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Bolsilibros - Punto Rojo 500. Versos para matar, de Clark Carrados

Novela, Policial

El hombre salió de la casa de la colina, en cuya puerta se agitó una mano femenina en señal de despedida. La puerta se cerró y el individuo caminó hacia su automóvil, estacionado un centenar de metros más abajo, en un lugar discreto. 
Al fondo, se veían las brumas del puerto. Una sirena emitió un lamento melancólico. En la bocana, los chispazos del faro lucían intermitentemente. 
El hombre abrió la portezuela de su coche y se sentó tras el volante. Bajó el cristal de la ventanilla, sacó un cigarrillo y se dispuso a encenderlo. 
De pronto, notó junto a sí una presencia extraña. Levantó la cabeza.


Bolsilibros - Punto Rojo 502. La noche es para morir, de Burton Hare

Policial, Novela

James Merrit estaba agarrado al teléfono y maldecía en voz baja a cada timbrazo que oía sonar al otro extremo de la línea. Al fin, convencido de que nadie iba a responder a la llamada, colgó violentamente el auricular y se levantó. Ocupó los siguientes minutos en prepararse y beber una buena dosis de whisky, aderezado con dados de hielo que tomó de un recipiente de plata que descansaba sobre la mesita baja colocada junto al sofá. Encendió un cigarrillo y dejó pasar el tiempo. Las cortinas de la ventana estaban echadas y los rayos del violento sol apenas lograban filtrar una parte de su brillante luminosidad, de modo que la habitación quedase sumida en una fresca penumbra.


Bolsilibros - Punto Rojo 507. El asesino escribe su diario, de Curtis Garland

Policial, Novela

Está lloviendo mucho esta tarde. No me gusta la lluvia. Me irrita. Me produce dolor de cabeza. Un intenso dolor de cabeza. Y me deprime. Me entristece. Todo lo entristece. La lluvia es melancólica. Da un tinte pesimista a las cosas. Oscurece la ciudad, moja el asfalto hasta ennegrecerlo. Cae tras los cristales de la ventana, sin cesar. Como si el cielo estuviera triste y llorase por algo. Un cielo tan negro como el mismo asfalto mojado, que parece charol, allí donde las luces abundan, reflejándose en él.


Bolsilibros - Punto Rojo 510. Hermoso fantasma, de Burton Hare

Policial, Novela

Simón Dancer salió a la calle bajo el vivo sol de California, y por primera vez desde que tenía memoria se sintió extrañamente libre. Encendió un cigarrillo y miró a las gentes que pasaban a su lado tan apresuradas que más parecían dirigirse a apagar un incendio que a otra cosa. Era un día espléndido, radiante, y para Simón, el más excitante de su vida. Era el día de su independencia.


Bolsilibros - Punto Rojo 513. El libro de cuentas de la muerte, de Clark Carrados

Novela, Policial

Tenía la vista fija en la silueta de una casa situada a unos doscientos cincuenta metros de distancia. Hacía una temperatura poco agradable, aunque no era un frío excesivo. De cuando en cuando, el hombre, cuya silueta se confundía con la del portal de la casa, se frotaba las manos, para evitar que perdiesen demasiado calor. El arma, entonces, quedaba apoyada en el suelo y sujeta con las rodillas.


Bolsilibros - Punto Rojo 516. Muerte dorada, de Burton Hare

Novela, Policial

El «Facel Vega» zumbó al cambiar la marcha y encaramarse por la pronunciada cuesta del desvío. Minutos después, las luces del coche bañaron de claridad una impresionante verja de hierro, rematada por agudas puntas de lanza. Marcel Durand detuvo el coche y apagó las luces, volviéndose hacia su acompañante.


