Jacob Ludwig Karl Grimm es una importante figura literaria, cuentista, lingüista, filólogo alemán, conocido por sus cuentos junto con su hermano Wilhelm fue una de las figuras intelectuales más relevantes del Romanticismo alemán. Las recopilaciones y estudios sobre los cuentos folclóricos alemanes que ambos realizaron en su juventud les proporcionaron fama mundial, y les convirtieron en dos de los autores más clásicos y conocidos de toda la literatura universal.
Esta selección reúne relatos tomados de «Cuentos de amor de locura y de muerte» (1917), «Anaconda» (1921), «El desierto» (1924), «Los desterrados» (1926), y «Más allá» (1935), y narraciones dispersas provenientes de periódicos y revistas.
«El cocodrilo sabio», «El motociclista enamorado», «Me marcho con los gatos», «El mundo en lata» y «El doctor está fuera» son algunos de los 26 relatos breves que integran este volumen. En ellos, Gianni Rodari plantea y describe de forma magistral situaciones llenas de humor, imaginación y fantasía, para ofrecernos su genial visión crítica y desbordante de ironía del mundo que nos ha tocado vivir.
El portentoso talento de Maupassant encontró su forma ideal en el cuento, género que consolidó, renovó y en el que no tiene rival. Realista, romántico, fantasmagórico, terrorífico, fantástico o poético, Maupassant transitó en sus cuentos por todos los caminos de la imaginación. La presente edición recoge el cuerpo esencial de su narrativa e incorpora muchas piezas no traducidas hasta ahora. Guy de Maupassant (1850-1893) fue discípulo literario de Flaubert y miembro relevante del grupo de jóvenes escritores naturalistas que se formó alrededor de Zola. Está considerado el maestro del relato breve francés decimonónico, pero fue además autor de seis novelas, como Una vida o Bel Ami.
Se llaman cuentos estropeados porque las historias que se cuentan en ellos parecen ir en un sentido pero al final acaban de otra manera, se estropean.El objetivo es que el niño dude de ese final y plantee un final alternativo.Esto debería motivar en el niño la idea de que él tiene mejores ideas que un escritor ¡que ha escrito un libro!, y que por tanto, ¡él puede ser escritor!Idealmente, los cuentos deberían ser leídos por los padres a los niños, a fin de orientar ese sentido crítico en el caso de que no surja de forma espontánea.
En este volumen se recogen todos los cuentos que la gran escritora ambientó en Europa y que fueron redactados desde su llegada a Inglaterra en 1949 hasta el final del siglo XX: cincuenta años de escritura dedicados a analizar con rigor y piedad lo que nos define como seres humanos.
Matrimonios en apariencia bien avenidos pero rotos en su intimidad, parejas que buscan leyes insólitas de convivencia para superar el tedio, mujeres mayores que solo saben amar a distancia y jóvenes que descubren el sexo entre las ruinas de las casas de Londres, bombardeadas durante la Segunda Guerra Mundial… En estos cuentos está la esencia de Doris Lessing, una mujer capaz de describir una relación de años en un solo párrafo.
Los «Cuentos Fantásticos» (cuatro volúmenes publicados entre 1814 y 1815, de los que aquí se incluye una selección), llevaban un prefacio de Jean Paul, el famoso autor de «Los sueños» y popularizador del romanticismo. Están escritos a la manera de «Los Marchen», bajo la influencia de Novalis. Son la obra más completa de Hoffmann y tuvieron un enorme éxito a partir de la composición de Offenbach. En estos cuentos «von Callots Manier», Hoffmann se plantea su obsesión primordial, la posibilidad de dominar los dos principios antagonistas del arte: el sueño y la realidad.
