Cuatro parejas, cuatro etapas de la vida, la misma canción de amor. Louis tiene 15 años y está locamente enamorado de Victoire, de 13. Tendrá que esperar a que ella crezca para que pueda corresponder a sus sentimientos. Isabelle fue una niña romántica que, al llegar a la edad adulta, creyó enloquecer de dolor cuando su marido la abandonó. Monique ha tenido una vida feliz junto a su familia a lo largo de más de veinte años de matrimonio, pero ahora que sus hijos son mayores, decide abandonar a su marido y empezar de nuevo. Rosa y Pierre, que se conocieron durante la guerra, se juraron que no volverían a separarse jamás. Cuatro historias de amor que se entrecruzan en la idílica playa de Le Touquet en la costa norte de Francia durante el último verano del siglo xx. Profundamente conmovedora, la nueva novela de Grégoire Delacourt trata el tema del amor con una sensibilidad extraordinaria, y sigue la trayectoria de nuestras heridas más íntimas y de nuestros impulsos más locos.
Gabi Martínez reconstruye la historia real del doctor Escudero, un neurólogo que sufrió un brote de locura durante el cual trató de hacer daño a sus seres queridos. Tras un diagnóstico erróneo, fue internado por sus colegas en un psiquiátrico y recibió tratamiento para una enfermedad mental. En ese momento comenzó su lucha por demostrar su verdad, que lo llevó a enfrentarse a la comunidad médica. Por una increíble casualidad de la vida del todo improbable, padecía una enfermedad neurológica todavía no descubierta, una rara enfermedad autoinmune que él mismo había investigado. La historia del doctor Escudero es la historia de este país desde la Transición hasta hoy; es la visión del sistema de salud, un sistema completamente corporativo y centrado en intereses económicos; es la historia de gente que lucha por conseguir fondos para la investigación médica y también la historia de un hombre corriente, de un luchador que se llevó por delante a su familia en su obsesión por la medicina, y que tuvo que abrirse camino en el sistema médico español contra el bullying, la burocracia y el estrés, para pasar de ser considerado un loco a convertirse finalmente en uno de los médicos más eminentes en su especialidad.
Cuando en 1922 Germaine Acremant publicó la deliciosa novela “Las del sombrero verde”, probablemente estaba muy lejos de imaginar que se convertiría en un bestseller reeditado sin cesar, cuyas adaptaciones cinematográficas y teatrales movilizarían a multitudes a ambos lados del Atlántico. Y, sin embargo, ¿qué podría ser más simple en verdad que la historia de Arlette, una huérfana "sin dote", acogida por un cuarteto de viejas "confiadas en la devoción" en una pequeña ciudad de provincias y que con su voluntad consigue forzar a la felicidad. La magia surge de una escritura sencilla que analiza con precisión a los personajes y sorprende con su modernidad. La modernidad de una heroína también, respetuosa de la moral burguesa de la época, pero que, sin embargo, sacude las tradiciones y anuncia a la mujer moderna, libre y contenta consigo misma. Arlette fuma un poco, juega tenis, conduce un automóvil y provoca finales felices sin dejar de ser ejemplar en sabiduría. También actúa como indicador del drama discreto y doloroso de estas cohortes de mujeres a las que el desastre de la Gran Guerra -o más prosaicamente la falta de dote- condenó al celibato … El libro cuenta con mordaz humor las inesperadas aventuras sentimentales de la joven parisina enviada con sus cuatro primas, señoras que viven en "el barrio más antiguo de una de las ciudades más antiguas de Pas-de-Calais", de hecho el barrio de la catedral de Saint-Omer, lugar de nacimiento de la autora
Cleo es una cachorrita cuyo único delito es haber nacido de una camada no deseada. Por ser mestiza es repudiada por sus dueños y abandonada, a su suerte, en un desguace de coches. Confusa, ante la nueva situación, en un principio piensa que sólo se trata de un olvido y lucha por sobrevivir alimentando la consoladora idea de que regresarán a buscarla. Sin embargo nunca volvieron. Llevaba ya varios días sin comer, sufriendo, en la más aciaga soledad, las inclemencias del tiempo y ahora además estaba herida. Se sentía aturdida y la visión comenzó a tornarse borrosa. Antes de sumergirse en la más absoluta oscuridad abandonó toda esperanza, embargada de una fatal certeza.
