Cuando te «enfrentas» a Graham Greene tienes la certidumbre de que lo pasarás en grande. Y es que Greene son palabras mayores. Es uno de esos escritores que te inspiran respeto, uno de esos de los que piensas que escribe como los ángeles; y es que Greene es, por encima de todo, calidad y talento. Incluso en las que podrían considerarse obras «menores» del autor, como podría ser ésta, consigue cautivarte. Su fluidez y dominio de la técnica novelesca es palpable: escribe de forma directa, sin grandes alardes, pero con una precisión en las palabras y una variedad de vocabulario que asombra; después es un maestro de los diálogos: ni una palabra de más, ni una de menos; también consigue provocar en el lector las dosis necesarias de curiosidad e incertidumbre, así como lograr sumergirlo en la trama de forma irremediable, y a partir de ahí, guiarlo por los caminos que considera oportunos. El que pierde gana es una novela corta muy emotiva, evocadora y romántica, toda una declaración de intenciones, donde prevalece un gran mensaje: el dinero no da la felicidad… y menos aún el amor. En cambio sí es capaz de cambiar a las personas; a peor, por supuesto. El exceso de ambición, de materialismo, de egoísmo superficial… y sus consecuencias se ven representados en esta obra magistralmente. A través de la historia de una peculiar pareja podemos extraer diversas reflexiones relacionadas con el amor, la pureza del ser, el poder del poder (nunca mejor dicho) y la superioridad monetaria, etc.
«El que tiene sed» narra la vida, o parte de la vida, de Esteban Espósito, escritor alcohólico, lúcido y arruinado en la argentina de finales del siglo XX. Con gran lirismo y no menos humor —un humor corrosivo, trágico— Abelardo Castillo transforma la vida ebria de Espósito en una obra de arte supurante de dolor y de vida. Una novela hermosa que se acerca al infierno del alcoholismo con honestidad y crudeza
Tiene trece años. Un día acabó Primaria con la promesa de reencontrarse con su pandilla, pero a la vuelta del verano no volvió a saber de ellos. Ahora quedan, fuman, visten raro y se comportan aún peor. No ha llegado a tiempo al cambio. A veces, saca los muñecos, pero los esconde rápido debajo de la cama. También se mira al espejo, y se pregunta si alguien, algún día, querrá darle un beso. Y observa, siempre, incesantemente, mientras se apoya en el quicio de la ventana, que se le clava en la piel, a la vecina de enfrente, al otro lado de la calle, tan mayor y tan guapa y tan rebelde. Hoy la pandilla le ha dejado caer que dé una vuelta con ellos. A lo mejor todo vuelve a ser normal. Quiere ir, pero no sabe qué ponerse, ni cómo hacer que no le suden las axilas, ni cómo disimular que es la tarde que más vértigo le da de su vida. La primera novela ilustrada de Elisa Victoria describe con sencillez cada una de las dudas que conforman la preadolescencia. Un retrato bellísimo del crecimiento, la incomprensión y los momentos decisivos.
El Quinto mundo es un relato sorprendente en el que Javier Sierra examina a ritmo de thriller el final del calendario maya y la esperada llegada de un «Tiempo Nuevo». Inquietante, adictivo y revelador… ¡No te lo pierdas!
En «El rabino de Bacherach» escuchamos las mismas viejas acusaciones de siempre contra los judíos: han despertado la ira de Dios, han envenenado las fuentes con la ayuda de los leprosos, han robado hostias consagradas y las han perforado con cuchillos hasta hacer que brotara sangre de ellas, han sacrificado a niños cristianos para utilizar su sangre en sus ritos nocturnos de Pascua. El rabino de Bacherach, un hombre austero, bondadoso y recto, se ve obligado a huir precipitadamente de su casa junto con su bella esposa Sara: alguien ha dejado el cadáver de un niño oculto bajo la mesa familiar y él sabe lo que eso significa. Empiezan así una fuga errante que les llevará a vivir extraordinarias aventuras y conocer pintorescos y excéntricos personajes. Breve, intensa, hermosísima, «El rabino de Bacherach» es una novela inédita del gran Heinrich Heine, que, al igual que la trágica historia del pueblo judío, se nos muestra inacabada, como si su escritura no pudiera o no quisiera llegar jamás a ser concluida.
