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Club del Misterio 7. El secuestro de Miss Blandish, de James Hadley Chase

Novela, Policial

Presenta el retrato de una pandilla de gangsters americanos, capitaneada por Ma Grisson, una mujer despiadada que tiene en su hijo Slim un feroz ejecutor de su voluntad criminal. La pandilla Grisson secuestra a una bella y rica heredera, Miss Blandish, y a partir de ese momento la vida de la muchacha se transforma en una interminable sucesión de humillaciones y horror. La violencia, la pasión y la brutalidad son para Slim Grisson la misma cosa: una forma de saciar sus oscuros deseos.


Club del Misterio 21. Un trago para el camino, de Fredric Brown

Novela, Intriga, Policial

Amy acababa de llegar a Mayville, un pueblo de Arizona casi fronterizo con México. Llevaba escaso equipaje, un coche no demasiado nuevo, la pensión por alimentos que le enviaba el abogado de su exmarido y una insaciable sed de whisky. Le asestaron un limpio navajazo en pleno corazón: murió mientras dormía, totalmente borracha y completamente desnuda, como era habitual en ella. ¿Pistas? Al tonto del pueblo le gustaba espiar por la ventana del bungalow y había una avispa recién muerta dentro del flotador del inodoro.


Club del Misterio 22. Un hombre llamado Louis Beretti, de Donald Henderson Clarke

Novela, Policial, Intriga

Zona sur de Manhattan, Little Italy. El asentamiento de los inmigrantes italianos de la isla. Grandes familias, hombres trabajadores y madres sufridas componen el mosaico de gentes que viven y sobreviven en la gran manzana. Louis Beretti es uno de ellos. Junto con sus amigos, durante su infancia volará cometas en las azoteas de las casas, asistirá a la escuela con la ropa de los domingos, lanzará bocanadas de fuego con queroseno a los comerciantes chinos, robará en una tienda de juguetes.


Club del Misterio 24. Armas para la eternidad - ¡Votad a Berurier!, de Frédéric Dard

Novela, Intriga

Es el número 25 de la serie Sanantonio El comisario Sanantonio, su anciana madre y el gordisimo inspector Berurier forman un trio dificilmente superable. Y no se trata solo de eficacia a la hora de resolver misterios sino tambien a la divertir a sus lectores.Porque al lado de los ingredientes tipicos de la novela negra, en las aventuras de Sanantonio nunca faltan ni las situaciones disparatadas ni las más feroces críticas. Este es el caso de esta novela donde el protagonista debe involucrarse en un caso de contrabando de armas con un secuestro de una pequeña incluida.  El comisario Sanantonio y su madre Felicia pasan sus vacaciones en el Sena y el Eure. Termina en un molesto viaje a San Turluru-le-Haut. Ciertamente, el ex ayudante de Morbleut trae un poco de animación para el hotel, pero están considerando irse. Es entonces cuando San Antonio se entera de que se cometió un delito en Bellecombe-en-Moulx, la gran ciudad cercana. Fue asesinado en su casa con su revólver, el candidato de la izquierda en las próximas elecciones. Y es en ese momentos que su rival que es asesinado en su bañera, como Marat, a espaldas de su familia. Esto excita el interés de San Antonio.


Club del Misterio 27. Viernes 13, de David Goodis

Novela, Policial, Intriga

«La novela negra con resonancias psicológicas cobra fama con David Goodis… un maestro del suspenso», afirma Fereydoun Hoveyda en su penetrante Historia de la novela policíaca. Goodis, autor, por ejemplo, de los dos libros en los que se inspiró la película «Disparen sobre el pianista», urde en «Viernes Trece» una historia de contornos macabros, que pone a prueba los nervios del lector. La acción se desarrolla en una casa donde conviven, contra su voluntad, los organizadores de un robo millonario. Los odios exasperados y los instintos brutales de los protagonistas generan un crescendo de horror y violencia, cuyo desenlace es tan inevitable como el de una tragedia clásica.


Club del Misterio 28. El clan de los sicilianos, de Auguste Le Breton

Intriga, Novela

El golpe que el evadido les propone es demasiado tentador: asaltar de la manera más increíble a los joyeros que transportan una fabulosa colección de diamantes. Y el clan Manalèse acepta. Ya le han ayudado a escapar de la cárcel y de la guillotina. Contraviniendo sus normas, trabajarán con un extraño. Ahora, la inclusión del evadido desencadena una serie de violencias, pasiones, astucias y recelos que culminarán con las más pírrica de la “vendettas”.


