Nadie quería meterse en líos con Joe Sanchez. Pero una delicia de mujer le hizo caer a sus pies. En una noche mágica y llena de pasión, él tomó la virginidad de aquella muchacha bella y tímida, pero tras el éxtasis ocurrió un desastre. Joe nunca había podido olvidarla, y cuando Elena Maldonado apareció de nuevo en su vida, en medio de una misión muy delicada, ambos tuvieron que poner a prueba su firme decisión de no enamorarse otra vez. Joe tenía el instinto y la cautela propios de un agente secreto, y ahora estaban en alerta roja. Sentía el deseo a flor de piel. Tenía que infiltrarse... en el corazón del enemigo.
Todo el mundo hacía siempre lo que North Black deseaba... todo el mundo menos ella. Y era precisamente Melody Woods la persona que él más quería poder controlar.
No podía apartar de su mente el recuerdo de su maravilloso cuerpo desnudo y de la única noche que habían compartido. Ella se había escabullido de su cama con la inocencia intacta y, mientras se había dedicado a viajar por el mundo, el deseo que North sentía por ella no había hecho nada más que aumentar.
Ahora que Melody había vuelto a Texas y que parecía desearlo del mismo modo que él a ella, a North le resultaba cada vez más difícil cumplir la promesa que se había hecho a sí mismo de mantenerse soltero para siempre...
La domadora de caballos Tamara Cole lo sabía todo acerca de Nick, la oveja negra de la familia Corelli. Y ahí estaba él de repente, merodeando por los establos en mitad de la noche. Quizás el guapísimo empresario no fuera armado, pero estaba claro que era muy peligroso...
Nick había ido a Australia a vender la granja de su familia... hasta que se encontró con su nueva compañera. La copropietaria de la granja de caballos era una ardiente mujer que se sentía tan atraída por Nick como él por ella. Muy pronto, Tamara se dio cuenta de que amar a Nick iba a ser para ella una adicción muy difícil de abandonar...
Hope Summer estaba acostumbrada a que todo el mundo intentara encontrarle novio, especialmente en Navidad. Esa vez eran sus propias hermanas las que habían decidido buscarle pareja y habían elegido a un guapísimo adicto al trabajo que necesitaba una acompañante para sus múltiples compromisos… bueno, ella estaba en la misma situación. El abogado Sam Sharkey necesitaba alguien a quien pudiera llevar a la fiesta de Navidad de su jefe y que después no fuera a esperar ningún tipo decompromiso. Hope era la persona ideal, además era preciosa e inteligente. Aquello podía funcionar… muy, muy bien.
Corinne Court quería empezar de nuevo, pero esa vez quería hacerlo bien. Después de descubrir a su novio con otra, decidió que a partir de entonces sería más espontánea, atrevida... y sexy. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que quitarle el Ferrari a su novio y echarse a la carretera? La primera parada del viaje fue Las Vegas, allí podría aprender de la maestra: su atrevida prima Sandee. Lo que no esperaba era tener que hacerse pasar por una rebelde fugitiva de la ley... Claro que, nada más ver al detective Leo Wolfman, Corinne decidió que, después de todo, no sería tan mala idea que la persiguiera aquel hombre... incluso podría perseguirla hasta la cama...
Trevor McQuillen, ex comandante de operaciones especiales, no estaba acostumbrado a cometer errores, pero cuando sacó de su cama a Christy Russell pensando que era otra persona, tuvo que admitir que se había equivocado de mujer... ¿o no? Christy no era para nada lo que él había pensado, pero, a medida que el ambiente se calentaba entre ellos, Trevor decidió demostrarle a la precavida Christy que él era el hombre perfecto para ella...
Christy sólo estaba intentando dormir un poco cuando llegó Trevor y puso su vida patas arriba. No pudo evitar caer en los brazos de aquel soldado tan sexy. Ella no tenía la menor intención de complicarse la vida con una relación seria, pero el encanto arrollador y los besos de Trevor estaban debilitando sus fuerzas. ¿Cómo podría lograr no dejarse arrastrar por la pasión?
Hacía cuatro años que Marissa Alexandre y Jefferson Cade habían vivido un apasionado romance entre los maravillosos bosques de Belle Terre; pero Marissa había tenido que marcharse porque estaba comprometida con otro y, al irse, se había llevado con ella el corazón de Jefferson.
