El protagonista principal, Henry Arthur Milton también conocido como «El campanero», es un típico antihéroe de Wallace. Un legendario asesino que mató por venganza personal. El personaje principal es el inspector Wembury de Scotland Yard, que está teniendo un día muy malo: Es su primer día como nuevo comandante de la División Deptford; su superior inmediato, el brutal, inspector jefe Bliss, ha vuelto de Estados Unidos lleno de ideas como las pistolas Tommy en las calles de Londres y un FBI británico; su prometida acaba de aceptar un trabajo como secretaria de un abogado local Maurice Meister, que es un criminal aparentemente respetable, pero que en realidad Wembury sabe que es un asesino, pero no puede probar su culpa; y que además es el responsable de que el hermano menor de su prometida terminara con una condena de 4 años de cárcel por robo…
También conocida con el título de El comprador de diamantes. La «mascara verde» cuelga en la Habitación del Terror y alrededor de ella crece una enigmática leyenda viviente de misterio y asesinatos. A las 2:00 de la madrugada la niebla en el Embankment es densa y oscura. Unos hombres se arremolinan alrededor de un cuerpo. El muerto fue golpeado y más tarde arrojado al Támesis. Dick Shannon regresa a toda prisa a Scotland Yard donde están revolucionados con las últimas noticias: el coche de la Reina de Finlandia ha sido retenido en El Mall y sus diamantes se han desvanecido en la niebla…
Un periodista se enfrenta a una carrera contra el tiempo para demostrar que una actriz acusada de asesinato es inocente. La novela fue llevada al cine en 1934 y dirigida por Maclean Rogers. Como protagonistas principales cabe destacar: Enid Stamp-Taylor, Tom Helmore y Moore Marriott.
J G Reeder es un hombrecillo de apariencia débil, con cabello rojo y ojos débiles. Sin embargo, su mente extraordinaria es muy aguda. Aquí hay tres episodios emocionantes sacados de su libro de casos: «Los dos ases», sobre un hombre que juega fuerte y vive con miedo; «Kennedy, el convicto», que revela la máscara impecable despojada de un demonio, y finalmente «El caso de Joe Attymar», un misterio con mucha intriga que involucra un asesinato en el Támesis de Londres.
El Arquero Verde, ahorcado en 1487, parece haber regresado al castillo de Garre y The Daily Globe encarga a Spike Holland que investigue la noticia. El dueño del castillo, Abe Bellamy, uno de los peores villanos del mundo (en más de un sentido), no quiere que se averigüe nada sobre el asunto. Mientras tanto, Scotland Yard encarga del caso a James Lamotte Featherstone.
Estaban todos en el ajo. Dick Allenby, inventor y presunto heredero. Jerry Dornford, hombre mundano y derrochador. Mike Hennessey, empresario de teatro. Mary Lane, actriz de reparto. Leo Moran, banquero y especulador. Washington Wirth, de fortuna dudosa y organizador de fiestas por todo lo alto. El viejo Hervey Lyne, usurero de las clases altas y el paciente Binny, el sirviente que empujaba su silla de ruedas y le escribía las cartas. ¡Y el pobre Horace Tom Tickler! Un ratero que también estaba en el ajo pero no se había enterado. Al dejar una gala en el Litigation Club, Jerry Dornford y el detective de Scotland Yard Surefoot Smith están discutiendo sobre armas mientras esperan un taxi. El que está estacionado frente a ellos no tiene chofer, pero guarda un misterioso cadáver.
Larry Graeme deja el hotel donde festejaba a solas su último golpe cuando lo interceptan cuatro agentes de Scotland Yard. No vale la pena resistirse ni inventar coartadas: alguien lo ha delatado. Pero, ¿quién? Le toca un juez blando y lo condenan a solo tres años en la temible prisión de Dartmoor. Cuando sale en libertad, Graeme tiene un solo objetivo: descubrir y dar muerte al Delator. Pero Scotland Yard también va detrás del pájaro que, aunque les ha rendido servicios durante años, es ahora dueño de un imperio criminal. Para complicar más las cosas, los dos periódicos de más ventas de Londres también están detrás de la pista y de una noticia sensacional.