Una novela en la que palpitan el ansia irrefrenable del ser humano por mejorar su condición y su capacidad para afrontar los reveses de la vida. Merecedora de los mayores elogios tras su publicación -su autora ha sido comparada nada menos que con Toni Morrison-, esta magnífica novela recoge la extraordinaria historia de una mujer que, en su empeño por sacar adelante a sus hijos, representa la inagotable fuerza de voluntad con que una madre es capaz de afrontar los desafíos más extremos, al tiempo que narra la huella indeleble que ese mismo ímpetu dejará, inevitablemente, en cada uno de sus descendientes. Cincuenta años después de la abolición de la esclavitud, dos millones de personas abandonaron los estados sureños de Estados Unidos para establecerse en las grandes ciudades del Norte. El fenómeno, conocido como la Gran Migración, supuso un cambio radical en la sociedad norteamericana, así como en las vidas de las personas que lo protagonizaron. Y entre ese ingente caudal humano se sitúa la joven protagonista, Hattie Shepherd, que huye de Georgia para instalarse en Filadelfia en busca de un futuro mejor. Sin embargo, el destino pondrá a prueba sus ilusiones. Tras perder a sus dos primeros hijos, Hattie dará a luz a nueve niños más, a quienes criará con férrea determinación, guiada por el propósito de preparar a su prole para las dificultades que habrán de afrontar en un mundo implacable con los más débiles. Así, a lo largo de los sesenta años que abarca el relato, el lector se verá enfrascado en una emocionante aventura humana, de hondo significado y simbolismo, fruto del particular talento de una escritora que ha adquirido ya una insoslayable relevancia en el panorama de la literatura estadounidense contemporánea.
En medio de una inesperada ola de calor y en un Porto Alegre paralizado por una huelga de transportes, tres amigos vuelven a encontrarse después de casi dos décadas. A finales de los noventa habían creado juntos un fanzine digital que se hizo famoso en todo Brasil. En su momento compartieron el sentimiento inmortal de la juventud y muchas promesas incumplidas. Hoy solo les une la tristeza por la muerte de Duque, a quien han disparado de madrugada mientras corría por la ciudad, en otro estúpido caso de violencia callejera. Era el cuarto miembro del grupo, el más brillante y talentoso pero también el más solitario e inaccesible, convertido en los últimos años en una de las nuevas voces de la literatura brasileña. Los recuerdos del pasado regresarán para esbozar el retrato incierto del amigo perdido y de un grupo de jóvenes que tuvieron que reinventarse en la nueva era de internet y de las redes sociales.
Cinco vidas, cinco periplos conforman una sola historia basada en hechos reales que integra en una visión esas encrucijadas fundamentales a partir de las cuales cambia el destino de una persona. Es una novela con cinco protagonistas cuyas historias cruzan fronteras y crean laberintos emocionales para quienes no buscan respuestas sino formas de supervivencia. La seducción del gintonic nos invita a situarnos en un espacio singular. Los personajes que protagonizan el relato viven, voluntariamente o por obligación, en territorios ajenos que los sitúan en el incómodo lugar del ?otro?. El mosaico de experiencias que recoge el relato nos habla de los conflictos y las oportunidades que conforman el tejido de la globalización en el mundo actual. Pasiones, frustraciones, amistades, relaciones profesionales y familiares se desgranan como imágenes de un caleidoscopio a través de personajes que se contemplan a sí mismos bajo la mirada de los demás. La crítica ha dicho: «Desgrana cinco historias de mujeres en las que tanto valor tiene quien las narra como quien las protagoniza. El resultado permite una mirada a vista de pájaro sobre las vidas que se entrecruzan, divergen, convergen, en continua pleamar». La Vanguardia «El mosaico de experiencias que recoge el relato nos habla de los conflictos y oportunidades que conforman el tejido de la globalización en el mundo actual. Pasiones, frustraciones, amistades, relaciones profesionales y familiares se desgranan como imágenes de un caleidoscopio a través de los personajes que se contemplan a sí mismos bajo la mirada de los demás». Lecturalia.com
Buscar el amor en una ciudad de ciertas clases y costumbres puede ser un ejercicio cruel. En su gimnasia erótica habitual, Gustavo esperaba encontrar todo menos la felicidad en una amante. Lali, su esposa, puede tolerar ciertas aventuras siempre y cuando no quiebren la rutina marital de una pareja de alta sociedad. Mientras cada uno de ellos hace las apuestas necesarias para conseguir lo que anhela, les será inevitable transgredir la tenue línea que divide la felicidad de la desgracia, como un recordatorio de que ceder a las exigencias de nuestra personalidad es también una manera de configurar nuestro destino. Alonso Cueto ha escrito una vibrante novela sobre los deseos bajo la premisa de que toda búsqueda emocional es también una narración policial. En este caso, la detective se llama Sonia y los interrogatorios ocurren en una ciudad violenta en la que el amor puede ser una mercancía liquidada al mejor postor, o también, un fantasma que nunca deja de husmear en las habitaciones de la memoria.