Club del Misterio 45. Primera sangre, de David Morrell

Novela, Otros

Rambo es un veterano de la guerra de Vietnam, recién repatriado. Teasle es un veterano de la guerra de Corea, convertido en jefe de policía de una pequeña ciudad del Medio Oeste norteamericano. Ambos han combatido en guerras sucias, pero uno ha regresado como vencedor, y el otro, como vencido. La aparición del barbudo y errante Rambo en la ciudad de Teasle rompe una imagen de pulcritud y fuerza que los satisfechos votantes no quieren ver empañada, aunque para conservarla hayan de recurrir a la más brutal caza del hombre.


Club del Misterio 52. Las lobas, de Boileau-Narcejac

Intriga, Policial, Novela

Fue prisionero de su famosísima madre, de su felizmente desaparecida esposa y, por último, cayó en manos de los alemanes. Cuando, arrastrado por un compañero que le dominaba, logró escapar del stalag alemán y volver a Francia, no alcanzó la tan deseada libertad, sino que se metió en las fauces de unas verdaderas lobas, capaces de despedazarse y despedazarle. Quizá el amigo Bernardo hubiera sabido ahuyentarlas. Pero ahora Bernardo era él y no había escapatoria posible.


Club del Misterio 54. Carrera de ratas, de Dick Francis

Intriga, Novela

Algo fallaba a bordo. Los indicadores no detectaban ninguna anomalía y los mandos funcionaban a la perfección, pero su instinto le avisaba tercamente. Decidió aterrizar. Apenas tuvieron tiempo, él y sus pasajeros de alejarse unos pocos metros del avión cuando una explosión convirtió el aparato en chatarra. Y la cadena de atentados siguió. Todo giraba en torno al mundo de los hipódromos, pero tal como se desarrollaban las cosas, parecía que fueran ratas y no caballos quienes competían por unas fabulosas sumas de dinero de origen más que dudoso.


Club del Misterio 61. Un asunto tenebroso, de Honoré de Balzac

Intriga, Novela

Un intento de asesinato, una conspiración política, un policía vengativo, un político oportunista… Un relato de acción trepidante y con un suspense que tiene como excepcionales protagonistas a Napoleón Bonaparte, a Fouché, a Talleyrand, a Condé… y como comparsas a los verdaderos héroes de la novela. Y por encima de todo simplemente, Balzac.


Club del Misterio 66. Frenesí, de Arthur La Bern

Novela, Policial, Intriga

A qué negarlo: era un tipo violento y pendenciero, y además su mente no podía presentarse, desde hacía tiempo, como un modelo de claridad. Pero eso no quería decir que fuera dejando por el mundo un reguero de cadáveres femeninos artísticamente estrangulados con decorativas corbatas, tal como parecían indicar todas las pruebas. Eso era lo que pensaba la policía, la justicia y todos los relacionados con el caso. Sin embargo, él sabía tan bien como el verdadero asesino que no era culpable. El único problema consistía en demostrarlo.


Club del Misterio 108. Cuidado con la plata, de Albert Simonin

Novela, Intriga

Es el número 1 de la serie Max le Menteur el Rudo ha llegado a la edad crítica y ya no le apetece comportarse con la violencia que le hizo ganar justamente su apodo. Pero acaba de dar un buen golpe y los jovencitos deseosos de hacer méritos, de conquistar fama fácil y de quedarse con la plata que otros han obtenido con el sudor de sus frentes y la habilidad de sus rápidas manos le obligará a emplearse a fondo. Se inicia así la feroz lucha entre un verdadero rudo que quiere dejar de serlo y unos meritorios del hampa que quisieran superar al viejo maestro para arrebatarle su botín, su prestigio y su privilegiada situación.