Bolsilibros - Punto Rojo 518. Deuda de juego, de Frank McFair

Novela, Policial

—Mi capitán, hay un hombre que pregunta por usted. Melvyn Llewelyn se quitó el alto morrión y lo dejó sobre la mesa del oficial de guardia. Se volvió al soldado. —¿De veras, Jones? ¿Quién? —No me ha dicho su nombre, mi capitán, pero dice que es urgente. El regimiento de la guardia galesa acababa de relevar al de la guardia escocesa ante el palacio de Buckingham. Llewelyn tenía que dar el parte al comandante y luego quedaba libre de servicio. —¿Dónde está, Jones? —Ante la puerta pequeña, mi capitán.


Bolsilibros - Punto Rojo 519. El ojo de la cerradura, de Clark Carrados

Novela, Policial

La isla estallaba de luz bajo el sol tropical. Las aguas tenían una transparencia esmeraldina y, en tierra firme, las plantas y las flores componían una sinfonía de color inigualable. Sentado en la terraza de su finca de recreo, Stanley G. Barrie pereceaba en una tumbona, a la sombra y junto al borde de un acantilado de diez o doce metros de profundidad. Las aguas batían mansamente contra las rocas.


Bolsilibros - Punto Rojo 521. Pasos en mi pesadilla, de Donald Curtis

Novela, Policial

Apreté el gatillo. Sonó como un taponazo. Como una botella de champaña abierta para celebrar algo. No hubo champaña. Ni espuma. Ni celebración. Ni alegría. No hubo nada de eso. Solo olor a pólvora. Acre, siniestro olor a pólvora. Y sangre. Y un grito ronco. Y unos ojos que me miraban con terror. Luego, nada más.


Bolsilibros - Punto Rojo 522. El muerto que no existió, de Burton Hare

Novela, Policial

La noche resultó fastidiosa por muchos conceptos y para muchas personas a un tiempo. Fastidiosa porque llovía a mares cuando el teléfono sonó en la mesilla de noche junto a la cabecera de la cama en que, después de un tiempo de insomnio, James Lake había logrado conciliar el sueño. Fastidiosa porque llovía también en Cindy Terrace, el barrio aristocrático, de calles retorcidas y bordeadas de extensos jardines. Y en Cindy Terrace era donde vivían los Montross, y donde el viejo Douglas Montross estaba muriendo, en medio del chispazo de los relámpagos y el estallido de los truenos. Fastidiosa en Yuma, aunque allí no llovía. El cielo estaba cubierto de nubes que volvían más negra la noche, pero la lluvia no había llegado todavía.


Bolsilibros - Punto Rojo 524. Seguiremos la lucha, de Frank McFair

Novela, Policial

La oscuridad era casi absoluta. A veces, el relámpago pintaba sobre el cielo una deslumbradora raya quebrada. Luego, volvían las tinieblas. Allá abajo, en la cañada, una pequeña hoguera lanzaba al viento débiles llamitas cada vez que uno de ellos echaba sobre el fuego un puñado de ramitas. Hacían «pfff» y el humo danzaba.


Bolsilibros - Punto Rojo 526. Hermanos… de sangre, de Burton Hare

Novela, Policial

EL gran hotel resplandecía de luces en la noche. La masa imponente del edificio irguiéndose sobre el mar hubiera parecido un monstruo dormido de no haber sido justamente por las luces.Ellas le daban vida.Una vida agitada en sus entrañas, con una humanidad latiendo y viviendo, amando, odiando… y muriendo.


Bolsilibros - Punto Rojo 529. El secreto del coral azul, de Burton Hare

Policial, Novela

Se estrecharon las manos después de beber. Helman caminó a su lado hasta la enorme cristalera y una vez allí le siguió con la mirada mientras su compañero y los demás pasajeros del gran pájaro de acero recorrían la alfombra roja, bajo la marquesina multicolor, hasta la escalerilla del avión. Helman Curtis se encaminó al mirador para presenciar el despegue del «Boeing». Lo siguió con la mirada mientras se desplazaba perezosamente buscando la cabecera de la pista, y después, cuando, con un tremendo rugido, se lanzó hacia delante, elevó el morro, y se elevó zumbando hacia un cielo inmensamente azul y limpio. El avión giró allá arriba, describiendo un grácil arco. Una voz acariciante anunció por los altavoces que podían fumar y librarse de los cinturones de seguridad. Las azafatas empezaron a moverse y su incitante contoneo por los pasillos alegró la vista de los pasajeros.