Quisquillosa, malhumorada… terriblemente solitaria. Missy Carmichael tiene una vida sin demasiados cambios ni emociones. Ya casi nunca habla con su hija, y su hijo y único nieto viven en Australia, en las antípodas del mundo. Sabe que quizá su comportamiento tiene mucho que ver con su soledad, pero cambiar puede ser tan difícil a veces. Un encuentro casual en el parque con dos mujeres muy diferentes entre sí y un enérgico perro le brindarán la oportunidad de adentrarse en un mundo nuevo donde hay un hogar para la esperanza. «La segunda vida de Missy» es un homenaje a la amistad, la familia y el poder del perdón, a todo aquello que convierte lo ordinario en extraordinario.
Molly Bowser es una mujer de unos treinta y cinco años, de dudosa reputación, que ha vivido una vida miserable marcada por una infancia desgraciada. Ahora, que se ha quedado viuda, ve con resignación que las ocasiones de volver a casarse se desvanecen; en su lugar, pone todo su empeño en encontrar para su hija Lily, de dieciséis años, un buen marido que las saque de su precaria situación. Entretanto, Lily es deseada y perseguida por varios hombres: Jethro, el cuñado de su madre; Perry, el hijo adolescente de unos vecinos; Claude, un empleado de banco. De oponerse a las ambiciones de Molly se encargarán los representantes de la «buena» sociedad del pueblo, siempre dispuestos a excluir de la misma a las personas que no se adaptan a sus convenciones. Esta es la primera novela que Erskine Caldwell escribió con una mujer como protagonista absoluta, y el resultado es plenamente satisfactorio. Con un tono de aparente comedia, los episodios cómicos, casi vodevilescos, se alternan con otros más dramáticos. En La segura mano de Dios no falta crítica social, aquí centrada no en el racismo como es habitual en otras obras suyas, sino en la discriminación generada por la diferencia de clases entre los blancos. Pero, por encima de otros factores, destaca la potente figura de Molly Bowser, sin duda uno de los personajes más memorables salidos de la pluma del escritor sureño.
Ciro Alegría es el novelista peruano más destacado de la primera mitad del siglo XX. ‘La serpiente de oro’, publicada originalmente en 1935, fue su primera novela. Sus personajes —ha escrito Alberto Escobar— se recortan sobre el molde de ese río imponente y furioso que es el Marañón, mas si la naturaleza define al hombre es la acción de éste, con su poesía y su tragedia, con su sentido rural y su lenguaje arcaico, lo que sublima en arte verdadero ese contacto. El «indigenismo» literario del periodo empieza a tornarse «nativismo», se proyecta lo particular a lo universal y en el proceso se define el destino de un pueblo.
La escritora italiana Carolina Invernizio entrelaza varias historias de amores correspondidos y no, con equívocos y suposiciones en un estilo folletinesco, clásico del siglo XIX, con un fondo de «novela social» en el que describe la situación obrera de Turín con un remarcado énfasis en la situación de las mujeres pobres y sus deseos y desdichas en la vida.