El rastreador de conchas reúne ocho asombroso relatos inéditos del autor de La luz que no puedes ver, que consiguen llevarnos alrededor del mundo… y al interior de nuestros corazones. El primer libro de Anthony Doerr compendia ocho relatos a través de los cuales el autor transporta al lector de la costa africana a los frondosos bosques de pinos de Montana y a los húmedos páramos de Lapland, trazando un vasto itinerario geográfico, pero también emocional. Doerr explora la condición humana en todas sus formas -metamorfosis, dolor, relaciones rotas, corazones que lentamente sienten cómo sus heridas cicatrizan-, evocando a la naturaleza en sus dos vertientes: la de la hermosa abundancia y la del temible poder que alberga y del que hace gala en ocasiones. Los personajes que deambulan por estas páginas se enfrentan a adversidades que en todo momento parece que los van a superar, buscan su lugar en este mundo en constante devenir... y se encuentran unidos por la inquebrantable amarradura al deslumbrante universo que los rodea.
Nora García está en el funeral de su exmarido. Entre cavilaciones y recuerdos, evoca su historia con el hombre al que una vez amó y que acaba de morir de un infarto. Así, el corazón queda en el centro del relato: un corazón que se contempla desde la medicina, la música y la poesía, a través una prosa que palpita. Margo Glantz demuestra un deslumbrante manejo del lenguaje y en El rastro, como en sus otros libros, da cuenta de una manera única de mirar el mundo. Esta novela, ganadora del premio Sor Juana Inés de la Cruz, no tiene punto final, pues —explica Glantz— así se deja abierto el libro, para otros amores y quizás otras muertes.
Cuando Lance Armstrong confesó públicamente su dopaje en un programa de máxima audiencia, se ponía fin a la época más oscura del ciclismo, el final de la década de los años noventa y el arranque del siglo XXI, cuando un deporte entero se convirtió en una trama de tramposos y los médicos que les surtían de las sustancias dopantes, cada vez más sofisticadas. Una época que tuvo a Armstrong como símbolo y a Gerona como capital, con médicos y ciclistas españoles muy comprometidos. En 'El rastro de la mentira', la implacable crónica de esos años, Guillermo Ortiz desvela los orígenes, el funcionamiento y la dimensión del fraude en que vivió el ciclismo durante más de quince años.
Un hombre aparca en un área de servicio su caro coche nuevo, un coche que acaba de comprar gracias a los ahorros de varios años, un coche que le roban delante de sus narices, y también su ordenador, y su móvil, y su ropa y... y no le queda otra opción que fiarse de un músico callejero para que le lleve con su vieja furgoneta a la comisaría más cercana. Una comisaría situada en un enigmático lugar llamado La Isla. Un lugar donde... todo es diferente.
El regreso del hijo pródigo de André Gide se publicó en 1912 (París, Gallimard) junto a cinco textos: El tratado de Narciso o teoría del símbolo (1891), El intento amoroso o el tratado del vano deseo (1893), El Hadj o el tratado del falso profeta (1897), Philoctète o el tratado de las tres morales (teatro) (1898) y Bethsabé (teatro) (1909). Es la historia de un regreso o, mejor dicho, la historia del fracaso de una huida... Dilapidada su fortuna, rotas sus esperanzas, el hijo pródigo vuelve a casa y, arrepentido, se somete definitivamente. Pero en aquel abandono de la casa paterna hay una parte de sueño que se queda. Este sueño, otro, su hermano, sabrá utilizarlo para romper definitivamente sus ataduras.
El regreso registra las migraciones que el narrador descubre en su ascendencia problemática, en su literatura, en su homosexualidad, en las ciudades que abandona, en las personas que engaña, en La Habana a la que fatalmente tiene que volver. A través de un viaje tanto geográfico como identitario, en el que la hibridez es al mismo tiempo la respuesta y la pregunta, Casey grita mientras los detalles de su vida se vuelven abstractos y él mismo se disipa en ellos. Algunos hasta prefiguran el final trágico que el cuento no está en condiciones de narrar.