En palabras del propio Italo Calvino,"El cuento fantástico es uno de los productos más característicos de la narrativa del siglo XIX y, para nosotros, uno de los más significativos, pues es el que más nos dice sobre la interioridad del individuo y de la simbología colectiva. Para nuestra sensibilidad de hoy, el elemento sobrenatural en el centro de estas historias aparece siempre cargado de sentido, como la rebelión de lo inconsciente, de lo reprimido, de lo olvidado, de lo alejado de nuestra atención racional. En esto se ve la modernidad de lo fantástico, la razón de su triunfal retorno en nuestra época…" El gran escritor italiano ha dividido su antología en dos partes, que ordenan la sucesión cronológica de los relatos en dos clasificaciones estilísticas. La primera, Lo fantástico visionario, reúne a una cuidada nómina de autores —Potocki, Eichendorff, Hoffmann, W. Scott, Balzac, Chasles, Nerval, Hawthorne, Gógol, Gautier, Mérimée y Le Fanu— cuyos cuentos tienen en común, bajo la descripción de un mundo encantado o infernal, una poderosa sugestión visual. La segunda, Lo fantástico cotidiano, compuesta por narraciones más abstractas y mentales, más psicológicas, congrega a escritores tan variados y significativos como Poe, Andersen, Dickens, Turguéniev, Leskov, Villiers de l'Isle-Adam, Maupassant, Vernon Lee, Bierce, Lorrain, Stevenson, H. James, Kipling y H. G. Wells. Esta nueva edición de Cuentos fantásticos del XIX reúne por primera vez en un solo volumen todos los relatos seleccionados y prologados por Italo calvino.Imperdible…
Recopilación de los cuentos que Alfonso Villar ha escrito desde que se aficionó a eso de aporrear el teclado del ordenador. Todos ellos tienen un punto en común: la fantasía que se cuela siempre por algún resquicio. Algunas veces resulta muy evidente, como en «La corona de las doce gemas» o en «Un problema de distancias cortas». Sin embargo, en otras historias lo irreal va calando poco a poco mientras uno va sumergiéndose en el relato («El político» o «La mercancía perdida»).
Cuentos frágiles, publicado en 1883, contiene quince relatos seleccionados por el propio Manuel Gutiérrez Nájera; fue el número inicial, y único, de la colección Biblioteca Honrada que el autor se proponía dirigir. «La importancia de los Cuentos frágiles en la constitución del cuento modernista: la agilización de la prosa, el uso de técnicas impresionistas en la descripción —transformaciones de color, profusión de matices—, la sugerencia, la evocación y, sobre todo, algo que les es peculiar a estos relatos: el lirismo constante, excesivo a veces, y la voluntad de crear un nuevo lenguaje que exalta el juego verbal, además del intento de fundir en una sola las formas hasta entonces contrarias y antagónicas del discurso poético y del de la prosa». A su vez, se considera inevitable no dedicarse a los cuentos de Nájera como una aproximación a la prosa modernista. Es de vital importancia recordar la significación de la prosa en el modernismo, ya que «fue en ésta, antes que el verso, donde se fraguó la expresión modernista».
Desapariciones misteriosas, fantasmas vengativos, caballeros y aristócratas con una doble vida de asesinos y bandidos, maldiciones que se vuelven contra los descendientes de quien las pronunció, encierros en castillos, persecuciones implacables y penosas huidas& Los clásicos elementos del género gótico que atrayeron a Elizabeth Gaskell, una de las mayores novelistas del realismo victoriano, podría pensarse que se impusieron, como una evasión fantástica, al carácter cotidiano y a la proyección social de sus temas habituales. Sin embargo, cabe recordar que una de las imágenes clave del género es el hallazgo de un esqueleto en el armario de un pulcro interior doméstico; los secretos que se revuelven, y que regresan con su poder atormentador, afligen a familias corrientes y especialmente a heroínas muy marcadas por su dependiente condición de mujeres. Estos «Cuentos góticos», lejos de escapar al realismo, constituyen de hecho una inteligente y a veces patética exploración del género en busca de sus fundamentos reales. A este respecto, «La bruja Lois», crónica de la celebre caza de brujas de Salem en 1692, es un ejemplo impecable. Y, por su parte, «Curioso, de ser cierto», donde un forastero perdido en un bosque asiste a una extraña reunión de personajes de cuentos de hadas, esboza con humor el futuro probable de las fantasías cuando dejan de serlo.
Rrecopilación de cuentos ilustrados de la mejor novelista española del siglo XIX, Emilia Pardo Bazán, en una de sus facetas más desconocidas como precursora del cuento de tintes góticos en España. Vampiro, El conjuro, Un destripador de antaño, Mi suicidio, La resucitada, El antepasado, El espectro, El mausoleo, Las espinas, La cana, El fantasma. Once cuentos oscuros, sorprendentes, potentes y bellos exploran el mundo sobrenatural. Vampiros, fantasmas, espectros, magia negra y multitud de emociones desesperantes que nos trasportarán de un plumazo hasta nuestros miedos más profundos. Bellamente ilustrado con imágenes intervenidas del siglo XIX y principios del siglo XX. Ilustraciones intervenidas de: Édouard de Beaumont, Charles Dana Gibson, Émile Bayard, William John Hennessy.
