Lo que quería el hombre ciego era atrapar a una chica ideal. Buscaba una mujer joven, atractiva, bien hablada y esbelta, que no había visto nunca pero que sabía que se había esfumado, y estaba dispuesto a pagar a Berta Cool lo que fuera con tal de encontrarla. Todo el asunto parecía imposible y sonaba sospechoso, pero el dinero del hombre era bueno, incluso aunque sus motivos no lo fueran, y ante la duda Berta siempre elegía el símbolo del dólar. Sólo que en esta ocasión, el símbolo del dólar apuntaba a un asesinato y señalaba a Berta Cool como sospechosa evidente.
Bertha, la tetera y el gato" transcurre en 1943, Lam ya es socio de la agencia, pero no aparece en toda la novela, está con la armada luchando en el Pacífico de donde llegan noticias de su comportamiento heroico. Un hombre pide a Bertha que le ayude a renegociar una deuda y ella se ve arrojada en una investigación de asesinato complicada por la turbulenta vida sentimental de su cliente.
Una vez más, el amable Lam se encuentra involucrado con una joven atractiva en la lucha contra los chicos malos, su jefe, un tipo duro como una roca, y los policías.
Un hombre contrata a la agencia de detectives Cool y Lam para que averigüe por qué la heredera de una herencia de la que es co-fideicomisario, ha vendido una valiosa joya con esmeraldas. Las investigaciones de Donald Lam lo llevarán hasta el otro co-fideicomisario de la herencia, al que encontrará muerto junto a la jaula de su cuervo amaestrado. Lam, desconfiando del hombre que le ha contratado, decide seguir investigando el caso por cuenta propia lo que le llevará a enfrentarse a su socia Bertha Cool.
A la Agencia Cool y Lam llega una joven, que dice llamarse Ballwin, para contratar a los detectives para salvaguardar a su tío Gerald de morir envenenado a manos de su esposa Dafne. Donald Lam empezará el caso con una estratagema que acaba convirtiéndose en un grave error que podría llevarle a la cárcel por sospechoso de intento de envenenamiento.
Empezó como un misterio habitual, ocultando a un escurridizo ratero que había estado cortejando a una matrona adinerada. Pero el encargo pronto llevó a Donald Lam hasta la habitación de un sórdido hotel con una parroquiana sexy. Y ahora ella le ha dejado tirado con un par de cadáveres entre manos. De repente él es el principal sospechoso de la pasma. Y será necesario un buen juego de pies para esquivar a la ley… y al verdadero asesino, que tiene la intención de dejar a Bertha Cool sin su socio.
Donald Lam, detective que se caracterizaba por no llevar nunca un arma y perder casi todas las peleas en las que se metía. Trabaja a las órdenes de Bertha Cool.
Mira Woodford era una hermosa chica que creía que las mejores cosas de la vida eran costosas. Vendió sus encantos juveniles por la recompensa de ser la esposa de un hombre viejo, y su inversión valió la pena en millones cuando de pronto se convirtió en su viuda. Cuando Bertha Cool envió Donald Lam para averiguar si los besos de Mira se habían convertido en veneno para el difunto esposo de la pobre niña rica, una mirada a Mira hizo que Donald estuviera más ansioso por comprobar por sí mismo qué tan mortal era su abrazo en realidad. Pero a pesar de Mira era encantadora y dispuesta, su pasado era feo y amenazador -y cuando la pasión y el chantaje van de la mano, el asesinato no podía estar muy lejos.
—El hombre que usted busca es Karl Carver Endicott. Vive en Citrus Grove. Se casó con Elizabeth Flanders hace seis años —le contesté a nuestro cliente. Ansel se humedeció los labios con la punta de la lengua. —Yo creía… ¡En fin, que no se me había ocurrido que usted averiguara el apellido solamente! —Eso fue todo lo que usted pidió. Pero si lo que a usted le interesa es el asesinato. —No me interesa el asesinato —dijo Ansel—. Yo quería solamente… —De repente su voz se quebró, quedando silencioso. Le miré sonriendo. —¿Y cómo sabía que se había cometido un asesinato, Ansel?
Donald Lam, detective que se caracterizaba por no llevar nunca un arma y perder casi todas las peleas en las que se metía. Trabaja a las órdenes de Bertha Cool. En esta caso, todo comienza con un caso como muchos, un marido infiel odiado por Bertha Cool, dinero de por medio y un caso que resolver.
Donald Lam, detective que se caracterizaba por no llevar nunca un arma y perder casi todas las peleas en las que se metía. Trabaja a las órdenes de Bertha Cool.
Hay una póliza de seguros con un valor de $ 75.000, que paga el doble en caso de accidente. Así que si él está muerto quiero establecer ese hecho y cobrar. Naturalmente. Y si él está vivo, entonces quiero el divorcio y una pensión alimenticia.