Anna Akimovna, propietaria de una fábrica en una provincia rusa, se debate en plenas fiestas de Navidad entre la añoranza de su infancia, cuando aún no le había sonreído la fortuna económica, y sus deseos de encontrar un marido que rompa su soledad. Durante dos días vivirá el contraste de dos mundos: el de sus obreros, a los que respeta pero es incapaz de comprender, y el de sus colaboradores y amigos, que repudia por su egoísmo y frivolidad. Con delicado sentido del humor, Chéjov reconstruye mediante suaves pinceladas las contradicciones de una sociedad, a finales del siglo XIX, que ansía y teme al mismo tiempo los cambios que se avecinan. Entre todos los personajes, magistralmente construidos, destacan las mujeres: la propia Anna Akimovna, su campechana tía y la bella doncella Masha, que no logra el amor del cursi lacayo Mishenka.
Kandor es una de esas ciudades centroeuropeas con edificios de finales del siglo XIX y principios del XX, rodeados de junglas de hormigón gris y escasa limpieza, con gente que deambula por sus calles, unos con aire despreocupado, otros inquietos. A Kandor, un espacio imaginario evocador de Budapest, regresa János Dragomán tras años de ausencia. El tiempo parece haberse detenido en aquella ciudad en la que despertó a la vida y a la que tuvo que abandonar en un determinado momento al no poder soportar el asfixiante encorsetamiento social y político; al ser incapaz de pensar y crear sin libertad, sin que estuviera presente la inquietante sombra del pasado. Al regresar a Kandor, Dragomán se reencuentra con sus viejos amigos: Kobra, que reorganizó su vida en difíciles circunstancias; el cineasta Antal Tombor, que terminó convirtiéndose en alcalde de la ciudad; Melinda, su mujer, amante de Dragomán; Kuno Aba, el conservador rector de la universidad, y su mujer, Sandra. El reencuentro propiciará los gratos recuerdos de antaño, pero también aflorarán los viejos fantasmas que, a partir de los sucesos de 1956, marcaron sus vidas con dramáticas consecuencias en el futuro. Por medio de saltos en el tiempo, alterando la primera y la tercera persona, György Konrád recompone, con aguzado conocimiento de la psicología humana, el rompecabezas vital, las vidas cruzadas de los personajes que conforman «El reloj de piedra». Al igual que en «Una fiesta en el jardín» de la que es continuación, «El reloj de piedra» es una novela con grandes dosis autobiográficas de György Konrád. Una novela densa, llena de matices, evocaciones y sugerentes referencias en la mejor tradición literaria centroeuropea. Una composición narrativa que se destaca por la armonía, la contundencia y la belleza de sus palabras, a través de cuya singular trama Konrád reflexiona sobre el mundo de la creación, el totalitarismo, la crisis de la pareja, la amistad, el conformismo y, sobre todo, las relaciones humanas en momentos extremos.
En 1929 la Revista de Avance publicó El renuevo y otros cuentos. El tema de esos relatos es la tragedia cotidiana de los hombres que viven en espacios marginales. Se advierte la influencia de Edgar Allan Poe, Guy de Maupassant y Horacio Quiroga.
LOS TEXTOS QUE FUERON ESCRITOS hace milenios y que nos han sido transmitidos contienen una profusión de estupideces: son un crisol abigarrado de fantasías (en parte mitos, en parte leyendas), algunas de las cuales son tenidas, además, por libros sagrados. Muchos de estos relatos fantasiosos pretenden ser la verdad absoluta. Se supone que sus fuentes textuales originales fueron dictadas personalmente por Dios, o cuando menos por algún arcángel u otro espíritu celestial, o quizás por un santo o por una persona «inspirada» en el sentido gnóstico de la palabra. Es indiscutible que estos textos contienen muchos engaños y muchas fantasías. Se exalta y se glorifica a los líderes respetados; los soñadores convierten las formas de las nubes en señales divinas; sucesos corrientes, tales como la muerte, se convierten en visitas al mundo de ultratumba. Lo que es peor: nuestros antepasados, por su sed de conocimientos y movidos por su fe verdadera y por su deseo de comprender, falseaban y oscurecían los textos. Se relacionaban entre sí hechos que sin duda no tenían nada que ver en las versiones originales. Para «aclarar» las cosas se añadían palabras que, de repente, como por arte de magia, se presentaban como pertenecientes a las fuentes originales. La moral, la ética, las creencias y la historia tribal se entretejían; se añadían elementos de otras tradiciones culturales, y se combinaban textos cuyas fuentes y cuyo significado original seguramente ya no podremos descifrar nunca. El libro más apasionante de Von Däniken sobre la presencia de extraterrestres en la antigüedad.