El arroyo que corre entre el canal y el río pasa por debajo de Lady’s Stairs, una caótica casa de madera habitada por Li Yoseph. La policía sabe que Yoseph es un contrabandista. Sus vecinos, en cambio, creen que es rico y excéntrico. Pero de lo que no necesitan pruebas es de que Li Yoseph está rematadamente loco. Ann Perryman tenía un hermano llamado Ronnie, que ha muerto asesinado. En busca de pistas llega a Lady´s Stairs en mala compañía. Mark McGill y el histérico Tisel están dispuestos a ayudarla. La teoría de McGill es que el inspector Bradley, de Scotland Yard, es responsable de la muerte de Ronnie. Y Li Yoseph lo confirma. Pero entonces Yoseph desaparece sin dejar rastro.
En el Terzo de Cittá se encuentra el Palazzo Festini con toda su sombría y dilapidada magnificencia. Aquí, entre su grandeza perdida habitan los Festini, una familia no tiene miedo de resucitar disputas iniciadas por primera vez en la Edad Media. Esta es la historia de la Mano Roja, una organización criminal que convierte a su jefe secreto en el hombre más peligroso de Europa. Sólo un hombre extraordinario (hermano mayor del actual conde) puede impedir que los planes de la Mano Roja para la caída del país pueden tener éxito…
Tidal Basin es el distrito más pobre, más bajo y más duro de Londres. En alguno de sus muchos callejones oscuros vive el Diablo de Tidal Basin, que aterroriza a los vecinos y deja perpleja a la policía. ¿Habrá alguna conexión entre el Diablo y el Hombre del antifaz blanco, el bandido solitario que recorre Londres sin que nadie le moleste? El inspector Mason, uno de los Cinco Grandes de Scotland Yard, está decido a averiguarlo. A pesar de toda su experiencia y suspicacia, no será hasta que Janice Harman se enamore de un hombre que le escribe cartas desde Sudáfrica que la complicada madeja internacional de crímenes y asesinatos muestre un hilo de donde tirar. Y la extraña historia de un asesino que actúa a sangre fría sale a luz.
Sir Richard Hallowell, un respetado oficial del ejército real, enamorado de Esperanza Joyner, una joven deliciosa que no sabe nada sobre sí misma ni sobre sus orígenes. Graham, el hermano de sir Richard, que acaba de salir de prisión y está planeando alguna nueva aventura del otro lado de la ley. Diana Martyn, exprometida de sir Richard, que se entrega a las malas compañías, de las cuales Graham no es el menos sospechoso. El príncipe de Kishlastan, entontecido por Diana, que es su secretaria de prensa, y hacia quien alberga intenciones secretas. Un plan para robar las joyas de la corona orquestado por un cerebro criminal privilegiado. Una perspicaz detective que usa su sexto sentido con aterradora precisión para oler el crimen. Mezclar todos los ingredientes y batir bien. El resultado es un thriller criminal que deviene en una aventura relampagueante con tantos misterios como cajas chinas.
Cuando el detective Dick Martin recibe una herencia millonaria de su difunto tío, decide abandonar su trabajo en Scotland Yard. Durante su último día recibe dos encargos por parte de su jefe: investigar las andanzas de un ladrón profesional (que le revelará un pavoroso encargo) e investigar el intrascendente robo de libros en la biblioteca de Bellingham, donde se encuentra a la intrigante joven Sybil Lansdown. En ese momento el joven no puede imaginarse como ambos sucesos van a alterar su plácida vida de exdetective retirado… La puerta de la siete cerraduras tiene de todo: unas lúgubres tumbas, un científico que experimenta sin piedad con humanos, una partida de asesinos codiciosos, unos ladrones de buen fondo, una herencia fabulosa, un criminal perfectamente emboscado y una puerta que abren siete llaves simultáneamente, llaves en poder de los diversos actores del drama y que habrá que reunir para abrir la habitación misteriosa de la tumba de los Selford.