El delirio narrado en tiempo real de una anciana dama que muere en la soledad más absoluta, acompañada únicamente de su perra, suministra al autor el material narrativo para reconstruir una vida y una personalidad, la de Helena Lubomirska, sobre el retablo de fondo de los decisivos acontecimientos que jalonan la Europa del siglo XX. La figura de Helena Stanford, nacida Lubomirska sedimenta la trayectoria vital de una generación que nace y muere con el siglo y que, a diferencia de lo que ha sido habitual, se presenta no desde la impresionante altura de los hechos entre los que discurre sino desde la perspectiva de una experiencia personal y anónima marcada por el devenir de la Historia. Pero más allá de este alcance, la personalidad y la vida de Helena Lubomirska sirven al autor para volver una vez más sobre su motivo literario dominante: 'cómo vivir' ('Es el único argumento de mi obra', solía declarar). Esta vez presentado desde la perspectiva de la imposición trágica de las circunstancias sobre la propia voluntad del sujeto humano.
Rajka Radaković llega una tarde lluviosa a su casa y cuelga el abrigo mojado en un galán en el centro de la sala para que se seque. Coge su labor y se ensimisma en sus sueños de riqueza. De repente toca el abrigo y, al no recordar que lo había dejado allí, cree que es un ladrón que quiere robarle su fortuna. El miedo y el horror le provocan un infarto y muere. Así empieza y termina esta novela de Ivo Andrić, escrita en 1943-1944. La acción comienza en 1900 en Sarajevo, donde la heroína de la novela pasa una infancia feliz con su padre, un rico comerciante serbio que es su único centro de adoración. Cuando sus negocios quiebran, en el lecho de muerte, el padre hace prometer a la joven de quince años que asumirá la responsabilidad de la casa en lugar de su madre, que vivirá con una humildad implacable, que renunciará a sus propios deseos y que nunca dependerá de nadie ni se dejará arrastrar por sus pasiones. «La señorita» es un estudio de personaje. Como si se tratara de una comedia clásica, el carácter y el comportamiento del personaje están predeterminados por una única obsesión dominante: la avaricia. El autor de «Un puente sobre el Drina» y «Crónica de Trávnik» cierra así su Trilogía de los Balcanes.
El lector se pregunta ya en la primera página de esta novela breve, cuál es la clave para desentrañar la relación entre Renê, recepcionista de hotel en una ciudad turística brasileña, y Copi (nombre que homenajea a Raúl Damonte Taborda), un travesti argentino con el que entabla una relación basada en compartir obsesiones y frustraciones. Con una vida tormentosa, ambos personajes tejen una red de complicidades en la que la presencia del pasado cobra cuerpo a cada instante, a través de una narración fragmentada en forma de flases, en la que realidad y ficción juegan a esconderse. Porque Las fantasías electivas es un relato elíptico, que sugiere más que afirma, pero es también un libro (o dos) dentro de ese libro, al encontrarnos con los textos, poemas y fotos de Copi introducidos como capítulos independientes en el cuerpo de la historia. Estamos ante un relato con diferentes registros, a ratos divertido y siempre melancólico, que reflexiona sobre la ausencia y la carencia como huellas esenciales de la memoria. Un libro plural que nos abre las puertas de una obra singular en la actual narrativa iberoamericana.
Damián Torralba lleva seis años ausente del país tras una trágica relación sentimental. Ahora reside en Alemania, donde ha rehecho su vida con una joven con la convive desde hace unos meses. Una mañana recibe la llamada angustiada de su madre, con la cual hace años que ha roto todo contacto, comunicándole la muerte de su hermano víctima de un ajuste de cuentas. Durante la asistencia al funeral, se verá inmerso en una extraña trama de amenazas y extorsiones que le forzarán a elegir entre asumir sus obligaciones haciendo frente a la situación que se avecina o dejarse llevar por su tendencia a desentenderse de los problemas más acuciantes y huir a la primera oportunidad. Entre tanto, la relación que establece con la mujer de su hermano hará regresar a su mente ciertos recuerdos que había pretendido dejar olvidados para siempre cuando huyó del país. Novela finalista del I Premio Letras de Novela Corta (2002).
«Las fuentes del afecto: Cuentos dublineses» es una obra formada en realidad por tres ciclos de relatos, todos con la ciudad de Dublín como escenario: los primeros, con tintes autobiográficos, están narrados y protagonizados por una niña llamada Maeve; los siguientes se centran en la vida de dos matrimonios (los Derdon y los Bagot) y se vuelven mucho más implacables, lacerantes y claustrofóbicos, al mostrar poco a poco el declive, la soledad, el desamparo y el desencanto de unas existencias que, a través de los años, se apagan irremediablemente en la incomunicación y el vacío.
