Nadie iba a llevarse a la sobrina de Savannah Roberts, y menos Jake Stone, que aseguraba ser el hermano de la niña. Savannah tenía la custodia legal y nadie iba a cambiar eso, ni siquiera los sensuales sentimientos que le provocaba ese duro ranchero. Cuando Jake quería algo, o a alguien, lo perseguía con pasión. Y en ese momento Jake quería llegar a conocer a su hermana… y a su seductora tía. Pero la belleza sureña estaba decidida a resistirse… y parecía que Jake iba a tener que enseñarle lo que significaba una dulce rendición.
Apareció en la oscuridad, como un sueño; salvo que, en los sueños de Francesca Jones, no aparecían hombres desnudos sufriendo amnesia. Frankie no podía negarse a ayudar a un hombre necesitado, y éste la necesitaba más de lo que ella imaginaba.
"Johnny" había perdido la memoria; pero, instintivamente, reaccionó a la piel satinada de Frankie y a sus dulces manos. Con absoluta generosidad, ella le ofreció su casa y su corazón, pero Johnny no tenía derecho a amarla porque... ¿qué podía ofrecerle cuando ni siquiera sabía cómo se llamaba?
Pamela "Peachy" Keene estaba decidida a perder su virginidad, y sólo conocía a un hombre para ese trabajo. Luc Deveraux era soltero y extremadamente sexy; seguro que aceptaría su proposición. Después de todo, sólo sería una vez.
Pero Luc no quería ayudara Peachy. Se sentía atraído por ella, pero sabía que ella se arrepentiría de no esperar a hacerlo con un hombre al que amase. Y para hacer que Peachy cambiase de opinión, Luc fingió aceptar su plan. Y ése fue su primer error.
El multimillonario Dawson Rutherford había planeado un compromiso con el fin de conseguir unas tierras que quería añadir a sus propiedades.
Sólo una mujer tenía el poder de enloquecer a aquel hombre sin corazón y él necesitaba que se hiciera pasar por su novia. Tras una tempestuosa noche, ocurrida años atrás, Dawson había abandonado toda esperanza de convertir a Barrie en su esposa, pero era imposible saber lo que le ocurriría a aquel hombre de hielo, tras convivir unos días con aquella apasionada mujer.
Lo único que le impedía a Travis conseguir lo que quería era el orgullo de Megan. Él la amaba desde que iban al colegio, pero ella siempre lo había rechazado. Ni siquiera estaba dispuesta a aceptar su ayuda para salvar la propiedad familiar. Pero aquel vaquero nunca había rehuido ningún reto: estaba decidido a llevar a Megan al altar, y a no dejarla escapar.
Cuando Tyler se enteró de que una viuda se había mudado a la casa de al lado, se imaginó a una mujer madura de pelo plateado y lentes gruesas. Definitivamente, no estaba preparado para encontrarse con una joven intrépida y atractiva, madre de unos bulliciosos trillizos, que le hizo empezar a pensar que a su vida le faltaba algo esencial...
Kalli Bonotelli había soñado siempre con compartir la silla de montar con su príncipe azul y poseer un rancho. Ahora que tenía el rancho sólo necesitaba el marido... así que puso los ojos en su atractivo vecino Trace Longford. El problema era que aquel malhumorado vaquero no tenía interés en ella, sino en sus tierras...
¿Cómo se atrevía Flint a secuestrarla el día de su propia boda? ¿Y a pedirle que se casara con él? Julie quería un marido cuyos besos no le hicieran perder la razón. Además, sus gemelos necesitaban un padrastro sensato. Después de todo, nunca conocerían a su verdadero padre. Julie había jurado no decirle nunca a Flint nada de ellos...
Kathy Lawrence no era el tipo de mujer que se prestara a una frívola aventura, pero su corazón herido necesitaba alguna distracción. Y Thomas Logan estaba dispuesto a proporcionársela; era poderosamente persuasivo y no aceptaba un no por respuesta. La primera vez que vio a Kathy, Thomas descubrió su carácter apasionado. pero aunque se convirtió en una amante apasionada, todavía se guardaba para sí un aspecto secreto de su vida. Y de repente, él comprendió que no podía dejarla marchar... no sin antes averiguar la verdad.
Logan Bradshaw era un hombre un tanto duro. Tenía un rancho de caballos y criaba a dos niños él solo. Lo que menos necesitaba era la presencia de una mujer metiéndose en sus asuntos y poniéndole la vida patas arriba. No había una mujer en el mundo en la que se pudiera confiar. Y más aquella mujer, que le hacía sentirse como un colegial. Pero Gloryanne era la propietaria de una parte de aquellos terrenos y tenía intención de quedarse a vivir allí, le gustara o no al inquietante Logan Bradshaw.
Cómo podía el soltero empedernido llamado Ramsey Walker concentrarse en su trabajo cuando vivía al lado de una belleza como Alexis Carlisle? Cuanto más conocía Ramsey a la aristocrática Alexis, más impulsado se sentía a perseguirla y a hacerla suya. Dado que la dama sentía debilidad por la cultura, él le enseñó el tipo de cultura que sólo puede enseñar un hombre de verdad. No obstante, cuando ella siguió guardando la distancia, Ramsey recurrió al arte... al arte de la seducción. Pero los irresistibles labios de Alexis, sus tentadoras caricias y su apasionada forma de amar acabaron cazando al cazador.