El falsificador Clay Shelton, dueño de tantos nombres como disfraces, trabaja solo. Sin complices y sin escrupulos vacía las arcas de los bancos. Un policía capaz de jugarse su propia sombra, Arnold Long «El Apostador» —universitario, hijo de millonario y campeón de boxeo—, apuesta una vez más a detendrá un ladrón antes de tres meses. Puede que gane, pero por mucho tiempo temerá que la «Mano del Patíbulo» salga de la tumba y le retuerza el cuello.
Aquel vagabundo no parecía tan inofensivo. Casi parecía peligroso por la destreza con la que jugaba con una impresionante pistola automática. La pasaba de una mano a la otra, la hacía girar en su índice desde la guarda, la balanceaba de un lado a otro deslizándola entre las manos hasta que el cañón apuntaba al suelo. La pistola parecía un juguete mágico: el vagabundo no podía apartar sus ojos ni sus manos de ella. Hasta que, como los niños, se cansó y la guardó en un bolsillo de sus destrozados pantalones. Sólo por un instante, porque inmediatamente la desenfundó y siguió jugando con ella. ¿Quien era ese vagabundo tan diestro con las pistolas automáticas? ¿Se trataba de un verdadero vagabundo o era alguien buscando una venganza antigua?
Cuando el Viejo mata al guardia nocturno a martillazos y escapa del asilo de Sketchley, los vecinos del apacible paraje se organizan para dar con el loco más antiguo del refugio de indigentes. Sólo John Lorney se niega a participar del esfuerzo. Lorney es nuevo en Surrey y la gente lo mira con reticencia desde que compró la mansión Tudor donde ha montado un lujoso hotel al borde de la carretera. El mundo es pequeño y la posibilidad de que viejos criminales se reúnan en El escudo de armas no es tan remota. Finalmente, Sketchley es un sitio donde pasan cosas extrañas: robos, restituciones, un viejo misterioso y merodeador. Una noche, prende fuego la finca de un señorío vecino. El dueño y sus invitados se ven obligados a trasladarse a El escudo de armas. Uno de ellos muere asesinado. No hay ninguna pista que relacione los sucesos entre sí hasta que llegan Rennett, un detective americano, y el señor Collett, un inspector de Scotland Yard. La investigación revelará la conexión que los une a todos.
Todos trataron de ocultar la verdad, pero la «Dama Asustada» no puede ocultar su miedo. El inspector jefe Tanner se da cuenta rápidamente de que muchas cosas sobre la casa de Lord y Lady Lebanon no se explican fácilmente. ¿Por qué se emplean dos «duros» estadounidenses como lacayos? ¿Por qué Lady Lebanon no está dispuesta a responder preguntas? Lo que sí sabe es que la única persona obviamente inocente está completamente consumida por el terror. Aquí está la primera pista real del inspector Tanner. Nota: Este libro (The Frightened Lady), se publicó en español en 1932 con el título «La muchacha aterrorizada». Por ello, en la presente edición se ha preferido mantener dicho título, en vez de «El caso de la muchacha asustada», que es el que correspondería a esta edición.
Todos trataron de ocultar la verdad, pero la «Dama Asustada» no puede ocultar su miedo. El Inspector Jefe Tanner se da cuenta rápidamente de que muchas cosas sobre la casa de Lord y Lady Lebanon no se explican fácilmente. ¿Por qué se emplean dos «duros» estadounidenses como lacayos? ¿Por qué Lady Lebanon no está dispuesta a responder preguntas? Lo que sí sabe es que la única persona obviamente inocente está completamente consumida por el terror. Aquí está la primera pista real del Inspector Tanner.
Penélope Pitt acaba de tener una mala experiencia en su ciudad y decide ir a Toronto en busca de nuevas oportunidades, pero poco a poco su vida se irá complicando y acabará en Europa y finalmente en el «Polyantha». Yate al que confluirán todos los implicados en una trama de conspiración con muchos millones de por medio.
Todo empieza en un baile. Sir James Tynewood sufre un ataque de furia descubre que los periódicos van a publicar la noticia de su boda secreta con la actriz Alma Trebizond. Y tiembla al enterarse de que ha vuelto a la ciudad el hombre que más odia. Por otro lado, el abogado Vance no se imagina los muchos clientes que van a acudir a su despacho, mientras él disfruta de un fin de semana en Brighton.