¿Qué vamos a hacer con los criminales? Hemos de castigar a todo aquel que vulnere la ley, con el fin de que el castigo refrene el crimen. Pero en cuanto esa persona ha sido castigada, ¿cuál es su destino? ¿Qué haremos con nuestros penales? ¿Mantenerlos como fábricas del crimen que manufacturan criminales, o transformarlos de tal manera que conviertan a los delincuentes en útiles ciudadanos? Las respuestas a estas preguntas son más importantes de lo que parece a primera vista. En cuanto un transgresor de la ley ha cumplido la condena y recobra su libertad, su comportamiento, a partir de este instante, depende de cómo le ha tratado la sociedad durante su encarcelamiento. Si la sociedad ha recurrido al castigo como un modo de ajustar las cuentas al criminal, no es extraño que éste, en cuanto recobra la libertad, busque la manera de ajustar las cuentas a la sociedad. No son fáciles las respuestas a estas preguntas…
Dinero en el banco siempre ha sido una factor de persuasión en la vida de Bertha Cool —y Lamont Hawley representaba mucho dinero. Y también representaba a una compañía de seguros que olía a podrido con una demanda de accidente de tráfico. El problema era que la demandante había desaparecido —una hermosa rubia que había sido cooperativa y ecuánime. De hecho, demasiado… casi profesional. A Donald Lam no le gustaba esto. ¿Por qué una gran compañía de seguros necesita un investigador externo? Pero los ojos de Bertha sólo ven $$$ y Donald se pone manos a la obra y sin perder el tiempo él es el primer sospechoso. ¿Qué demonios está haciendo un cuerpo en la cajuela del coche de Donald?
Pauline comenzó a darme el doble discurso y su bata se abrió y pude ver más allá de donde terminaba la media. Finalmente mostrándome sus hoyuelos dijo: Donald, siento haber hecho la comedia que hice. Después de todo… Bueno, usted es un hombre y sencillamente me gustan los hombres. Bertha Cool suspiró, se levantó de su silla, se acercó al centro de la pieza y miró desde arriba a Pauline. Usted es una condenada embustera y lo que le gusta es el dinero.Dentro de quince minutos estará hablando con la poli; y déjese de estarme enseñando las piernas. Comience a hablar. Y con eso, Bertha, la arrojó tambaleándose hasta media sala.
Bertha Cool estaba furiosa. El distinguido Homer Breckinridge había estado esperando veinte minutos a que apareciera Donald Lam. Y alrededor del señor Breckinridge podía percibirse el embriagador aroma del D-I-N-E-R-O. Luego llegó Donald, y, en menos de lo que canta un gallo, se vió contratado para investigar una demanda de seguros. —Un trabajo tan agradable, seguro y respetable —ronroneó Bertha—, y tan fácil. Pero Donald no tardó mucho en descubrir que lo que menos tenía aquel trabajo era ser fácil, y que la presa fácil sería él…
Cuando Susan coge el tren para ir a una entrevista de trabajo no espera que el destino le depare una sorpresa que cambiará el resto de su vida. Cuando Paul contrata a una ayudante para su departamento, sabe perfectamente que ella tiene algo especial, aunque no sepa verlo. La magia de la Navidad hará que caigan copos de amor sobre ambos para que vivan aventuras donde los sentimientos aflorarán por doquier. Ambos se darán cuenta de que el amor todo lo puede, y que pese a las dificultades, si de verdad se siente, nada ni nadie puede separarlos. Sumérgete en esta historia mágica de Navidad donde la luz de las estrellas iluminará los corazones y vive a flor de piel un amor que no entiende de planos.
La historia de Catherine Carey, una dama en la corte
Era siempre el mismo sueño.
El patíbulo ante mí. Miré con horror mientras la espada separaba la cabeza de mi tía de su cuello de cisne y vi cómo el verdugo la alzó agarrándola por los largos rizos de color avellana. Lo último que recordé antes de que mi mundo se tornara negro fue mi propio grito. Catherine Carey, una joven de quince años, ha tenido el mismo sueño durante los últimos tres, desde la sangrienta ejecución de su tía la reina Ana Bolena. Su único consuelo es que su familia y ella están a salvo en Calais, lejos de las intrigas de la corte de Enrique VIII. Pero ahora Catherine ha sido escogida para servir a la nueva esposa del rey Enrique, Ana de Cleves. Justo antes de partir hacia Inglaterra, ella descubre el secreto familiar: la verdadera identidad de su padre, un hombre a quien ella considera un monstruo y al que conocerá en breve. Esta absorbente novela nos cuenta la historia de una mujer que sobrevivió en la corte de Enrique VIII y que se convirtió en una de las confidentes más cercanas de Isabel I.
Connor, el mejor guerrero del Rey, cansado de su belicosa vida, ansía poder vivir tranquilo en sus tierras, pero para conseguirlo, su Majestad le ha impuesto una última misión. Deberá confirmar si las quejas de los nobles sobre Samuel, el hijo de un marqués, son fundamentadas. Connor se dirige hacia el lugar donde vive el chico, y lo encuentra en medio del bosque, persiguiendo a una joven muchacha, Leonor, con malas intenciones. Cuando confirma que sus sospechas son ciertas decide presentar al muchacho ante el Rey, pero Samuel consigue escapar y para vengarse, mata a los padres de Leonor.
El honor de Connor lo obliga a prestar ayuda a la pobre y desamparada huérfana, convirtiéndose en su tutor y la lleva a sus tierras, pero entre ellos nace un profundo sentimiento que se hará más fuerte a medida que pasa el tiempo. La sombra de la traición se cierne sobre ellos.
Una novela histórica-aventuras-romance que hará las delicias de cualquier lector.