Club del Misterio 112. Mi nombre es Chambers, de Henry Kane

Novela, Intriga

'Me llamo Peter Chambers y soy detective privado. Ejerzo en Nueva York. Los casos en que intervengo suelen tener como marco el mundo de los grandes negocios un tanto turbios en el que la falta de escrúpulos requiere manos muy sucias e inmaculados guantes blancos. Y para ello hace falta habilidad. Si hay que matar, se mata, pero sacando el máximo provecho del asesinato, y tratando de cargar el mochuelo al rival más peligroso. Mis éxitos -a veces me contratan como pantalla y en otras como sabueso- tienen un precio muy elevado: yo soy más duro, más rápido y más astuto que los buitres que me rodean'


Club del Misterio 117. Redadas en la ciudad, de Auguste Le Breton

Novela, Policial

El inspector Vardier tenía una idea fija: caer sobre el hombre que había asesinado a su compañero Lebouvier. Y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de ponerlo en manos del verdugo. Pero no sólo el cazador estaba alerta: su pieza, el asesino, pese a estar marcado, disponía de extraordinarios recursos y preparaba un golpe que le permitiera ponerse, al menos momentáneamente, fuera de la circulación. Mientra, la vida de la policía y la del hampa seguían sus rutinas cotidianas.


Club del Misterio 119. El ángel caído, de Howard Fast

Novela, Intriga

En la mente de David Stellman se había producido un cortocircuito. Y otro cortocircuito —o quizá el mismo— había dejado sin luz el rascacielos neoyorquino en el que se encontraba. Ambos estaban colapsados: el hombre atacado por la amnesia; el edificio privado de la energía que daba sentido a su gigantismo. Y la violencia se desató con la extraña caída del magnate desde el piso 22. La luz volvió al edificio, pero David tenía que atravesar un túnel de terror antes de recuperar su propia lucidez. Un túnel donde el asesinato brutal parecía algo sin importancia.


Club del Misterio 120. Carrera mortal, de Bill Knox

Novela, Policial

El forense, a primera vista, opinó que la chica había sido estrangulada. Habían encontrado el cadáver en el maletero de un viejo coche, abandonado junto a un descampado. Parecía obra de un obseso sexual que hubiera perdido los nervios al resistírsele su víctima. Y el caso se hubiera tenido que archivar, sin solución, de no ser porque el forense investigó a fondo: la chica había sido estrangulada después de hacerle beber veneno suficiente como para acabar con un elefante. Había que buscar la pista del asesino en círculos más selectos que el de los violadores solitarios.


Club del Misterio 121. ¡Ayudadme, estoy prisionero!, de Donald E. Westlake

Novela, Intriga

Fue a dar a la cárcel por llamarse Cunt. La verdad es que se apellidaba Künt, con diéresis, pero todos le decían Cunt, y eso, para un norteamericano, es difícil de soportar. Cunt estaba marcado por el fácil juego de palabras de su apellido. Ojo por ojo y broma pesada por broma pesada era una peculiar ley del talión, capaz de llevar a Cunt -o Künt- a las situaciones más comprometidas, desde el robo de una dentadura postiza hasta el audaz y violento atraco a los principales bancos de la ciudad.


Club del Misterio 134. Punto en boca, de Jean Amila

Novela, Policial

Su trabajo consistía en darle a la manivela para poner en funcionamiento la esclusa. Era un trabajo que le permitía ir viviendo, pero que no auguraba ningún brillante porvenir. Y ese futuro se oscurece hasta volverse trágico cuando en medio de una maniobra la esclusa se atasca por culpa de un cadáver.


Club del Misterio 136. Al servicio de quien me quiera, de Giorgio Scerbanenco

Novela, Policial

El paracaidista Ulisse Ursini fue licenciado a pesar de su solicitud de reenganche. La razón: carácter cerrado y difícil. y además una peligrosa inclinación a seducir menores. El paracaidista Ursini mide dos metros, es rubio, fuerte, siempre gana al póker y no tiene donde ir una vez deje de ser para. La única salida para Ursini es la aventura: se convertirá en un mercenario no por una causa sino por el dinero que le paguen.


Club del Misterio 147. El hombre siniestro, de Edgar Wallace

Novela, Intriga, Policial

Una paloma no puede salir del ojo del huracán sin perder, al menos, buena parte de sus plumas. Y Elsa, blanca y pura paloma de la Inglaterra de principios de siglo, se encontraba en pleno epicentro de un brutal huracán que dejaba un rastro de cadáveres a su paso. Así las cosas, no es de extrañar que la pobre Elsa perdiera también sus plumas, porque detrás de todo ello se encontraba el hombre siniestro, o uno de tantos hombres siniestros que trataban de dominar el tráfico mundial de drogas.