Bolsilibros - Punto Rojo 530. Las tinieblas tienen ojos, de Curtis Garland

Novela, Policial

Era domingo. 
Nunca podré olvidar que era domingo, por muchos años que viva. Aquel domingo resulta tan imborrable para mí, como si de él hubiera dependido todo. Y, en realidad, creo que así fue. 
Aquel domingo comenzó todo.


Bolsilibros - Punto Rojo 532. El sueño roto, de Burton Hare

Policial, Novela

La joven se movía sobre la arena con dificultad, con los pies hundidos casi hasta el tobillo. El agua mansa del mar lamía sus pies descalzos mientras ella avanzaba en dirección al abrupto promontorio rocoso que cerraba la caleta hacía poniente. Era esbelta, con unas piernas largas y hermosas, busto agresivo y caderas un tanto ampulosas. Llevaba un traje de baño muy ceñido, que despejaba cualquier incógnita que pudiera caber sobre la perfección de su cuerpo.


Bolsilibros - Punto Rojo 533. Licencia de investigador, de Curtis Garland

Novela, Policial

Esta es la historia de un caso singular. La historia de mi caso más complejo y peligroso. Un caso donde mi vida no llegó a valer un centavo. Y donde las vidas de otras personas no valían tampoco mucho más que la mía. El enigma está archivado y resulta sorprendente comprobar después la serie de elementos extraños que lo integraron. Pasiones humanas, supersticiones y sectarismos... Una serie de lacras sociales de este gran país donde ejerzo como detective privado, salpicaron la historia con tintes oscuros y realmente insólitos.


Bolsilibros - Punto Rojo 534. La paz de los muertos, de Burton Hare

Novela, Policial

El hombrecillo se apeó del taxi frente a la extensión de verde césped salpicado por las manchas blancas de las lápidas y monumentos funerarios, que reverberaban bajo el sol del mediodía. Deslumbrado, permaneció unos minutos inmóvil. La gente cruzaba cerca de él sin prestarle atención. Vestía un sencillo traje de sarga azul, arrugado y que parecía excesivamente grande para él. Sus ojos rodeados de profundas arrugas miraban el cementerio con evidente estupor. En realidad, ni siquiera con las lápidas sobresaliendo del césped, aquello se parecía en nada a los lúgubres cementerios que él recordaba.


Bolsilibros - Punto Rojo 535. La noche en que fui muerto, de Curtis Garland

Relato, Policial

Fui muerto en aquel instante. Creo que lo supe un segundo o dos antes de suceder. Quise evitarlo. Y no pude. Sucedió súbitamente. Como ocurren siempre esas cosas. Después… ocurrió. A pesar de intuirlo, no pude evitar que ocurriese. Y fui muerto. Fui muerto sin saber quizá por qué. Ni por quién.


Bolsilibros - Punto Rojo 537. Paraíso sangriento, de Burton Hare

Novela, Policial

Los pasajeros descendieron del gigantesco autobús, unos desperezándose después del largo viaje; otros tratando de devolver la agilidad perdida a sus músculos encajados por las largas horas de permanencia en los mullidos asientos.


Bolsilibros - Punto Rojo 542. El pez de los ojos de oro, de Curtis Garland

Policial, Novela

Los peces. Peces dorados, rojos, azulados, irisados. Peces de todos tamaños y colores. Peces en el azul luminoso, radiante. En los acuaramas gigantescos, separados del público por grandes vidrieras iluminadas. El acuarama o gran acuario. El mejor espectáculo para niños y para adultos. Peces tropicales, exóticos. Ejemplares extraños, poco conocidos. Toda clase de miembros de la amplia fauna submarina… Rocco suspiró. Estaba cansado. Rocco Vetri siempre estaba cansado al caer la tarde. Sobre todo, los domingos…