La sublime nouvelle que cierra la colección y da título al libro está considerada por Alice Munro y William Maxwell una de las mejores narraciones de la literatura en lengua inglesa del siglo XX. La belleza de estas páginas inolvidables duele, es un apocalipsis a fuego lento y debería suponer la reivindicación definitiva de Maeve Brennan como autora.
Una bellísima novela sobre la gratitud, sobre lo importante que es poder dar las gracias a aquellos que nos han ayudado en la vida. «Hoy ha muerto una anciana a la que yo quería. A menudo pensaba: “Le debo tanto”. O: “Sin ella, probablemente ya no estaría aquí”. Pensaba: “Es tan importante para mí”. Importar, deber. ¿Es así como se mide la gratitud? En realidad, ¿fui suficientemente agradecida? ¿Le mostré mi agradecimiento como se merecía? ¿Estuve a su lado cuando me necesitó, le hice compañía, fui constante?», reflexiona Marie, una de las narradoras de este libro. Su voz se alterna con la de Jérôme, que trabaja en un geriátrico y nos cuenta: «Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias. Y con el miedo a morir. Forma parte de mi oficio». A ambos personajes —Marie y Jérôme— los une su relación con Michka Seld, una anciana cuyos últimos meses de vida nos relatan estas dos voces cruzadas. Marie es su vecina: cuando era niña y su madre se ausentaba, Michka cuidaba de ella. Jérôme es el logopeda que intenta que la anciana, que acaba de ser ingresada en un geriátrico, recupere aunque sea parcialmente el habla, que va perdiendo por culpa de una afasia. Y ambos personajes se involucrarán en el último deseo de Michka: encontrar al matrimonio que, durante los años de la ocupación alemana, la salvó de morir en un campo de exterminio acogiéndola y ocultándola en su casa. Nunca les dio las gracias y ahora querría mostrarles su gratitud… Escrita con un estilo contenido, casi austero, esta narración a dos voces nos habla de la memoria, el pasado, el envejecimiento, las palabras, la bondad y la gratitud hacia aquellos que fueron importantes en nuestras vidas. Son las respectivas gratitudes las que unen a los tres inolvidables personajes cuyas historias se entrelazan en esta conmovedora y deslumbrante novela.
Materena es una madre con un dilema que solo podrá resolver con la ayuda de las sabias mujeres de su familia, de las que aprenderá que no todos los problemas han de solucionarse… Las hijas de Tahití es una historia llena de sabiduría y alegría al modo tahitiano, colorista y vibrante, sobre dos mujeres muy testarudas. Materena, profesional de la limpieza, cabeza visible de la familia Mahi desde que su marido, despechado, abandonó el hogar, es también la persona que mejor escucha de todo Tahití y la única que encuentra solución a todo tipo de problemas. Pero ahora le falta muy poco para poner en la calle a su hija Leilani. «¡Da igual lo que haga! —le confiesa a Mama Teta, a su prima Rita, a Mama Loana y a la mismísima y muy comprensiva, Virgen María—, ¡siempre está mal! Me estoy volviendo tavarana.»… Pues Leilani acaba de alcanzar la adolescencia y todo se le vuelven preguntas que Materena, con su sabiduría de andar por casa y sus historias tahitianas, no puede responder. Y para colmo de males, según dicen, Leilani se ve con un chico. Esto sí que no lo resuelven ni todas las enciclopedias del mundo. Porque, ¿y si no es católico?, ¿y si es extranjero? Aún peor, ¿y si son primos?
En un primer instante, a Clara le sorprendió que un abogado de tanto postín hubiera aceptado el caso. Luego, casi inmediatamente y sintiéndose algo estúpida por el mero pensamiento, recordó que su cuñado era un hombre adinerado, probablemente convencido de la posibilidad de llegar a buen puerto en el juicio gracias a la obscena cantidad del cheque que agudizaría la pericia del letrado. Los encuentros entre Clara y Nicolás, abogado penalista encargado de la defensa de su sobrino Marcos en un juicio que ella daba por perdido, despertarán en Clara recuerdos y sentimientos que creía enterrados y que nos desvelarán la historia de las hijas del feriante: dos hermanas con personalidades radicalmente opuestas, condenadas a quererse y marcadas por un pasado en común.