El bello prefacio de Albert Camus (1913-1960) a la reedición de estos ensayos, escritos en la Argelia de su primera juventud, contiene algunas de las más sinceras reflexiones del escritor sobre su propia obra. Aunque reticente respecto a las torpezas expresivas de unas páginas fechadas mucho tiempo antes, en 1958, casi en vísperas de su muerte, el gran autor francés afirma: «Si, pese a tantos esfuerzos para construir un lenguaje y dar vida a unos mitos, no consigo un día volver a escribir "El revés y el derecho", será que nunca he conseguido nada». La presente edición se complementa con el llamado «Discurso de Suecia», que engloba tanto la alocución pronunciada ante la Academia Sueca con ocasión de la concesión del Premio Nobel en 1957, como la importantísima conferencia titulada «El artista y su tiempo», en la que Camus afirmó una vez más su insobornable compromiso con la libertad.
La acción de «El rey de las Dos Sicilias» se sitúa en el momento del asesinato del archiduque Francisco Fernando, el 28 de junio de 1914, desencadenante de la Primera Guerra Mundial. Tras una sucesión de relatos paralelos, «flash-backs» y vueltas hacia delante constantes, fruto de una concepción simultaneísta de la realidad en la que todos los hechos, de diferente significado objetivo, pero todos igual de importantes subjetivamente (…) forman un todo indivisible del cual no se puede excluir nada, poco a poco el relato caleidoscópico del fin de la monarquía de los Habsburgo se va articulando en torno a la figura del joven oficial Emil R., su protagonista principal, cuya vida se ve trágicamente predestinada —ya desde su concepción, como de forma mordaz nos explica el autor— a causa de su incestuoso amor por su hermana Lieschen. Junto a la peripecia amorosa —en alguna manera fatal, sobrenatural—, no falta la presencia de un misterioso asesinato; y la continua descripción de paisajes y de almas muestra, asimismo, una evidente intención de composición lírica. Mezcla de comedia y drama, añicos de un espejo roto en los que aparece maravillosamente reflejada, entre la nostalgia y la crudeza, la agonizante civilización austro-húngara, «El rey de las Dos Sicilias» responde, en fin, a la máxima del propio Kuśniewicz de que «todo es único e irreversiblemente primero y a la vez último en su forma y en su expresión».
Un libro que es también —o quizá no— una sátira del feminismo, una sabrosa historia de la cocina, un constante homenaje a Dánzig, una parábola de la condición humana… En la desembocadura del Vístula, un pescador neolítico captura un rodaballo malencarado y estrábico. A cambio de la libertad, el extraño pez plano le promete ser su consejero y mentor, a través de los siglos, en su eterna lucha contra la Mujer.
El rojo de las flores narra una hermosa historia de aprendizaje y pérdida de la inocencia en un mundo evocado con meticulosidad, desde la vida de los ricos y los pobres a la suntuosidad de la arquitectura, desde el bullicio de los bazares a la confección de las alfombras, cuya belleza incomparable mantiene viva hasta hoy la fama de Isfahán
Antes que publicáramos «La Esfera Negra», el nombre de Gustav Meyrink era casi del todo desconocido para el gran público del continente. Lo admiraban sólo unos pocos lectores que pudieron estimar su talento en el idioma original de Meyrink el alemán—, o en traducciones inglesas o francesas. Pero desde la publicación de la obra mencionada, no nos cabe la menor duda de que son incontables los que hoy conocen con verdadero regocijo a este escritor personalísimo y seductor, dueño del magnifico secreto de cómo cautivar a quien tienen la suerte de encontrarse con alguno de sus libros. Si ya se le admira, pues, como cuentista inolvidable, ahora es el momento de conocerlo como novelista. Página tras pagina, irá el lector descubriendo un mundo misterioso, que atrapará plenamente su atención y más de una vez le estremecerá de manera muy honda. Los que han estudiado detenidamente la obra de Meyrink no vacilan en asegurar que «El Rostro Verde» es una magistral novela, que le sitúa entre los más grandes novelistas europeos de su tiempo. Esta obra es tan importante como «El Golem» para conocer a fondo el espíritu de Meyrink, rico de inquietudes de alta y noble categoría.