Aunque fue sin duda Sherlock Holmes quien le dio su fama y su lugar en la historia de la literatura, Arthur Conan Doyle se sentía un poco molesto por esa identificación tan absoluta con el relato detectivesco: de hecho, él siempre quiso que se le recordara como novelista histórico. Pero fue el género gótico el que quizá ocupó más ampliamente su imaginación.
Darryl Jones ha reunido en este volumen sus Cuentos góticos completos, treinta y cuatro piezas que, de 1880 a 1922, revelan la original contribución a ese género que acabó sacando a la luz algunas de las obsesiones y tensiones no resueltas de la cultura victoriana: la posibilidad de que lo familiar se convierta en monstruoso, el temor a una venganza colonial que destruya el Imperio británico, la existencia de espíritus más allá de la muerte que se comunican con los vivos, la duda —en fin— de que el pensamiento científico y racional sobre el que se asiente la sociedad pueda explicarlo todo. O quizá lo siniestro y lo infame formen parte de la misma naturaleza. Con prudencia, casi con la seguridad de que no van a ser creídos, muchos de los narradores de estos cuentos exponen su testimonio de misteriosas desapariciones, malignas influencias hipnóticas, llamadas irresistibles al suicidio y a la muerte, animales grotescos, unicornios furiosos, momias que vuelven a la vida, objetos que conservan escenas truculentas del pasado que ciertos espíritus sensibles pueden reconstruir…
Una colección extraordinaria de personajes y tramas de la mano de uno de los escritores más imaginativos de la literatura británica.
Cuentos inesperados sorprende por dos motivos diferentes. Primero porque es el debut literario de Cristina Pérez 'joven periodista de larga trayectoria', y en segundo lugar, y por sobre todo, porque al leerlos sólo podemos pensar en la escritura como en la primera vocación de su autora. Los cuentos reunidos en este volumen provocan. Buscan revelar a sus protagonistas sin reservas. Desde la elección de sus nombres hasta el sentido de sus acciones: todo está al servicio de dejarlos al descubierto. El lector puede encontrarse en ellos, o encontrar a quienes ya conoce. El nerd de sistemas, la ejecutiva aplastacabezas, el marido golpeador, el estanciero venido a menos, el periodista idealista, el empleado culposo. Cada cuento es una situación de vida intensa y profundamente visceral. Cristina lleva a sus personajes al margen de sus propios destinos y desde ese lugar los hace redimirse o enloquecer. Una escritura voraz, genial, y una selección temática que recuerda a las comedias isabelinas que la autora tan bien conoce. El lector queda advertido: una vez que abra este libro se sumergirá en un universo inesperado.
En tiempos muy lejanos, para amenizar las reuniones, era costumbre relatarse historias los unos a los otros. Aquellas narraciones orales, muchas de las cuales llegaron a abrirse camino hasta formar parte del dominio público, reflejaban el modo de vida de la sociedad de entonces. Eran cuentos sexistas, discriminatorios, injustos, culturalmente tendenciosos y denigrantes, para las brujas, los animales, los duendes y las hadas de este mundo. Afortunadamente, James Finn Garner ha rescatado aquellas narraciones clásicas (Caperucita Roja, Blancanieves y los siete enanitos, etc…), contándolas de nuevo con un delicioso sentido del humor y de un modo mucho más aceptable para la sociedad de nuestros días, libre por completo de tendenciosidad y limpio de las influencias de un pasado culturalmente sospechoso, a años luz de la perfección que ampara todo lo políticamente correcto.