Ahora la única mujer a la que él había amado se encontraba en peligro. Lo que no sospechaba era que le resultaría más fácil protegerla de un poderoso traficante de drogas que curar las heridas del pasado. Sin embargo, Jefferson estaba decidido a recuperar a Marissa... y esta vez no la dejaría marchar.
Nada más ver a aquel guapísimo hombre en medio de la playa, Tracy Richards recordó lo que era el deseo. Sus amigas aseguraban que tenía que averiguar quién era aquel tipo, ¡así fue como nació el club de Las Buscadoras de Hombres! Paul Sanders, el misterioso hombre, tenía unos planes muy concretos que seguir, pero Tracy era una distracción demasiado poderosa, de hecho era la distracción más sexy que había visto en toda su vida. Podía correr... pero no podía ocultar su... entusiasmo.
Stone Lachlam nunca había tenido la menor intención de casarse, ¡y menos aún por conveniencia! Tampoco había pensado jamás que el matrimonio fuera algo tan complejo. Después de todo, Faith Harrell y él habían decidido casarse por razones puramente prácticas, por tanto no debía de haber ninguna duda sobre los términos de su relación.
Pero resistirse a una mujer tan guapa como Faith era como intentar ganar una guerra desprovisto de armas. Parecía que cuanto más se esforzaban por no enamorarse, más cerca estaban de perder la batalla...
Lacey Wellington había decidido cambiar de vida, y Max McLane, un cowboy muy sexy, era el hombre perfecto con el que compartir la aventura que tenía en mente. El problema era que aquel parecía ser un tipo honrado y se resistía a sus insinuaciones. Iba a tener que demostrarle que solo quería algo de pasión con un cowboy desenfrenado y salvaje. Lo curioso era que cuanto más lo conocía, más se alejaba del prototipo de cowboy que ella tenía. Max no quería volver a ver una silla de montar o una vaca en toda su vida, pero había prometido al superprotector hermano de Lacey que cuidaría de ella. Así que, allí estaba un contable como él haciéndose pasar por un cowboy... y tratando de mantener las manos alejadas de Lacey.
Jace Tucker, el ídolo del rodeo, estaba enamorado de Celie O'Meara desde el día en que se conocieron. Pero era la novia de su amigo. Cuando su amigo dejó a Celie plantada en el altar, ella culpó a Jace de llevarlo por el mal camino: Celie pensó que para los seductores despreocupados e inconscientes, Jace era el modelo a seguir. Así que, cuando volvieron a verse, ella escapó a miles de kilómetros. Pero Jace se puso su sombrero de vaquero y fue tras ella. Estaba decidido a convencerla de que estaban hechos el uno para el otro, y dispuesto a seguirla hasta el fin del mundo. ¡Nunca imaginó que tendría que hacerlo!
El jeque Najib irrumpió en la vida de Rosalind Lewis y reclamó los derechos del sultán sobre su hijo. Ella negó que el sultán fuese el padre del niño, pero su negativa chocó contra la incredulidad de Najib y sus besos sin clemencia. El peligro acechaba, y Najib se los llevó a su mundo exótico: un lugar lejano donde protección equivalía a matrimonio.
Todas las noches, en los brazos de su marido el jeque, Rosalind pensaba que no podría seguir guardando su secreto. No sabía si su verdad le traería un final amargo o el verdadero amor.
Según lo estipulado en el testamento de su abuelo, Garrett Holden tenía que compartir aquella diminuta cabaña con Ana Birch durante todo un mes. Nada más ver a aquella belleza, el duro empresario supo que pasar treinta días junto a ella iba a ser una verdadera tortura para su autocontrol.
Por mucho que intentó resistirse a los encantos de Ana, el guapísimo soltero pronto se encontró totalmente cautivado por su espíritu libre y lleno de vida… y por sus sinuosas curvas. Sin embargo, su verdadera identidad seguía siendo un misterio: ¿Quién era realmente Ana Birch? ¿Por qué aparecía en el testamento de su abuelo? Y sobre todo… ¿Cómo iba a poder alejarse de ella cuando aquel mes llegara a su fin?