Cade no necesitaba para nada a una revoltosa mujer en su vida. Por eso, cuando el anterior propietario de BrenCo le dejó la otra mitad de la compañía y a Kyle Brennan la otra mitad, decidió comprársela y echarla de su vida. Pero cuando ella entró en su oficina, toda curvas y largas piernas, Cade supo que no podría mantenerla alejada de sí por mucho tiempo...
Mackenzie Kincaid se había preparado para un matrimonio sin amor. Sabía que las posibilidades de una pasión desenfrenada con un hombre que había pedido una novia por correo no eran demasiadas. Pero se había quedado sin opciones. Además, Abel Greene era algo más que un hombre. Abel Greene estaba torturado por su pasado. No podía permitir que nada ni nadie accediese a él. Tampoco estaba dispuesto a aceptar que aquella mujer, a la que había solicitado por un anuncio, interfiriera en su vida. Sin embargo, tenía sentimientos encontrados... y un cuerpo de mujer es siempre una tentación.
Jack Elliott fue el primer sorprendido cuando se dio cuenta de que acababa de pedirle a Kayla que se casara con él. ¿Qué había pasado? ¿Hasta qué punto había vuelto loco Kayla White al soltero más empedernido de Chicago? Quizá fuese su aspecto distante y su genio vivo lo que le resultaba tan tentador. Jack sabía que podía despertar la pasión que bullía bajo la superficie. Y quería que fuera a él a quien Kayla recurriese en momentos de apuros. Pero... ¿el matrimonio? Entonces Jack pensó en despertarse con ella todos los días y no se sintió tan intranquilo.
Tessa Lightfoot se negaba a compartir el hijo que tanto había esperado con un completo desconocido, y mucho menos casarse con aquel hombre. Cierto que Chase Madison tenía algo que ver con su embarazo, cortesía de su involuntaria donación a un banco de semen. También era verdad que sus caricias tiernas excitaban el cuerpo floreciente de Tessa. Pero los avances de la medicina y una licencia de matrimonio no bastaban para crear una verdadera familia. Nada iba a interponerse entre Chase y la paternidad, ni siquiera la testaruda Tessa. Ella llevaba a su hijo en su cuerpo. Y, aunque lamentaba no haberlo logrado al viejo estilo, tenía la intención de remediarlo en la primera ocasión que se le presentara.
Verse envuelta en un misterio del siglo diecinueve antes de que ocurriera, no era precisamente la idea que tenía Susanna Hall de cómo pasar un buen rato, especialmente cuando tenía que hacer de tímida esposa de Kane Wilder. Por alguna razón, Susannah y ese hombre irritante habían viajado al pasado y estaban durmiendo en la misma cama... Compartir una minúscula habitación con el exasperante, pero irresistible Kane Wilder estaba sacando a Susannah de quicio... y también causando estragos en su corazón. Sobre todo porque Susannah tenía ideas anticuadas y Kane estaba teniendo problemas para contener un deseo irrefrenable...
Su lema era no involucrarse nunca con nadie. ¿Por qué, entonces, el ranchero Jack Sheridan ayudó a una desconocida a dar a luz durante la peor tormenta de nieve de la historia? La cría recién nacida acabó cautivándolo. Y su bella madre se había propuesto convencerlo de que compartiera con ella algo más que la casa. Tess Danielson estaba agradecida a Jack por haberla rescatado de la tormenta, aunque el taciturno ranchero estuviese esperando la oportunidad para deshacerse de ella. Al cabo de varias semanas de miradas ardientes y besos apasionados, Tess comprendió que el comportamiento indiferente de Jack no era más que una fachada. Debía hacerle comprender que sólo el amor podría curar su frío y duro corazón.
Harta de ser sólo una buena chica para todo el mundo, Calli Thorton estaba dispuesta a soltarse la melena y lanzarse a la aventura. Era una mujer con una misión. Pero un sensual desconocido le desbarataba cada oportunidad. Casi parecía como si aquel hombre hubiera decidido salvar a Calli de sí misma. Gabe Griffin había sido contratado en secreto para proteger a Calli. Pero no pudo mantener la distancia profesional, por no hablar de la física, cuando la trasladó a su rancho para protegerla. ¡Cielos, si ni siquiera podía protegerse a sí mismo de enamorarse como un loco de aquella belleza de ojos azules!
El doctor Devlin Brennan era guapo y atractivo, tenía experiencia en la sala de operaciones y... en la cama. Su encanto natural podía seducir a cualquier mujer, excepto a Gillian Bailey, la única que a él le importaba. Por otro lado, Gillian tenía muchas cosas que explicar... Porque Devlin era el padre de su hija. Y es que Gillian y él habían compartido un apasionado romance, hasta que ella lo abandonó. Más tarde, Dev se enteró de que él era el padre de la hija de Gillian, y entonces decidió que no iba a dejar que se escapara de nuevo. Devlin se aseguraría de que su hija llevara su apellido, y que la mujer a la que nunca había olvidado, compartiera de nuevo su cama. ¡Incluso si eso significaba casarse!
Shane Nichols, era el mejor amigo de sus amigos y, por ello, cuando la novia de su colega Cash abandonó a éste para casarse con otro hombre, Shane decidió impedir la boda. Poppy Hamilton nunca había sido secuestrada antes y, aunque le parecía una solución muy drástica, no se quejaba. Al fin y al cabo, ella no era la novia. Shane estaba convencido de que, hiciera lo que hiciera, nunca le saldrían las cosas bien. Había intentado hacerle un favor a un amigo y lo que había conseguido era quedarse atrapado en medio de la nueve con una mujer que, no sólo hacía que sus sentidos se alteraran, sino que estaba a punto de robarle el corazón.