Nacido el mismo año que Unamuno y médico como Pío Baroja, Felipe Trigo (1864-1916) fue uno de los escritores más originales de lo que se ha denominado Edad de Plata en la literatura española. "Hombre de acción" de talante humanista, con una conciencia crítica de una sociedad moralista e hipócrita, Trigo pone de manifiesto en estos cuentos una sensibilidad y una sensualidad intimista poco comunes para su época. Leopoldo Alas "Clarín", en uno de sus últimos trabajos de crítica literaria, publicado en la revista barcelonesa Pluma y lápiz el 7 de julio de 1901 con posterioridad a su fallecimiento en el mes de junio de ese mismo año, saludaba la aparición de Las ingenuas, primera novela de Felipe Trigo, con una dura invectiva. Para el autor de La Regenta, el novel escritor era nada menos que un "corruptor de menores y del idioma", y adolecía de una utilización del lenguaje que lo hacia "groseramente tosco, incorrecto y confuso". A partir de ese momento, el sambenito de pornográficas fue una constante en el ataque a las obras de Trigo, un estigma notoriamente injusto, puesto que estos libros no hacen otra cosa que presentar, con base en un sólido trabajo narrativo y una aguda penetración psicológica, un análisis demoledor de la hipócrita moral sexual de la época.
Los «Cuentos inquietantes» aquí reunidos, la mayoría de los cuales han permanecido inéditos en castellano hasta hoy, lo son cada uno a su manera. Algunos se escoran levemente hacia lo sobrenatural, en la línea de los relatos de fantasmas de Henry James, historias en las que el elemento ultraterreno sobrevuela la cotidianidad de modo casi imperceptible: sutilmente invasivo, tan evanescente en ocasiones que la duda atenaza al lector hasta el final provocándole una deliciosa inquietud. En otros cuentos —más desasosegantes si cabe, al prescindir de lo asombroso— el misterio se oculta en la propia mente, en las ambiguas actitudes de personajes que se nos antojan perturbadores gracias a la pericia de la autora para manejarse en los meandros de su psicología. Una auténtica obra maestra de lo oscuro que se esconde tras lo cotidiano.
Hoy, la magia y la brujería son poco más que buenos argumentos para bestsellers juveniles, la estética vampiresca sirve para confeccionar muñecas y los zombies están de moda, ¿qué nos da miedo aún?, ¿cómo es el monstruo moderno, qué nos asusta, qué hace saltar nuestras alarmas interiores? Tal vez la enfermedad (pero hay que elevarla a pandemia para que se le preste atención), los animales feroces (siempre que sepamos ofrecer un punto de vista que nos intercambie con la víctima) o los imposibles (tan incatalogables que podrían resultar ciertos, haciendo tambalearse a la ciencia), o el desequilibrio mental (aunque las películas y los titulares sobre psicópatas son tan constantes que se afrontan con más interés científico que temor). Pero aún queda un resquicio por el que se filtra en nuestra conciencia hiperlógica un enemigo terrible: lo desconocido. Ante ello se nos abre la imaginación, lo irracional cobra forma y la mente sufre. Este libro es un recorrido que busca encontrar fórmulas nuevas para el clásico arte de causar inquietud, desde el ámbito del cuento. Se llega a lo desagradable cuando se tocan fibras sensibles, y a veces a la risa: eso ocurre con los catálogos, hay un poco de todo.
Siete relatos, llenos de humor y de ternura, que narran las originales historias que suceden en la aldea de Chelm y ambientados en las leyendas y el folclore de la comunidad judía. Una recopilación de cuentos para ser contados, donde el lector se traslada a otro tiempo y a otro lugar para descubrir las tradiciones del pueblo judío. Un texto realista y clásico desde la visión de un autor que recuerda su infancia, y dedica su obra «a los muchos niños que no tuvieron oportunidad de crecer, debido a las guerras estúpidas y a las persecuciones crueles que devastaron ciudades y aniquilaron a familias inocentes».
Honoré de Balzac quiso honrar su región natal, la Turena, escribiendo estos cuentos —que él llamó «drôlatiques»— en un francés tan personal que su lectura original es difícil hasta para los nativos de este idioma. En ellos el autor de «La comedia humana» busca lo contrario de una «lingua franca»: un idioma hermético, cuyas claves son levadura de humor y de maravilla. Portentosos relatos que abarcan todas las épocas y de los cuales se han seleccionado aquéllos que pueden señalarse como libertinos. La excelente traducción castellana intenta transmitirnos los calambures que Balzac hace con las palabras, la invención, si no argótica, sí privativa a que las somete, el desenfado festivo con que escribe en «otra lengua», y nos comunica, intacta, la escencia genial de su imaginación y de su estilo.