El jeque Haroum al Muntazir estaba moralmente obligado a recuperar una joya familiar de valor incalculable, pero, ¿cuál era la misión de la agente Mariel de Vouvray? Mientras no lo dejara claro, él debía mantenerse cerca de ella... pero no demasiado porque sabía que con un solo beso no podría resistirse por más tiempo. Y eso fue lo que ocurrió.¿Aquella deliciosa rendición sería una trampa... o la maravillosa recompensa que le ofrecía su futura esposa?
Ni más ni menos que cinco mujeres solteras se presentaron para responder al anuncio que Macon había puesto para buscar esposa. Y, en opinión de Harper Moody, todas ellas sobraban; de hecho ella ya había rechazado a escondidas a muchas otras mujeres. Para colmo de males, Macon insistió en que alojara a todas las candidatas hasta que él tomara una decisión. Claro que aquella era la oportunidad perfecta para que Harper se deshiciera de todas ellas y consiguiera recuperar el amor de Macon, un amor que quería para ella sola y para siempre...
El jeque Ashraf tenía la fuerza de cien sultanes y sin embargo no podía evitar sentirse tentado por la misteriosa y seductora Dana Morningstar. Ninguna otra mujer había sido capaz de hacerle perder la compostura del modo en que lo hacía aquella estrella de la televisión. Pero para Ashraf un romance era algo totalmente impensable, pues su único objetivo en aquel momento era recuperar el trono que le había sido robado a su familia.
Nunca podría estar seguro de que Dana no fuera una espía enviada por el enemigo, aunque su instinto le decía que era una aliada en la lucha. Por si acaso, lo mejor era mantenerla controlada, y qué mejor manera de hacerlo que convertirla en su amante...
La química que había entre ellos era increíble...
Sarah Nevins estaba fuera de sí. Doce años antes había desaparecido el hombre de su vida, Alex Emerson, y ella nunca había conseguido superarlo. Y ahora aparecía de nuevo... y más sexy que nunca, pero Sarah no estaba segura de si quería volver a pasar por eso, por muy bueno que fuera el sexo con él.
Alex siempre había sabido que volvería a ver a Sarah. También sabía que ella no se alegraría de verlo. Pero estaba empeñado en hacerla cambiar de opinión sobre lo que podría haber entre ellos... no le importaba cuánto tiempo tardara en conseguirlo. Rendirse no era parte de la personalidad de Alex y siempre conseguía lo que se proponía.
El dinero no significaba nada para ella.
Liza Chandler era heredera de un dinero que no deseaba, como tampoco deseaba que aquel millonario testarudo se metiera en su vida. Pero Beckett había prometido que llevaría a cabo aquel trabajo... y no era de los que aceptaba un no por respuesta. Especialmente después de descubrir que, debajo de la recatada apariencia de Liza, se escondía una mujer apasionada esperando a ser amada y protegida. Pero, ¿acabaría confiando en él tanto como para aceptar el dinero... y aceptarlo a él como parte de su vida?
Neil Logan había sido el centro de su existencia desde que eran niños. No era precisamente un tipo normal. ¿Cuántos millonarios elegían defender la justicia? Pero claro, él nunca había sido como los demás.
Katie Jonas estaba atravesando un momento algo difícil desde que la habían dejado abandonada en el altar y a punto de ser madre... ¡Y las cosas no hacían más que complicarse!
Fue entonces cuando Neil le pidió que se casara con él... por el bien del niño. Katie estaba hecha un lío porque, desde que había descubierto en lo que se había convertido su alma gemela de la infancia, creía que no podría conformarse con menos.
Un policía millonario, una futura madre y un acuerdo muy especial.
Aquel hombre estaba dispuesto a reavivar un antiguo fuego. Cuando un lobo solitario como Cutter Reno volvió a Sundown, Montana, su orgullo masculino le exigió intentar recuperar a la única mujer que alguna vez le había importado. Aquel tremendo encuentro con Peg Lanthrop no hizo más que intensificar su deseo de revivir las apasionadas noches de verano que ambos habían compartido seis años atrás. Sin embargo, ahora Peg era una madre soltera, lo que la había hecho mucho más precavida, y tenía la intención de resistirse a los encantos de aquel inquieto cowboy con el que había perdido la virginidad... y el corazón. ¿Haría falta una verdadera revelación para domesticarlo y convencerlo de que allí, a su lado, encontraría la felicidad?