantesco aparecen aquí en forma de las tentaciones que se suceden, figuras demoníacas de los propios deseos del ermitaño, avivadas por la curiosidad intelectual.
«La estratagema» aborda la locura en una secuencia de códigos secretos y simbólicos, «El testamento de Magdalen Blair» detalla un supuesto experimento científico en el que la telepatía llega al ámbito de la materia misma; por último, «Su pecado secreto» es un divertimento en el que el autor denuncia la mojigatería y la represión de la sociedad británica. La obra retoma, pues, en clave de ficción, algunos de los temas a los que Crowley dedicó sus investigaciones —y sus prácticas mágicas—, manipulando hábilmente los más profundos terrores y las ocultas aspiraciones del ser humano.
Antonin Artaud (1895 - 1948) es uno de esos turbadores personajes de la poesía y el arte contemporáneo al que nunca podremos clasificar ni juzgar con ecuanimidad. Considerado uno de los grandes del siglo, su labor entre los hombres fue la de explorarse a sí mismo, una aterradora, obsesiva e implacable búsqueda de la verdad intrínseca que le llevó a los estados más calamitosos de abandono vital, de debilidad y autodestrucción. Estos libros, fundamentales en su obra poética, son contemporáneos a sus primeros contactos con el surrealismo francés y están marcados por su alucinante filosofía.
Asesinatos cometidos en circunstancias misteriosas, cuyo esclarecimiento exige habilidad e ingenio sorprendentes; casos de la vida del crimen que despiertan una apasionante sucesión de emociones.
Sayers nos cuenta aquí las peripecias detectivescas de su personaje Montague Egg, en los relatos de: «El oporto envenenado, La pista perfumada, Un crimen en la mañana, Uno de sobra, Asesinato en Pentecostes, Maher-Shalal-Hashbaz» y «El hombre de la formula ideal».
La más fantástica visión de nuestro pasado: ¿Fue visitada la Tierra por viajeros procedentes del espacio?
En una época desconocida, y en una lejana galaxia, inteligencias semejantes a las humanas habrían librado una gran batalla.
Los vencidos en aquella batalla huyeron en una nave espacial. Para despistar a sus enemigos, no aterrizaron en un planeta de condiciones óptimas, sino en otro menos adecuado donde, como demuestran los dibujos rupestres aducidos por Däniken, hubieron de llevar casco y aparatos de oxígeno durante algún tiempo.
Para protegerse, excavaron los grandes laberintos subterráneos, y además colocaron en otro planeta, el quinto del sistema solar, falsas instalaciones y emisoras. Los enemigos cayeron en la trampa y destruyeron brutalmente todo el planeta, cuyos restos son los asteroides que ahora vemos. Creyendo aniquilados a los vencidos, los vencedores regresaron a su galaxia.
Los vencidos habitaron en la tierra y dejaron aquí los restos de sus gigantescas obras…
Esta mañana Amadís Dudu ha perdido el autobús. Tal inconveniente, lejos de resolverse normalmente, supone para Dudu el comienzo de una serie de extraordinarias aventuras que no tardarán en conducirle al gran desierto de Exopotamia. Allí, precisamente porque se trata de un desierto, Dudu entabla conocimiento con una multitud de personajes pintorescos, al tiempo que se ve involucrado en el extravagante proyecto de construcción de una línea ferroviaria. Naturalmente, ni Pekín ni el otoño tienen nada que ver con todo esto. De hecho, aquí casi nada tiene que ver con nada, y no se hace necesario que nadie saque conclusiones. No obstante, si el lector se empeña en ello, no será difícil que, a través de la delirante y cómica peripecia de Dudu, llegue a ese centro secreto en torno al cual gira la obra entera de Boris Vian y en el cual, entrelazados, se esconden el amor y la muerte.